Dedico a Carlos Luis, novel abogado
Los romanos definían
la justicia como “la continua y perfecta voluntad de dar a cada quien lo que le
corresponde”. El jurisconsulto Domicio Ulpiano (170-228 dc) que vivió en la
antigua Roma conceptuó el derecho como “el arte de lo bueno y de lo justo”. Agregó
que los mandatos del derecho son “vivir honestamente, no molestar a nadie y dar
a cada quien lo suyo”.
El abogado ha sido
el profesional universitario que en el ejercicio del derecho asiste a terceras
personas como colaborador activo e indispensable en la administración de
justicia. Su función es básica y fundamentalmente preventiva, en el
asesoramiento y la correcta redacción de los contratos y documentos que eviten
conflictos, de manera que más que promover diatribas y juicios, es la mediación
extrajudicial. El doctor Pedro Pineda León, abogado, quien además ejerció el
rectorado de la Universidad de Los Andes (década 40s) expresaba que “más vale
un mal arreglo que un buen pleito”.
Desde tiempos
memorables, el hombre se organizó para mejorar la convivencia. Así comenzó sus
primeros pasos, el derecho, como ciencia jurídica. El derecho positivo surgió
en la antigua Roma con la concepción de los códigos y la leyes. Más tarde
apareció el derecho civil, penal, comercial, laboral, tributario,
constitucional, administrativo y más recientemente el derecho ambiental.
El origen
etimológico de abogado viene del latin “advocatus”, derivado de la expresión
latina “ad auxillium vocatus”, es decir “el llamado para auxiliar”. Y conmemora
su día el 23 de junio, natalicio del doctor Cristóbal Mendoza (1772), abogado,
jurisconsulto e historiador, primer presidente de Venezuela. Mendoza fue un
hombre probo, honrado, con gran sentido de la ética y la justicia.
La responsabilidad de constituirse en garante y defensor de
los derechos ciudadanos es inherente al abogado, así como colaborar en el
ejercicio de la justicia y velar por ella con elevado espíritu de
responsabilidad social, observando los principios éticos y morales que rigen la
conducta de los seres humanos. El mejor instrumento para la convivencia
humana es la observancia del derecho. El respeto al derecho ajeno es garantía
de paz y convivencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario