En medio de un país
convulsionado tanto en el ámbito social como económico y político, situación del
que las universidades no escapan, debido al acoso por políticas gubernamentales
reflejadas en un presupuesto cada vez más deficitario, poca o nula atención a
sus necesidades, en virtud de que el dinero no llega a tiempo ni con la cuantía
necesaria para poder resolver sus problemas, pese a ello, la universidad sigue
cumpliendo al país y a la sociedad, al seguir egresando de sus aulas nuevos profesionales.
La diáspora que hay
de los sectores estudiantil, profesoral y personal técnico también ha afectado
gravemente a la universidad, ya que ha dejado muchos de los laboratorios, oficinas
y aula vacías, en medio de esta panorámica tan deprimente que está sufriendo Venezuela,
llevando a que un importante músculo académico, que pudiera servir para
transformar las industrias y las empresas y que deberían estar aquí para
participar en el desarrollo del país, se hayan tenido que ir buscando mejores
condiciones de vida en otros países.
“A pesar de esta difícil
situación, la universidad le sigue probando su utilidad a la sociedad,
graduando con una alta eficiencia y con una educación de calidad los profesionales
que les corresponde, producto del perfil de una de las mejores universidades
del país. Esperamos graduar más de 3 mil 600 estudiantes en lo que va de año, hemos
tenido grados en marzo, abril, mayo, junio y ahora julio, en este último esperamos
tener unos 500 graduandos. Durante el segundo semestre de este año vamos a
tener algunos grados adicionales, con los cuales esperamos sobrepasar la meta
de unos 5 mil graduandos en pre y postgrado. Hemos visto un incremento en las maestrías
y en los doctorados también y una pequeña disminución a nivel de pregrado”,
resaltó José María Andérez, secretario de la ULA.
A juicio del profesor
Andérez, si la situación nacional no se corrige a tiempo, ese flujo de
egresados va a empezar a disminuir, por lo que está completamente seguro que lo
hará en la segunda parte del año y esa tendencia negativa se va a ver el año
que viene, por lo que el año 2018, va a ser muy difícil, a no ser que la situación
se arregle en el país y así la universidad pueda graduar más allá de unas 3 mil
personas.
“Esta situación es
preocupante ya que es igual en todas las universidades del país, puesto que
también se ve en otras universidades grandes la deserción, el desánimo y la
desesperanza de la gente. Hay universidades que tenían un índice de retiro estudiantil
de un 3 a 4 por ciento como la Simón Bolívar y hoy ya está por el 20 a 25 por
ciento. Es una situación grave y cualquier gobierno serio de cualquier país,
frente a una situación como esta, debería revisar la magnitud y las causas que
las están originando, así como los efectos que van a traer en el futuro y tomar
las medidas necesarias para revertir esta situación. Por supuesto que estas
medidas pasan por una economía diferente, un país respetuoso de los derechos
humanos, que garantice la seguridad y en el que se acabe la diatriba política
que hoy se han enquistado en Venezuela y que ha dificultado el desempeño de la
nación en todos los sentidos, tanto en lo social como en lo económico y lo político,
por las controversias que se han generado”, dijo finalmente el profesor
Andérez. Golfredo Lobo / Prensa ULA / CNP 14.293
Foto
José María
Andérez, secretario de la ULA (Foto Prensa ULA)
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