¿Escasez? No. Una
lógica deliberada.
Jonatan Alzuru Aponte
En Venezuela la escasez, la carestía, la falta de servicios públicos, de
alimentos, de medicinas, la paralización del país son el resultado de una
lógica perversa para oprimir a millones de personas, para someterlas, para que
vivan ocupados de la sobrevivencia diaria, para desesperarlos, para que huyan
del país, buscando alguna alternativa de vida. La situación venezolana es el
resultado deliberado de alguien que maneja a su antojo el país como si fuese su
hacienda y tiene un montón de esclavos a su servicio..
La desesperación del pueblo para salir del yugo, cada día se hace más
insoportable. Pasan los días, los dirigentes se han unido, tenemos respaldo
internacional, la protesta ha sido pacífica… el grito de las multitudes es
¿Cuándo saldremos de este infierno?
La salida no es fácil, el camino trazado parece una cuesta inmensa,
infinita… los llantos de los estudiantes y las denuncias de los médicos de
Carabobo, nos llegan al alma… son lágrimas que brotan de una tierra
afligida…Falta el informe tal, la exposición en la organización aquella, porque
el mundo va a su ritmo y nada lo puede detener… Mientras miles salen por las
trochas, el río hacia Colombia se transforma en el único camino de esperanza y
allá, los traficantes de personas, los miserables que se enriquecen con el
dolor humano hacen su agosto, su feria… y nada pasa…
¿La verdad? ¿Qué sacrificio tenemos que hacer los venezolanos? ¿Cómo se
comerá la autodeterminación de los pueblos? Pienso en el extermino del pueblo
judío, cuando nadie creía que era posible, cuando todos dudaban, cuando los
intelectuales preferían quedarse cómodo en sus hogares… y no lo sé… la
verdad no lo sé… ¡Cuándo se detendrá!... ¿Cuál es la salida?
El déspota tiene una fuerza militar que parece no moverse, apenas las
grietas son mínimas… es la evidencia, es lo que observamos. ¡Cómo luchar contra
ellos! La paz… está en los límites de un infierno… es la verdad… qué
tristeza… Hoy es día de cabildos, de reuniones… Si no se
implementan formas de luchas pacíficas pero que presionen al déspota, que lo
pongan en jaque… una forma de lucha creativa, como intentar pacíficamente
introducir la ayuda humanitaria que es una presión doble porque desobedece al
despotismo, lo reta y, simultáneamente ayudamos a los más vulnerables; pero no para
visualizar que son miserables, eso se sabe… si no para torcerle la mano.
al despotismo, para lograr el objetivo… o cualquier otra forma de lucha…
El despotismo seguirá haciendo estragos…. En Venezuela no hay
escasez, es un campo de concentración vestido de país…
LA
IZQUIERDA SIN LUZ
Jonatan Alzuru Aponte
A raíz del apagón en toda Venezuela, los países de América y Europa, han
añadido el problema de los servicios públicos al conjunto de calamidades que
sufre el pueblo venezolano; la argumentación que han utilizado algunos
parlamentarios, en otros países, es que la falta de luz generará escases de
agua e incluso que, como se muestra en videos, hay venezolanos buscando agua en
las riveras de un río de desechos fecales como el que atraviesa la ciudad de
Caracas, el Guaire. Por otro lado, el déspota ha dicho que fue un ataque del
imperialismo que intenta desestabilizar, generar una situación indeseable, para
provocar su salida; además indica que están trabajando para que regrese el
servicio eléctrico y se regularice el servicio de agua.
Ésa es la discusión internacional entre unos y otros. Lo cierto del caso
es que los venezolanos y venezolanas, desde hace cinco años, no contamos con el
servicio de aguas blancas a diario. En la capital, en Caracas, hay zonas como
Los Chaguaramos que durante cuatro años el agua llega dos veces a la semana; y,
en los últimos meses solo una vez a la semana. Pero esa zona, que es céntrica,
donde está ubicada la Universidad Central de Venezuela, es privilegiada con
relación a otras de la ciudad y, a su vez, la capital está en una mejor condición
con respecto al servicio de agua de los estados del interior del país. Hay
zonas del Zulia, Yaracuy, Táchira o Mérida que han pasado hasta un mes sin el
servicio de agua y lo normal es un día de agua cada quince días. No se trata de
una temporada sino de un lustro. ¿La luz? Ha sido similar a lo del agua, pero
no tan grave, en la capital. El escándalo mundial fue que la situación era
generalizada, todo el país, con un promedio de 100 horas sin servicio
eléctrico.
