Hay dos tipos de lastre que dificultan avanzar a los
demócratas para salir de la narcodictadura. Quizá el más fácil de deslastrar es
el de los sinvergüenzas infiltrados en la oposición y los que montaron tienda
aparte y disparan un tiro al gobierno y otro a la oposición. El otro lastre son
los dogmas estratégicos que, cual nuevos inquisidores, defienden a capa y
espada algunos demócratas.
Afortunadamente, sin proponérselo los demócratas nos
deslastramos de varios diputados rufianes que si ningún pudor aceptaron unos
reales para intentar imponer una directiva de la Asamblea Nacional a todas
luces fraudulenta. Es positivo que estos granujas se quitaran la careta. Los
Parra, Britos, Morales y demás tunantes los recordará la petite histoire como
la escoria que son. Lo inaudito es que lograran introducirse en la nave
democrática.
Hay otro grupo que no cuenta con respaldo de los
ciudadanos pero que causan ruido y son potenciados por el régimen. Como dice el
diccionario son “individuos que entorpecen o detienen algo”. Para subsistir
requiere el apoyo de Miraflores. El señalamiento no es porque decidieron
constituir una nanomesa de diálogo, sino por declaraciones reconociendo como
presidente al usurpador, aceptar que el vagabundo de Parra logró los votos y
por favorecer las prédicas del régimen. El homofóbico Felipe Mujica, amparado
en un grupo que desde hace años dejó de tener relevancia, ve con buenos ojos
que el sumiso TSJ designe al nuevo CNE. Claudio y Timoteo completan el
triunvirato sin soldados que descalifica al presidente (e) Guaidó para intentar
confundir. Son simples zombies en búsqueda de seres humanos.
Henry Falcón es un dirigente que pareciera estar en la
cuerda floja. Se retiró de la nanomesa por el incumplimiento del régimen en
poner en libertad a los secuestrados políticos y declaró que la elección de
Parra es una burla. Cometió el error de participar en la elección espuria del
2018. Puede tener el beneficio de la duda, pero debe hablar claro.
El trabajo más difícil es alinear el llamado G4 (Primero
Justicia, Voluntad Popular, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo)y otros, con
una parte de la oposición que no cuenta con mucha gente, al menos según las
encuestas, pero sí con dirigentes valiosos y una red de tuiteros muy activos y
bien intencionados. María Corina Machado es la dirigente política que más
admiro por su coraje y porque piensa que el estado no debe ser dueño de
empresas, ni prestar servicios en los que el sector privado, sujeto a normas
claras, puede hacerlo más eficientemente. Predica el dogma de que no se puede
ir a elecciones sin antes poner fin a la usurpación, lo cual todos deseamos,
pero el problema a resolver es el cómo. Igual sucede con el luchador Antonio
Ledezma, quien insiste en la invocación del 183-11, lo cual ningún país parece
dispuesto a aplicar, al menos por ahora.
Quien esto escribe considera que lo lógico es que
nuestros militares, en cumplimiento de la Constitución, soliciten la renuncia
al usurpador o al menos que convoque este año a elecciones transparentes. Sin
embargo, esto no pasa de ser un un buen deseo, ya que hasta ahora el Alto Mando
se ha mostrado sumiso y los oficiales que han manifestado su descontento con
las violaciones a la Constitución están presos, algunos torturados y otros
exiliados o dados de baja.
Pareciera que la opción es que los opositores unidos
decidamos votar, si se logran condiciones mínimas, o que nos abstengamos. Si
acudimos a las parlamentarias y sorteando las trampas y ventajismo las ganamos
como en el 2015, el régimen hará lo mismo: inhabilitación, prisión y exilio de
algunos diputados, desacato y mantendrá por encima la Asamblea Constituyente.
Es decir que tienen razón quienes predican que votar no resuelve el problema.
El punto es que si nos abstenemos tampoco lo resolvemos. La ventaja de votar es
que se moviliza a la gente y es otro golpe para el régimen. Quizá el dilema no
sea votar o no votar, sino que esa decisión sea unánime. Si todos votamos
podríamos lograr algo. Si no votamos también. Pero si no sucede algo más
quedaremos en las mismas.
Como (había) en botica:
Enrique Ochoa Antich, más cerca del régimen que de los
demócratas, pregunta sobre el destino de los ingresos de Citgo, hoy en manos de
gerentes demócratas, competentes y honestos. Debería estar informado que esa
empresa se endeudó con los chavistas-maduristas para darle más dividendos al
régimen y ahora debe invertir las ganancias para enderezar entuertos y por ello
no proporciona dividendos.
Rafael Ramírez es descarado. Critica al general Quevedo
por represor y mala gestión, pero se olvida que él también reprimió despidiendo
de Pdvsa a quien no fuese “rojo, rojito”. Además, Ramírez recibió la producción
petrolera en 2.620.000 barriles por día (noviembre 2004) y la entregó en
2.336.000 b/d (setiembre 2014). Dice no sabe en qué gastó el régimen 700 mil
millones de dólares en los diez años en que estuvo en Pdvsa. Le recordamos que
parte fue en la corrupción que él mismo permitió.
Lamentamos el fallecimiento del luchador Pedro Segundo
Blanco de ABP.
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
Digalo ahi digital
28 de Enero del 2020
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