En ese mes de agosto se produce la
denominada “Primavera de Praga”, un intento de liberalización política en Checoslovaquia, durante la Guerra
Fría, y duró desde el 5 de
enero de 1968 hasta el 20 de agosto de ese mismo año.
Este movimiento pacífico y democrático, liderado
por el presidente checo y líder del Partido Comunista, Alexander Dubcek,
quiso modificar los aspectos totalitarios y burocráticos del régimen
prosoviético y avanzar hacia una forma no dictatorial de socialismo. Así,
Dubcek, apoyado masivamente por los checoslovacos, legalizó la existencia de múltiples partidos políticos y sindicatos,
promovió la libertad
de prensa y de expresión,
reconoció el derecho a la huelga. Su programa de reformas fue
bautizado como "socialismo
con rostro humano".
El 20 de
agosto en la noche el país y su capital, Praga, fueron invadidos por las tropas
de la URSS y de sus aliados del Pacto de Varsovia en una respuesta, que fue contundente y sin
contemplaciones: tanques de la Unión Soviética, Alemania Oriental,
Polonia, Bulgaria y Hungría, (a excepción de Rumanía,
que se negó a intervenir), invadieron Checoslovaquia. Dubcek pidió al pueblo que no ofreciera resistencia
armada, pese a lo cual hubo 72 muertos y más de 700 heridos. De esta
manera pusieron fin, por la fuerza, al proceso de apertura y detuvieron a sus
principales impulsores.
Hubo sectores del universo comunista que dieron una respuesta contundente y precisa de rechazo a la
intervención armada en Checoeslovaquia por las tropas del Pacto de Varsovia el
21 de agosto de ese año. Una de ellas fue expresada por Teodoro Petkoff en su
libro “Checoeslovaquia. El socialismo
como problema”.
Este escrito le ocasionó a
Teodoro el ser anatematizado por el mismísimo Leonid Brezhnev, Presidente de la
URSS y Secretario General del Comité Central del PCUS, en su informe al XXIV
Congreso de ese partido en 1970, junto al francés Roger Garaudy, autor de “El
gran viraje del Socialismo”. Un texto donde analizó la crisis
del movimiento comunista internacional marcada, -según el galo-, por el cisma
chino, la invasión
de Checoslovaquia y la adulteración de la teoría marxista entre los dirigentes
comunistas, poniendo en boga la frase: “Ya no es posible callar”. Investigó las
causas de esta crisis y creyó descubrirlas en la nueva revolución cibernética: “a
la cual no han sabido adaptarse ni el movimiento comunista, ni el mundo
capitalista”, sosteniendo la noción de un gran vuelco hacia un socialismo con
rostro humano.
Roger Garaudy, autor de “El gran viraje del Socialismo”
Ernst Fischer, filósofo, escritor, periodista
Siendo
acompañados en esa excomunión estalinista por Ernst
Fischer, filósofo, escritor, periodista,
afamado crítico de arte y político austriaco
de origen Bohemio (Checoeslovaco), quien
pasó la mayor parte de su vida en Austria y por oponerse públicamente a la
acción militar soviética fue expulsado de su partido, donde era miembro del
Comité Central
Todos ellos eminentes pensadores. teóricos y militantes marxistas, vistos
con los miopes ojos del totalitarismo redimido, por Brezhnev, como “amenazas”
para el santuario del comunismo internacional.
Abandonar al PCV, Un movimiento
socialista distinto.
Ibsen Martínez, el 3 julio 2016 en un
artículo titulado <De los libros a
Petkoff> nos amplía el panorama:
«La invasión soviética a Checoslovaquia, mal disfrazada de intervención
de las tropas del Pacto de Varsovia solicitada por las autoridades checas, tuvo
lugar el 21 de agosto; para septiembre, recuerda Petkoff, nos reunimos
en mi “concha” (escondite) Germán Lairet, Antonio José Urbina y yo, quienes
junto con Alexis Adam habíamos sido los cuatro solitarios votos en el Comité
Central del PCV, reunido poco después de la invasión, contrarios a la
resolución que aprobaba la intervención soviética».
«Aquella noche de la clandestinidad, prosiguió Ibsen, arribamos a la
conclusión de que era preciso abandonar el PCV y fundar un nuevo movimiento
político, claramente diferente del comunista. Socialista, por supuesto, pero democrático. Esto es, no comunista. Nuestra
disidencia no fue, como para otros, coartada para abandonar la lucha, sino
motivación para continuarla, con el mismo afán de justicia, empero desde una
perspectiva nueva: la libertaria».
La cruda
realidad en el PCV era que en el Buró Político la
disidencia era ínfima. En el Comité Central no llegaban a seis o siete,
-incluidos los que estaban en el exterior-. los portavoces de nuevos aires.
Pero en la Juventud Comunista, que era la savia, la proporción era exactamente
la contraria. Un escenario que, para el desarrollo de esa nueva fuerza, debía
estar siempre presente en sus actividades futuras.
La invasión soviética a
Checoeslovaquia trajo, entre otras consecuencias, el surgimiento del
“Eurocomunismo”. Una tendencia del movimiento comunista internacional, adoptada por algunas
organizaciones marxistas de Europa occidental a
partir de los años 70 , Ella se definió por
su rechazo al modelo desarrollado en la Unión Soviética y en sus países satélites; una mayor proximidad hacia
la clase media surgida del capitalismo y el digerimiento del
modelo parlamentario pluripartidista.
El eurocomunismo se oficializó en marzo de 1977, en el momento en que los
secretarios generales Enrico Berlinguer del
PCI, Santiago Carrillo del
PCE y Georges Marchais del
PCF se reunieran en Madrid y presentaron las
líneas fundamentales de la "nueva forma" que tomaría el movimiento
marxista.
Sin embargo, ya el MAS
tenía seis años de vida y una enorme influencia de tendencias que, en esos partidos
europeos, propugnaban con más fuerza una apertura y autonomía, como “Il Manifesto” de Lucio Magri y Rossana Rossanda en Italia,
mientras el mismo Roger Garaudy lo hizo en Francia con sus obras: “El gran viraje del socialismo” y "Ya no es posible callar".
Mucho antes, el PC de Italia en particular, ya había desarrollado una
línea independiente de Moscú la cual quedó claramente expresada en 1968, cuando
ellos, con el PC Español y el PC de Finlandia fueron los únicos partidos
comunistas del mundo, junto con el Partido Comunista Rumano, en condenar la invasión soviética de Praga. En 1975 el PCI y el PCE habían hecho una declaración
sobre la "construcción del socialismo" que debía ser en "paz y
libertad".
El libro de Petkoff, publicado en 1969 por la “Editorial Domingo Fuentes”, puso en el
centro del debate del PCV su expulsión, siendo este hecho un factor clave para
el lanzamiento de una nueva fuerza de cambio en Venezuela, que representó, en
su momento, un resplandeciente amanecer del pensamiento y de la acción
política, como lo fue el MAS.
Un receso en una reunión
del MAS. Rodrigo Mora, Alfredo Padilla, Víctor Hugo De Paola, Teodoro Petkoff,
Jesús Urbieta, Al centro Antonio José “Caraquita” Urbina.
Este texto es extraído del libro inédito de Pastor Heydra: La esperanza de una gran aurora y su arrebol
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