El servicio de gas directo o de bombona, cada día desaparece; en los
últimos cuatro años gran parte de la población del interior han vivido sin ese
servicio y sin posibilidad de comprar, porque no se consigue… duran desde
una semana hasta un mes y más tiempo sin gas… Sin gas, sin agua y sin luz… Un
dato económico: La inflación anual del 2009 es la mensual en el 2019.
La situación descrita es inimaginable para quienes viven en otros
países. No han terminado de leerme y consideran que narro una ficción; sobre
todo porque en Venezuela no ha existido una guerra fratricida, ni ataques
terroristas a ninguna de las empresas del estado…
Si son antiimperialistas, progresistas, explican, nos explican, el por
qué la desaparición de los alimentos y medicinas o su alto costo, a
partir de la geopolítica mundial y articulan el discurso con análisis a
propósito de los precios del petróleo; argumentan perfumados en sus poltronas,
después de bañarse, comer bien, quizás sentado con aire acondicionado o desde
una posición ligera de equipaje, no por las condiciones vitales de existencia;
más bien, por una respetable opción de vida; escriben y reflexionan
sin riesgo de sus vidas en la cotidianidad, ni la de sus familiares, porque
tienen las condiciones de existencia bien resueltas.
Pero les comprendo. Los del imperio no son unas carmelitas descalzas y
hay historias, hay evidencias… sí, está bien… pero todos olvidaron o
pretendieron olvidar, en sus sendas explicaciones, el por qué en Venezuela no
hay agua, ni gas, ni luz desde hace cinco años; ¿cómo explican el problema de
los servicios públicos desde la geopolítica internacional? (A menos que
consideren, como dice un buen amigo, que el imperialismo trabaja todos los días
desde hace cinco años contra el déspota y el muy imbécil cacareando, digo yo,
pero derrotado a diario, si fuese el caso. Todo es posible en el País de las
Maravillas o de las Pesadillas.) Los cierto es que miran en el mundo de esa
manera, porque como dijo el santo de su devoción, Carlitos Marx, las
condiciones materiales de existencia determinan su conciencia social.
Pero estemos claros. El jueves 7 de marzo el déspota le dio el guion a
los religiosos ortodoxos, que solemos llamar progres, para sostener la versión
tropicalizada del infierno de Dante: La catástrofe se inició en marzo del 2019.
¡Diviértanse cagatintas! Mientras miles de familia siguen sufriendo la
explotación salvaje del déspota.
Para los honestos de la izquierda iberoamericana (no quienes se han
apropiado de la riqueza de Venezuela, a diestra y siniestra; individual o
colectivamente, asumiéndose de izquierda o no…), les invito a no replicar la
actitud idiota, miserable, ignorante y carente del sentido común de los
intelectuales y partidos políticos que en el siglo pasado hicieron silencio
frente a las atrocidades y desmanes del socialismo real por el miedo a
coincidir con la derecha internacional. Les invito a deslindarse de esa
izquierda cortesana que baila entre el oportunismo y el cretinismo intelectual,
mal trajeado de babosas consignas como instrumento de análisis.
Obviamente, jamás les coaccionaría a pensar como millones de venezolanos
y venezolanas que apoyamos a la Asamblea Nacional; tampoco se me ocurriría la
osadía de invitarlos a festejar las políticas y posiciones de los países que
apoyan a la mayoría calificada del pueblo venezolano quienes asumen el
liderazgo, en esta circunstancia, del Presidente Guaidó. No se trata de eso mi
asunto. Lo que les pediría eso sí, la condena, sin cortapisas ni a medias
tintas, al régimen despótico militaristas y gorila que disfrazado de rojo (como
nuestros Diablos Danzantes de Yare) se comportan como los más despiadados de
los salvajes capitalistas, opresores de un pueblo; la condena contra quienes
tienen el poder de las armas en Venezuela.
