miércoles, 15 de agosto de 2018

Felipe Mujica: “El camino electoral ha sido dinamitado por el gobierno” - Contrapunto


"El camino electoral ha sido dinamitado por el gobierno, una parte de la oposición y por ciudadanos venezolanos que dejaron de creer en el voto como instrumento de lucha", alerta el secretario general del MAS
La división política en dos bandos, gobierno y oposición, parece haberse exacerbado con la crisis. A esta división se suma la crisis social evidenciada en las protestas que solicitan mejoras salariales, seguridad personal y de los bienes, y que también rechazan la ineficiencia en la prestación de servicios básicos y exhiben la miseria y el hambre.

Contrapunto quiso pulsar la opinión del dirigente político Felipe Mujica Hernández, caraqueño, abogado graduado en la Universidad Católica Andrés Bello. Mujica es uno de los fundadores del Movimiento al Socialismo (MAS) y actualmente su secretario general. Fue electo como diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela en 1998, cargo que ejerció hasta el año 2005.
—El Frente Amplio Venezuela Libre está organizando una huelga general de un día. ¿El MAS la avalaría? ¿Participaría?
—La oposición venezolana, o buena parte de ella, se ha caracterizado por convocar eventos que no puede realizar y que le sirven exclusivamente para hacer proselitismo político y luego no dar explicaciones del fracaso o de las consecuencias de esas convocatorias. La historia de los últimos años está llena de situaciones de ese tipo: "Chávez vete ya". "Maduro vete ya". "La abstención" de 2005. "Maduro estará fuera en seis meses". El "no a la Constituyente". El incumplimiento de lo votado en el referéndum del año pasado. El último llamado a la abstención. Y pare de contar. Del tal manera que nosotros, en el caso del MAS, no acompañaremos convocatorias sin asidero en la realidad. Está claro que este, que es el peor gobierno de nuestra historia, se ha mantenido gracias a los grandes errores que ha cometido la oposición. No es el tiempo para convocatorias ilusorias. Es el tiempo para recuperar la credibilidad y levantar un amplio movimiento que utilice el voto como instrumento de lucha. Para lograr eso es necesario que se reconozcan los errores cometidos y se le hable con transparencia al país.
Foto: Anthony AsCer Aparicio - Archivo Contrapunto
—¿La oposición es culpable de que el país esté en una situación económica crítica, como lo dice el presidente Maduro, por sus gestiones ante EEUU y la UE?
—El único responsable del desastre económico del país es Maduro y su equipo de gobierno. El reciente evento del PSUV dejó evidencias de una situación que ya no puede ser ocultada. La llamada guerra económica ha sido un argumento utilizado por el Gobierno para ocultar el peor desastre económico en la historia de este país. Haber llevado a los venezolanos a viajar en "perreras" por falta de transporte, convertir el efectivo en una mercancía que es vendida en el mercado negro por tres o cuatro veces su valor, la megadevaluación, la carencia total de bienes y servicios y en definitiva la situación de miseria y pobreza no pueden ser responsabilidad de más nadie sino de Maduro y su gobierno. Como dijo Freddy Bernal, ''después de 18 años gobernando somos los únicos responsables de lo que está pasando en el país''. A confesión de parte, relevo de pruebas.

—¿Hay condiciones para retomar un proceso de diálogo formal entre Gobierno y oposición? Para empezar: ¿con cuál oposición?, ¿con qué facilitadores internacionales?
—El diálogo, como instrumento, siempre habrá que reivindicarlo para utilizarlo en la búsqueda de soluciones pacíficas a los conflictos humanos. En el caso venezolano se ha dado la circunstancia de que quienes han participado en él, Gobierno y MUD, lo hicieron colocando solo sus intereses particulares en juego. El Gobierno aplicó la frase de Lenin que indica que con tu enemigo dialogas, solo, hasta que estás en condiciones de llevarlo a tu terreno y vencerlo. Y la MUD fue al diálogo, dividida y sin estrategia. Los intereses de Venezuela, de los venezolanos nunca estuvieron presentes. El resultado es ya conocido. El gobierno hizo lo que le dio la gana y la MUD no le dio, como de costumbre, ninguna explicación al país. Como dice el dicho: eso es ''clavo pasado'' y hoy los venezolanos están más urgidos que nunca de una solución pacífica y democrática, que incluya el diálogo como instrumento y que tome en cuenta toda la filosofía de Mandela para poder identificar instrumentos, condiciones, aliados nacionales e internacionales en un proceso de diálogo que hay que "viabilizarlo", aún en las precarias condiciones que el país tiene hoy.
Para Mujica, "el desastre de hoy no nos debe llevar a la catástrofe de mañana. Venezuela debe ser el centro de nuestra preocupación. El Gobierno siempre hará lo posible por sabotear el diálogo. Su filosofía está clara: solo hacerlo en condiciones favorables". Por eso "corresponde a la mayoría de la sociedad conquistar las condiciones para que el diálogo sea una salida que evite una situación de violencia mayor, con un resultado de miles de muertos, y después tener que dialogar. La historia de la humanidad está llena de ejemplos positivos y negativos. Ojalá los venezolanos podamos construir nuestra solución". 

