"El camino electoral ha sido dinamitado por el gobierno, una parte
de la oposición y por ciudadanos venezolanos que dejaron de creer en el voto
como instrumento de lucha", alerta el secretario general del MAS
La división política en dos bandos, gobierno y oposición, parece haberse
exacerbado con la crisis. A esta división se suma la crisis social evidenciada
en las protestas que solicitan mejoras salariales, seguridad personal y de los
bienes, y que también rechazan la ineficiencia en la prestación de servicios
básicos y exhiben la miseria y el hambre.
Contrapunto quiso
pulsar la opinión del dirigente político Felipe Mujica Hernández, caraqueño,
abogado graduado en la Universidad Católica Andrés Bello. Mujica es uno de
los fundadores del Movimiento al Socialismo (MAS) y actualmente su secretario
general. Fue electo como diputado de la Asamblea Nacional de
Venezuela en 1998, cargo que ejerció hasta el año 2005.
—El Frente Amplio Venezuela Libre está organizando
una huelga general de un día. ¿El MAS la avalaría? ¿Participaría?
—La oposición venezolana, o buena parte de ella, se
ha caracterizado por convocar eventos que no puede realizar y que le sirven
exclusivamente para hacer proselitismo político y luego no dar explicaciones
del fracaso o de las consecuencias de esas convocatorias. La historia de los
últimos años está llena de situaciones de ese tipo: "Chávez vete ya".
"Maduro vete ya". "La abstención" de 2005. "Maduro
estará fuera en seis meses". El "no a la Constituyente". El
incumplimiento de lo votado en el referéndum del año pasado. El último llamado
a la abstención. Y pare de contar. Del tal manera que nosotros, en el caso del
MAS, no acompañaremos convocatorias sin asidero en la realidad. Está claro que
este, que es el peor gobierno de nuestra historia, se ha mantenido gracias a
los grandes errores que ha cometido la oposición. No es el tiempo para
convocatorias ilusorias. Es el tiempo para recuperar la credibilidad y levantar
un amplio movimiento que utilice el voto como instrumento de lucha. Para lograr
eso es necesario que se reconozcan los errores cometidos y se le hable con
transparencia al país.
Foto: Anthony AsCer Aparicio -
Archivo Contrapunto
—¿La oposición es culpable de que el país esté en
una situación económica crítica, como lo dice el presidente
Maduro, por sus gestiones ante EEUU y la UE?
—El único responsable del desastre económico del
país es Maduro y su equipo de gobierno. El reciente evento del PSUV dejó
evidencias de una situación que ya no puede ser ocultada. La llamada guerra económica
ha sido un argumento utilizado por el Gobierno para ocultar el peor desastre
económico en la historia de este país. Haber llevado a los venezolanos a viajar
en "perreras" por falta de transporte, convertir el efectivo en una
mercancía que es vendida en el mercado negro por tres o cuatro veces su valor,
la megadevaluación, la carencia total de bienes y servicios y en definitiva la
situación de miseria y pobreza no pueden ser responsabilidad de más nadie sino
de Maduro y su gobierno. Como dijo Freddy Bernal, ''después de 18 años
gobernando somos los únicos responsables de lo que está pasando en el país''. A
confesión de parte, relevo de pruebas.
—¿Hay condiciones para retomar un proceso de diálogo formal entre Gobierno y oposición? Para empezar: ¿con cuál oposición?, ¿con qué facilitadores internacionales?
—¿Hay condiciones para retomar un proceso de diálogo formal entre Gobierno y oposición? Para empezar: ¿con cuál oposición?, ¿con qué facilitadores internacionales?
