martes, 27 de diciembre de 2016

El Via Crucis de Navidad - Jonatan Alzuru Aponte



I
Piensa en el Estado…
Pujo. Me esfuerzo. Me concentro.  No pienso en nada…
Vas por buen camino.

II
Soy ecólogo. Busco un animal en extinción.
¿Cuál?
El animal político.

III
El problema es la unidad.
¡No!
El problema es el ego.
Y, tal vez…
La falta de instinto o los instintos opacados por el ego.

IV
Instinto estético: Obrar con belleza.
Y dijo Nietzsche la máxima de la belleza: “Regla suprema: ser rigurosos consigo mismo” (Nietzsche F. Crepúsculo de los ídolos, Incursiones de un intemporal, fragmento 47)
El instinto estético se reconoce en el estilo del vivir.

V
Instinto: Obrar desprendido de conceptos y tradiciones de pensamientos.
Instinto político: Obrar con instinto estético.
Obrar: gobernarse, gobernando.
Instinto político: jugar como futbolista, siempre en presente, pensando como ajedrecista.

VI
Es de derecha; no, es de izquierda…
Perdón, en mi pueblo le llaman maldito y el cura dijo que Jesús les llamaba fariseos hipócritas, sepulcros blanqueados, raza de víboras… ¿haría falta otro concepto?

VII
Debemos analizar el problema político. Caracterizar al gobierno. Definir los asuntos.
Cuidado buscan a un politólogo, a un sociólogo y mucho menos, a un filósofo…
¿Acaso, recomiendas a un asesor de imagen?
No. Pasó el tiempo de los concursos de belleza.
¿A cuál profesional, entonces?
A ningún teórico, eso es definitivo.
Y… ¿Quién nos asesora?
Un entrenador de fútbol.
¿Sin formación política?
Bueno, quizás que se haya leído El Príncipe de Maquiavelo; pero también es prescindible.

VIII
¡Usted es el culpable!
Yo no hice nada. Esperaba la orden. Hubiese hecho lo que me dijera el líder.
Por eso mismo. El líder dice que tú eres esclavo, por eso no puedes liberarte; por eso eres culpable.
Pero…
No hay pero que valga, cada quien vive, como se lo merece. Así dice la regla.
¿Cuál es la sentencia?
¿Todavía lo preguntas?
PD. El líder creyéndose tal asunto se fue sonriente, sabiéndose irresponsable; porque la responsabilidad es un asunto muy jovial, como los juegos del niño… El adulto serio prefiere jugar a las culpas: el juego de los idiotas.

IX
¿Qué es el instinto?
Mira a un león, caza cuando tiene hambre, duerme cuando tiene sueño, huye cuando sabe que está en riesgo su vida y se enfrenta cuando olfatea que puede derrotar a su adversario. Ninguna acción es buena, tampoco es mala, responde a su naturaleza; no tiene una fábrica de conceptos ni de analistas para obrar como lo que es.
Entonces, ¿debo ser como un animal?
¿Acaso no lo eres? Pero deseas ser lo que no eres; te has extraviado entre fantasmas y ángeles, entre conceptos, definiciones y caracterizaciones… El cálculo y las encuestas son tu perdición.
Sé un animal… sé un animal y todos correrán tras de ti y tú correrás tras ellos… 
Un buen político es un exquisito animal… decide por instinto.

X
¿Me puede dar un pedazo de pan? No. ¿Un vaso de agua? No. ¿Por qué? ¿Cómo preguntas, si no sabes los conceptos?

XI
Mañana es un día importante de trabajo. Me Despertaré antes del canto del gallo. Esperaré que coloquen el agua, a veces no llega. Dos horas en el banco, para sacar el dinero.
No puedes retirar lo que quieras, prioriza tus necesidades.
Sí, iré a comprar pan. Debo calcular dos horas para ello. El camión de agua mineral pasa los días jueves; compraré un botellón; allí no hay cola, quizás dure veinte minutos para comprarla. 
Es el día de tu número de cédula, quizás vendan leche, quizás alguna pasta o café; el aceite se perdió en el infinito.
Entonces, cuatro hora más para el mercado.
¿Y el trabajo?
Te parece poco. Trabajo eficientemente para no hacer nada.  Es demasiado bello, creo que Carlitos Marx dijo que lo mejor del mundo era trabajar y trabajar de forma enajenada, para llegar al ideal del lumpen proletariado, la sociedad sin clase…
¡Dijo lo contrario!
¿Verdad? Pero debe ser bonito. Porque se repite en cada pueblo que le han llamado marxista. Algo así como Disney que se replica porque es bonito.
¡Consumista!
No vale, ¡Comunista!... Quiero ser comunista como mi presidente, con las camisitas, guardaespaldas y esos cuantos dólares que tiene; así, por no dejar…

XII
Se decretó la huelga.
Los cerebros de nuestro pueblo, desde tiempos inmemoriales, andan en eso. ¿Hay otra?

