Los Isleños de Margarita y Coche hoy amanecieron tristes, al despuntar el alba de ese amarillo y rojizo amanecer, la noticia que corrió como la polvora fue, en la madrugada se nos fue otro viejo roble, se nos fue Rubén Santiago. Hoy los fogones amanecieron apagados, en el Restaurant “La Casa de Rubén”, se nos fue el hombre del Pastel o Cuajao de Chucho, de la Fosforera, la Crema Catalana, el que impuso el casabe gratinado con queso, y sus 80 platos llevan sus famosos tomates margariteños de los que tanto se vanagloriaba.
Rubén había superado el Covid 19, pasó muchos años batallando con un cáncer, había logrado doblegar, esa pelea fue larga pero le ganó. El miércoles 7 de diciembre, hace dos días, me llamó y hablamos de política, que había seguido muy de cerca mi campaña, que le había gustado, que fui de los pocos que llevó un mensaje. “Mario sigue escribiendo, tu, Pastor, Alfredo, Robinson, me animaron a escribir, publiqué varios libros. Se me despertó el canciller y no me gusta”. Me comenta su hijo, el Coronel Rubén Santiago, “en la madrugada lo sorprendió un infarto fulminante”. Se nos fue Rubén Santiago, el Chef colgó el delantal.
En la funeraria Vallés de Caracas serán las exequias fúnebres el viernes 10, a partir de las 8 am y a las 4 pm lo trasladaron al Cementerio del Este, La Guairita.
“La Casa de Rubén y el pastel de Chucho”
Entrar a la “Casa de Rubén”, es llegar a un sitio mágico, el anfitrión recibía en la puerta a sus visitantes, la música en vivo te invita, una locación agradable, típica, en la entrada la carreta cargada de tomates margariteños, ají dulce, aguacate, albahaca y pimientos, todos cultivados en su propio huerto. Ha sabido combinar la cocina con la barra y la música, ha dicho: “Para ser cocinero en Margarita hay que estar compenetrado musicalmente con esta tierra”.
Es así como inventa el plato que revolucionó la gastronomía margariteña, convirtiendo el “Cuajao de Chucho” que tiene como ingredientes principales: el Chucho o Cazón, huevos y papa. Rubén en su afán de proponer a sus comensales un plato autóctono y distinto, toma la receta de Trina y reemplaza a la papa y los huevos por el plátano maduro, bechamel, pasitas y queso amarillo (gouda holandés), dándole un vuelco al manjar, logrando con sus fogones darle una cocción adecuada, lo que él bautizo como “pastel de Chucho”, hoy un icono, un emblema del plato tradicional margariteño. La receta de este plato se le atribuye a Trina Miguelina Marcano (seguramente por ser la dueña del Restaurant “Trimar”, uno de los más viejos de la Isla). Margarita es especial.
De San Benito a la Virgen del Valle
El 15 de marzo de 1946, en el pueblo de Sabana Grande en la zona baja de Betijoque en el Estado Trujillo, nació Rubén Segundo Santiago Aguilera. Sus padres Rubén Eli Santiago (farmaceuta y Boticario del pueblo) y Rosa María Aguilera de Santiago (enfermera, el hospital materno infantil del pueblo lleva el nombre de su señora Madre), es el segundo de cinco hermanos. La primaria la estudió en la Escuela Manuel Zambrano y el bachillerato en el Liceo Rafael Rangel, termina el tercer año en 1963.
En su pueblo aprendió a querer y venerar a los doctores José Gregorio Hernández y Rafael Rangel (científico, padre de la parasitología en el país). Todos los 25 de diciembre acompañaba la procesión del santo de todos los trujillanos (San Benito de Palermo), que sale de Sabana Grande hasta Betijoque, todo el trayecto, más de 10 kilómetros, lo llevan en procesión a pie y bailando al son del requinto y los tambores (Rubén tocaba tambor), otros van a caballo. El fallecimiento de su madre lo afectó mucho, me comentaba “han pasado 61 años y la veo intacta”. En Margarita echó raíces, se casó con Urayma Mayru Fuentes, padre de cuatro hijos (Rubén Antonio, Rubén Darío, Lenin Javier y Zulay Mayru).