—El diálogo, como instrumento, siempre habrá que
reivindicarlo para utilizarlo en la búsqueda de soluciones pacíficas a los
conflictos humanos. En el caso venezolano se ha dado la circunstancia de que
quienes han participado en él, Gobierno y MUD, lo hicieron colocando solo sus
intereses particulares en juego. El Gobierno aplicó la frase de Lenin que
indica que con tu enemigo dialogas, solo, hasta que estás en condiciones de
llevarlo a tu terreno y vencerlo. Y la MUD fue al diálogo, dividida y sin
estrategia. Los intereses de Venezuela, de los venezolanos nunca estuvieron
presentes. El resultado es ya conocido. El gobierno hizo lo que le dio la gana
y la MUD no le dio, como de costumbre, ninguna explicación al país. Como dice
el dicho: eso es ''clavo pasado'' y hoy los venezolanos están más urgidos que
nunca de una solución pacífica y democrática, que incluya el diálogo como
instrumento y que tome en cuenta toda la filosofía de Mandela para poder identificar
instrumentos, condiciones, aliados nacionales e internacionales en un proceso
de diálogo que hay que "viabilizarlo", aún en las precarias
condiciones que el país tiene hoy.
Para Mujica, "el desastre de hoy no nos debe
llevar a la catástrofe de mañana. Venezuela debe ser el centro de nuestra
preocupación. El Gobierno siempre hará lo posible por sabotear el diálogo. Su
filosofía está clara: solo hacerlo en condiciones favorables". Por eso
"corresponde a la mayoría de la sociedad conquistar las condiciones para
que el diálogo sea una salida que evite una situación de violencia mayor, con
un resultado de miles de muertos, y después tener que dialogar. La historia de
la humanidad está llena de ejemplos positivos y negativos. Ojalá los
venezolanos podamos construir nuestra solución".
—¿La oposición que usted representa es la que está
sosteniendo el Gobierno del presidente Maduro? ¿Es una oposición genuflexa ante
el Gobierno?
—Como ya lo afirmé: este gobierno se ha mantenido y
sostenido gracias a los errores cometidos por sectores de la oposición. Y digo
sectores porque no todos somos responsables de las mismas cosa, ni en el mismo
grado, de los errores cometidos. Hablando del MAS, nosotros reconocimos
públicamente el error de haber respaldado a Chávez en 1998. Revisemos otras
situaciones. El "Carmonazo", la plaza Altamira, la huelga petrolera,
la abstención de 2005, el "Carmonazo" en cámara lenta que significó
haber botado el resultado de 2015 equivocando la política en la Asamblea Nacional.
Ante eso "me pregunto: ¿los responsables de
esos errores lo han reconocido alguna vez ante el país? Nunca lo han hecho.
Retomando la pregunta: Esos errores enumerados y los que faltan son los
responsables directos de la permanencia del Gobierno".
El MAS "en cada uno de esos casos hizo pública
su oposición a esa manera de conducir la política. En la oportunidad nos
separamos de la MUD. Dijimos lo que todo el mundo repite hoy. La MUD no fue una
dirección política, fue un escenario de acuerdos electorales. Nunca tuvo estrategia.
Si alguien tiene duda sobre nuestras opiniones puede buscar el documento
presentado por el MAS en la oportunidad de nuestra separación de esa
instancia".
De tal manera que "la responsabilidad
histórica de la supervivencia de este gobierno está claramente establecida.
Quedará por ver si esta es reconocida para reiniciar el camino de la
reconciliación en el campo opositor".
—¿Por qué siguen defendiendo la ruta electoral si
el Gobierno parece haberla dinamitado?
—El camino electoral ha sido dinamitado por el
Gobierno, una parte de la oposición y por ciudadanos venezolanos que dejaron de
creer en el voto como instrumento de lucha. El Gobierno, por todo su
comportamiento salvaje en materia de procesos electorales: ya sabemos que sus
convocatorias han estado llenas de violaciones de leyes y lapsos en materia
electoral. La parte de la oposición que llamó a la abstención sin ninguna
explicación y motivado a la falta de política, enfrentamiento entre liderazgos
opositores y, sobre todo, para pretender cabalgar en un sentimiento mayoritario
de los ciudadanos al estar llenos de un sentimiento de desesperanza que nace
como consecuencia de lineamientos y políticas claras.
