lunes, 12 de febrero de 2018

El médico ante la crisis - Carlos Guillermo Cárdenas D.


De todas las profesiones universitarias, la medicina es sin equívocos la que lidia más con el sufrimiento humano. De esto con más propiedad nos puede hablar el colega doctor Alirio Pérez Lopresti, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Los Andes.


El sufrimiento del venezolano ha alcanzado niveles insospechados años atrás. La crisis, factor determinante de sufrimiento en el presente, no es sólo determinada por la carestía de alimentos, también está asociada al incremento de la violencia ante la incertidumbre de inaccesibilidad de  los alimentos básicos y medicamentos para los hijos y la familia. La incertidumbre generada que aumenta ante la impotencia de regresar del mercado al hogar, sin los productos de sustento alimenticio diario básico, es generador de más incertidumbre y de mayor carga de emotividad.  Estas circunstancias de mayor hambre, mayor desnutrición y mayor desasosiego son generadores de sufrimiento. El sufrimiento se define como la mayor o menor capacidad para soportar el dolor. Es un factor generador de enfermedad.

La seguridad alimentaria, además  del acceso a los alimentos  es disponer de ellos oportunamente. Es también lograr su preparación para alcanzar la satisfacción de una necesidad esencial, alimentarse. Todo configura el grado de vulnerabilidad del hombre y la mujer, del niño y el adolescente, del adulto mayor, a enfermar.
   
El otro aspecto sensible en la crisis es el acceso a los medicamentos oportuna y eficientemente.  El país que alcanzó estándar  muy aceptable en el campo de la salud en la década de los noventa, en los tiempos presentes ha retrocedido en muchas áreas hasta 30 años. No es osado afirmar que el tratamiento ofrecido por los hospitales públicos para el manejo moderno del infarto de miocardio, dista mucho del ideal y aceptado en las guías y consensos internacionales. Si hay un medicamento no hay el material, si hay el material no está disponible el médico que realiza el procedimiento, si está disponible el médico no está operativo el equipo o aparato diagnóstico, si está operativo el equipo o aparato diagnóstico la caída de la luz impide la realización del mismo. Esta es la realidad que vivimos y sufrimos. 

El artículo intenta un brevísimo análisis del sufrimiento no como patología mórbida primaria, sino más bien como producto de una realidad inconmensurable en término de daño a la salud. Una deficiente alimentación, un inapropiado aporte calórico diario especialmente en niños y adolescentes, una  deficiencia de vitaminas y proteínas en cantidades equilibradas, tiene fuerte repercusión en el estado de salud mental y física.

Los textos budistas señalan que “el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”. No todo dolor conlleva sufrimiento. El dolor de parto no necesariamente conduce a sufrimiento; cuando ocurre, el dolor es producto de complicaciones.


El hombre, con un estómago para comer y un cerebro para pensar, también tiene un corazón para sentir. ¡Esta es la complejidad del ser humano!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario