lunes, 15 de abril de 2019

Colosio, el Magnicidio que cambio a México - Mario Valdez



El miércoles 23 de marzo de 1994, la política en México cambió y entró en un proceso de violencia que aun hoy no cesa. A las  7 y 10 minutos de esa fatídica noche, fue asesinado Luis Donaldo Colosio candidato presidencial del PRI, partido oficialista bajo la conducción de Carlos Salinas de Gortari, presidente de la República del país azteca. El candidato Colosio hace el discurso y cierra la campaña presidencial en la colonia Lomas Taurinas, Tijuana, Baja California, ante una gran concentración de personas. El líder político baja de una tarima improvisada en la plataforma de un camión, se abre paso entre una multitud que lo aclama, cuando ha caminado unos trece metros hacia la camioneta que lo espera, de pronto se acerca un hombre que penetra el cerco de seguridad, desenfunda un revolver Taurus calibre 38 y a quema ropa dispara en el oído derecho del candidato, un segundo disparo le da en el abdomen,  Luis Donaldo se desploma, cae al suelo inconsciente con la cabeza bañada en sangre. Un grupo de la seguridad presidencial agarra a un hombre de unos 25 años, delgado, moreno, de pelo rizado y lo hacen preso como el autor de los disparos. Otro grupo se lleva al político al hospital General de Tijuana, donde fallece a las 18 y 55 minutos. La muerte de Luis Donaldo Colosio es considerada como el primer magnicidio cometido en México después del asesinato de Álvaro Obregón cometido el 17 de julio de 1928.


La investigación del caso Colosio estuvo contaminada desde el comienzo, el ambiente político se enrareció, las investigaciones paralelas que se hicieron dicen que Mario Aburto no fue el asesino, otros sujetos con el mismo parecido físico de Aburto aparecieron muertos, en los videos de la época apareció uno de ellos con un revólver, los curiosos dicen que ese fue el verdadero asesino. En el camino murieron altos funcionarios del gobierno y empresarios, otros fueron presos por diversos motivos. Lo cierto es que hoy México sigue caliente.       

López Obrador, “Se hará justicia”

25 años después del magnicidio de Colosio, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que cenó con el candidato Colosio dos noches antes de su muerte, dijo que no quedará impune el asesinato “Se hará justicia, en el caso de que se tratara de un crimen de Estado”. Ese crimen está rodeado de mucho misterio, el presunto asesino Mario Aburto Martínez, a pesar que se contradijo en sus distintas declaraciones en tribunales y a la prensa, hubo un denominador común, siempre admitió ser el asesino de Luis Donaldo Colosio, fue condenado a 45 años de cárcel, de cumplir su condena saldría en libertad el 23 de marzo de2039, a la edad de 68 años. Su familia y su abogado sostuvieron siempre que Mario Aburto era inocente, que estaba chantajeado y lo amenazaron con matarle la familia, por eso todos se fueron de México. A todos los presidentes les han pedido que reabra el caso Colosio para que aparezcan los verdaderos culpables, ninguno respondió, le mandaron una comunicación a López Obrador y éste ha girado instrucciones para que se cumplan los pasos legales.

El discurso en el Monumento de la Revolución selló su muerte

Ese 23 de marzo, en Lomas Taurinas el entonces candidato ratificó el discurso emotivo, seguramente inspirado en “Yo tengo un sueño” de Martin Luther King, donde habló sobre los excesos y los abusos que se cometen desde el poder, que días antes había dicho en el Monumento a la Revolución, uno de los sitios históricos más importante de ese país, ubicado en la plaza de la República, al señalar “Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada…”…”sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentra en una excesiva concentración del poder. Concentración del poder que da lugar a decisiones equivocadas al monopolio de iniciativas; a los abusos, a los excesos”. Numerosos analistas políticos afirman que el discurso que Colosio, leyó el domingo 6 de marzo en el Monumento de la Revolución, “que significó un punto de ruptura de Colosio con Salinas de Gortari, como una suerte de separación padre – hijo; los más suspicaces, que fue su sentencia de muerte”.  

