La guerra en Siria lleva casi 8 años,
bombardeos y demás acciones bélicas han provocado la destrucción del país, la
miseria y la muerte de miles de inocentes, y el tirano Bashar al-Asad sigue en
el poder. Pues parece que tampoco es infalible la máxima de que dictadura sale
con plomo.
El fascismo rojo y el fascismo azul no entienden otra
lógica distinta a la violencia. Son terriblemente necrofílicos; les
encanta la guerra, la invocan, la azuzan pero mandan a los demás al sacrificio,
ellos se resguardan.
El gobierno del tirano Maduro seguirá en el poder si la oposición no actúa unida, con sensatez, con buen juicio: con desprendimiento y madurez en sus actos. Siria es una muestra.
En Venezuela la situación puede empeorar y ello, per se,
no cambiará las cosas si no se actúa en bloque, con coherencia, con estrategias
acertadas, sin descalificaciones a los pares, sin cálculos mezquinos y, sobre
todo, practicando la política con inteligencia y honestidad para que la
esperanza crezca y los líderes sean creíbles. La inacción, el no hacer nada,
este navegar sin rumbo que algunos han propuesto desde el quietismo, nos
hundirá en el horror.
El país vive un momento muy crítico, de extrema dificultad,
en el que se juega su existencia o su desintegracion. Es urgente recuperar el
buen juicio político.
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