domingo, 4 de noviembre de 2018

La primavera de Praga. Invasión. El libro de Petkoff. - fragmento del libro La esperanza de una gran aurora y su arrebol de Pastor Heydra



 

En ese mes de agosto se produce la denominada  “Primavera de Praga”, un intento de liberalización política en Checoslovaquia, durante la Guerra Fría, y duró desde el 5 de enero de 1968 hasta el 20 de agosto de ese mismo año.

Este movimiento pacífico y democrático, liderado por el presidente checo y líder del Partido Comunista, Alexander Dubcek, quiso modificar los aspectos totalitarios y burocráticos del régimen prosoviético y avanzar hacia una forma no dictatorial de socialismo. Así, Dubcek, apoyado masivamente por los checoslovacos, legalizó la existencia de múltiples partidos políticos y sindicatos, promovió la libertad de prensa y de expresión, reconoció el derecho a la huelga. Su programa de reformas fue bautizado como "socialismo con rostro humano".
El 20 de agosto en la noche el país y su capital, Praga, fueron invadidos por las tropas de la URSS y de sus aliados del Pacto de Varsovia en una respuesta, que fue contundente y sin contemplaciones:  tanques de la Unión Soviética, Alemania Oriental, Polonia, Bulgaria y Hungría, (a excepción de Rumanía, que se negó a intervenir), invadieron Checoslovaquia. Dubcek pidió al pueblo que no ofreciera resistencia armada, pese a lo cual hubo 72 muertos y más de 700 heridos. De esta manera pusieron fin, por la fuerza, al proceso de apertura y detuvieron a sus principales impulsores.
Hubo sectores del universo comunista que dieron una respuesta contundente y precisa de rechazo a la intervención armada en Checoeslovaquia por las tropas del Pacto de Varsovia el 21 de agosto de ese año. Una de ellas fue expresada por Teodoro Petkoff en su libro “Checoeslovaquia. El socialismo como problema”.
Este escrito le ocasionó a Teodoro el ser anatematizado por el mismísimo Leonid Brezhnev, Presidente de la URSS y Secretario General del Comité Central del PCUS, en su informe al XXIV Congreso de ese partido en 1970, junto al francés Roger Garaudy, autor de “El gran viraje del Socialismo”. Un texto donde analizó la crisis del movimiento comunista internacional marcada, -según el galo-, por el cisma chino, la invasión de Checoslovaquia y la adulteración de la teoría marxista entre los dirigentes comunistas, poniendo en boga la frase: “Ya no es posible callar”. Investigó las causas de esta crisis y creyó descubrirlas en la nueva revolución cibernética: “a la cual no han sabido adaptarse ni el movimiento comunista, ni el mundo capitalista”, sosteniendo la noción de un gran vuelco hacia un socialismo con rostro humano.

Roger Garaudy, autor de “El gran viraje del Socialismo”

Ernst Fischer, filósofo, escritor, periodista

Siendo acompañados en esa excomunión estalinista por Ernst Fischer, filósofo, escritor, periodista, afamado crítico de arte y político austriaco de origen Bohemio (Checoeslovaco), quien pasó la mayor parte de su vida en Austria y por oponerse públicamente a la acción militar soviética fue expulsado de su partido, donde era miembro del Comité Central
                                             
Todos ellos eminentes pensadores. teóricos y militantes marxistas, vistos con los miopes ojos del totalitarismo redimido, por Brezhnev, como “amenazas” para el santuario del comunismo internacional.

Abandonar al PCV, Un movimiento socialista distinto.
Ibsen Martínez, el 3 julio 2016 en un artículo titulado <De los libros a Petkoff> nos amplía el panorama:
 «La invasión soviética a Checoslovaquia, mal disfrazada de intervención de las tropas del Pacto de Varsovia solicitada por las autoridades checas, tuvo lugar el 21 de agosto; para septiembre, recuerda Petkoff, nos reunimos en mi concha (escondite) Germán Lairet, Antonio José Urbina y yo, quienes junto con Alexis Adam habíamos sido los cuatro solitarios votos en el Comité Central del PCV, reunido poco después de la invasión, contrarios a la resolución que aprobaba la intervención soviética».
«Aquella noche de la clandestinidad, prosiguió Ibsen, arribamos a la conclusión de que era preciso abandonar el PCV y fundar un nuevo movimiento político, claramente diferente del comunista. Socialista, por supuesto, pero democrático. Esto es, no comunista. Nuestra disidencia no fue, como para otros, coartada para abandonar la lucha, sino motivación para continuarla, con el mismo afán de justicia, empero desde una perspectiva nueva: la libertaria».
La cruda realidad en el PCV era que en el Buró Político la disidencia era ínfima. En el Comité Central no llegaban a seis o siete, -incluidos los que estaban en el exterior-. los portavoces de nuevos aires. Pero en la Juventud Comunista, que era la savia, la proporción era exactamente la contraria. Un escenario que, para el desarrollo de esa nueva fuerza, debía estar siempre presente en sus actividades futuras.
La invasión soviética a Checoeslovaquia trajo, entre otras consecuencias, el surgimiento del “Eurocomunismo”. Una tendencia del movimiento comunista internacional, adoptada por algunas organizaciones marxistas de Europa occidental a partir de los años 70 , Ella se definió por su rechazo al modelo desarrollado en la Unión Soviética y en sus países satélites; una mayor proximidad hacia la clase media  surgida del capitalismo y el digerimiento del modelo parlamentario pluripartidista. 
El eurocomunismo se oficializó en marzo de 1977, en el momento en que los secretarios generales Enrico Berlinguer del PCI, Santiago Carrillo del PCE y Georges Marchais del PCF se reunieran en Madrid y presentaron las líneas fundamentales de la "nueva forma" que tomaría el movimiento marxista.
Sin embargo, ya el MAS tenía seis años de vida y una enorme influencia de tendencias que, en esos partidos europeos, propugnaban con más fuerza una apertura y autonomía, como “Il Manifesto” de Lucio Magri y Rossana Rossanda en Italia, mientras el mismo Roger Garaudy lo hizo en Francia con sus obras: “El gran viraje del socialismo” y "Ya no es posible callar". 



Mucho antes, el PC de Italia en particular, ya había desarrollado una línea independiente de Moscú la cual quedó claramente expresada en 1968, cuando ellos, con el PC Español y el PC de Finlandia fueron los únicos partidos comunistas del mundo, junto con el Partido Comunista Rumano, en condenar la invasión soviética de Praga. En 1975 el PCI y el PCE habían hecho una declaración sobre la "construcción del socialismo" que debía ser en "paz y libertad".
El libro de Petkoff, publicado en 1969 por la “Editorial Domingo Fuentes”, puso en el centro del debate del PCV su expulsión, siendo este hecho un factor clave para el lanzamiento de una nueva fuerza de cambio en Venezuela, que representó, en su momento, un resplandeciente amanecer del pensamiento y de la acción política, como lo fue el MAS.


Un receso en una reunión del MAS. Rodrigo Mora, Alfredo Padilla, Víctor Hugo De Paola, Teodoro Petkoff, Jesús Urbieta, Al centro Antonio José “Caraquita” Urbina.

Este texto es extraído del libro inédito de Pastor Heydra: La esperanza de una gran aurora y su arrebol

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