jueves, 14 de mayo de 2020

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA CONSEJO UNIVERSITARIO REPRESENTACIÓN PROFESORAL

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Los Representantes Profesorales ante el Consejo Universitario de la Universidad Central de Venezuela rechazamos el creciente cerco antidemocrático rectoral.  

La configuración representativa y ejecutiva del Consejo Universitario (CU) fue concebida  por el legislador buscando un equilibrio entre la vocería de los sectores de la comunidad universitaria y las necesidades de aprobar y ejecutar planes de dirección universitaria. Su conformación debía ser garantía de libre debate y responsable construcción de consensos.  


Actualmente no es así, una concepción rígida de la dirección del CU ha desnaturalizado su esencia universitaria, estando hoy sometido a un juego de sombras chinescas que aparentan un funcionamiento en realidad congelado por argucias burocráticas para desnaturalizar la participación democrática y escamotear las resoluciones.  

¿Siempre fue así? Sin pretender hacer una larga relatoría respondemos que no. Estamos ante un creciente proceso de degradación que tomó ribetes de cisma cuando, en una sesión realizada en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU),  se quiso hacer aprobar un sistema de seguridad social para los profesores, sin la debida consulta a la APUCV, siendo que originalmente un sector de profesores ucevistas había elaborado de buena fe un proyecto tendiente a fortalecer a nuestro Instituto de Previsión del Profesorado de la UCV. Dicho proyecto fue considerado por otros profesores universitarios como inviable y no apegado a la legalidad existente en Venezuela en materia de seguridad social. Es decir, la comunidad profesoral de la UCV pudo conocer diferentes y muy respetables opiniones en torno a su sistema de seguridad social. Esa expresión de democracia universitaria fue progresivamente distorsionada y negada por la muy manifiesta intención del Rectorado de la UCV de crear un sistema de seguridad social en paralelo a nuestro IPP, cogestionado desde 1958 por la UCV y la Asociación de Profesores de la UCV (APUCV). Lo sucedido en la FAU marcó el punto de inflexión que da inicio a una creciente tendencia negadora del debate plural y democrático en el seno del Consejo Universitario de la UCV, así como a la ejecución de medidas no acordadas por el Consejo Universitario destinadas a concretar el paralelismo previsional  por parte del Rectorado de la UCV antes indicado.  

Desde ese entonces, la descalificación y el degredo se apropiaron del debate y lo que pareció una subida de pasiones, se convirtió en una forma de conducir al Consejo Universitario. La representación profesoral alertó sobre el carácter suicida que tendría una confrontación en esos términos con el gremio profesoral.  

Siempre relacionado con la seguridad social de los profesores, llegó el caso CEDIVI, respecto del cual se decidió aprobar la compra de un centro de diagnóstico médico por imagenología sin la debida aprobación del CU. Nunca este asunto fue sometido como punto de minuta y tan solo pasó como un informe que “el cuerpo avaló” con el voto salvado de un representante profesoral. El acta de esa sesión contó con el voto salvado de dos representantes profesorales quienes subrayaron que no habían asistido a la sesión. Lo verificable es que nunca al Consejo Universitario se le presentó para su consideración y toma de decisiones la información relativa al monto ni las condiciones de pago para la adquisición del CEDIVI.  

Una serie de hechos que atizaron el ambiente desagradable que hoy se vive en el Consejo Universitario lo constituyen la sistemática manipulación de las minutas del mismo por parte del Secretario: omisiones, rechazo arbitrario de puntos, cambios de contenido de lo aprobado, posposición “astuta” de los puntos a debatir y el persistente retraso de meses en la presentación, consideración y aprobación de las actas de las sesiones del Consejo Universitario; sin que la autoridad rectoral responsable resuelva esa situación que es atribuible a la merma de la cantidad de empleados que hasta hace pocos años de manera eficiente y oportuna realizaba el trabajo de transcripción en las actas de los debates y decisiones del CU. En resumen, muy particularmente observamos y padecemos la aparición de todo un arte de posponer puntos o vaciarlos de contenido, cuando son presentados por representantes profesorales.  

La discusión democrática ha muerto, casos de particular urgencia como la postura frente a las elecciones universitarias se retrasó por varios meses porque “era imprescindible la opinión de la Comisión Electoral”. Cuando por fin ocurrió, dicha opinión fue tan disparatada que uno de sus miembros renunció en plena sesión y otro convocó “a quemar carros si lo dejaran”. Luego todo se redujo a una comisión de hermeneutas para que interpreten un documento jamás presentado al CU. Esto, con el tiempo, se ha mostrado como la vía para alargar la duración de la actual gestión rectoral.  

Los casos de la crónica crisis del sistema público nacional de salud y el de la pérdida para la UCV del Hospital Universitario de Caracas, intervenido finalmente por el gobierno nacional desde el 18 de enero de 2019, llevan más de dos años sin ser debidamente considerados. También  se aprueban comisiones para que nada ocurra, como es el caso del apoyo en medicinas crónicas a los profesores que fue diluido en medio de proposiciones para realizar un torrente de foros y propuestas de voces expertas que jamás aparecieron.   

