jueves, 20 de julio de 2017

Oposición y disidencia chavista no logran unirse para la salida de Maduro - Luis Pico


Sectores que alguna vez se identificaron con los lineamientos del presidente Hugo Chávez y la MUD coinciden en la necesidad de un cambio en la conducción del país; pero aunque su objetivo es el mismo, sus diferencias se imponen frente a sus similitudes 

La renovación de poderes públicos que prometió la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) tras la consulta popular en la que participaron 7,5 millones de personas comenzará por la designación de nuevos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que se realizará este viernes; sin embargo, diversos sectores reconocen que la medida podría agudizar la tensión política del país.


Aunque representantes del chavismo disidente y  la oposición coinciden en que el Poder Judicial se encuentra en tela de juicio, advierten que la reacción del gobierno, lejos de ser conciliadora, podría ser un aliciente para radicalizar su postura, en medio de una batalla en la cual la MUD tampoco piensa ceder en cuanto a sus protestas.

“El gobierno de Nicolás Maduro tiene que preguntarse cómo se manejaría frente a nuestros poderes, que están legitimados por más de siete millones de venezolanos, frente a los suyos que dependerían de una Sala Constitucional nombrada de manera chimba y sin reconocimiento ni de la gente ni la comunidad internacional”, dijo Freddy Guevara, primer vicepresidente de la Asamblea Nacional (AN).

La decisión, sin embargo, generó el rechazo en la disidencia del chavismo como Nícmer Evans, politólogo y ex dirigente de Marea Socialista, quien considera que la medida deja llano el terreno para que en Venezuela se instale un “Estado paralelo”.

“No se pueden tomar las instituciones por la fuerza. Este tipo de iniciativas se dan en el marco de una guerra civil o tras una invasión extranjera”, sugirió.

Evans dejó abierta la posibilidad de que la MUD pretenda instaurar un gobierno de corte secesionista, en caso de que su meta no sea alcanzar una negociación con Maduro mediante presión.


Su enfoque, no obstante, no es unánime dentro de quienes se identifican con el chavismo. Germán Ferrer, diputado a la AN por el Bloque de la Patria y esposo de la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, sí está de acuerdo con que se cambie a los titulares del Poder Judicial.

“Considerando la opinión de la fiscal general, que califica al actual TSJ como ilegítimo, y que eso los invalida para tomar decisiones, la AN está, sin dudas, en potestad de elegir nuevos magistrados”, argumentó.

¿Y si se constituyen dos TSJ?

En las filas del chavismo está prácticamente descartado reconocer como legítimos a los magistrados nombrados por la AN, como lo ha venido anunciando Diosdado Cabello, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), tanto en actos del gobierno como en su programa televisivo Con el mazo dando. 

“Es mentira que designarán a nuevos magistrados del TSJ”, enfatizó Cabello en VTV apenas horas después de la consulta popular que organizó la MUD.


La afirmación fue reforzada por Tarek William Saab, quien en su posición de presidente del Consejo Moral Republicano, exhortó junto al contralor general, Manuel Galindo, al Parlamento a frenar su iniciativa.

"La medida violenta los cimientos de instituciones, perturba el orden interno, usurpa autoridades y estimula la conformación de órganos paralelos, dañando irreparablemente a la República", leyeron en un comunicado que fue difundido en transmisión de VTV. 

En caso de que sus advertencias terminen cumpliéndose, la posibilidad de que hubiera dos TSJ en funciones incentivaría un clima de incertidumbre aún mayor al que sacude al país desde hace más de 100 días, cuando estallaron manifestaciones contra el mandatario nacional, e incluso pudiera acrecentarse si a la postre se hace lo propio con rectores del CNE. 

“Hay la posibilidad de que haya dos Estados, pero el poder reside no  quien emite un decreto o tiene las armas, sino en el que es capaz de hacer que el pueblo lo obedezca”, explicó Juan Andrés Mejía, diputado a la AN, al aseverar que la legitimación es la que define al poder.

Tal escenario fue descartado por Julio “Coco” Jiménez Gédler, de tendencia opositora pero sin ser miembro de la MUD, quien opinó que la elección de los nuevos magistrados no solo es innegociable, sino que responde a intereses de la gente por encima de lo político, debido a lo expresado en la consulta popular.

“No existirán dos TSJ. Los nuevos no pueden quedar en algo simbólico: el poder es de quien lo ejerce y no hay nada más legítimo que un pueblo exigiendo de manera pacífica el desplazamiento de una dictadura”, consideró.

Lo legal contra lo ilegal 

Los abogados constitucionalistas José Vicente Haro y Juan Manuel Raffalli coincidieron en que el nombramiento de nuevos magistrados para el TSJ es legal debido a que el procedimiento para su elección ha estado apegado a la Constitución, al contrario a como ocurrió en diciembre de 2015, cuando el Parlamento, durante los últimos días en que estuvo manejado  por el chavismo, los juramentó.

“No reúnen los requisitos para ejercer sus cargos, no cumplieron con los artículos 263, 254 y 256 de la Constitución y además se deslegitimaron por actuar contra la propia Carta Magna y la Ley Orgánica del TSJ”, recordó Haro.

 Avizoró un ambiente tenso para los próximos días, partiendo del escenario en que el gobierno los desconozca y quiera tomar represalias en su contra, por lo que destacó la importancia del respaldo de la ciudadanía y la propia AN. 


“Podrían haber reacciones fuertes, más represión, o incluso pudiera subir el número de presos políticos si los amenazan con encarcelarlos (…) pero lo que habría es un TSJ que actúa ilegítimamente ante otro que sí sea constitucional”, dijo.

Raffali, por su parte, se mostró a la expectativa ante lo que pudiera acontecer en el transcurso de los días: “¿Los reconocerá la Fuerza Armada? ¿Van a poder tomar posesión de sus cargos? ¿A quién reconocerán los demás poderes públicos? Y los jueces, abogados y ciudadanos, ¿los acatarán?”, reflexionó.

Ambos destacaron que, en caso de que finalmente puedan despachar, en ellos debe privar una actitud meramente ajustada a derecho, pues sería peligroso que respondieran a intereses particulares de la MUD o alguna otra tendencia política, como consideran ocurre actualmente.

¿La salida?

En medio de las protestas, la MUD presentó un acuerdo para un gobierno de “Unión Nacional” con el que esperan tomar las riendas del país si Maduro deja el poder, pero la idea, más allá del papel, no hizo sentir incluidos a todos los sectores, pese a que insistieron en que desean contar con quienes actualmente les disienten.
Incluso antes de la publicación del documento, Evans ya se sentía relegado de los anuncios. “Es necesario unir fuerzas para combatir democráticamente a Maduro y la ANC, pero debieron incorporar a sectores sociales del chavismo”, expresó.

Julio Coco agregó que aunque la consulta popular fue un éxito, el acuerdo es un desconocimiento a quienes han estado en las calles, a los presos, caídos y torturados desde hace más de 100 días.
Mientras tanto, la AN intenta renovar los poderes públicos pero la salida del gobierno de Nicolás Maduro sigue sin concretarse y el tiempo sigue corriendo hacia el 30 de julio, cuando están previstas las elecciones a la asamblea nacional constituyente (ANC).

Por LUIS PICO
19 DE JULIO DE 2017 07:40 PM | ACTUALIZADO EL 19 DE JULIO DE 2017 20:13 PM


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