El 20 de
mayo será decidido si en Venezuela continuará la dictadura militar y
para-militar de Maduro por un tiempo indefinido o será abierta una brecha hacia
una dificultosa y probablemente larga transición hacia la democracia. La
candidatura de Falcón representa la segunda alternativa. Esa es también
la alternativa que debería haber representado la oposición unida si es que no
hubiera decidido corregir sus primeros errores con mayores errores.
Las vías
erráticas que llevaron a la MUD a discutir en la República Dominicana sobre el
tema electoral sin llevar a un candidato unitario, a no usar las propuestas
rechazadas por la dictadura como plataforma para una candidatura unitaria y el
haber llamado a la abstención sin levantar otra alternativa, han conducido a
esa alianza política que una vez fue la MUD, a transitar por las oscuridades
más densas de la noche antipolítica.
¿Puede
haber mayor contrasentido que una asociación electoral, creada para fines
electorales -la MUD fue siempre solo eso y nada más que eso- llamando a
la abstención? Sin participación electoral la MUD no es la MUD. El llamado
Frente Amplio (la MUD más organizaciones civiles adictas a la MUD) solo podía
tener cierta lógica en el marco de un proceso electoral como ha sucedido con
todos los frentes amplios de nuestro tiempo (desde los frentes populares de los
años treinta hasta ahora). Un frente amplio sin elecciones es como un pez sin
agua. Los frentes amplios son electorales o no son. No obstante, la MUD
convirtió al frente amplio venezolano en un frente abstencionista, el primero
en la historia nacido para no hacer nada.
Errores
tras errores que llevaron a que el espacio político abandonado por la MUD fuera
invadido por las tendencias más extremistas de la oposición. La ayer llamada por
la MUD "oposición a la oposición" representada por la antipolítica
pseudo insurreccional de la señora Machado, dejó de ser así la “oposición a la
oposición” y se transformó en la fuerza directriz de la MUD. Por lo mismo, la
abstención se convirtió -desde el día cuando emergió la candidatura de Falcón-
en una tercera candidatura.
Tesis:
La abstención no solo es la abstención. La abstención ha llegado a ser la
candidatura de la MUD en contra de la candidatura de Falcón. Cuando
llegue el momento de los recuentos y sean contadas las abstenciones (los
“niníes”, los abstencionistas clásicos y los de la MUD) la MUD podrá cantar
victoria. Habrá derrotado a Falcón. Más, no a Maduro.
Ya están
agotados los débiles argumentos esgrimidos por la MUD para legitimar su gran
aberración anti-electoral: ¿Qué no están dadas las condiciones con ese CNE? Las
condiciones son las mismas del 15-D. ¿Votar sin elegir? Pero para elegir tienes
que votar. ¿Qué en dictadura no se vota? Precisamente al revés: un demócrata
vota siempre en contra de una dictadura pues solo en democracia nos podemos dar
el lujo de no votar. ¿Qué estas no son elecciones? Las cosas no dejan de ser lo
que son por el hecho de que le cambies el nombre ¿Qué votando la dictadura será
legitimada? A una dictadura solo la legitima la abstención pues con abstención
no hay fraude ¿Qué Falcón traicionó a la MUD? La ruta de Falcón es exactamente
la misma que abandonó la MUD ¿Qué los resultados están cantados? Pero si hay
una gran abstención no solo estarán cantados sino, además, recitados y
orquestados ¿Qué hay que recurrir a otras formas de lucha? Uno se pregunta
cuáles. ¿Huelga general?: la MUD no controla sindicatos obreros.
¿Insurrección?: la MUD perdió después del 2017 su poder convocador de masas.
¿Comunidad internacional?: son gobiernos que se reúnen una vez al mes para
hacer una declaración y luego volver a casa. En fin, desde el “yo no soy
abstencionista pero no voto”, hasta llegar a la guinda de la torta: “el
dictador va a caer solo”, la MUD no ha logrado justificar, ni siquiera ante sí
misma, su capitulación electoral.
Precisamente
la inconsistencia de la no-opción asumida por la MUD explica la andanada
de agresiones o “guerra sucia” desatada en contra de Falcón por
dirigentes políticos que hace un par de meses decían exactamente lo contrario.
Evidentemente, en cada una de esas agresiones yace el indesmentible peso de una
culpa no asumida. No es primera vez que ocurre algo parecido.
Fue el
psicoanalista italiano Luigi Zoja –uno de los que más ha dedicado su obra a analizar
el fenómeno de las patologías colectivas- quien llevó las deducciones de Freud
con respecto a los sentimientos de culpa personales al plano de las relaciones
sociales (ver por ejemplo su libro “Paranoia: locura que hace historia”,
Madrid, FCE, 2014) De acuerdo a Zoja, todo ser (individual o colectivo) que
arrastra una culpa, intentará borrarla mediante una exculpación. El
proceso de des-culpabilización puede ser llevado a cabo a través de dos
procedimientos. El primero es la reflexión analítica. El segundo, desviando la
culpa hacia un objeto externo. Ese objeto puede ser un pueblo, un grupo o
simplemente una persona. Se trata del “chivo expiatorio” cuya función es hacer
cargar a unos con las culpas de los otros (para decirlo con las palabras del antropólogo
René Girard)
Sobre la
base de esta breve reflexión podemos explicarnos la furia descargada por
algunos personeros de la MUD en contra de la persona de Falcón. Ella se debe al
hecho de que Falcón ha retomado el hilo político abandonado por la MUD. Solo
por este hecho, más allá de lo que diga Falcón -lo que importa es lo que
representa- su candidatura es el testimonio de una política renegada por la
MUD, es decir, de su culpabilidad. Pues si llegara a triunfar Falcón, no solo
Maduro, también el abstencionismo predicado por la MUD serían los grandes
derrotados.
Una
eventual victoria de Falcón sería una derrota de Maduro pero también lo sería
de la MUD. Pero a la vez, si Falcón es derrotado por un margen no muy elevado,
todo el mundo sabrá que esa derrota habría podido ser evitada por la MUD si es
que no hubiera caído en la trampa tendida por sus propios errores y culpas. Por
consiguiente, la presencia de Falcón representa, por el solo hecho de existir,
una amenaza existencial para la no-política de la MUD. Esa es la razón por la
cual cada voto por Falcón tendrá un valor tridimensional: Primero: en contra de
una dictadura. Segundo: en contra del abstencionismo. Tercero: a favor de una
presidencia en condiciones de iniciar el proceso de transición hacia la
democracia.
Nadie
por el momento puede predecir nada pero es evidente que enfrentar a dos
enemigos a la vez hará muy difícil (aunque no imposible) un triunfo electoral
de Falcón. Sin embargo, más allá de los resultados, la candidatura de Falcón ya
ha cumplido una tarea histórica: la de mantener la continuidad de la lucha
electoral y democrática en contra de Maduro. De este modo, aún perdiendo
Falcón, seguirán vigentes las bases de esa política. Reasumiendo a esa
política, y no la del abstruso abstencionismo predicado hoy por la MUD, la
oposición estará en condiciones de retomar su camino. El mismo que nunca debió
haber abandonado.
En
cualquier caso, la última palabra no ha sido dicha todavía.
mayo 11,
2018
POLIS:
Política y Cultura
No hay comentarios:
Publicar un comentario