—¿La oposición que usted representa es la que está sosteniendo el Gobierno del presidente Maduro? ¿Es una oposición genuflexa ante el Gobierno?
—Como ya lo afirmé: este gobierno se ha mantenido y sostenido gracias a los errores cometidos por sectores de la oposición. Y digo sectores porque no todos somos responsables de las mismas cosa, ni en el mismo grado, de los errores cometidos. Hablando del MAS, nosotros reconocimos públicamente el error de haber respaldado a Chávez en 1998. Revisemos otras situaciones. El "Carmonazo", la plaza Altamira, la huelga petrolera, la abstención de 2005, el "Carmonazo" en cámara lenta que significó haber botado el resultado de 2015 equivocando la política en la Asamblea Nacional.
Ante eso "me pregunto: ¿los responsables de esos errores lo han reconocido alguna vez ante el país? Nunca lo han hecho. Retomando la pregunta: Esos errores enumerados y los que faltan son los responsables directos de la permanencia del Gobierno".
El MAS "en cada uno de esos casos hizo pública su oposición a esa manera de conducir la política. En la oportunidad nos separamos de la MUD. Dijimos lo que todo el mundo repite hoy. La MUD no fue una dirección política, fue un escenario de acuerdos electorales. Nunca tuvo estrategia. Si alguien tiene duda sobre nuestras opiniones puede buscar el documento presentado por el MAS en la oportunidad de nuestra separación de esa instancia".
De tal manera que "la responsabilidad histórica de la supervivencia de este gobierno está claramente establecida. Quedará por ver si esta es reconocida para reiniciar el camino de la reconciliación en el campo opositor".
—¿Por qué siguen defendiendo la ruta electoral si el Gobierno parece haberla dinamitado?
—El camino electoral ha sido dinamitado por el Gobierno, una parte de la oposición y por ciudadanos venezolanos que dejaron de creer en el voto como instrumento de lucha. El Gobierno, por todo su comportamiento salvaje en materia de procesos electorales: ya sabemos que sus convocatorias han estado llenas de violaciones de leyes y lapsos en materia electoral. La parte de la oposición que llamó a la abstención sin ninguna explicación y motivado a la falta de política, enfrentamiento entre liderazgos opositores y, sobre todo, para pretender cabalgar en un sentimiento mayoritario de los ciudadanos al estar llenos de un sentimiento de desesperanza que nace como consecuencia de lineamientos y políticas claras.
Hoy, opina, "es necesario rescatar el voto como instrumento de lucha política que debe estar asociado a las luchas del país en el campo social, económico, gremial, cultural, por la salud. En Venezuela no existe, por lo menos que se conozca, un camino distinto para cambiar al país y al gobierno que el electoral. Quienes afirman lo contrario confunden los deseos con la realidad".
Ojalá "tengamos en el campo opositor la clara disposición a la rectificación y reconciliación que permita trasmitir a la mayoría del país que si ejercemos de manera mayoritaria el voto como instrumento no habrá condiciones adversas por difíciles que sean que impidan una victoria electoral".
Hay experiencias, recuerda: "Así ocurrió con Pérez Jiménez en 1957, con Chávez en 1998, el referéndum de 2007 y la Asamblea Nacional en el 2015. En todos esos casos, para nombrar algunos, la mayoría derrotó todas las maniobras de los gobiernos y las instituciones a su servicio".
Foto: Anthony AsCer Aparicio - Archivo Contrapunto
—¿El MAS propone al país esperar seis años de gestión del presidente Maduro? ¿El país puede soportar seis años más de esta situación?
—El MAS nunca ha propuesto esperar seis años para sacar a Maduro. Enfrentamos una realidad, los errores opositores, como ya lo he señalado son responsables de la permanencia de Maduro y de este gobierno. Si hubiésemos votado masivamente estaríamos frente a una nueva realidad. La salida de Maduro puede ser en seis años. O puede ser por renuncia. O por la vía de un revocatorio. O puede ser también, en caso de que fuera cierto, por la vía de un hecho de violencia exitoso como el que ocurrió el sábado 4 de agosto. Meditemos con calma cuál es el que conviene al futuro del país. No tengo dudas: Una salida política, democrática, que debe iniciarse a partir de la reconciliación y la unidad opositora. Del encuentro con los sectores chavistas que saben que Maduro fracasó y cada día están más dispuestos a coincidir en la búsqueda de una salida democrática.
Mujica enfatiza que la historia de la humanidad "está llena de episodios violentos que sirven para atornillar a los gobiernos autoritarios que a partir de allí justifican la represión y la persecución. También está llena de ejemplos de gobiernos autoritarios que han terminado como consecuencia de una estrategia adecuada y de una dirección política a la altura".
Allí está, ejemplifica, "el caso chileno. El mejor ejemplo. La oposición rectificó y logró una salida electoral y democrática que parecía imposible. De tal manera que el tema no es especular cuánto tiempo va a durar Maduro, sino cuánto tiempo va a tardar la oposición en dotarse de una estrategia y de una dirección política".

