Venezuela vive una
crisis muy compleja en comparación con toda su etapa republicana, la cual ha
sido degradante a la condición humana del venezolano y en la que se observa la
presencia de daños morales, patrimoniales, económicos y espirituales, por lo
que no hay antecedentes en toda la historia de un periodo tan agreste, como el
que se está viviendo en Venezuela y el cual tiene que ver, en parte, con la
forma de conducir y gobernar al país.
“El Gobierno
Nacional ha tenido discrecionalidad en el manejo de los recursos, no han habido
controles, así como un desconocimiento pleno a la división de los poderes
públicos y al imperio de la Constitución, quienes promovieron precisamente la Asamblea
Nacional Constituyente y promovieron la Constitución Nacional vigente, fueron
los primeros en violentar ese texto constitucional”, resaltó José Antonio Rivas
Leone, coordinador del Consejo de Publicaciones de la ULA.
Venezuela, explicó
el profesor Rivas Leone, está padeciendo una triple paradoja: cómo entender que
siendo el país que mayormente ha promovido la democracia en todo el continente latinoamericano
esté adoleciendo de procedimientos y de democracia. Cómo entender que siendo
uno de los países convocante de la Convención de San Francisco, la cual dio
paso al nacimiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y el mayor
promotor de tratados y esquemas vinculados a la materia de derechos humanos,
padezca reiteradamente de los mismos. La triple paradoja se cumple al observar
que Venezuela fue en los años 60, 70 y 80, el mayor promotor de distintos
tratados hemisféricos de integración y hoy estamos más aislados que nunca
antes.
“El escenario no
es nada halagador por lo astronómico de la crisis y sus efectos que se expresan
en el deterioro de la calidad de vida de los venezolanos. Tener destruida la infraestructura
en término de puertos, aeropuertos, autopistas; el deterioro de la salud en
términos curativos y preventivos; una educación de baja calidad e ideologizada;
tampoco podemos hablar de un estado de derecho, ya que no se materializa como
se establece en la Constitución. La lectura nuestra tiene que ser en el orden
democrático y apegado a la Constitución y más allá de lo opaco, de lo gris del
escenario actual, no hay la menor duda que estamos recorriendo un proceso de
transición”, manifestó el profesor Rivas Leone.
Venezuela es
noticia en el mundo entero por la cantidad de problemas y vicisitudes que diariamente
se están observando en el interior del país. Un tercio de la población se ha
ido generando una diáspora que es inédita, ya que el venezolano salía sólo con
fines médicos o a estudiar, esta situación hay que revertirla y, en ese sentido,
la gente no puede perder la esperanza y la universidad tiene que ser esa luz en
el túnel que permita alimentar, con el aporte de sus profesores, con su granito
de arena, el renacer del país.
“Va a ser muy
importante en esta situación de transición, el rol que cumplan los actores
políticos, en el entendido de la imperante necesidad de recuperar el tejido
constitucional y la musculatura democrática y darle a Venezuela el sitial que tuvo
anteriormente y volver a ser un país con altos estándares de calidad de vida.
Esta tarea es titánica, por lo que debe llevar a la formulación de un programa de
estabilización macroeconómica post transición democrática y política que
permita tomar medidas de emergencia y que impacten tanto en el poder adquisitivo
como en la hiperinflación, además de recuperar la productividad nacional, no
solo en materia de petróleo, energía eléctrica, servicios públicos, sino en
todos los sectores que hacen vida en el país y que contribuyan positivamente con
el desarrollo de Venezuela. Golfredo Lobo / Prensa ULA / CNP 14.293
Foto
José Antonio Rivas
Leone, coordinador del Consejo de Publicaciones de la ULA (Foto Golfredo Lobo)
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