Una crisis puede ser un punto de inflexión para una sociedad. El historiador Yuval Noah Harari, quien donó un millón de dólares a la OMS, explica cómo las decisiones de hoy frente a la COVID-19 cambiarán nuestro futuro.
Yuval Noah Harari, historiador israelí. DW: Estamos en medio de una pandemia. ¿Qué es lo que más le preocupa de cómo está cambiando el mundo? Yuval Noah Harari: Creo que el mayor peligro no es el virus en sí. La humanidad tiene todo el conocimiento científico y las herramientas tecnológicas para superar el virus.
El problema realmente grande son nuestros propios
demonios internos, nuestro propio odio, codicia e ignorancia. Da temor ver que
la gente no está reaccionando con solidaridad mundial ante esta crisis, sino
con odio. Sin embargo, espero que seamos capaces de desarrollar nuestra
compasión para ayudar a las personas necesitadas. Y que desarrollemos nuestra
capacidad de reconocer la verdad y no creer en teorías de conspiración. Nos
enfrentamos a la elección entre la vigilancia totalitaria y el empoderamiento
de los ciudadanos. Si no tenemos cuidado, la epidemia podría marcar un hito en
la historia de la vigilancia. ¿Pero cómo se puede tener cuidado con algo que
está fuera de nuestro control? No está completamente fuera de nuestro control,
al menos en una democracia.
La gente vota por determinados políticos y partidos
que hacen las políticas. Así que tenemos algún control sobre el sistema político.
Incluso sin tener elecciones ahora, los políticos están respondiendo a la
presión pública. Si la gente está aterrorizada por la epidemia y quiere un
líder fuerte que tome el control, entonces es mucho más fácil para un dictador
hacer exactamente eso. Si, al contrario, el político recibe el rechazo de la
ciudadanía cuando este llega demasiado lejos, entonces se pueden evitar giros
peligrosos. ¿Cómo saber en quién confiar? Primero, contamos con experiencia. Si
tenemos políticos que nos han estado mintiendo durante años, tenemos menos
razones para confiar en ellos en esta emergencia. Segundo, podemos hacer
preguntas sobre las teorías que la gente está repitiendo. Si a alguien se le
ocurre una teoría conspirativa sobre el origen y la propagación del coronavirus,
hay que pedirle a esta persona que explique qué es
un virus y cómo causa la enfermedad. Si la persona no tiene ninguna idea,
significa que no tiene ningún conocimiento científico básico. No se necesita un
doctorado en biología. Pero sí necesitas un entendimiento científico básico de
todas estas cosas. En los últimos años, hemos visto a varios políticos
populistas atacar la ciencia, diciendo que los científicos son una élite remota
desconectada de la gente, diciendo que cosas como el cambio climático son solo
un engaño.
A estos no les deberíamos creer. Pero en este
momento de crisis en todo el mundo, vemos que la gente confía en la ciencia más
que en cualquier otra cosa. Muchos países están implementando mecanismos de
vigilancia virtual para evitar la propagación del virus. ¿Cómo se pueden
controlar estos mecanismos? Cada vez que se aumente la vigilancia a los
ciudadanos, se debería ir a la par con una mayor vigilancia al gobierno. En
esta crisis, los gobiernos están gastando mucho dinero. En EE.UU., dos billones
de dólares.
En Alemania, cientos de miles de millones de euros,
y así sucesivamente. Como ciudadano, quiero saber quién toma las decisiones y a
dónde va el dinero: ¿se está utilizando el dinero para rescatar a grandes
empresas que estaban ya en problemas antes de la epidemia tras decisiones
equivocadas de sus directivos? ¿O se está usando el dinero para ayudar a los
pequeños negocios, restaurantes o tiendas? Si un gobierno está tan ansioso por
tener más vigilancia, la vigilancia debe ir en ambos sentidos. Y si el gobierno
dice que esto es demasiado complicado, no podemos abrir todas las transacciones
financieras, entonces tenemos que contestar: "No, no es demasiado
complicado. De la misma manera que pueden crear un enorme sistema de vigilancia
para ver a dónde vamos cada día, debería ser tan fácil crear un sistema
que muestre lo que se está haciendo con el dinero
de nuestros impuestos". ¿Eso funciona distribuyendo el poder y no dejando
que se acumule en una persona o una autoridad? Exactamente. Una idea con la que
la gente está probando es queriendo alertar a los que han estado cerca de un
paciente con coronavirus. Hay dos maneras de hacerlo: Una forma es tener una
autoridad central que reúna información sobre todos, y luego descubra que una
persona ha estado cerca de alguien que tiene COVID-19 y sea advertido.
Otro método es que los teléfonos se comuniquen
directamente, uno con el otro, sin ninguna autoridad central que reúna toda la
información. Si paso cerca de alguien que tiene COVID-19, los dos teléfonos, el
suyo y el mío, solo se comunican entre ellos y recibo la alerta. Así, ninguna
autoridad central reúne toda esta información y sigue a todo el mundo. ¿Esta
crisis le hace repensar su imagen de los humanos en el siglo XXI? No lo
sabemos, porque depende de las decisiones que tomemos ahora.
El peligro de una clase sin ocupación está,
en realidad, aumentando dramáticamente debido a la actual crisis económica.
Ahora vemos un aumento en la tecnología, que los robots y las computadoras
reemplazan a la gente en más y más trabajos en esta crisis, porque la gente
está encerrada en sus casas, y la gente puede infectarse, pero los robots no.
Podríamos ver que los gobiernos decidan trasladar ciertas industrias a sus
países en lugar de depender de las fábricas de otros lugares. Así que podríamos
ver, tanto por la automatización como por la "desglobalización”, que,
especialmente los países en desarrollo que dependen de la mano de obra barata,
de repente tengan una enorme e
inútil clase de personas que han perdido sus
trabajos porque estos trabajos han sido automatizados o trasladados a otro
lugar. Y esto también puede suceder dentro de los países ricos. Esta crisis
está causando tremendos cambios en el mercado laboral.
La gente trabaja desde casa. La gente trabaja
en línea. Si no tenemos cuidado, podría resultar en el colapso del trabajo
organizado, al menos en algunos sectores de la industria. ¿Cómo resumirán los
historiadores en el futuro este momento? Creo que los futuros historiadores
verán esto como un punto de inflexión en la historia del siglo XXI. Pero qué
camino tomemos depende de nuestras decisiones. No es inevitable. El historiador
Yuval Noah Harari es profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén y autor de
los libros Sapiens: De animales a Dioses, Homo Deus: Breve historia del mañana
y 21 lecciones para el siglo XXI. Su empresa de impacto social Sapienship donó
un millón de dólares a la Organización Mundial de la Salud tras la decisión del
presidente de EE.UU. de retener la financiación. (ct/jov)
https://www.dw.com/es/coronavirus-
09 de Noviembre del 2020
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