La agudización de las
contradicciones al interior de la sociedad venezolana a principios del año
2019, ha llevado a una peligrosa situación entre dos males casi de terror, por
un lado, la ¨carnicería¨ que
ha venido implementando el desgobierno que se instaló en abril del 2013, y por
el otro lado, la amenaza real de ser el pueblo venezolano, particularmente, los
más necesitados de convertirse en ¨carne
de cañón¨, de una confrontación auspiciada por los perros de
la guerra, con sus visibles representantes
internos, y el apoyo externo ya conocido y suficientemente declarado.
Ante estas terríficas
opciones, a las cuales se ve sometida la mayoría del pueblo venezolano, al
mantener el actual desgobierno una actitud de prepotencia, ignorancia e
irresponsabilidad, al no hacerle frente a los agudos, permanentes y cada vez
más delicados problemas que sufre a diario de manera constante, cotidiana, el
pueblo, que ya se encuentra en condiciones cercanas a la de una sobrevivencia
extrema.
El fracaso del desgobierno
ha llevado a dejar de lado las esperanzas que fueron creadas en el período de
gobierno del Comandante Chávez, desde el 3 de febrero del año 1999, hasta
finales del año 2012; anulando metas, políticas, avances en lo político, lo
económico, lo social, lo cultural, tanto a nivel interno como por demás en su
impacto a nivel internacional, superando negativamente a la de los gobiernos de
la Cuarta República, los que gobernaron el país desde 1958 hasta diciembre de
1998.
Este desgobierno ha logrado
el histórico e indiscutible mérito de revertir tendencias, en menos de un
lustro, que no se habían observado en Venezuela desde 1830. Qué logro tan
temerario y desgraciado para la historia nacional.
En el otro lado de la
moneda, se presenta la llegada de un nuevo inquilino a la Casa Blanca, la
reversión de procesos de gobiernos progresistas de diferente talento en América
Latina y el Caribe, con la agudización de los retrocesos que se han dado en
varios países del Cono Sur y de Centro América.
En el ámbito político se ha
dado un giro hacia gobiernos conservadores, reaccionarios, hasta poderlos
calificar de naturaleza fascista, sin ir mucho más allá en el análisis de los
anuncios, las intenciones, y las actuaciones negativas hacia la mayoría de las
poblaciones, en una suerte de Maccartismo a la criolla, de ceder la soberanía
de muchos países a bases militares y a la injerencia directa y feroz a partir
del llamado Ministerio de las Colonias, nada más y nada menos que la famosa y
encomendada OEA.
Pero lo más peligroso de la
actual coyuntura es que podrían desatarse guerras intestinas, de carácter civil
que no requieren sino la presencia estimuladora de mercenarios, como los que
han actuado abiertamente en el Medio Oriente, con la excusa del Terrorismo de
Estado, cuando dicha calificación perfectamente le sería aplicable al gobierno
norteamericano con su ofensiva a militar a nivel mundial.
Ante tales amenazas, de la
continuación de la carnicería del
actual desgobierno en Venezuela, por un lado, y la cada vez mayor presencia en
el territorio nacional de los llamados perros
de la guerra, no queda duda de la necesidad de
proponer, de elaborar, una alternativa clara y visible que parta de las bases
populares, que sea capaz de renovar la anquilosada camarilla en el poder, y la
casta que lo sostiene a base de prebendas, de la corrupción institucionalizada,
de la represión cada vez masiva e indiscriminada, de quienes pretenden
mantenerse en el poder de la administración de la mermada renta de los
hidrocarburos en otro período, que no es constitucional dadas las artimañas
elaboradas después de perder definitivamente la legitimidad, con la vergonzosa
derrota sufrida en diciembre del año 2015 en la Asamblea Nacional.
No cabe otra medida que
solicitar la renuncia inmediata de este desgobierno, y la apertura de un
proceso abierto, democrático, profundo, que retome la vigencia de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
No hay tiempo que perder, en
la conformación de una nueva mayoría hegemónica que parta de la base del
pueblo, renovando energías en el corto y mediano plazo, si es que queremos
superar el laberinto en que nos encontramos en la actualidad, al confrontar
opciones que solo agudizaran aún más las contradicciones y las consecuencias de
la nefasta gestión de un desgobierno incapaz, prepotente, y cada vez más
reaccionario y antipopular.
APORREA VERSION DIGITAL
Por: Jorge Giordani | Viernes, 04/01/2019 01:33 PM |
Jorge Giordani
Ex-ministro de Planificación de Chávez.
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