Debo advertir a mis lectores
que este artículo puede parecer incongruente en su introducción
Comienzo haciendo referencia a un
estudio científico realizado recientemente en la Universidad Emory de Atlanta
en el cual una camada de ratones fue inducido por medio de descargas eléctricas
para sentir pánico ante el dulce olor de la flor del cerezo al tiempo que se
les impidió procrear mientras duró el experimento.
Finalmente se observó que
las generaciones siguientes de esta camada mostraron el mismo pánico ante el
olor del cerezo. El estudio demostró que el ADN se modifica y que los genes
pueden transmitir experiencias del cerebro de nuestros antepasados. Ese
resultado contribuye a darle soporte a las teorizaciones planteadas por Carl
Jung sobre el carácter innato y hereditario del inconsciente colectivo. Esta
construcción psíquica fue definida por Jung como el substrato común a todos los
seres humanos de todos los tiempos y lugares del mundo y que explica aquellos
contenidos psíquicos que están más allá de la razón.
Nos estamos refiriendo a
misteriosas expresiones del cerebro humano que pudieran ser equivalentes a
aquello que en un ave la impulsa a construir con perfección un nido desde la
primera vez sin haberlo hecho antes o que lleva a un humano a experimentar una
sensación de pánico observable sin haber escuchado antes el estruendo de un
trueno. En cierta forma es lo que comúnmente llamamos "instintos"
pero que no son más que conductas heredadas a través de modificaciones
cromosómicas que con seguridad son inducidas desde nuestros antepasados
por relaciones con nuestros congéneres y con la naturaleza misma de la que
somos parte todos los seres que disponemos de un cerebro modificable por
la experiencia. El experimento de Émory descorre en gran parte las
explicaciones empíricas reconocidas por el mismo Carl Jung al intentar aclarar
el origen y la transmisión hereditaria del inconsciente colectivo.
Concretamos ahora la advertencia de la aparente incongruencia señalada al comienzo. Para ello debo traer una vivencia personal de mi infancia. Ocurrió cuando apenas cursaba tercer grado de primaria. Mi padre, un hombre que apenas completó su educación primaria pero que se mostraba apasionado por la lectura de los clásicos, me llevó un buen día a presenciar un vistoso desfile de la Semana de la Patria en Cabimas, mi pueblo natal. Era la celebración instaurada por Marcos Pérez Jiménez en todas las ciudades importantes del país y que obligaba a todos los estamentos civiles a desfilar mezclados con las fuerzas militares. Aquel día fue imborrable para mi no sólo por la presencia del tirano presidiendo la celebración en la azotea de la prefectura civil desde la que se avistaba la Plaza Bolívar. Recuerdo sin ningún esfuerzo la secuencia de oradores que antecedieron al General pero especialmente aquel de apellidado Rojas. Lo recuerdo porque mi padre no se cansó de nombrarlo durante años después y terminó por grabarlo en mi psiquis de niño.
Rojas, aquel día totalmente
eufórico propuso a las masas que la estatua ecuestre de Bolívar debía ser
reemplazada por la de "mi general Marcos Pérez Jiménez". Jamás, a
pesar de mi corta edad, olvidé aquel impresionante ejercicio de adulación y
"jalabolismo" que obligó a una inmediata reprimenda desde la misma
azotea a través de los altavoces, para el tristemente célebre Rojas, por parte
del General quien le recordó agriamente, cuando le correspondió clausurar aquel
acto, que "Bolívar era insustituible y que su propuesta era ofensiva"
para él y para la memoria del Libertador. Confieso que quedé marcado por aquel
llamado de atención que después he recordado tantas veces en reuniones de
amigos. Siempre creí que aquel desideratum de la adulación había sido
insuperable.
Pero más recientemente, al
comienzo de estos tiempos de revolución, escuché al presidente de la
Asociación Nacional de Profesionales y Técnicos del MRB-200 durante un acto en
el Poliedro, decirle al padre del presidente Chávez quien ocupaba la primera
fila entre los asistentes que "benditos sus testículos pues de ellos había
emergido su hijo Presidente"... y Chávez acomodó sus posadera en el
presídium al tiempo que celebraba con risa aquel halago. Recordé la imagen de
Pérez Jiménez en aquel acto en la zona petrolera y de una vez recogí en mis
notas para la historia aquella sonrisa presidencial aprobatoria. De allí se
nutre, en parte, este ejercicio de memoria. Pero hoy 18 de Febrero de 2018.todo
lo vivido en cuestiones de adulancias es superado con creces y me obligó a
recordar aquel ensayo escrito por el eximio tachirense Pedro María Morantes(Pío
Gil), "Los felicitadores", salido de su pluma con la figura de
"El Cabito" Cipriano Castro entre ceja y ceja. Decía Morantes que
"si no hubiese déspotas no habría serviles y si no hubiese serviles
tampoco habría déspotas, de manera que los aúlicos (cortesanos
felicitadores) son co-autores con el déspota de la ruina de un
país". Acudimos a Pío Gil con indescriptible sobrecogimiento después de
haber leído hoy los twitter vertidos en las redes sociales por un abogado
oficialista en ocasión de los terribles sucesos donde un grupo de venezolanos
fue ajusticiado ante los ojos atónitos no sólo de nuestro país sino del mundo y
que resulta poco menos que tan atroz como cualquier ajusticiamiento conocido y
realizado por esa aberración del género humano conocida como ISIS. No
entro a juzgar culpabilidad o inocencia de las víctimas.Confieso que hasta
evito escribir el nombre de quien publico en las redes sociales las
sugerencias para el "manejo ecólogico" del cadáver de Óscar Pérez
cuando su familia solicita la entrega del mismo para cumplir con las honras
fúnebres y las autoridades mantienen el cumplimiento de tal solicitud en
un limbo injustificable por algo no distinto a la inmisericordia humana.
