Recientemente se realizaron elecciones parlamentarias en
Canadá, en el Reino Unido y en España, países en los cuales los dirigentes
generalmente no saltan de un partido a otro y renuncian cuando el resultado no
llena las expectativas. En nuestro medio brincar talanqueras es frecuente y los
dirigentes se resisten a pasar a un segundo plano. ¿Podemos extraer algunas
enseñanzas?
En Canadá logró la victoria el partido Liberal, el cual
ya estaba en el poder. Su líder y Primer Ministro reelecto es Justin Trudeau.
Este partido ganó 157 escaños en el Parlamento, veinte menos de los que tenía,
por lo que Trudeau ofreció rectificaciones. El partido Conservador, bajo el
liderazgo de Andrew Scheer, logró 121 parlamentarios, 26 más de los que
contaba, y obtuvo 220.000 votos por encima de su rival. Curiosamente, al menos
para nuestra idiosincrasia criolla, Scheer renunció a seguir dirigiendo a los
Conservadores por considerar que no pudo derrotar al partido de gobierno ¿Qué
pensarán los eternos dirigentes de nuestros partidos?
En el Reino Unido, el partido Conservador obtuvo una
victoria contundente, con 365 parlamentarios, 66 más de los que tenía. El
partido Laborista obtuvo 203, perdiendo 42 escaños. Quedó reelecto el
conservador Boris Johnson. ¿Que hizo el derrotado Laborista Jeremy Corbyn?
Pidió excusas y renunció a seguir al frente de su partido. ¿Ejemplo a seguir?
En España, en junio del 2018 el Presidente del Gobierno y
líder del Partido Popular Mariano Rajoy perdió un voto de confianza del
Parlamento, por lo que tuvo que dejar el poder y, además por decisión propia
renunció a su curul y al liderazgo del PP, dando paso a Pablo Casado. En la
reciente elección de noviembre, el PSOE de Pedro Sánchez logró vencer con 120
diputados, tres menos de los que tenía. El Partido Popular ganó 88 escaños, 23
más de los que tenía. Ciudadanos sufrió una hecatombe, perdiendo 47 curules,
quedando con solo 10. Al día siguiente renunció su líder Albert Rivera. Por
cierto que el Coletas de Podemos perdió siete diputados.
En Venezuela, por lo general nuestros dirigentes
políticos tienen la tendencia a aferrarse al poder dentro de sus respectivos
partidos y a resistirse a dejar el primer plano de la política. Cuando perciben
rivales que pueden desplazarlos los bloquean para inducirlos a que abandonen
esa tolda. En otros casos hay dirigentes que por falta de liderazgo no logran
imponerse, por lo que se separan y crean su propio partido a imagen y semejanza
para mantenerse en la palestra, así sean cabeza de ratón. Hay que reconocer que
Rómulo Betancourt fue una excepción. Después de su presidencia constitucional
optó por irse a Berna para no inmiscuirse en la lucha política y se negó a ser
reelecto. Carlos Andrés Pérez sucumbió a la tentación y, con razón o sin ella,
fue defenestrado en su segundo mandato. Caldera sacrificó a su partido Copei
para poder ser electo por segunda vez, creando Convergencia.
Otros líderes optaron por separarse de su partido y
crearon otro, alegando razones y sinrazones. Así, Rosales se separó de Acción
Democrática para crear Un Nuevo Tiempo, Ledezma también se separó de ese
partido para fundar Alianza Bravo Pueblo. Leopoldo se salió de Primero Justicia
y estableció Voluntad Popular. Henry Falcón se salió del chavismo para fundar
Avanzada Progresista. Es de recalcar que ninguna de estas divisiones obedeció a
diferencias ideológicas y ni siquiera a divergencias estratégicas. En ellas
privaron las diferencias personales o la apetencia de poder. Un caso diferente
fue el MIR, cuyos dirigentes se separaron de AD embullados por la revolución castro-comunista.
El MAS se creó en rechazo a la línea sumisa del Partido Comunista a la la Unión
Soviética, y desde entonces anda del timbo al tambo. Bandera Roja y Vanguardia
Popular también son hijos del Partido Comunista. Además, hoy abundan micro
partidos cuyos promotores son mercaderes políticos, como Timoteo Zambrano
quien, después de cambiarse de seis partidos, fue consistente con su conducta y
fundó Cambiemos. Por su parte Claudio Fermín quiere solucionar asuntos
personales, por lo que inventó el partido Soluciones.
Tenemos muchos saltimbanquis. Quizá eso explica en parte
la poca identificación de los ciudadanos con los partidos. Ojalá reflexionen
porque son imprescindibles y cuentan con dirigentes honestos.
Como (había) en botica:
Los diputados corruptos son pocos. Los más, arriesgan su
vida y bienestar sin cobrar sueldo ni recibir soborno. Juan Requesens sigue
secuestrado por el régimen, Freddy Guevara permanece asilado en la embajada de
Chile, hay alrededor de una docena de diputados en el exilio, la diputada Yanet
Fermín acosada por fuerzas de seguridad y varios diputados amenazados de perder
la inmunidad. De los líderes de partidos, Antonio Ledezma, los Salas y Borges
exiliados, Leopoldo López y Roberto Enriquez refugiados en embajadas y María
Corina frecuentemente agredida por los paramilitares rojos. Ahora el régimen
inventa que que el presidente(e) Guaidó y VP planificaban tomar un cuartel.
Solidaridad con El Nacional.
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
Digalo ahi digital
24 de Diciembre del 2019
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