—Usted dijo hace dos años que Venezuela podría entrar en una pesadilla y parece que se cumplió. ¿Puede venir algo peor, en su opinión? 

—Algo peor. Siempre puede haber algo peor. Nuestra experiencia lo indica. Hace dos años estábamos muy mal. Sin embargo no había ''perreras''', no teníamos hiperinflación, el efectivo no costaba tres o cuatro veces su valor, se podía viajar por las líneas aéreas venezolanas, no estaba dolarizada la adquisición de bienes y servicio mientras el salario sigue en bolívares que no valen nada, la delincuencia controla una parte cada vez mayor de la geografía del país. Hoy la oposición está caotizada. Ocurren hechos violentos como el de la avenida Bolívar que puede ser el inicio de cualquier cosa. De manera que no hay duda de que estamos peor y que todavía puede haber algo peor. Hemos pasado de la catástrofe a la hecatombe. 

—¿Ve posible un acuerdo entre todos los bloques opositores para tener una posición unitaria?
—Es indispensable la unidad de los sectores democráticos. La situación del país lo exige. El futuro puede ser cada vez más incierto si en el campo democrático no emerge la rectificación, el respeto que abra la puerta a la reconciliación y la formulación de una estrategia política que comience por reconocer los errores cometidos y el rescate del voto como instrumento de lucha. Ese camino, que no es fácil, debe ser asumido por el campo democrático para levantar una alternativa amplia, plural, sin sectarismo, donde todos somos necesarios.

—¿Deben los partidos de la oposición participar en las municipales? ¿El venezolano ha perdido su fe en el voto como salida democrática?
—Renunciar al voto y a la ruta electoral nos conduce a la nada y le facilita las cosas al Gobierno. Ya lo he dicho. Que hubiese pasado si la mayoría hubiese votado. Nada más y nada menos que Maduro no sería presidente. Ese solo hecho lo explica todo. No votar para no ir a ninguna parte al único que favorece es al Gobierno. Lo repito: no conozco y creo que el país tampoco una estrategia que supere al voto como instrumento de lucha. Si hay elecciones municipales, hay que participar. Con la más amplia unidad, sin sectarismo, convocando a la mayoría del país para que ejerza su condición.

