martes, 12 de mayo de 2020

La usura y los controles en cuarentena Por Germán Rodríguez Bustamante…

No todo lo que brilla es oro - Comunicación Continua



Las aparentes ganancias desmedidas obtenidas por los comerciantes en el marco de la pandemia, es aprovechada por estos pichones de dictadores, para actuar como benefactores y protectores de un pueblo en la miseria total, por las políticas instrumentadas por esta banda de delincuentes. Recurren a políticas arruinadas en el pasado para detener el incremento de precios de bienes y servicios. Venezuela enfrenta seis años de recesión y tres de hiperinflación, y con las sanciones ha tenido limitaciones para vender el crudo y acceder al sistema financiero internacional. Ahora con la caída de los precios del petróleo, el flujo de ingresos es menor, lo que impacta en las importaciones públicas, que es uno de los soportes del plan CLAP de distribución de alimentos
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En 2019, tras las sanciones, el régimen relajó los controles, lo que permitió a algunas empresas importar con sus propias divisas y permitió a los comercios recibir pagos en dólares. Pero la flexibilización para superar la recesión llegó muy tarde, porque la producción ya estaba afectada por las regulaciones impuestas en dos décadas. Los controles de precios reaparecen en la escena pública esta vez en otro contexto. En el marco de la cuarentena social de por medio, producto del Covid-19, con una economía azotada por la “epidemia” de seis años de recesión. Un régimen sin dólares para la importación ($9,98 por barril), es fácil predecir que asomará su cara otro viejo conocido: el desabastecimiento. Por supuesto aparecerán nuevamente los parásitos sociales el bachaquero y el gorgojo vinculados con la cínica unión cívico-militar.

Con el argumento de garantizar los derechos socioeconómicos de los venezolanos, evitar las distorsiones en la cadena de costos y para eliminar el impacto sobre los precios. Intervinieron una empresa de producción oleogénica y adicional supervisarán los precios de dos empresas de producción y distribución de alimentos (Polar y Plumrose). La decisión del régimen esconde las verdaderas causas del incremento de precios en la última semana. La expansión monetaria productos de la hemorragia de bonos, la espiral del dólar oficial y paralelo, la relajación al extremo de la carga tributaria para la importación, la desaparición de divisas preferenciales para traer materias primas, desequilibrios económicos de años y para ponerle la cereza, la escasez gravísima de combustible que, inexorablemente, encarece todo. Lo cierto es que las desastrosas decisiones tomadas en el pasado continúan, las agresiones al sector privado disfrazadas de ocupaciones temporales o ventas supervisadas, solo traerán ruina, miseria, hambre y pobreza.

En el 2.003 instalaron un supuesto sistema nacional integral, pleno y nacional, de distribución de alimentos y medicinas para que no haya escasez. Mediante resolución fueron fijados los precios de 106 alimentos, 63 artículos de higiene personal y 1.140 productos farmacéuticos. Lo que sería una medida temporal se volvió permanente. Los controles pasaron a un ser un instrumento político y se convirtieron en la base para cercar al sector privado. Acción que luego fue acompañada por las nacionalizaciones de industrias y la creación de empresas de producción social, todo ello apadrinado por la visión que se debía avanzar hacia el modelo socialista. La crisis económica ha sido usada por la Tiranía para justificar tener cada vez más poder y declarar un estado de excepción que ya se ha vuelto indefinido. Sin embargo, esto no ha servido para nada, la crisis no puede ser excusa para que un Estado deje de dar atención prioritaria a los derechos a la alimentación, a la salud y otros, sobre todo para los sectores de la población en mayor situación de vulnerabilidad. Han profundizado la crisis económica intencionalmente con políticas públicas, para tener más control social, con el propósito de perpetuarse en el poder a costa del bienestar de la población.

Armaron una estructura legal, que les permitió que todos los bienes pudieran ser declarados de utilidad pública directamente por el Ejecutivo, con la condición de que se consideren esenciales e indispensables para garantizar el derecho a la vida y la seguridad del Estado. Esta férrea política de controles y estatizaciones ocultas se orientan hacia el control social a través de la economía. Maduro y su banda al no tener divisas para paliar con importaciones u otras políticas, apelan a medidas inútiles, inviables y fracasadas que con toda seguridad generara males conocidos como escasez, recesión, hiperinflación y pobreza extrema. Lamentablemente todo acompañado de la condena que supone para la población el sortear obstáculos enormes, para simplemente acceder a alimentos y medicamentos básicos.

Resulta entonces obvio quién es el responsable de la catastrófica situación actual, hecho contrario al discurso oficial que, sin mayores explicaciones, la atribuye a una supuesta guerra económica, cuando en realidad el origen de la misma está en el propio régimen. El hecho de que este proceder a pesar del desastre, haya sido sostenido durante más de una década, y mantenido por Maduro de manera intencional. Probados sus efectos nocivos desde el inicio de su mandato, podría acercar la revolución socialista a la comisión de crímenes de lesa humanidad, al constituirse su política gubernamental, ya sistemática, en actos inhumanos que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física, (artículo 7 literal k del Estatuto de Roma). En conclusión, el genocidio debe pararse, el régimen no tiene soluciones para resolver los problemas presentes, muy por el contrario, cada medida tomada profundiza el deterioro. El gobierno de emergencia y salvación nacional es perentorio.   


@germanrodri

@germanoveja


Comunicacion Continua


12 de Mayo del 2020

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