Boquetes en paredes. Santamarías
fragmentadas. Vidrios partidos y mucho caos. Eso fue lo que pudieron observar
este domingo en la mañana los dirigentes empresariales de Ciudad Bolívar al
recorrer las calles de la capital del estado para realizar un censo de
los negocios violentados y saqueados, tras la violencia generada por la eliminación abrupta del billete de
Bs. 100 que, horas después, fue revertida.
Al mediodía del sábado, estimaban 100
negocios afectados, pero la violencia continuó y luego del recorrido de este
domingo. Al mediodía del sábado, estimaban 100 negocios afectados, pero la
violencia continuó y luego del recorrido de este domingo, el presidente de
Fedecámaras Bolívar, Fernando Cepeda, estimó que más de 350 establecimientos
fueron saqueados parcial y totalmente. "Acabaron con el 90% de los
comercios que venden comida en Ciudad Bolívar, están destruidos, no dejaron
nada, ¿dónde vamos a comprar comida?", dijo, al detallar que solo los
supermercados El Diamante y Central Madeirense "se salvaron".
“Fueron actos vandálicos hechos por una
población fuera de sí y ayer (sábado) no contamos con las autoridades para
resguardar los establecimientos”, dijo, pese a que desde las cinco de la tarde
del sábado empezaron a regir “medidas especiales” que restringen hasta el lunes
la circulación peatonal, vehicular y de motos. “En la madrugada se escuchaban
detonaciones, sirenas y carros pese a las restricciones, ¿por qué nadie detenía
a la gente?”, cuestionó Cepeda.
“Primera vez en la historia de Ciudad
Bolívar que pasa esto, esta es una ciudad que vive del comercio. El 80% de la
masa laboral que tiene la ciudad la genera el sector comercio, aquí no hay industrias
y esto nos afecta mucho”, resaltó el presidente de la Cámara de Comercio del
estado Bolívar, Austerio González, quien precisó que el 80% de los negocios que
suministran víveres y alimentos fue saqueado.
Primera
vez en la historia de Ciudad Bolívar que pasa esto, esta es una ciudad que
vive del comercio". Austerio González, presidente de la Cámara de
Comercio del estado Bolívar.
|
|
|
|
“En la parte de licorería, hay de 25 a
30 saqueadas, además de negocios de ferreterías, ventas de repuestos, celulares
y hasta caucheras. Estamos exigiendo al Gobierno nacional la mayor seguridad y
si es necesario militarizar la ciudad y decretar un toque de queda”, planteó.
González sostuvo que en la primera
reunión que tuvieron este sábado con el gobernador del estado Bolívar,
Francisco Rangel Gómez, le plantearon la necesidad de buscar un mecanismo para
compensar a los propietarios de negocios afectados “y hay la posibilidad de
canalizar préstamos blandos”.
La propuesta fue manejada este domingo
por el mandatario regional, quien aseguró que ayudarán a los comerciantes.
El dirigente empresarial estimó que los
saqueos afectan a 1.050 trabajadores directos y deja pérdidas millonarias,
hasta ahora no cuantificadas. “Estamos haciendo un inventario y tratando de
precisar las pérdidas”, agregó.
Está previsto que la dirigencia
empresarial regional se reúna nuevamente con el gobernador Rangel Gómez a las
10 de la mañana de este lunes para evaluar las posibilidades concretas de ayuda
a los comerciantes afectados no solo en la capital de Bolívar, sino en
municipios del sur y oeste del estado.
Muchos
locales, en especial, comercios chinos y grandes supermercados, se encontraban
custodiados por la Guardia Nacional para así evitar ser saqueados./ Gladylis
Flores
Comerciantes protegieron con palos sus locales
|
||
|
|
|
Entretanto, en Santa Elena de Uairén,
localidad fronteriza con Brasil en el municipio Gran Sabana, los comerciantes
junto a la comunidad y funcionarios policiales y de la Guardia Nacional
protegieron sus negocios con palos en mano, luego del saqueo de seis establecimientos el sábado, de los cuales solo uno era de alimentos.
“Hicimos una vigilia en las calles,
organizados en brigadas de seguridad con la Guardia Nacional, la policía y los
milicianos”, dijo el presidente de la Cámara de Comercio de Santa Elena de
Uairén, Gilmer Poma, al estimar que 150 personas participaron en el informal
operativo de resguardo.
El dirigente sostuvo que esperan que
este lunes se flexibilice el paso por la frontera con Brasil, tomando en cuenta
el “corredor humanitario” que el presidente Nicolás Maduro anunció que habría
durante el cierre fronterizo hasta el 2 de enero de 2017.