Un Gochito en Caracas
En 1963, a la edad de 14 años se viene a Caracas, buscando mejores condiciones de vida, llega a la casa de unos tíos en la avenida Sucre de Catia. Su tío Ruperto Uzcátegui era Barman en el restaurante El Campó en los Palos Grandes, lo emplea como lavaplatos luego Bartender, ayudante de cocina, tuvo dos jefes de cocina uno español y otro venezolano de ambos aprendió.
Hace cursos de coctelería y trabaja como Barman en la Quinta de Simón, restaurant 3 topias en la avenida Andrés Bello. Alterna el trabajo con el estudio y comienza a ganar premios. Regentó un restauran en el edificio Villasmil en plaza Carabobo, le fue mal y bajó la santa María. Se traslada a la zona petrolera de Anaco donde inaugura un restaurant y compra una finca en La Toscana estado Monagas (en esa época lo conocí).
“De aquí me sacarán, pero con una escopeta echándome tiros”.
En julio de 1972, prende el mustang, sale de Caracas hacia El Tigre Estado Anzoátegui, en compañía de su hermano Douglas. Entra a Puerto La Cruz, va conduciendo por el paseo Colón, observa que va llegando un Ferry al muelle y le dicen que es el que va a la Isla de Margarita, no la conocía, aborda la embarcación era el Ferry Mar III. Como buen gocho creyente fue a conocer a la Virgen del Valle y quedó prendado, de ahí va al mercado que quedaba en el centro, donde hoy queda el puerto de La Mar. Pescado frito, botella de whisky a 10 bolívares, brandy a 2,50. Rubén le dijo al hermano “salúdame a la familia, porque de aquí me sacarán, pero con una escopeta echándome tiros”. “He llegado a otro mundo, esto es maravilloso”.
El “navegao” se hizo Guaiquerí
Al poco tiempo de estar en la isla, el hotel Concorde, lo contrata como instructor de Bar y cocina. La cocinera era Francisca “Chica” Guerra, lo más solicitado del menú era el “Cuajao de Chucho”. In sito comenzó a conocer la cocina margariteña, la sazón y los guisos, pero el secreto era la magia con que usaba los ingredientes esta mujer. El hombre entra al fogón como un ñero más. Se hizo un personaje conocido y apreciado por su carácter bonachón y atento, servicial y su don de gente que hizo la distinción.
Rubén prende sus fogones
En 1982 Rubén Santiago, decide abandonar la barra y la cocina del hotel ubicado en la bahía de Bella Vista. Tenía amigos y clientes que lo frecuentaban. Era tiempo de prender sus propios fogones.
Fundó la Casa de Rubén, ubicada en la prolongación de la avenida 4 de mayo en Porlamar. Necesitaba innovar, impactar a sus clientes con un plato que le diera identidad a su menú. Rubén desde la Isla, inventó el “pastel de Chucho”, llevando la gastronomía margariteña al mundo.
La isla gastronómica
Este soñador y creativo que ha recibido todas las condecoraciones y premios tanto en el país como en el exterior, a sus 70 años no descansa, da clases de cocina y gastronomía, todos le dice el Maestro. Fundó la Asociación Civil Margarita Gastronómica. A las 5 y 30 de la mañana sale del mercado de Los Conejeros y sigue al mercado de Punda a buscar pescado.
Rubén Santiago, es una persona humilde y generosa, siempre tiene presente a sus maestros: Trina Miguelina Marcano, “Chica” Guerra, Gacho, Rómulo Castillo, Dorina Marín, Cachicato, otros. Margarita es la isla, donde hay más actividades y festividades gastronómicas, el fin de semana realizaron el Festival del Chipi Chipi.
@mariovaldez1
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