Hoy, opina, "es necesario rescatar el voto
como instrumento de lucha política que debe estar asociado a las luchas del
país en el campo social, económico, gremial, cultural, por la salud. En
Venezuela no existe, por lo menos que se conozca, un camino distinto para
cambiar al país y al gobierno que el electoral. Quienes afirman lo contrario
confunden los deseos con la realidad".
Ojalá "tengamos en el campo opositor la clara
disposición a la rectificación y reconciliación que permita trasmitir a la
mayoría del país que si ejercemos de manera mayoritaria el voto como
instrumento no habrá condiciones adversas por difíciles que sean que impidan
una victoria electoral".
Hay experiencias, recuerda: "Así ocurrió con
Pérez Jiménez en 1957, con Chávez en 1998, el referéndum de 2007 y la Asamblea
Nacional en el 2015. En todos esos casos, para nombrar algunos, la mayoría
derrotó todas las maniobras de los gobiernos y las instituciones a su
servicio".
Foto: Anthony AsCer Aparicio -
Archivo Contrapunto
—¿El MAS propone al país esperar seis años de
gestión del presidente Maduro? ¿El país puede soportar seis años más de esta
situación?
—El MAS nunca ha propuesto esperar seis años para
sacar a Maduro. Enfrentamos una realidad, los errores opositores, como ya lo he
señalado son responsables de la permanencia de Maduro y de este gobierno. Si
hubiésemos votado masivamente estaríamos frente a una nueva realidad. La salida
de Maduro puede ser en seis años. O puede ser por renuncia. O por la vía de un revocatorio.
O puede ser también, en caso de que fuera cierto, por la vía de un hecho de
violencia exitoso como el que ocurrió el sábado 4 de agosto. Meditemos con
calma cuál es el que conviene al futuro del país. No tengo dudas: Una salida
política, democrática, que debe iniciarse a partir de la reconciliación y la
unidad opositora. Del encuentro con los sectores chavistas que saben que Maduro
fracasó y cada día están más dispuestos a coincidir en la búsqueda de una
salida democrática.
Mujica enfatiza que la historia de la humanidad "está
llena de episodios violentos que sirven para atornillar a los gobiernos
autoritarios que a partir de allí justifican la represión y la persecución.
También está llena de ejemplos de gobiernos autoritarios que han terminado como
consecuencia de una estrategia adecuada y de una dirección política a la
altura".
Allí está, ejemplifica, "el caso chileno. El mejor ejemplo. La
oposición rectificó y logró una salida electoral y democrática que parecía
imposible. De tal manera que el tema no es especular cuánto tiempo va a durar
Maduro, sino cuánto tiempo va a tardar la oposición en dotarse de una
estrategia y de una dirección política".
—Usted dijo hace dos años que Venezuela podría entrar en una pesadilla y parece que se cumplió. ¿Puede venir algo peor, en su opinión?
—Algo peor. Siempre puede haber algo peor. Nuestra
experiencia lo indica. Hace dos años estábamos muy mal. Sin embargo no había
''perreras''', no teníamos hiperinflación, el efectivo no costaba tres o cuatro
veces su valor, se podía viajar por las líneas aéreas venezolanas, no estaba
dolarizada la adquisición de bienes y servicio mientras el salario sigue en
bolívares que no valen nada, la delincuencia controla una parte cada vez mayor
de la geografía del país. Hoy la oposición está caotizada. Ocurren hechos
violentos como el de la avenida Bolívar que puede ser el inicio de cualquier
cosa. De manera que no hay duda de que estamos peor y que todavía puede haber
algo peor. Hemos pasado de la catástrofe a la hecatombe.
—¿Ve posible un acuerdo entre todos los bloques
opositores para tener una posición unitaria?