“Hay muchos turistas frenados de ambos
lados y lo que más preocupa es el caso de los niños brasilero-venezolanos que
estudian en Pacaraima y los buses no pueden venir a buscarlos, pero de eso está
al tanto el alcalde de Gran Sabana y está gestionando una solución”, planteó.
Poma informó, además, que tras el apoyo
de la población de Santa Elena de Uairén en el resguardo de los locales del
casco central, los comerciantes bajaron los precios de los principales rubros
de la canasta alimentaria. Precisó que el arroz fue ajustado de Bs. 4.500 a Bs.
2.500, mientras que el aceite descendió de Bs. 5.000 a Bs. 3.000.
Modificado por última
vez en Lunes, 19 Diciembre 2016 01:13
A la dirigencia empresarial, le preocupa la destrucción de los puestos de empleo en una ciudad que depende económicamente del sector comercioWilliam Urdaneta
Tanta loquera para tanta nada
·
Domingo, 18 Diciembre 2016 00:00
William
Urdaneta
Imagino que la especia de monje loco
que Maduro tiene de asesor económico, importado del partido español Podemos,
inspirado en la idea del departamento del tesoro estadounidense que planifica
la eliminación del billete de 100 dólares, inútil por exagerado en la economía
yanqui, para ocasionar un golpe mortal a las finanzas del narcotráfico, lo
convenció de hacer lo propio con el triste, deslucido, desteñido y
ultradevaluado billetucho de 100 be eses venezolano, para dar un golpe
efectista que convenciera al pueblo de la existencia de mafias que sacaban
toneladas de unidades de esa denominación para almacenarlas en la estratósfera
a la espera de que Maduro cayera para repatriarlos con beneficios exorbitantes.
Delirio, francamente, de desmotados
mentales. Nadie en su sano juicio puede creer que alguien pueda invertir tal
inmensidad de recursos monetarios con el fin de acaparar una moneda cuya
devaluación alcanza más de 600 por ciento en los últimos dos años. Novela para
estúpidos. Lo cierto es que tal medida ha ocasionado un tiro a mansalva por la
culata del pueblo no bancarizado.
El vendedor de perros calientes cuya
dinámica comercial se expresa al contado y la utilidad es salario bajo el
colchón. El pensionado (o la pensionada, disculpen) del Seguro social, que
cobró hasta el mes adicional obsequiado por Maduro, en billetes de 100, porque
esa fue la orden de Maduro, ¿sería para quitarles la pensión?
En el sur del estado Bolívar, y en su
capital, Ciudad Bolívar, la situación fue de extrema gravedad, porque en la
desesperación, y apoyado por bandas armadas, el pueblo saqueó los comercios en
general, pero con odio visceral a los expendios de alimentos de comerciantes
chinos, llegando al extremo de invadir sus hogares y robar sus enseres
familiares.
Pero Maduro, en su terca obcecación,
subsumido por la fantasía de la conspiración de supuestos acaparadores de más
de 300 mil millones de be ses, para derrocarlo, “que quedaron invalidados en
manos de las mafias” -¿de cuánto era, entonces, la masa del circulante monetario?- culpa a la MUD por las protestas y saqueos y de la quema de las sedes de dos bancos públicos en la población
de Guasdualito, en el estado Apure.
Pero se produjo en todo el país,
esa irregularidad provocada por la ilógica decisión de sacar de circulación
casi 70% del actual cono monetario, sin contar con el suministro del sustituto,
y en un plazo perentorio de 72 horas -“para que las mafias
se metan sus billetes por el…”- lo que dejó sin efectivo a la población, lo
que afecta con mayor crudeza a los de menores recursos, para
adquirir alimentos, ni siquiera la insultante bolsa de los CLAP, y para colmo
el BCV no cambia los billetes por denominaciones más bajas sino que entrega un
recibo como depósito, según denunciaron varios ciudadanos a Provea.
Estupefactos, todos los noticieros y
analistas económicos del mundo comentaron lo irracional de tal medida, que
lesionó los intereses del país, privilegiando, además, la legalización de
capitales ilegales, lo que fue definido como una “macro lavadora”, al poder
abrir cuentas bancarias con solo la cédula de identidad, obviando los
requisitos imprescindibles para el control del origen de los fondos, según la
opinión de observadores internacionales alarmados por la inmensa cantidad de
billetes de esa denominación que empezaron a abarrotar las bóvedas de los
bancos, llegada en sacos y maletas y cajas de cartón.