La solicitud obedece a un asunto elemental, sé que existen enormes
diferencias entre quienes comparten las tradiciones teóricas y políticas de la
izquierda iberoamericana y es un momento crucial para diferenciarse dignamente.
Tal como sostenía un teórico de la izquierda venezolana, Rigoberto Lanz:
“Lo anterior muestra claramente que la pregunta por “la izquierda” en
Venezuela requiere de un largo prólogo que explicite qué se quiere saber, a
quién estamos preguntando, para averiguar qué. Sin estas precisiones resulta
muy difícil discernir en qué consiste, por ejemplo, la “izquierda” del amigo J.
Alzuru, o la izquierda de J. Habermas, o la de A. Guidens, o la M.A. Garretón,
o la de Lula o la del “Comandante Marcos” o la de Carlos Fuentes o la de Felipe
González o la de Cadafi o la de N. Bobbio o la de Fidel Castro. En todas ellas
habrá seguramente un “ruido de fondo” que les sirve de clima cultural, pero
inmediatamente notamos las enormes distancias si usted utiliza un zoom
epistemológico, politológico, tecno-económico, ético-cultural, periodístico o
una simple valoración personal de “me gusta” o “no me gusta”.
Como sospecha el lector yo tengo “mi propia izquierda” (Lanz R, 2006, El
discurso político de la posmodernidad, Faces-UCV, p. 151)
¿Será mucho pedirles eso? Es posible que no lo hagan; lo que demostraría
que para ustedes valen más sus ideas, egocentrismo intelectual, que los seres
humanos. Y si el argumento es la evidencia científica. Les invitaría unas
vacaciones en cualquier estado del interior. A estas alturas no se puede ser
tan ciegos. Las imposturas, verdaderamente, son despreciables. Una izquierda
sin luz.
Post Data. Rigoberto Lanz apoyó las políticas de Chávez, fundamentó
teóricamente a la Misión Ciencia y aportó ideas para la creación de la
Universidad Bolivariana; sin embargo, en la última entrevista antes de morir,
realizada por Sandra Weiss, recién Chávez había ganado su última elección en el
2012, sostenía lo siguiente:
“¿Y ese tema del Estado comunal del que Chávez habla?
Las leyes sobre el poder popular son realmente subversivas porque
propician el protagonismo y la participación de la gente. Pero entre la ley y
la realidad hay un abismo. A Chávez, le alcanzó su propia incapacidad, ni
siquiera fue capaz de poner en práctica sus propias leyes. Podría haber hecho
el triple, sin boliburgueses (nuevos ricos del chavismo), y sin ese
discurso hostil y excluyente contra los no-chavistas.
¿Ha sido ese el mayor defecto del chavismo?
Por eso se fue una buena parte de la clase media, Chávez los alejó y se
los regaló a la derecha. Ese lenguaje típico de los militares no ayudó, Chávez
tiene que rectificar eso. Conceptualmente hubo progresos como la educación y la
salud gratuitas, pero los monstruos de la burocracia y la corrupción
conspiraron contra eso. El gobierno de cierto modo creó sus propias
exclusiones. Escuelas para pobres, hospitales para pobres, mercados para
pobres… (subrayado nuestro)
¿Cómo se avecina el futuro para Venezuela?
Soy optimista. Ahora hay una conmoción que replantea todo. El desmonte
de la izquierda será tan grande que hay una posibilidad de construir una nueva
agenda política desde el principio. Necesitamos musculo intelectual, un nuevo
discurso, queremos recuperar la diversidad radicalmente anti-burocrática.
¿Y adónde pretenden llegar?
El objetivo es la emancipación total de toda forma de poder. Esto con
Chávez evidentemente no es posible. Pero no es fácil dialogar sobre eso con los
compañeros.” (Entrevista a R. Lanz, por Sandra Weiss, 10-10-2012)
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