—Es indispensable la unidad de los sectores
democráticos. La situación del país lo exige. El futuro puede ser cada vez más
incierto si en el campo democrático no emerge la rectificación, el respeto que
abra la puerta a la reconciliación y la formulación de una estrategia política
que comience por reconocer los errores cometidos y el rescate del voto como
instrumento de lucha. Ese camino, que no es fácil, debe ser asumido por el
campo democrático para levantar una alternativa amplia, plural, sin sectarismo,
donde todos somos necesarios.
—¿Deben los partidos de la oposición participar en las municipales? ¿El venezolano ha perdido su fe en el voto como salida democrática?
—¿Deben los partidos de la oposición participar en las municipales? ¿El venezolano ha perdido su fe en el voto como salida democrática?
—Renunciar al voto y a la ruta electoral nos
conduce a la nada y le facilita las cosas al Gobierno. Ya lo he dicho. Que
hubiese pasado si la mayoría hubiese votado. Nada más y nada menos que Maduro
no sería presidente. Ese solo hecho lo explica todo. No votar para no ir a
ninguna parte al único que favorece es al Gobierno. Lo repito: no conozco y
creo que el país tampoco una estrategia que supere al voto como instrumento de
lucha. Si hay elecciones municipales, hay que participar. Con la más amplia
unidad, sin sectarismo, convocando a la mayoría del país para que ejerza su
condición.
Foto: Anthony AsCer Aparicio -
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—¿Por qué la oposición no ha podido lograr en las
conversaciones que sostuvieron con el Gobierno, cambiar a la directiva del CNE?
¿En qué se han equivocado para retomar la confianza de los electores?
—Las versiones que circulan indican que existió en
algún momento del fracasado diálogo entre la MUD y el Gobierno un acuerdo para
cambiar al CNE. Eso no se concretó, de acuerdo con esa versión, porque la MUD
no se puso de acuerdo en los nombres que debería proponer. Sea verdad o
mentira, lo cierto es que ninguno de los dos, Gobierno o MUD, le dieron alguna
explicación al país. Los ciudadanos, la mayoría de ellos, han perdido confianza
en el camino electoral producto de dos circunstancias: la estrategia exitosa
del Gobierno para dividir el campo democrático y los errores de un sector de la
oposición que llamó a la abstención sin alternativa. Hoy hay que recuperar la credibilidad y
derrotar el desencanto y la frustración. Eso solo será posible si surge una
alternativa viable. Los sectores agrupados en la concertación por el cambio
estamos comprometidos en ese esfuerzo.
—Hay analistas que piensan que de haber una
transición Venezuela sería liderada por el chavismo; es más, se habla de
autogolpe. ¿Este escenario es el más probable, vista la división en la
oposición?
—Si revisas la historia de los llamados procesos de
transición, te vas a encontrar con un hecho común a todas. Ninguna ha sido
programada previamente. Los hechos la van construyendo y una vez que se
produzca, cuando es revisada a la luz de la historia, se establecen los hechos
que la hicieron posible. La transición es como sábado en la noche: cualquier
cosa puede pasar. Las especulaciones previas son solo eso, meras
especulaciones. El proceso español, el chileno, el sudafricano, el de Pérez
Jiménez, confirman ampliamente que son procesos en desarrollo que solo pueden
ser inventariados cuando se concretan. En Venezuela es indispensable una
política que llame a la más amplia unidad sin sectarismo de ningún tipo. La
solución es posible. En necesario dirección política y estrategia.
—¿Hay condiciones de ambas partes para sentarse a
negociar una posible transición? Según usted, ¿quién debería dar el primer
paso?
—Las negociaciones que implican un proceso de
transición es posible que estén en marcha en Venezuela. Eso lo sabremos dentro
de unos años, como siempre ha sido, si las transiciones terminan concretándose.
