domingo, 5 de junio de 2016

JUZGUE USTED. - Francisco Roberto García Samaniego



       Cuando usted  sale de su casa, la primera impresión en cualquier lugar de la ciudad, son las largas e interminables colas de gente buscando productos para el “buen vivir”. Ya esa es la primera forma de violencia que ejerce el régimen sobre usted. Otra impresión cotidiana, son las noticias sobre la delincuencia o, la escasez de todo, aunado a los altísimos costos de los productos de toda índole. 


La hiperinflación galopando sobre el diablo rojo de la revolución, perseguido por la muerte como vocación. Se comienza a pensar y repensar; ¿en qué momento perdimos el país, y por qué tenemos que seguir sobreviviendo y escuchando las mentiras de un régimen de forajidos? Simple; algo pasa en la sociedad civil, y es la sumisión psicológica del terror por miedo a la muerte. Miedo que es propiciado por el régimen en sus propagandas políticas y en su actuar. Por ejemplo: la complicidad total con los grupos delincuenciales, con los grupos de milicias, con los grupos de corruptos en las empresas del Estado, con los grupos de jueces y fiscales prestos al régimen bajo el manto protector de un TSJ hincado a la bota militar, más un CNE que viola los preceptos de la constitución y las leyes. Sumisión psicológica que promueve el régimen aprehendida y puesta en práctica con el G2 cubano para maniatar a todo un país. No por casualidad están pasando las cosas que pasan. Es un libreto escrito ya en la historia de los regímenes de corte totalizante como éste. 

En tal sentido y para ilustrarlo haré referencia a un clásico libro de Hannah  Arendt sobre los Orígenes del Totalitarismo. Bajo una gran reflexión de lo que significó el nacionalsocialismo Alemán y el Bolcheviquismo Ruso, Arendt advertía que el totalitarismo es una nueva forma de gobierno que difiere sustancialmente de otras formas de gobierno como las tiranías y dictaduras, principalmente por la forma particular en que utilizan el terror. El análisis de dicha pensadora se limita y se centra en el nacionalsocialismo sobre todo a partir de 1938 y en el bolcheviquismo a partir de 1930.
Por tal sentido, en todo gobierno-régimen totalitario concurren las siguientes características: 1) Concentración del poder en un líder; Chávez, luego sus hijos políticos Maduro-Cabello,  2) sustitución del sistema de partidos por un movimiento de masas, 3) el terror total como mecanismo de dominación; la delincuencia desatada, 4) la progresiva abolición de las libertades y derechos de la persona humana; presos políticos, 5) el desplazamiento constante del centro del poder, 6) la coexistencia del poder real y el ostensible, 7) uso de la propaganda y del sistema educativo para adoctrinar; las UBECHE, la destrucción de las universidades autónomas, 8) la supervisión centralizada de la economía, y 9) la utilización del Derecho, leyes, normas y reglamentos a través de la manipulación de la legalidad con el propósito del logro de sus objetivos. Es decir, la judicialización de todo acto político opositor al régimen. Son varios los ejemplos.
Lo que va significando la destrucción de cualquier forma partidista no pro-régimen, o movimientos opositores que busquen la legítima, y por cierto constitucional opción de poder, para salir del conflicto social permanente; una y mil veces más promovido por el régimen. Porque de eso se trata, de mantenerse en el poder desgobernando a la mayoría de la sociedad. Es el desgobierno en sus funciones de desinstitucionalizar el sistema republicano, desconociendo el legado histórico de la república. Porque si de algo debemos estar claros, es que el ataque de los milicos-corruptos es al sistema republicano antes que a la democracia. La democracia fue su escusa para hacerse del poder, luego la violan a su gusto. De eso no cabe la menor duda. Es el aislamiento lo que caracteriza al hombre-masa, y la familia totalitaria del partido es la que le da cobijo. De allí se establece el primitivo partido de pensamiento y actuar PSUV, casi exclusivamente integrado por “desgraciados, fracasados y aventureros, que representa, y representó desde luego, a los bohemios armados, o políticos armados, que eran y son, sólo el reverso de la sociedad burguesa”.
Para ir concluyendo en la destrucción del todo en su conjunto, haciendo hincapié en la toma del poder por vía de la dominación total. El verdadero objetivo del totalitarismo no es solamente gobernar, sino dominar cada aspecto de la vida de los individuos, eliminando así su libertad y su espontaneidad. 

No cabe duda que lo de la OEA es un llamado de atención diplomático y muy simbólico, pero que llama poderosamente la atención, porque 21 países de la región están claros sobre la grave crisis venezolana, y es un deber de injerencia  intervenir en Venezuela por la clara violación a los derechos humanos en la nación. Claro, lamentablemente es sumamente lerda la comunidad internacional en aplicar la Carta democrática al flagelo propinado a la democracia venezolana por el régimen de Nicolás Maduro y su nomenklatura. Se le da aires al régimen en el tiempo, bajo la escusa del Diálogo. Los totalitarismos usan el tiempo… Se debe actuar ya, y con firmeza. El norte de la oposición venezolana, bajo las riendas de la MUD debe estar encaminado al revocatorio de mandato presidencial, y las venideras elecciones para las gobernaciones. O, como lo escribió y advirtió en el año 1999 desde Marbella Mario Vargas Llosa: “Una siniestra noche ha caído sobre la tierra de donde salieron los ejércitos bolivarianos a luchar por la libertad de América, y mucho me temo que tarde en disiparse”. Diecisiete años después, la historia le da la razón. El día es de noche, y las noches son más oscuras. Y eso hay que repetirlo una y mil veces más, hasta que la sociedad política y civil, lo comprendan en su conjunto.


Quizás sea esto, el terror y la dominación, lo que caracteriza más a la experiencia totalitaria que presidió el siglo XX y comenzamos a sentir en la Venezuela Tórrida de nuestros días en pleno siglo XXI, que cualquier otra característica. No se trataba de eliminar físicamente a humanos, eso ya le viene implícito, se trataba y se trata de eliminar “su espíritu”. Juzgue usted entonces bajo qué régimen político vivimos y explíqueselo a las futuras generaciones…

Dr. Francisco Roberto García Samaniego.
(CIPCOM-ULA) @franciscocipcom

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