miércoles, 20 de julio de 2022

CARTA PÚBLICA A LA JUNTA DIRECTIVA NACIONAL DEL CNP- Por Jesus Castillo





En relación con el reciente pronunciamiento de la Junta Directiva Nacional del CNP sobre la pretensión de la Asamblea Nacional de reformar la actual Ley de Ejercicio del Periodismo, en mi condición de agremiado e integrante del Tribunal Disciplinario del CNP-Sucre, me permito hacer las siguientes consideraciones.

1. El texto recoge en gran medida el anhelo de un histórico gremio que es promotor y defensor de los principios de libertad de expresión, información y prensa, tan esenciales en un Estado Social y de Derecho consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

2. Deja muy claro que el ejercicio periodístico requiere de una formación universitaria para garantizar una información de calidad y responsable en una sociedad movida por el auge las nuevas tecnologías de información y comunicación.

3. Ratifica el título universitario y la colegiación obligatoria como requisitos esenciales para el ejercicio profesional del periodismo, tal como lo contempla la referida Ley.

4. Alerta sobre el uso indiscriminado de las redes sociales y su incidencia en la divulgación de noticias falsas y proceso de desinformación de la sociedad venezolana.

5. Pone al descubierto la falta de sanciones judiciales para quienes ejercen ilegalmente el periodismo en nuestro país, aunque no emplaza a los organismos competentes a cumplir con ese deber.

6. Denuncia la actividad censora del gobierno contra la libertad de expresión, el cierre de espacios informativos y de medios, las agresiones e intimidación a los profesionales de la comunicación y la negación del acceso a las fuentes informativas.

7. Fustiga al oficialismo por intentar reformar la Ley de Ejercicio del Periodismo bajo el supuesto pretexto de adecuarla a las nuevas realidades de la sociedad venezolana.

8. Cuestiona el hermetismo de la Asamblea Nacional sobre los alcances de la referida reforma y su actitud de no consultarle al CNP al respecto. 

Todos esos elementos son acertados porque se ventilan en un escenario político muy peligroso para el ejercicio profesional del periodismo y el clima de libertades públicas que sustentan todo sistema democrático. Sin embargo, debo mostrar preocupación en dicho pronunciamiento por tres aspectos fundamentales. Paso a describirlos.

Primeramente, la Junta Directiva Nacional del CNP asoma la idea de no estar de acuerdo con los procedimientos electorales que permitieron la elección de la actual Asamblea Nacional, como tratando de no reconocer la legalidad del poder legislativo, quien en definitiva tiene la última palabra de sancionar la reforma de dicho instrumento legal. Nos guste o no, esa Asamblea Nacional es la que existe en Venezuela y no otra. Hacia ella nuestro gremio tendrá que dirigirse para hacer las exigencias necesarias sobre el ejercicio legal de nuestra profesión. 

El CNP, como una reconocida corporación de derecho público, debe ser respetuoso de las instituciones que son relegitimadas por elecciones legalmente convocadas, más allá de su conformación política interna. Quienes me conocen pueden dar fe de mi posición frente al gobierno y de la vocación democrática que profeso. Por eso he sido defensor del voto como herramienta de cambio político, a pesar de los obstáculos que se ciernen sobre él por parte de regímenes de naturaleza totalitaria. El sufragio es una conquista universal que, a la par de la libertad de expresión, ha costado sangre, sudor y lágrimas. No debemos renunciar a ese derecho fundamental.

En segundo lugar, la Junta Directiva Nacional del CNP en su pronunciamiento público pareciera negarse  totalmente a la posibilidad de una reforma a la referida ley, la cual considero necesaria para adaptarla al nuevo marco constitucional y sería propicio que el CNP,  con un equipo calificado de expertos y abogados, presente un proyecto de Reforma de la Ley respectiva con nuevas propuestas orientadas no solo a garantizar el pleno ejercicio profesional del periodista en una sociedad altamente influenciada por el espacio cibernético, sino a establecer sanciones más severas para quienes usurpen dicha profesión.

No debemos ver la reforma de manera negativa. Ella pudiera ser una gran oportunidad para regular varios aspectos que resultan  ambiguos en  la actual Ley de Ejercicio del Periodismo y que ha facilitado la incursión  de los directores de medio y locutores comerciales en la conducción de espacios informativos. Si queremos un ejercicio legal del periodismo debemos ser coherentes y asumir una estrategia de lucha orientada a incorporar aspectos sobre el amplio y novedoso campo de la comunicación social, aunado a un discurso que sensibilice a la opinión pública de recibir información veraz, oportuna e integral como señala nuestro Texto Constitucional.

El tercer aspecto,  y de suma importancia, es que en el pronunciamiento la Junta Directiva del CNP no desnuda abiertamente la proliferación de los denominados "periodistas alternativos", alentada  desde las propias entrañas del gobierno, así como la contratación de "reporteros empíricos" por parte de los dueños de medios. Ambas situaciones atentan fuertemente contra el ejercicio profesional del periodismo, dejando sin empleo a un buen número de periodistas profesionales y creando una especie de fraude a varios estudiantes de Comunicación Social en las universidades.

Estas apreciaciones que hago deben servir de honda reflexión en el seno de nuestro gremio, particularmente para la Junta Directiva Nacional de que los espacios que se producen en la escena política no deben desaprovecharse. Convencido estoy que si todos los sectores democráticos hubiésemos acudido a votar en las elecciones parlamentarias, habría una Asamblea Nacional multicolor que no sería amenaza para nuestro ejercicio profesional. 


Por otro lado, creo pertinente que el CNP siga fortaleciendo su autonomía de lucha y reivindicación por los más elementales derechos ciudadanos, donde la libertad de expresión y el voto están contemplados en ellos. Debemos evitar que nuestro gremio se convierta en un apéndice de plataforma partidista alguna o de grupos que en el pasado apostaron a la abstención. Esto no impide su accionar de lucha y relación con los diversos actores sociales en defensa de las libertades públicas. El anuncio de una reforma a la Ley de Ejercicio del Periodismo es un escenario clave para mirarnos desde adentro y consolidar la unidad por la defensa de nuestro ejercicio profesional para acabar con la  hegemonía comunicacional del sector privado y público, tal como lo advierte acertadamente el comunicado de la Junta Directiva Nacional del CNP.


Hoy más que nunca nuestro gremio, desde la diversidad cultural y política de sus miembros, debe andar unido para rescatar esa esencia combativa que lo caracterizó por mucho tiempo. Nos encontramos frente a graves obstáculos que debemos librar con inteligencia y buena estrategia de lucha. Es cierto que el Parlamento Nacional debe consultarle al Colegio sobre los alcances de la pretendida reforma, pero desde el propio gremio debe salir una propuesta de reforma que sea garante de la calidad informativa, la honestidad periodística, la libertad de prensa y el fortalecimiento del sistema democrático.


Espero que mis comentarios cumplan con el sano propósito de contribuir con un debate sano y de altura en el seno del gremio periodístico. Lo hago con el mismo ímpetu de aquellos años en el marco de la Reforma a la Ley de Ejercicio del Periodismo, vigente desde 1972. Formé parte de un inquieto grupo de estudiantes de la Escuela de Comunicación Social de la UCV que, llevado de la mano del Prof. Eduardo Orozco, Presidente entonces del CNP, tomó el Congreso Nacional, se enfrentó al Bloque de Prensa, llevó propuestas y logró que se aprobaran muchas de ellas en la actual Ley. Todavía hay aspectos que faltan en el referido texto legal, pero con unidad y valentía vamos a lograrlo.


20 de Julio del 2022

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