La Secretaría de la Universidad de
Los Andes ha venido haciendo estudios en los últimos años para ver el
comportamiento del rendimiento y la deserción estudiantil, este último ha
causado gran preocupación en la comunidad universitaria por la disminución de
la matrícula estudiantil, lo cual se ha hecho muy evidente en los últimos dos
años y medio, por lo que ya es del dominio público que este fenómeno estaba
asociado solo a las universidades de la provincia y se veía con menos fuerza en
otras universidades a nivel de las grandes capitales del país, ya hoy es un
fenómeno muy común en todas las instituciones de educación superior, tanto
públicas como privadas.
El secretario de la ULA, José María
Andérez, señaló que en torno a unos 2 mil 800 a 3 mil 500 estudiantes venían
anualmente retirándose de las universidades por diferentes causas, eso se
incrementó a unos 3 mil 800 estudiantes durante el año 2015 y este año, ya
finalizando el 2016, estiman que la ULA haya perdido entre 5 a 6 mil
estudiantes. Esto es una cifra alarmante que indica que hay un problema de
fondo grave y que hay que corregir, ya que esto va desmejorar la formación profesional de las
nuevas generaciones que el país necesita.
“En este estudio se está viendo algo
también muy preocupante y es que los estudiantes preseleccionados, que ha
adquirido el derecho a un cupo a través de los mecanismos internos de la
universidad o de la selección de la Opsu, no concurren a inscribirse y hay que
correr a lo que se llama la lista de cola, por lo que el muchacho se inscribe
pero no viene a estudiar. En carreras como Medicina y Odontología que no había
ocurrido nunca hasta el año pasado, en este año, lo estamos viendo ya, y no
vienen simplemente porque no pueden mantenerse, ya que requieren entre 60 a 80
mil bolívares para poder vivir en la ciudad”, indicó el profesor Andérez.
Este fenómeno está golpeando también
a otros estamentos universitarios, por lo que se está perdiendo a una velocidad
acelerada, los técnicos, ingenieros, personal administrativo d muy alta
formación, los cuales encuentran en otro país o en la industria o empresa
privada unas condiciones laborales que les permite por lo menos tener un nivel
de subsistencia más alto. “No es un secreto que mientras la inflación esté en
los niveles que está y mientras esto siga así y los aumentos que hace el
Gobierno Nacional sean irrisorios y no contribuyan a resolver el problema sino
agravarlo, el problema no se va a resolver, lo que el gobierno debe hacer es crear
unas políticas económicas serias que permitan que la inflación se reduzca a un
nivel controlable para no tener que estar devaluando la moneda”, agregó el
profesor Andérez.
Hace unos dos o tres años atrás,
cuando se hacían estos estudios, el clima político, la inseguridad y la
situación económica iban las tres de la mano y hoy en día, ya la situación
económica está empezando a ser el factor determinante por el que la gente se va
de la universidad y del país. Los últimos estudios hechos a nivel de la Dirección
de Asuntos Profesorales (DAP), señalan que hasta el 15 de noviembre se han
perdido 196 profesores de los cuales 36 corresponden a renuncias, lo cual es un
poco más con respecto al año 2015; 54 corresponden a permisos no remunerados y
de esos el 90 por ciento se transforman de acuerdo con la experiencia de
estudios anteriores, en renuncias; 3 corresponden a destituciones y 75 a
rescisión de contrato, la mayoría de ellas por incumplimiento y 26 que
terminaron su contrato y pasaron a la condición de personal ordinario.
“En un país serio del mundo, esta
situación debería generar alarma, este es un problema de Estado similar al
problema de la salud, de la seguridad ciudadana, esto no es una situación
aislada que está ocurriendo ahorita, los números indican que hay un creciente
exponencial de las deserciones de profesores y estudiantes a lo largo y ancho
del país, ahora estamos viendo que las universidades de Caracas, Maracaibo,
Carabobo, por ejemplo, en donde están asociados a los grandes centros industriales
o empresariales, muchos profesores están renunciando. Recientemente vimos un
estudio de la Universidad Central de Venezuela (UCV), el cual indicaba que en
los últimos años habían perdido más de 400 profesores. Si a esto no se le pone
un coto, el cual tenga que ver con el cambio de las condiciones que obliga a la
gente a emigrar a otros países, seguiremos perdiendo el talento que es el
encargado de formar las nuevas generaciones”, señaló el profesor Andérez.
Esto es un alerta, no es un problema
menor y hay que tratarlo con la seriedad del caso y asumir los correctivos
necesarios antes de que el país se siga desangrando con esta deserción
académica que está dejando las aula vacías de estudiantes y de profesores así
como los laboratorios vacíos de personal de apoyo profesional, el cual también
se está marchando. “Una universidad en donde recibes a los estudiantes para
darles unas clases mal dadas, donde no hay investigación, extensión y
renovación del conocimiento, no va a poder llamarse universidad y si seguimos
en las condiciones que estamos, el país no va a tener la capacidad de generar
los profesionales que van a contribuir a su desarrollo. El país nos necesita a todos, por lo que debemos levantar
la voz ya que es intolerable esta situación y, de no tomar los correctivos
necesarios, esto va a terminar mal”, dijo finalmente el profesor Andérez.
Golfredo Lobo / Prensa ULA / CNP 14.293
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