En Venezuela tiene que haber disposición de los sectores involucrados. Estos
sectores están en el Gobierno, la oposición y la sociedad venezolana. Sin duda
hay sectores del Gobierno, no el Gobierno, interesados en que se produzcan
cambios y que estos permitan caminar hacia una transición. De igual manera
ocurre en el campo democrático. Los contactos existen. Sin embargo, los
sectores radicales de lado y lado sabotean de manera permanente cualquier
posibilidad de acuerdos. Buscar, construir, una salida pacífica es
imprescindible si queremos que las cosas cambien. La mayoría de los venezolanos
lo exigimos. Para ello hay que construir una solución. Esa solución solo será
posible si una parte importante del chavismo asume su responsabilidad y da un
paso adelante. Para eso es necesario que exista dirección política y estrategia
por parte de los sectores democráticos. La salida de los gobiernos autoritarios
se concreta cuando una parte de ese gobierno se encuentra con el resto del país
y se arma una mayoría. La Concertación por el Cambio debe hacer un esfuerzo
especial para concretar esta política.
—La conflictividad que se viene generando en el
país apunta a un colapso del Estado y, por ende, de sus administradores. Según
su criterio, ¿qué debería hacerse para superar la crisis?
—El desastre que vive Venezuela como país solo será
resuelto si se implementan salidas que permitan avanzar en la búsqueda de
soluciones. En el terreno político hay que construir la pacificación del país,
declarar la amnistía general que permita la restitución plena de los derechos
constitucionales de los venezolanos que han sufrido la prisión por ser
opositores, legalizar las organizaciones políticas que arbitrariamente han sido
colocadas al margen de la legalidad, iniciar un verdadero proceso de diálogo
donde participe toda la sociedad venezolana y se construyan soluciones en las
distintas áreas. En el terreno de la economía, acabar con la hiperinflación que
nos ha llevado a donde estamos hoy; dolarizar el salario, levantar el control
de cambios, instrumentar mecanismos para que la remesa ingrese de manera libre
y legal al país, recuperar la industria petrolera asociándonos al capital privado
nacional y extranjero, negociar el endeudamiento que permita que el país
disponga del dinero suficiente para financiar las soluciones para recuperar la
economía, generar un plan de recuperación de la economía con la participación
de todos los sectores involucrados en el área. También, atacar sin ambigüedad
el tema de la inseguridad y recuperar las zonas que hoy están bajo el control
del hampa, tomar decisiones en el área de salud, transporte, alimentos y
servicios públicos que garanticen soluciones. Son solo algunas de las tantas
cosas por hacer.
—La exfiscal Luisa Ortega Díaz denunció que el
presidente Maduro presuntamente posee 20 millones de dólares en Panamá. ¿Con
tales acusaciones debería separarse de la jefatura de Estado o, como afirma
Luisa Ortega, Maduro está a punto de caer? Se habla de Diosdado Cabello como su
sucesor.
—Las afirmaciones de la exfiscal Luisa Ortega Díaz
deben ser precisas. Si ella sabe eso y seguramente mucho más, debería hacerlo
con las pruebas en la manos. En relación con la especulación sobre si Maduro
está a punto de caer, lo asumo como eso, una especulación. Me parece que la
política se hace de otra manera.
—¿Cuál es su opinión sobre los dirigentes de la
oposición que hasta ahora siguen en pie: María Corina, Henri Falcón, ahora
Capriles, que reapareció?
—No comparto ese punto de vista sobre los
dirigentes de oposición que se mantienen en pie. En primer lugar, comparto el
criterio de que todos somos necesarios y que nadie es imprescindible. En
segundo lugar, soy partidario de la reconciliación del campo democrático, para
ello el primer paso es respetarnos, acabar con la descalificación y reconocer
nuestros errores ante el país. En tercer lugar, la política es como la vida,
momentos buenos, regulares y malos. El hecho de que dirigentes políticos
opositores no sean bien valorados por una parte del país no quiere decir que no
existan. Están allí y serán necesarios para construir la nueva Venezuela. Lo he
dicho y lo ratifico: Seguirán existiendo chavistas, adecos, comunistas, justicieros,
masistas, de Un Nuevo Tiempo, de Avanzada, de Voluntad Popular y venezolanos
que no militan en ningún partido político. Ese es el pluralismo venezolano, lo
defiendo y soy partidario de que podamos mantenerlo. Siempre será mejor eso que
el partido único.