Evito nombrar a ese supremo
representante de la adulancia oficialista para no contaminar mi pluma no
acostumbrada a batir estercoleros. Basta hacer referencia a la exultante
felicitación de ese "constitucionalista" para quienes
cumplieron tan denigrante ajusticiamiento y dirigida especialmente al ministro
vocero de los pormenores de la atrocidad. Sin embargo , este " experto
constitucionalista", como se define a si mismo, no dudó en recomendar que
el cadáver del "cabecilla terrorista" fuese asignado como materia
prima (sic) para los procesos industriales de varias empresas a saber: la Purina para convertirla en comida para perros, a la Pert Plus y Head
Shulders para fabricar shampoo, a Mister Músculo para fabricar limpiador de
pocetas, a la Bristol para fabricar lavaplatos,a la Colgate Palmolive para
fabricar crema de dientes y a Agroisleña para fabricar abonos para
plantas.
Es el mismo personaje que en su
cuenta de twitter solicita a los televidentes de su programa por TV8 que
opinén sobre sus nuevos bigotes , que se ufana de su cargo como profesor
universitario de Derecho Constitucional y que cataloga al programa "Con el
Mazo Dando" como un programa que "educa, informa y entretiene".
No dudo que este nuevo Creonte venezolano , jamás ha escuchado el nombre de Antígona ni de Policnices .Es demasiado pedir a tan miserable e inmisericorde cerebro. Con toda seguridad jamás ha escuchado lo que significa amor filial, el valor que convirtió a Antígona en referencia universal de la mano de Sófocles. Prefiero darle la palabra a don Arturo Uslar Pietri desde su artículo "La lengua Sucia" publicado en su columna Pizarrón aunque lamento perturbar su paz para ocuparse de tanta vileza humana. Predica Úslar:
"La palabrota que ensucia la lengua termina por ensuciar el espíritu. Quien habla como un patán termina por pensar como un patán Hay una estrecha e indisoluble relación entre la palabra, el pensamiento y la acción. ´No se puede pensar limpiamente, ni ejercitar con honradez, lo que se expresa en los peores términos soeces. Es la palabra lo que crea el clima del pensamiento y las condiciones de la acción".
Y agrega Uslar Pietri en "Una Educación Muda" , refiriéndose al efecto del vocabulario soez sobre los niños :"El que pasa desprevenidamente y los oye (a los niños), no tiene más remedio que oír, siente la repugnante sensación de estar sumergido en una fétida cloaca verbal ve uno al niño ágil y alegre, que es una risueña promesa de vida y le parece que de pronto se desfigura y desnaturaliza con la palabrota que mancha la boca como pus de infección. [...] un hombre se distingue más por su manera de expresarse que por su traje, su automóvil o su dinero [...] al hablar declaramos inequívocamente quienes somos y hasta donde llega nuestra cultura. La lengua corrompida que estamos hablando desnuda y revela una condición incompatible con cualquier aspiración de cultura".
Es aquí donde retomamos el experimento de Atlánta y las teorías del inconsciente colectivo de Carl Jung , cuando nos atenaza el temor de que la vulgaridad del lenguaje al que se expone al ciudadadno venezolano diariamente desde las esferas del poder revolucionario , termine por modificar nuestros cromosomas y convierta a las generaciones del futuro en un rebaño de obscenos y degradados, además de hambrientos habitantes, cuando el inconsciente colectivo forjado por tanta procacidad se convierta en atributo hereditario o genético de la Venezuela futura.Es ese el camino que transitamos aceleradamente. Nuestro nuevo "Creonte constitucionalista" seguramente trabaja aceleradamente para ello, desde su inmerecida cátedra universitaria.
Paradójicamente él mismo es tal
vez primera expresión de ese nuevo inconsciente colectivo que empieza a emerger
en su propia alma. Lo demuestra cuando en su twitter replica. a quienes se
atreven a censurar sus anti éticas propuestas desde las redes sociales
recomendándoles " que se vayan a lavar ese paltó". Esta última
expresión, recordamos bien quien la convirtió en moda y en inconsciente
colectivo de sus seguidores...el experimento de Atlánta se ha validado en las
entrañas de este escalador "constitucionalista". y lo reafirmó
don Mariano Picón Salas : "La sociedad destruye cuando se destruye la
majestad del lenguaje".
Dr. Elio Velásquez
Universidad de los Andes.
Universidad de los Andes.
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