XIII
El tiempo es oro, dice el capitalista. El tiempo es una mierda, dice el socialista.
¿Será el hombre tan estúpido que para él, hasta el tiempo tiene un valor ideológico?
No… el estúpido eres tú que no has entendido que en definitiva se trata de prácticas para gobernarte. Eres pensado por otros. Y actúas a través del pensamiento de otros. La máquina de guerra te ha transformado tanto que tienes la ilusión de pensar por ti mismo y por eso luchas por aquello que no tienes y no lo lograrás, porque eso nunca lo tendrás…
¿Por qué?
Porque eso no se conquista. Se ejerce y punto. Si lo supieras, lucharías por otros asuntos.
 ¿De qué hablas?
De la Libertad.
No entiendo. 
Precisamente, no lo comprendes porque eres esclavo.

XIV
Gritó con su enérgica voz:
¡Lucharemos por la libertad!
Compadre, ahora si nos jodimos.
¿Por qué?
Porque nuestro líder es un esclavo.

XV 
Lo malo no es que el poder dictamine lo que es correcto y lo que es incorrecto, sino que algunos burócratas se lo tomen en serio” (Lanz, Rigoberto, Cuando todo se derrumba, 1991/2016: 57)
Lo malo no es que el poder dictamine lo que es correcto y lo que es incorrecto, sino que las comunidades se lo tomen en serio.

XVI
Toda teoría es sedentaria.
La vida es un flujo constante.
Solo el nómada la habita.

XVII
¡Compañeros! El problema radica en un asunto fundamental, no hemos definido con claridad la esencia del régimen. Se trata de un asunto teórico de envergadura.
¡Coño! Podrías estudiar un poquitico más rápido.
Amigo, usted no tiene conocimientos. Es por ello su debilidad.
¿Mi debilidad?...
Son  dos meses sin comer.

XVIII
Eres mi amigo y ¿No lo sabías?
No estimo en lo más mínimo tus conocimientos -tu tradición de pensamiento, los conceptos que utilizas para comprender al mundo, tus argumentaciones- mucho menos  los desprecios. Me son indiferentes. Todo saber o ignorancia, no requiere de mi atención.
Exclusivamente valoro… Coloco en la balanza… justiprecio: tú obrar. Tu práctica es tu belleza o tu fealdad; lo demás, me tiene sin cuidado.

XIX
¿Acaso no te importa la ideología del régimen?
Las ideologías de los gobernantes, no tienen ningún problema.
¿Cómo puedes decir eso?
Las ideologías son un invento muy reciente de la humanidad.
¿Entonces?
Los problemas son las tecnologías de dominación que modifican tus deseos en la vida ordinaria.
Las máquinas de guerras tienen diversas tecnologías, preocúpate por ellas y no por sus teorías.
Mientras más ocupado estés de las teorías, más dominando te tienen. Todas son ficciones.
Sírvete de la historia. Piensa en los tiempos antiguos. Era inimaginable aquello de las ideologías.
Las ideologías son relatos; sus cuentos los presentan como hechos. Luchas, contra molinos de vientos.
No entiendo.
¡Qué importa lo que dicen! Lo relevante es lo que te hacen.
Deseas comer y no tienes dinero. Tienes dinero y no puedes comprar. Deseas bañarte y no tienes agua. Deseas la paz y te hacen la guerra. Deseas la guerra y fabrican la paz. Deseas dialogar y escuchas el silencio. Deseas silencio y comienzan hablar. Colocan un espejo y te acusan de ser su imagen. Y empiezas temer a la imagen de ti que es el reflejo de ellos.
Deseas leer y tienes que comer y para comer tienes que tener dinero; pero tienes dinero y no puedes comer y no puedes leer, entonces, deseas dormir pero sus truenos te despiertan.


La tecnología de la máquina de guerra es sofisticada. Cada día prueban tu resistencia; mientras más resistes se incrementa; si no lo haces, te habitúas. Cada día tu deseo se transforma. Te alejas como un cobarde de ti mismo. El peor exilio es el de tu cuerpo, el de tus deseos. Te hacen desear ser extranjero de ti mismo. Te hacen desear lo mínimo: un pedazo de pan, un vaso de agua, un día sin cola, una calle sin ejército, una noche de fiesta, un dinero que funcione… te duermen los instintos y vives molesto con ellos, sin percatarte que tu desazón, tu rabia, tu odio, el sentimiento de impotencia, es contra ti mismo; por la vergüenza de mirarte, en lo que tú te has convertido.

¿Acaso no fue la tecnología de dominio?
Ninguna tecnología podría convertirte si eres lo que eres, siendo siempre lo que eres. Deseando llegar a ser, lo que eres. Lo que eres no es un concepto sino un obrar. Quien obra desbarata la tecnología con la sola presencia.
¿Y cómo salgo de esa espiral?
Llegando ser lo que eres, un hombre libre, sigue tu instinto, comienza a olfatear de nuevo.