Cada representante profesoral lleva una lista de las veces que le han burlado informes, derechos de palabra o propuestas, llegándose al extremo de no querer debatir la disolvente tragedia que se cierne sobre las universidades por la aprobación de unas primas administrativas de montos tan escandalosos como miserables los salarios de más de seis mil profesores ucevistas, ergo dos veces escandalosas, porque una empleada lo decretó “suficientemente discutido”. Ya no dejan ni que se proponga el debate sobre una materia tan cambiante y necesitada de atención permanente como lo es el asunto de las tablas de sueldos del profesorado de la UCV.   

La muerte del debate es tal que se aprueban largos documentos, con muchas proposiciones, antes de que se presenten. Todas las votaciones se enfrentan a un muro de votación de los once decanos y las tres autoridades rectorales, con tal indiferencia y falta de crítica que aprobaron una prórroga de un trámite hasta el … ¡30 de febrero! No oyen, solo votan. 

Esto no era así, es tal vez una muestra fehaciente del agotamiento personal e institucional de toda esta gestión iniciada en el año 2008.  

Justo es decir que recibimos mucha comprensión y apoyo de algunos decanos, salvo al momento de votar. Casos como el de CEDIVI o la elección del representante del CU ante la comisión de seguros sirven de ejemplo. También la reunión de los once decanos con el ministro Cesar Trompiz, de cuyo contenido se negaron a informar al CU cuando lo solicitó la representación profesoral.   

Por cosas como esas, los representantes profesorales hemos decidido no participar en el debate ni la aprobación de ningún documento que no sea enviado previamente para su debida y sosegada lectura y reflexión.  

Un ejemplo claro del sabotaje a las funciones de los representantes profesorales es que hay un claro veto a ciertos nombres a la hora de proponer comisiones para tratar cualquier tema. Para discutir temas relacionados con el tiempo y calidad del trabajo de los profesores durante la actual cuarentena por la COVID19, se propuso una comisión ¡sin representantes profesorales!    

Durante la pandemia la arbitrariedad ha tomado fuerza en la dirección del Consejo Universitario. Se cambia el orden del día después de aprobado, se cambia el calendario de reuniones sin la aprobación del cuerpo, se alteran los derechos de palabra. Se suspenden los consejos por falta de quórum, sin previo aviso. Hay temas vedados y voceros vetados.   
La lista de ejemplos no se compadece con el creciente número de votos salvados y negativos contra tantos atropellos, tampoco representan al total de los exabruptos, con el agravante de hacer uso de las cuentas de la UCV en las redes sociales para denigrar de cualquier posición disidente. Una pugnacidad digna de las causas donde está ausente la voz ucevista hoy en día.  

La crisis de conducción es muy profunda, por primera vez en la historia la UCV no es vocera del país en una crisis tan grave como la de la pandemia. Los grandes debates que hicieron a esta universidad rectora del  decoro nacional, han sido sustituidos por contrataciones urgentes en tiempos cuando nadie está prestando servicios.   

Las graves denuncias presentadas en la carta de renuncia del Vicerrector Administrativo supo de un informe de una comisión ad-hoc que no fue contaminada con presiones de autoridades rectorales por la posición vertical de sus miembros. Esta comisión presentó un informe que el CU quiso “avalar”, que lo aprobó y no se cumplió con ninguna de las recomendaciones planteadas en el documento, incluso no se informó al CU sobre los contenidos  del voto salvado del doctor Ángel Hernández, a quien quisieron descalificar “por ser un profesor de Ciencias”.  

Toda esta casuística apunta a un solo sitio, es urgente e impostergable convocar en la UCV a elecciones rectorales, decanales y de representantes profesorales, hay que cambiar la dirección universitaria. Las autoridades rectorales y decanales deberían estar preparando su rendición de cuentas, no buscando deteriorar o debilitar el único mecanismo de protección social que nos queda a los profesores, ni alterar el normal funcionamiento del Consejo Universitario. Aprobaron una declaración diciendo que deberíamos ganar 2.000 dólares pero no dijeron nada, ni dejaron decirlo en el CU acerca de cómo hacer viable esa propuesta, ¿qué hacemos ahora que con la pandemia los profesores nos vemos obligados a comer solo con lo que ganamos como sueldos pagados por la universidad? ¿Es viable una institución en donde los responsables de su funcionamiento reconocen que subpagan groseramente a su personal? Los que sí tenemos serios problemas económicos no vemos como una abstracción lejana la pobreza y sus condiciones extremas.   
La UCV Autónoma no debe ni puede celebrar sus primeros 300 años con estas autoridades al frente. Es impostergable cambiar.  

Por la Representación Profesoral ante el Consejo Universitario de la UCV.  

Víctor Márquez C         Rómulo Orta C.              Ricardo Ríos              Alberto Fernández.

13 de Mayo del 2020 

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