Tareck El Aissami, miembro de la cúpula chavista y jefe de la cartera de Producción, es señalado por la Justicia estadounidense como uno de los 10 fugitivos más buscados
El
cerco de Washington a la cúpula chavista se estrecha cada vez más. El Servicio
de Migración y Control de Aduanas estadounidense ha emitido este miércoles una
alerta que señala a Tareck Zaidan El Aissami Maddah,
exvicepresidente de Venezuela y actual
ministro de Industrias y Producción Nacional como uno de los 10 prófugos más
buscados. Además del que es considerado uno de los hombres de confianza
de Nicolás Maduro se
incluyó también a Samark López Bello, acusado de ser socio de El Aissami en
negocios de narcotráfico.
El
Aissami había sido incluido en 2017 en la lista negra de la Oficina de Control
de Activos en el Extranjero en la que hay más de un centenar de funcionarios
chavistas sancionados. Entonces, se le congelaron 14 empresas y bienes en
Estados Unidos, Venezuela, Panamá, Islas Vírgenes y el Reino Unido y se
señalaron sus supuestos vínculos con el tráfico de drogas, específicamente con
el narcotraficante Walid Makled —preso en Venezuela— y el cartel mexicano
de Los Zetas.
En
marzo, la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York había presentado cargos
contra ambos por violar restricciones que le había impuesto un tribunal que le investiga
por su implicación en un caso de narcotráfico. Según las
sanciones de 2017, El Aissami no podía viajar a Rusia, y lo hizo en febrero en
un avión privado, junto a López Bello quien también tiene la misma restricción.
Desde entonces ya estaba siendo buscado por el Departamento de Justicia. Y los
viajes han seguido. El mes pasado, por ejemplo, estuvo en el Foro
Económico Internacional de San Petersburgo.
Es
la primera vez, sin embargo, que se difunde una ficha con sus señas físicas y
datos de identidad y se solicita información para dar con su paradero. Los dos
venezolanos son calificados de fugitivos y aparecen junto a otros ocho
extranjeros buscados por homicidios, pertenecer a pandillas, organizaciones de
trata de personas y actividades con narcóticos.
Las
acusaciones de Estados Unidos indican que El Aissami facilitó envíos de
narcóticos, "incluyendo control de aviones que salieron de una base aérea
venezolana y rutas de drogas mediante los puertos en Venezuela". También
denuncian que “supervisó o poseyó parcialmente envíos de narcóticos de más de
1.000 kilogramos desde Venezuela en múltiples ocasiones”.
El
Aissami, nacido el Estado andino de Mérida y de origen sirio, es de las fichas
que mejor ha logrado sobrevivir los 20 años de revolución y el desmoronamiento
y las purgas que vive el chavismo desde la muerte de su líder, Hugo Chávez, en 2013. Desde
que era dirigente estudiantil se sumó a los equipos juveniles que impulsaron el
triunfo del chavismo en 1998 y rápidamente obtuvo cargos estratégicos en la
burocracia: primero al frente de la antigua Oficina de Identificación y
Extranjería, encargada de todos los documentos de los venezolanos.
Investigaciones periodísticas de The Wall Street Journal y
otros medios han señalado que facilitó pasaportes a miembros de grupos terroristas
de Oriente Medio. Dio un salto al Ministerio de Interior y Justicia, como
viceministro y luego como titular de la cartera donde estuvo entre 2007 y 2012,
cuando fue electo gobernador de Aragua. Tras su paso por la entidad se
convirtió en la más insegura del país.
Al
abogado y criminólogo de 44 años se le considera un radical dentro del chavismo
y de los más leales al Partido Socialista Unido de Venezuela. Su padre, Carlos
El Aissami, colaboró con la intentona golpista de Chávez en 1992 y estuvo preso
por eso. En 2017, en medio de la mayor escasez de alimentos y bienes y con la
hiperinflación apenas burbujeando, se convirtió en la mano derecha de Maduro
para manejar la economía como vicepresidente y actualmente como ministro de
Industrias y Producción Nacional, áreas severamente castigadas por las
políticas de control del chavismo, que mantienen a Venezuela en el foso de su
peor crisis económica.
El
Aissami respondió al señalamiento de Estados Unidos con un video que subió en
su cuenta de Twitter. En la grabación aparece en una de las centrales
hidroeléctricas del estado Bolívar. “Somos leales a nuestro pueblo y sobre todo
a nuestro hermano Nicolas Maduro. No podrán detener el curso irreversible y la
voluntad firme del pueblo venezolano a ser una potencia. Acúsennos de los que
les de la gana. Seguimos construyendo el sueño de Bolívar. Nosotros
venceremos”, dijo.
Caracas 1 AGO 2019 - 05:18 CEST
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