Foto: Anthony AsCer Aparicio - Archivo Contrapunto
—¿Por qué la oposición no ha podido lograr en las conversaciones que sostuvieron con el Gobierno, cambiar a la directiva del CNE? ¿En qué se han equivocado para retomar la confianza de los electores?
—Las versiones que circulan indican que existió en algún momento del fracasado diálogo entre la MUD y el Gobierno un acuerdo para cambiar al CNE. Eso no se concretó, de acuerdo con esa versión, porque la MUD no se puso de acuerdo en los nombres que debería proponer. Sea verdad o mentira, lo cierto es que ninguno de los dos, Gobierno o MUD, le dieron alguna explicación al país. Los ciudadanos, la mayoría de ellos, han perdido confianza en el camino electoral producto de dos circunstancias: la estrategia exitosa del Gobierno para dividir el campo democrático y los errores de un sector de la oposición que llamó a la abstención sin alternativa. Hoy hay que recuperar la credibilidad y derrotar el desencanto y la frustración. Eso solo será posible si surge una alternativa viable. Los sectores agrupados en la concertación por el cambio estamos comprometidos en ese esfuerzo.
—Hay analistas que piensan que de haber una transición Venezuela sería liderada por el chavismo; es más, se habla de autogolpe. ¿Este escenario es el más probable, vista la división en la oposición?
—Si revisas la historia de los llamados procesos de transición, te vas a encontrar con un hecho común a todas. Ninguna ha sido programada previamente. Los hechos la van construyendo y una vez que se produzca, cuando es revisada a la luz de la historia, se establecen los hechos que la hicieron posible. La transición es como sábado en la noche: cualquier cosa puede pasar. Las especulaciones previas son solo eso, meras especulaciones. El proceso español, el chileno, el sudafricano, el de Pérez Jiménez, confirman ampliamente que son procesos en desarrollo que solo pueden ser inventariados cuando se concretan. En Venezuela es indispensable una política que llame a la más amplia unidad sin sectarismo de ningún tipo. La solución es posible. En necesario dirección política y estrategia.
—¿Hay condiciones de ambas partes para sentarse a negociar una posible transición? Según usted, ¿quién debería dar el primer paso?
—Las negociaciones que implican un proceso de transición es posible que estén en marcha en Venezuela. Eso lo sabremos dentro de unos años, como siempre ha sido, si las transiciones terminan concretándose. En Venezuela tiene que haber disposición de los sectores involucrados. Estos sectores están en el Gobierno, la oposición y la sociedad venezolana. Sin duda hay sectores del Gobierno, no el Gobierno, interesados en que se produzcan cambios y que estos permitan caminar hacia una transición. De igual manera ocurre en el campo democrático. Los contactos existen. Sin embargo, los sectores radicales de lado y lado sabotean de manera permanente cualquier posibilidad de acuerdos. Buscar, construir, una salida pacífica es imprescindible si queremos que las cosas cambien. La mayoría de los venezolanos lo exigimos. Para ello hay que construir una solución. Esa solución solo será posible si una parte importante del chavismo asume su responsabilidad y da un paso adelante. Para eso es necesario que exista dirección política y estrategia por parte de los sectores democráticos. La salida de los gobiernos autoritarios se concreta cuando una parte de ese gobierno se encuentra con el resto del país y se arma una mayoría. La Concertación por el Cambio debe hacer un esfuerzo especial para concretar esta política. 

—La conflictividad que se viene generando en el país apunta a un colapso del Estado y, por ende, de sus administradores. Según su criterio, ¿qué debería hacerse para superar la crisis?
—El desastre que vive Venezuela como país solo será resuelto si se implementan salidas que permitan avanzar en la búsqueda de soluciones. En el terreno político hay que construir la pacificación del país, declarar la amnistía general que permita la restitución plena de los derechos constitucionales de los venezolanos que han sufrido la prisión por ser opositores, legalizar las organizaciones políticas que arbitrariamente han sido colocadas al margen de la legalidad, iniciar un verdadero proceso de diálogo donde participe toda la sociedad venezolana y se construyan soluciones en las distintas áreas. En el terreno de la economía, acabar con la hiperinflación que nos ha llevado a donde estamos hoy; dolarizar el salario, levantar el control de cambios, instrumentar mecanismos para que la remesa ingrese de manera libre y legal al país, recuperar la industria petrolera asociándonos al capital privado nacional y extranjero, negociar el endeudamiento que permita que el país disponga del dinero suficiente para financiar las soluciones para recuperar la economía, generar un plan de recuperación de la economía con la participación de todos los sectores involucrados en el área. También, atacar sin ambigüedad el tema de la inseguridad y recuperar las zonas que hoy están bajo el control del hampa, tomar decisiones en el área de salud, transporte, alimentos y servicios públicos que garanticen soluciones. Son solo algunas de las tantas cosas por hacer. 

—La exfiscal Luisa Ortega Díaz denunció que el presidente Maduro presuntamente posee 20 millones de dólares en Panamá. ¿Con tales acusaciones debería separarse de la jefatura de Estado o, como afirma Luisa Ortega, Maduro está a punto de caer? Se habla de Diosdado Cabello como su sucesor.
—Las afirmaciones de la exfiscal Luisa Ortega Díaz deben ser precisas. Si ella sabe eso y seguramente mucho más, debería hacerlo con las pruebas en la manos. En relación con la especulación sobre si Maduro está a punto de caer, lo asumo como eso, una especulación. Me parece que la política se hace de otra manera. 