Colosio como candidato presidencial y futuro sucesor de Salinas de Gortari, en su mensaje habla “de un México agraviado y en crisis, con hambre, con profundas diferencias sociales, pero con la esperanza de transformaciones”. El candidato hablaba y se dirigía a un país distinto, tocaba temas álgidos que incomodaban, fueron muchas las presiones, inclusive se comenta que le solicitaron que renunciara a la candidatura presidencial, hecho hasta ahora no comprobado. El candidato se puso incomodo y se salió del área de influencia. El discurso en el Monumento selló su muerte.

“El olvido es la única venganza y el único perdón”

Diana Laura Rioja estaba convencida que la muerte de su esposo fue por razones políticas y ordenada desde la cúpula del poder, por eso le solicitó al presidente Salinas de Gortari que nombrara un fiscal especial del Ministerio Público, para que investigará el caso. En los actos velatorios rendidos al líder político les dedicó unas palabras del poeta Jorge Luis Borges a los responsables del magnicidio de su esposo. “El olvido es la única venganza y el único perdón”.

Diana Laura Rioja conoció a Colosio en la universidad, se graduaron de Economistas, se casarón en 1982, formaron una familia con dos hijos, Luis Donaldo en 1985 (Abogado y diputado) y Mariana en 1993 (Universidad de Monterrey),  lo acompañó en la campaña presidencial, padecía un cáncer que la limitaba en sus funciones pero siempre fue una además de esposa, una persona clave en su campaña.

El 16 de noviembre de 1994 ocho meses después del asesinato de su esposo, un cáncer mortal acaba con la vida de esa valiente mujer que hasta el último minuto creyó que el magnicidio de su marido fue planificado por su mismo partido político. Diana Laura fue una mujer abnegada, físicamente estaba abatida por la terrible enfermedad que padecía, pero con una gran fortaleza, que a pesar de tener sus días de vida contados, dejó resuelto la seguridad y estudio de sus hijos, y hasta el último minuto forzando la barra para que se investigaran y condenaran a los verdaderos responsables del crimen de su esposo. Sus hijos deben estar orgullosos del arrojo, el coraje y el temple de su madre,  

Un hijo de Sonora en El Palacio Nacional

El 10 de marzo de 1950, en Magdalena de Kino en Sonora, Tijuana, Baja California, México, nació Luis Donaldo Colosio Murrieta, sus padres Luis Colosio Fernández y Armida Ofelia Murrieta García.  En 1972 se graduó como licenciado en Economía en Monterrey. En 1976 hizo una Maestría en Desarrollo Rural y Economía Urbana en la Universidad de Pensilvania. En 1979, realizó estudios de investigación en Luxemburgo, Austria. En 1980 se desempeña como profesor universitario en la Universidad Autónoma de México y en la Universidad de Anáhuac, aquí conoce a Diana Laura Rioja, la abnegada mujer que lo acompañó por el resto de sus días.

En 1968 Luis Donaldo Colosio, se incorpora al Partido Revolucionario Institucional (PRI), ahí comienza su carrera política para llegar a la presidencia de la república, en 1985 es elegido diputado, en 1988 senador, ese año es elegido presidente nacional del PRI hasta 1992. Ese año es nombrado ministro de Desarrollo Social por el presidente Salinas de Gortari. El 28 de noviembre de 1993, fue postulado por Salinas de Gortari y el PRI como el abanderado presidencial para ocupar la silla de El Palacio Nacional.

Esa noche oscura del 23 de marzo de 1994, Intereses bastardos y manos asesinas impidieron que Luis Donaldo Colosio, un hijo de Sonora ocupara como presidente de la República, la silla presidencial, la misma en la que se sentaron Francisco “Pancho” Villa y Emiliano Zapata, el 4 de diciembre de 1914 en plena Revolución Mexicana, cuando tomaron por las armas y a la fuerza El Palacio Nacional.

@marioevaldez

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