XX
Sacrifícate, la sociedad del mañana será comunista.
Sacrifícate, la sociedad del mañana será liberal.
¿Acaso alguien se ocupa de la sociedad del presente?

XXI
No te ocupes del futuro es impredecible.
No te ocupes del pasado, es inexistente.
Ocúpate como el animal, como las aves, del presente en tanto presente.
Sigue tu instinto y acertarás.

XXII
Si alguna cosa tipifica bien lo que ha quedado del marxismo oficial es su casi nula producción intelectual, su raquitismo teórico. Esa indigencia epistemológica es la consecuencia del pragmatismo ordinario consustancial a todo aparato burocrático. La creatividad intelectual fue sustituida por la propaganda. La discusión fecunda fue sepultada por el peso descomunal del adoctrinamiento.  La vanguardia dio paso a la clásica legión de burócratas cuyo talento epistemológico es inversamente proporcional a su obediencia.” (Lanz, Rigoberto, Cuando todo se derrumba, 1991/2016: 11)
Amén.
¿Y el liberalismo oficial? También.

XXIII
Este año no coloco el pesebre.
¿Y eso?
Venezuela es un milagro. Se convirtió en un gran pesebre; pero al parecer, José y María todavía no han llegado.
¿Entonces?
Me tomo un roncito, esperando al mesías.

XXIV
¿Mi teoría política?
El nomadismo, en caravanas heterogéneas, desde una ecología moral.

XXV
Está enfermo.
¿Por qué? Yo lo veo bien.
Necesita de un psiquiatra, urgente. Está hediondo y muy flaco.
¿Y? ¿Cómo se encontraría distinto?  Tiene un mes sin agua
Además, la bolsa de comida nunca llega.

XXVI
La ecología moral es el instinto del hombre: ser un animal político obrando con belleza. El obrar con belleza es la experiencia de la libertad. Es una música, una danza, un canto.
No te ocupes del gobierno; ocúpate de tus deseos; gobiérnate a ti mismo. 
Y enfrenta, lucha, aniquila y acuerda, negocia, concilia, dependiendo de tus deseos, siguiendo a tus instintos.
Los deseos máximos te reconcilian con tu naturaleza; con tu instinto estético y político.
Sigue tu olfato, como un perro sabueso, y llegarás a ser lo que eres.
¿Qué importa la mirada de los idiotas?
Dios no les da perlas a los cerdos.

XXVII
La ciencia jovial de Nietzsche enseña una sola cosa: de qué trata la libertad.
Libro tercero, fragmento 275:
¿Cuál es el sello de la libertad alcanzada?
Ya no avergonzarse más ante sí mismo.

XXVIII
Hace mucho tiempo. Existió un hombre que obraba desde su naturaleza. Instinto político, instinto estético, instinto amoroso, era una amalgama en su ser. Escuchaba y hablaba con todo su cuerpo, sin escisiones. Le gustaba comer y beber bien. Disfrutaba de fiestas. Sus amigos eran inmorales, como las putas. Pero él se sentaba en medio de ellos. No se avergonzaba de sí; por eso invitaba a que observaran su obra. La tecnología de dominio lo condenó como a un esclavo y haciéndose esclavo se hizo el Rey.
Era su naturaleza; nadie podía transformarla. Le llamaban Jesús de Nazaret.

XXIX
Hace mucho tiempo. A un hombre libre lo apresaron. Lo iban a vender como esclavo.
Empezó la venta de esclavos. Y en medio de la algarabía, de las ofertas, él impuso su voz y gritó: ¡Aquí está un maestro! ¿Quién es el esclavo que desea comprarme?
Cuenta que el amo se transformó en su discípulo. Haciéndose esclavo se hizo maestro, porque su naturaleza era la de ser maestro. Un maestro de la vida es un rey entre reyes. Un aristócrata de la existencia.

XXX
Dice la Ecología Moral:
Como las aves del cielo, como las flores del campo…
La libertad, la belleza, los deseos y el poder, no se conquistan porque nunca se pierden. Son prácticas, obras, formas de existir, según la naturaleza. Independiente de la otredad.
Los gobiernos despóticos tiemblan frente a un cuerpo que obra según su instinto, según su naturaleza; porque es inhabitual. Y si le hacen la guerra, siempre pierden… porque ninguna tecnología puede dominarlos.
Son impredecibles, porque viven siempre en presente. Siendo lo que son, en su obrar, se hacen póstumos, trascendentes. Son cuerpos salvajes en comunión con su naturaleza; esto es, en armonía con el mundo animal y vegetal, con lo orgánico e inorgánico; profundamente místicos, porque viven como dioses entre los hombres. Sus vidas, son unas obras de arte en permanente gestación.


Caracas, 23 de diciembre de 2016.

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