—¿Cuál es su opinión sobre los dirigentes de la oposición que hasta ahora siguen en pie: María Corina, Henri Falcón, ahora Capriles, que reapareció?
—No comparto ese punto de vista sobre los dirigentes de oposición que se mantienen en pie. En primer lugar, comparto el criterio de que todos somos necesarios y que nadie es imprescindible. En segundo lugar, soy partidario de la reconciliación del campo democrático, para ello el primer paso es respetarnos, acabar con la descalificación y reconocer nuestros errores ante el país. En tercer lugar, la política es como la vida, momentos buenos, regulares y malos. El hecho de que dirigentes políticos opositores no sean bien valorados por una parte del país no quiere decir que no existan. Están allí y serán necesarios para construir la nueva Venezuela. Lo he dicho y lo ratifico: Seguirán existiendo chavistas, adecos, comunistas, justicieros, masistas, de Un Nuevo Tiempo, de Avanzada, de Voluntad Popular y venezolanos que no militan en ningún partido político. Ese es el pluralismo venezolano, lo defiendo y soy partidario de que podamos mantenerlo. Siempre será mejor eso que el partido único. 

Foto: Anthony AsCer Aparicio - Archivo Contrapunto
—¿Es suficiente el "Maduro vete ya", solicitar su renuncia o dimisión?
—¿"Maduro vete ya"? Como dice el refrán, ''deseos no empreñan''. Aquí la única alternativa es dotarnos de estrategia y de una dirección política que logre rectificar para primero, parar el desastre opositor y luego parar el desastre de Venezuela. Lo primero que debemos hacer es reconciliar a la oposición para luego reconciliar al país. Ya lo dije antes. Hay sectores de la oposición que viven del proselitismo. En vez de generar políticas, generan frases alejadas de la realidad. Para que Maduro se vaya democráticamente y pacíficamente, que es lo que nos conviene a los venezolanos, debe haber un plan que cuente con el voto como instrumento de lucha asociado a la problemática del país.

—Ahora el Gobierno anunció un censo automotor y el pago de combustible a través del carnet de la patria. ¿Usted se va a sacar el carnet?
—Quienes me conocen saben que será imposible que yo tenga carnet de la patria. Aborrezco cualquier tipo de mecanismo para controlar a los seres humanos. El carnet de la patria es un instrumento típicamente cubano. Su filosofía es la siguiente: te parto la rodilla, te doy la muleta y luego tienes que darme las gracias. El dando y dando de Maduro. Someto al país a la miseria y la pobreza y luego creo ese mecanismo de control social que se llama el carnet de la patria. Pretenden hacer lo mismo con la gasolina. Les sugiero que lo piensen bien. Allí está el ejemplo del Zulia y Táchira con el tema de la gasolina. El caos total. Ojalá no lo hagan. 

—¿Cuál es su punto de vista sobre lo ocurrido con Maduro? ¿Es un show de ellos mismos? ¿O en realidad se está gestando un golpe? 

—La historia dirá si fue un show o un atentado. El Gobierno tiene la responsabilidad de actuar con transparencia e informarle al país que fue lo que realmente ocurrió. Ya sabemos que este tipo de situaciones han servido en nuestro país y en otros para justificar la aplicación de medidas represivas indiscriminadas y para crear escenarios políticos y sociales dirigidos a ocultar los verdaderos acontecimientos.
Mujica advierte que "la tesis del enemigo externo, aplicada por los cubanos y también por este gobierno, ha sido utilizada como pretexto para cualquier cosa. Allí está el ejemplo de la guerra económica ya comentado en otra pregunta. En definitiva el asunto es, a los efectos de nuestro país, si el camino para resolver las diferencias entre nosotros va a ser pacífico o violento".
La violencia "es un hecho político que forma parte integral de la historia de la humanidad. Ha estado allí y seguirá allí. ¿Qué queremos? ¿Matarnos entre nosotros? ¿Generar más muertos? ¿Repetir la experiencia de Colombia? Las respuestas a estas preguntas las tenemos que dar todos: Gobierno, opositores, indiferentes, los que vivimos aquí y los que están fuera".
El dirigente sostiene que "el Gobierno tiene la gran responsabilidad de marcar la pauta para que el país no termine en el peor desastre. Los opositores tenemos la responsabilidad de condenar la violencia y utilizar una estrategia política que construya una salida pacífica. El punto final es que Venezuela, en letras mayúsculas, reclama a gritos una salida. Ojalá no tengamos que buscarla después de trepar una montaña de muertos".

No hay comentarios:

Publicar un comentario