Foto: Anthony AsCer Aparicio -
Archivo Contrapunto
—¿Es suficiente el "Maduro vete ya",
solicitar su renuncia o dimisión?
—¿"Maduro vete ya"? Como dice el refrán,
''deseos no empreñan''. Aquí la única alternativa es dotarnos de estrategia y
de una dirección política que logre rectificar para primero, parar el desastre
opositor y luego parar el desastre de Venezuela. Lo primero que debemos hacer
es reconciliar a la oposición para luego reconciliar al país. Ya lo dije antes.
Hay sectores de la oposición que viven del proselitismo. En vez de generar
políticas, generan frases alejadas de la realidad. Para que Maduro se vaya democráticamente
y pacíficamente, que es lo que nos conviene a los venezolanos, debe haber un
plan que cuente con el voto como instrumento de lucha asociado a la
problemática del país.
—Ahora el Gobierno anunció un censo automotor y el pago de combustible a través del carnet de la patria. ¿Usted se va a sacar el carnet?
—Ahora el Gobierno anunció un censo automotor y el pago de combustible a través del carnet de la patria. ¿Usted se va a sacar el carnet?
—Quienes me conocen saben que será imposible que yo
tenga carnet de la patria. Aborrezco cualquier tipo de mecanismo para controlar
a los seres humanos. El carnet de la patria es un instrumento típicamente
cubano. Su filosofía es la siguiente: te parto la rodilla, te doy la muleta y
luego tienes que darme las gracias. El dando y dando de Maduro. Someto al país
a la miseria y la pobreza y luego creo ese mecanismo de control social que se
llama el carnet de la patria. Pretenden hacer lo mismo con la gasolina. Les
sugiero que lo piensen bien. Allí está el ejemplo del Zulia y Táchira con el
tema de la gasolina. El caos total. Ojalá no lo hagan.
—¿Cuál es su punto de vista sobre lo ocurrido con
Maduro? ¿Es un show de ellos mismos? ¿O en realidad se está gestando un
golpe?
—La historia dirá si fue un show o un atentado. El
Gobierno tiene la responsabilidad de actuar con transparencia e informarle al
país que fue lo que realmente ocurrió. Ya sabemos que este tipo de situaciones
han servido en nuestro país y en otros para justificar la aplicación de medidas
represivas indiscriminadas y para crear escenarios políticos y sociales
dirigidos a ocultar los verdaderos acontecimientos.
Mujica advierte que "la tesis del enemigo
externo, aplicada por los cubanos y también por este gobierno, ha sido
utilizada como pretexto para cualquier cosa. Allí está el ejemplo de la guerra
económica ya comentado en otra pregunta. En definitiva el asunto es, a los
efectos de nuestro país, si el camino para resolver las diferencias entre
nosotros va a ser pacífico o violento".
La violencia "es un hecho político que forma parte integral de la
historia de la humanidad. Ha estado allí y seguirá allí. ¿Qué queremos?
¿Matarnos entre nosotros? ¿Generar más muertos? ¿Repetir la experiencia de
Colombia? Las respuestas a estas preguntas las tenemos que dar todos: Gobierno,
opositores, indiferentes, los que vivimos aquí y los que están fuera".
El dirigente sostiene que "el Gobierno tiene la gran
responsabilidad de marcar la pauta para que el país no termine en el peor
desastre. Los opositores tenemos la responsabilidad de condenar la violencia y
utilizar una estrategia política que construya una salida pacífica. El punto
final es que Venezuela, en letras mayúsculas, reclama a gritos una salida.
Ojalá no tengamos que buscarla después de trepar una montaña de muertos".
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