Venezuela atraviesa una de las peores
crisis de su historia republicana. La gestión bolivariana ha sido un total
fracaso cuya dimensión real se conocerá cuando se muestren las costuras del
inefable engaño y se descubra toda la verdad de estos últimos 17 años.
Al margen de la propaganda Goebbeliana
oficial, el mandato del ya fallecido tte coronel se caracterizó por la
continuidad del proyecto neoliberal más que una ruptura con el pasado como
falazmente se publicitó. Desarrolló una versión semejante de lo que por
entonces se denominaba social-liberalismo. Su política económica preservó la
hegemonía de los capitales financieros, dictada por el FMI, manteniendo
inalterados los rasgos estructurales constitutivos de la excluyente y perversa
formación social burguesa del país. Al mismo tiempo, gracias a la bonanza
petrolera, desarrolló programas sociales que si bien no erradicaron la miseria
y la exclusión social, le permitió un mayor control de la población.
La caída de los precios petroleros dio
inicio al desmoronamiento del mito fachochavista de que todo en el país andaba
bien y que la pobreza era cosa del pasado. Ante ello el descontento y la
protesta social emergieron con diferentes perfiles socioeconómicos y se
hicieron presentes en cada uno de los rincones del país. Ya no había más
petrodólares para seguir alimentado la fantasía de la prosperidad social y
brotaron las realidades del desengaño colectivo. Las políticas iniciadas por el
insepulto comandante y continuadas por el ungido Maduro han fracasado. Han sido
un total descalabro evidenciado por una brutal desindustrialización del país,
una profundización de la política rentista petrolera, la entrega de nuestra
riqueza al capital transnacional, un aumento del desempleo estructural, el
debilitamiento y aniquilación de los sindicatos y movimientos sociales, un
aumento del trabajo informal (buhonería), la precarización y finalmente la
superexplotación de los trabajadores. Ello acompañado de un recrudecimiento de
la represión contra todo aquel no afín con el proyecto fachobolivariano.
Las promesas de la superación de la
pobreza, y la exclusión social, de disponer de un buen sistema de salud,
de abatir la inflación (el impuesto de los pobres), de disfrutar de una
seguridad social para todos los trabajadores, de tener una vivienda y trabajos
dignos, así como el combate a la corrupción han terminado en el basurero de las
desesperanzas; como casi todas, por no decir todas, las promesas incumplidas
por este grupete de militares que en nombre de una supuesta revolución "bonita"
han sumido al país en un caos total. Hoy tenemos más venezolanos en condiciones
de pobreza que en 1998, carecemos de un sistema de salud y muchos
lamentablemente mueren por falta de medicamentos como ocurrió en el caso del
niño Oliver Sánchez. Sufrimos la inflación más alta de Latinoamérica, las
conquistas de los trabajadores han sido conculcadas, los derechos humanos
violentados (OLP), al extremo de que la tortura (Christian
Manrique), las
ejecuciones policiales (José Frías Pinto y Julio García Adonis), las
desapariciones forzosas (Alcedo Mora) y la operatividad de los grupos
paramilitares han sido institucionalizadas.
El país ha vivido un engaño colectivo, una
ilusión de revolución que en vez de ayudar a los más desposeídos los ha hundido
cada vez más en la miseria, frente a una súbita y obscena riqueza de nuevos y
poderosos corruptos surgidos a la sombra del poder (boliburguesía). En nombre
de un desconocido socialismo se consolida un capitalismo de Estado explotador,
con un elevado gasto militar, como un "mal necesario" para apaciguar
la protesta popular, preservar la paz de la nación y darle continuidad al
proyecto hegemónico.
El fachochavismo representa una manera
abusiva y desmedida de ejercer el poder en función de una corrupta, fanatizada
y pestilente logia cívico-militar.
José R. López Padrino M.D.
Ph.D
De: Jose Rafael Lopez-Padrino <jrlopez@ucdavis.edu>
Fecha: 31 de mayo de 2016, 10:10
Asunto: Ocaso de un proyecto fraudulento y miserable
Fecha: 31 de mayo de 2016, 10:10
Asunto: Ocaso de un proyecto fraudulento y miserable
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