Imagen: Concepción artística de la localización de FRB
180916.J0158 + 65 a su galaxia anfitriona/artsource.nl
Lo relevante de esta explosión de radiación no es
tanto la propia detección, sino su procedencia. ¿Por qué?
El cosmos puede
parecer un frío y aterrador vacío; pero, en realidad, en el espacio fluye
continuamente un tráfico incesante de radiación, procedente de los cuerpos
celestes que lo emiten: estrellas como nuestro Sol,
estrellas de neutrones, o incluso galaxias enteras…
Existe un tipo de radiación en concreto
denominada ráfagas rápidas de radio o FRBs, por sus siglas en
inglés, fast radio bursts.
Los científicos llevan una década a la caza de
estas ráfagas, pero es una tarea ardua, dado que su presencia dura apenas unos
milisegundos en los instrumentos de detección; además, podrían provenir de
cualquier lugar del universo. A pesar de haber detectado cientos de ráfagas
como estas, los científicos solo han podido determinar el origen de dos de ellas.
La primera, en 2017; y la segunda, ahora.
La nueva detección, además, es de lo más inusual; no
solo porque las FRBs son muy escurridizas, sino porque su procedencia es
una galaxia muy similar a la nuestra, la Vía Láctea.
El hallazgo se realizó gracias a ocho telescopios
situados desde el Reino Unido hasta China, y fue publicado el pasado 6 de enero
en la revista Nature.
Pero esta detección genera más preguntas que
respuestas.
Según han expresado los autores de la investigación, lo
relevante de esta explosión de radiación no es tanto la propia detección, sino
su procedencia. ¿Por qué?
"Lo que es muy interesante acerca de estas FRB es
que se han originado en el brazo de una galaxia espiral similar a la Vía
Láctea, y es la ráfaga más cercana a la Tierra que
hemos localizado hasta ahora”, afirman los científicos.
¿Cómo se ha producido esta detección?
La técnica utilizada se conoce como interferometría de
línea de base muy larga, a través del telescopio CHIME, que logró un nivel
de resolución lo suficientemente alto como para localizar la explosión en una
región a aproximadamente siete años luz de diámetro, una hazaña comparable
a la de un individuo en la Tierra capaz de distinguir a una persona en la Luna.
A 500 millones de años luz de la Tierra, la fuente de
esta explosión, llamada "FRB 180916", está siete veces más cerca
que la única otra explosión repetida que se ha localizado, y más de 10 veces
más cerca que cualquiera de los pocos explosiones repetitivas que los
científicos han logrado identificar.
La proximidad y la repetición únicas de este FRB
podrían permitir la observación en otras longitudes de onda y el potencial
para un estudio más detallado para comprender la naturaleza de este tipo
de ráfagas.
¿Qué podría estar produciendo estas ráfagas?
Como hemos comentado, los objetos estelares
producen radiación. Pero los
artefactos creados por el ser humano, también. ¿Esto quiere decir que algún
tipo de objeto artificial creado por alguna civilización desconocida es lo que
está provocando estas ráfagas? ¿Y, que, además, este lugar sería muy similar y
cercano a nuestra propia galaxia?
La primera detección de FRBs se descubrió en una
pequeña galaxia "enana" que contenía metales y estrellas ya
formadas. Pero estas FRB rompen la singularidad del molde anterior, lo que
significa que tenemos que considerar quizás múltiples orígenes o una gama más
amplia de teorías para comprender qué crea los FRB. Pero todavía no podemos
emitir una conclusión tan aventurada sobre el origen de esta radiación.
Referencia: B. Marcote et al. A repeating fast
radio burst source localized to a nearby spiral galaxy, Nature (2020). DOI:
10.1038/s41586-019-1866-z
Muy Interesante
02 de Febrero del 2020
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