Quizá usted,
estimado lector, forme parte de esa multitud de venezolanos que no termina de
entender las verdaderas razones por las que se ha tomado una medida tan
descabellada y absurda como la de recoger los billetes de 100 bolívares antes
de que salgan los billetes y las monedas del nuevo cono monetario.
En
Konzapata.com, Danny Leguízamo escribe: “A la carrera o al parecer
improvisadamente, los flamantes asesores del señor presidente de la República
no le han explicado que es un suicidio suprimir el billete de más alta
denominación del cono monetario sin tener reemplazo. Y que las monedas con el
equivalente no van a solucionar el problema, sino que lo terminarán agudizando.
Cosas como estas solo podían ser ocurrencia de Nicolás Maduro, a quien
definitivamente le gusta que todo salga peor de lo que ya está”. Y Leguízamo no
apela ni al humor ni a la ironía en esta frase tan lapidaria. Continúa: “Van a
eliminar prácticamente el 50% de los billetes de circulación que son los de
cien bolívares. ¿Alguien le explicó a Maduro que no hay manera de sustituir los
billetes de cien bolívares? ¿Le habrán dicho que las monedas para sustituir los
billetes van agudizar el problema en lugar de resolverlo? Y una tercera
pregunta, la más importante: ¿no era mejor esperar a que entraran en
circulación los billetes del nuevo cono monetario para poder adoptar la
medida?”.
Esta última
pregunta es crucial: ¿por qué el apuro? ¿Por qué, si tan lejos como pasado
mañana se supone que habrá nuevas monedas en la calle? Además, hablamos de
cantidades descomunales. Hoy en primera página de El Nacional:
“Existen 611,17 millardos de bolívares en billetes de 100. Las piezas de 2, 5,
10, 20 y 50 equivalen a 6,17 millones. El ministro de Relaciones Interiores,
Justicia y Paz, Néstor Reverol, informó que calculan en 300 millardos de
bolívares la fuga de billetes detectada. Afirmó que las mafias vendían cada
pieza hasta en 1,30 dólares”.
Y aquí es donde
uno se pregunta: un billete que ya no vale absolutamente nada, ¿cómo es que
cuesta o lo pueden vender en 1,30 dólares?
El general
Reverol da unas declaraciones que pasarán a los anales del delirio
gubernamental. Tal Cual: “El ministro de Interior y Justicia,
Néstor Reverol, aseguró que los billetes de 100 bolívares son llevados a países
de Europa como Suiza, Polonia, España y República Checa para ser depositados en
galpones, ‘con el compromiso de ser repatriados una vez que caiga el gobierno”.
No, usted no
leyó la idea de un enloquecido. Usted leyó lo que dijo el general Reverol que,
asumo, no está enloquecido. “El general Reverol informó que más de 300 millardos
de bolívares han salido del país a través de organizaciones no gubernamentales
(ONG) contratadas por el Departamento del Tesoro, con la finalidad de sacar el
efectivo circulante y asfixiar el sistema financiero. Aseguró que las ONG sacan
el papel moneda a través de Colombia para luego enviarlo a Europa y Asia.
Reverol indicó que por cada billete pagan entre 0,80 y 1,30 dólares”. Y luego,
con su energía militar, proclama el general: “Es por eso que de manera soberana
se tomó la decisión de sacar de circulación los billete de 100 bolívares para
que ese dinero no regrese más al país y hemos tomado todas las medidas para
hacer estricta vigilancia por tierra, aire y mar; y evitar que vuelva al
sistema financiero venezolano”.
Hay que respirar
hondo. Hay que contar mínimo hasta diez. Imagine usted a un suizo caminando por
uno de esos pueblitos tan bonitos y apacibles de su paraíso helvético. La Suiza
donde no pasa absolutamente nada. Y, de repente, se encuentra con un inmenso
galpón entre las vaquitas y todo este paisaje bucólico que caracteriza a su
país. Se asoma al galpón y ve que allí guardan montones, cerros de billetes de
cien con la cara de un señor que él no conoce. Y le pregunta al encargado del
galpón:
—¿Y esos que
son?
—Billetes de
cien bolívares.
—¿Qué son
bolívares?
—Billetes de un
país llamado República Bolivariana de Venezuela.
—¿Y dónde queda
ese país?
—Muy lejos, por
allá en Suramérica.
—¿Y por qué
guarda usted esos billetes en este galpón?
—Porque están
esperando que caiga el malvado gobierno de un tal Nicolás Maduro y su
revolución, para entonces enviarlos de regreso a ese país.
El suizo seguro
quedó tan atónito y desconcertado como usted, estimado lector. Cómo es posible
semejante disparate. Se han oído peores historias, tal vez. Pero nunca dichas
con tanta irresponsabilidad y desparpajo desde lo más alto del poder. Por ello
es que el muy fuerte editorial de El Nacional apela a la que
quizá sea la única explicación a tanta insensatez: “Si quedaba alguna duda
sobre el derrumbe mental de los integrantes del alto gobierno madurista, pues a
otra cosa mariposa. Cada vez que el jefe de Miraflores asoma su rostro por la
televisión ya sabemos que no habrá discurso lógico ni racional, sino una sarta
de disparates que lleva a los venezolanos a preguntarse si el señor que está
hablando ha sufrido algún accidente y si, a consecuencia de ello, su
estabilidad mental está en entredicho”. Apenas el comienzo de un editorial
aplastante y en absoluto exagerado.
¿Dónde está la
camisa de fuerza para tanta locura?
LA OPINIÓN DE César Miguel Rondón@cmrondon
14 DE DICIEMBRE DE 2016 12:44 AM
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