Es parte de la historia europea la construcción y modernización de sus cloacas. Las de Paris se hicieron famosas por la gran novela Los Miserables de Víctor Hugo de donde emerge su protagonista Jean Valjean.
Despues de pasar 20 años preso por
robar pan para alimentar a su familia es execrado de todas las ciudades en las
que intenta establecerse por su condición de exconvicto. Solo el Obispo Myriel
abre sus puertas para brindarle refugio y cobijo. Por supuesto su alma se llena
de resentimiento y odio hacia la sociedad y continúa cometiendo pequeños
delitos de hurto que lo obligan a refugiarse en las cloacas de Paris para
evitar ser puesto nuevamente preso. El obispo le pide hacer la promesa de
redimirse y convertirse en un hombre de bien. Una vez recuperado y con el
nombre de Monsieur Madeleine llega a ser elegido alcalde.
La novela
muestra un detallado análisis de la sociedad de la época, así como de las
pasiones de los personajes. Se muestra la pobreza del siglo XIX y se resaltan
valores como el perdón y la necesidad de la cohesión social y la acogida a sus
miembros. Es la época de la Revolución Industrial, tiempo en el que se inventan
nuevas técnicas y un desarrollo del comercio nunca visto antes, emerge un gran
cambio social. Una de las preocupaciones que adquiere relevancia, en el
progreso de las ciudades que se impulsaban, fue como canalizar el desecho de
las heces que no dejaban de producirse en grandes cantidades, llenando las calles
y casas con un hedor insoportable. No se estaba conociendo una nueva
problemática, en realidad durante el Imperio Romano las cloacas ya formaban los
subsuelos escondidos de la gran mayoría, pero tan necesarias para todos.
Constituían su verdadero lenguaje hasta tal punto de quedar asfixiados por los
residuos de su Cloaca Máxima. Paris no quedó atrás y ya en el Siglo XIII su
sistema de conducción del hedor comenzó a ser producto de obras arquitectónicas
a cielo abierto.
En la época
en la que Víctor Hugo escribe Los Miserables las cloacas constituyen un
laberinto de túneles infectos y semirruinosos en donde se escondían
delincuentes. La peste azotó las ciudades y el mundo sufrió varias pandemias.
Aunque la modernización pareciera que resolvió tan pestilente problema, las
sociedades siguen sufriendo de males que parecieran surgir de este subsuelo,
alimañas y maldades que se gestan en laberintos ocultos y una pandemia que no
logra controlarse. Ríos infectos y hediondos que atraviesan la ciudad. El Sena
fue saneado a finales del siglo XIX y hoy se navega y se sirven banquetes en
restaurantes flotantes. Posee Paris la mayor red cloacal del mundo y no es que
se haya eliminado la delincuencia, pero ya no representan un azote sumergido.
Toda gran ciudad es un inmenso estercolero, pero no es un estercolero
convertido en ciudad, no hay que invertir los términos porque en ciertos casos
si se altera el producto. Aquí se sigue lanzando las porquerías por las
ventanas como lo hacían los parisinos en la época medieval. Las bellezas de
Paris tenían que ser contempladas con una flor en la nariz, aquí ya no hay
bellezas que contemplar, y nuestras calles huelen muy mal.
Estando
perdidos en medio de cloacas es aconsejable volver a leer a Víctor Hugo. Las
alcantarillas siempre traicionan por lo que hay que tener mucho cuidado con
ellas, siempre esconden la descomposición humana. La eterna historia de la
humanidad, la lucha del hombre por vencer sus desechos.
http://marinandoid.blogspot.com/2021/07/la-lucha-del-hombre-contra-su-propio.html?m=1
17 de Julio del 2021
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