Situación facilitada por el ambiente de
corrupción generalizada, demostrada por la abierta compra callejera de los
billetes abolidos por la mitad de su valor, por los contactos corruptos en la
banca pública. Pero también afectó al comercio fronterizo de
Colombia y Brasil, abierto por Maduro, lo que legitimó el dólar paralelo y el
contrabando, cuyos comerciantes aceptaban billetes de 100 be eses, dada la
imposibilidad de los importadores para adquirir dólares del estado, para
garantizar el suministro de alimentos que logró paliar la escasez en Venezuela.
Seguramente ambos gobiernos intervendrán para que el de Venezuela honre los
pactos internacionales en la materia, y estos comerciantes, y los que no lo
son, recuperen su dinero en dólares al cambio oficial, lo que será un excelente
negocio a fin de cuentas que dejará incólumes a las supuestas mafias.
Una insólita rectificación
Como si fuera poca su capacidad de
generar estupefacción, luego de la prepotencia dictatorial de haber reducido a
cinco los diez días anunciados para el canje en el BCV, de haber sometido a la
población a la desesperación del temor a perder su dinero y al calvario de las
interminables colas a las puertas de los bancos, de hacer llorar a lo más
débiles que se habían quedado con sus ahorros domésticos invalidados, de hacer
trabajar extenuantes horarios de emergencia a los funcionarios bancarios, de
haber provocado la iracundia popular que sacó lo más salvaje y agresivo del
pueblo venezolano, el día sábado, durante uno de sus ya desgastados actos
proselitista, transmitido en cadena nacional, en una insólita rectificación, Maduro extiende el plazo de vigencia del billete de 100 be eses, hasta el
2 de enero.
Lo que demuestra que aquella medida
desconcertante fue absolutamente improvisada, irresponsable y que no consideró
las posibles consecuencias en una población agobiada por la incertidumbre. Y,
después de que la falta de efectivo para comprar alimentos provocara los
desmanes que llevaron a la ruina a cientos de comerciantes, pérdidas de vidas y
bienes y terror en la población, Maduro rectifica como quien no ha roto un
plato. ¡Ah, perdón, me equivoqué! Como que si nada hubiera pasado. Era un juego
que falta de sentido común en un gobernante con ese inmenso poder. Cuánta
irresponsabilidad con este país devastado por este perverso experimento social,
que ha encumbrado y enriquecido lo peor, lo menos dotado y lo más codicioso de
la negación de la inteligencia por no decir de la humanidad.
Con esa desesperación llega Navidad
Durante el transcurso de estos 18 años de tropel chavista, hemos sido
sometidos a las más disparatadas decisiones oficiales, la una más dislocada que
la otra o viceversa, desde adelantar el reloj para estimular la inteligencia
con el sol hasta esta exasperación económica a la espera del avión –“desviado y
retrasado por la ultraderecha internacional”- que trae el nuevo cono monetario
con el cual Maduro reconoce la hiperinflación producida por su ignorancia
supina en materia económica.
|
||
|
|
|
Día tras día las locuras
revolucionarias nos han llevado a esta nada insondable. Ya no asombra el
cochambre nacional. Ni lo destartalado de la infraestructura pública y privada.
Ni el envilecimiento de la red hospitalaria. Ni la miseria. Ni la atroz sevicia
del hampa impune que cuenta con más de setenta mil delincuentes libres y
sesenta mil presos, pero activos, dieciocho mil bandas, de las cuales cincuenta
y dos están organizadas con cientos de militantes y armamento de guerra, que
han llevado la tasa de homicidios a 70 por cada cien mil habitantes. Ni el
enflaquecimiento de la población –“la dieta de Maduro/ te pone duro”-, dice
procazmente el robusto presidente entre las carcajadas de la imbecilidad que lo
rodea como una costra indecente, mientras los niños se desmayan de hambre en
las escuelas y el poder adquisitivo del salario se disuelve.
Y lo otro a lo que nos hemos acostumbrado es a convivir con el asco que
produce la opulencia de los jerarcas del régimen, que destaca obscenamente ante
la pátina gris que cubre al país. ¿Y qué es lo que ha dado a cambio de la
destrucción de la dignidad nacional esta revolución por decreto? Nada. Un
estítico puñado de promesas incumplidas por imposibles. La espera acoquinada
del arranque de unos motores productivos que solo existen en el afiebrado hueco
craneano del socialismo siglo 21. Y un pueblo famélico convertido en parásito
social. Nada. Tanta loquera para tanta nada. Esta es la Venezuela que
recibe Navidad y Año nuevo en un ambiente de caos, incertidumbre y miedo.
Modificado por última vez en Domingo, 18
Diciembre 2016 19:24
No hay comentarios:
Publicar un comentario