domingo, 1 de noviembre de 2020

Leopoldo no lo dirá pero lo hará, por Ángel Monagas- Via Tal Cual

 





Se pueden decir muchas cosas de Leopoldo, menos que es inocuo.

Desde su papel en el 2014, para muchos en acuerdo con un sector del chavismo, pues su salida sepultó a Capriles, Leopoldo nunca ha parado en su proyecto, en su delirio de ser Presidente.

Leopoldo tiene todos los elementos de un político moderno: Preparación intelectual, buena apariencia (capta el voto femenino), buen desenvolvimiento ante los medios, buen verbo, entre otros.

Ha sabido manejarse en las peores circunstancias.

Quizá su punto más débil es la disminución de su credibilidad. «Me están torturando Lilian…» y tenía las mejores comodidades en su reclusión en la cárcel y de paso hasta disfrutaba de momentos íntimos con su esposa, tantos que ella quedó embarazada.

La defensa a ultranza de algunos personajes, incluida su esposa, su papá, sus más cercanos colaboradores, muchos de los cuales no tienen cómo justificar su nivel de vida, solo indica complicidad. Disfrute común del «botín».

Su otro Talón de Aquiles es su personalidad, que raya para la audiencia en lo demencial. No en vano se populariza su apodo «locoldo».

El ex político británico y neurólogo David Owen pudiera verlo como un paciente con el «síndrome Hubris», un trastorno común entre los gobernantes que llevan tiempo en el poder. Leopoldo tiene dos (2) años casi, gobernando con Guaidó y en la palestra pública más de seis (6) años.

Lo delata su exagerada confianza en sí mismo. Su desprecio, o en el mejor de los casos, inobservancia de los consejos de otros, inmiscuido en su propia realidad…

Su juicio no es el mejor. No oye a nadie, salvo que quiera afirmar su tesis.

El poder termina haciendo de las suyas, se les sube a la cabeza y los «hubrísticos» se sienten llamados por el destino a cometer grandes hazañas, sin pensar en las consecuencias posteriores.

Leopoldo tiene tiempo sin aterrizar, sin ver lo que ocurre a su alrededor.

No solo se hacen el centro de atención, quieren permanecer allí y se amargan cuando son «desapercibidos».

Leopoldo ha terminado por no aceptar las críticas y se aísla cada vez más en el mundo de aduladores que lo rodea.

No juegan a un periodo, sino a decenas de años. Preparan «planes faraónicos».

Los que padecen este mal, concluyen en que todos los que no les dan la razón, son sus enemigos personales, envidiosos de su liderazgo.

Cuando no logran el éxito, se pueden deprimir largamente. Eso pasó con Leopoldo.

Peor aún, una opinión pública mediatizada, tanto de la dictadura como de la falsa oposición, compromete la estabilidad de estos personajes. Por lo regular, son muy sensibles a los halagos y reconocimiento. Paralelo a ello son personajes con impedimentos para interactuar.

Administran mal la frustración.

Aparte de los síntomas evidentes, la neurociencia no ha encontrado aún las bases científicas que expliquen este síndrome. Además, como reconoce el doctor Manuel Franco, «es difícil tratarlo o evitarlo, sobre todo porque quien lo padece no tiene conciencia de ello».

Lo que dice que no hará

Si vieron la larga rueda de prensa, pueden sacar sus propias conclusiones. No se presentó como cualquier funcionario. Su imagen denotaba la vocería principal.

Leopoldo claramente tomará el poder desde el exterior, pues en su juego, gobierno es gobierno. Él no nació para ser «segundón». Él es primogénito, heredero directo del Libertador. Como Leocenis García (personaje también paciente de «hubris») se siente un predestinado por el cielo, a ser Presidente de Venezuela.

Leopoldo solo tiene que hacerlo, no tiene por qué decirlo.

Leopoldo construirá la TRANSICIÓN con él a la cabeza. No importa si debe incluir a algunos sectores de la dictadura, como dejó entrever en su rueda de prensa.

Sus «delfines» han hecho dos retiros y decidieron que la vía para asumir el poder, es mejor desde el exterior.

Algunos analistas han caído en el juego de la distracción cubana: Arreglo ajeno a Nicolás, que fue Reverol para sacar a Diosdado, etcétera.

Todo eso es «pote de humo».

Ratifico lo que he dicho desde hace mucho: Las elecciones del 6D pudieran no realizarse.

Necesitan otro simulacro para completar la altísima abstención del primero.

Quien paralizó la transición y el cese de la usurpación, ahora está operando a cuerpo completo.

Eso no es del todo malo.

Quien saque a Maduro será un héroe.

En política además siempre es preferible hablar con el dueño del circo y no con los payasos.

Reverol: ¿premiado, castigado o puesto a prueba?

Nada es casual en política.

La salida de Reverol de MIJ, tiene varias lecturas.

Premiado. No creo. Siendo tu General en Jefe, no es posible. Salvo alegar razones de enfermedad.

Prueba. Es posible, si fuera en otro cargo, más acorde con sus responsabilidades y formación. Corpoelect, es un «cuero de chivo». No hay recursos ni tecnología para evitar el descalabro que viene.

Castigo. Sin lugar a dudas, mucho más cuando se produce en paralelo a la salida de Leopoldo López. Repito aquí lo que siempre he dicho: La única forma de escapar de los organismos de seguridad en Caracas es a través de una negociación en muchos dólares o en arreglo con el gobierno. No hay de otra.

Maduro y Diosdado desconocen el arreglo o cualquier clase de negociación.

Zulia

Omar Prieto y su gente celebran la caída de Reverol, no obstante, soslayan un elemento en contra: Si medio lo hace bien, si resuelve el desorden de Corpoelect-Zulia, pudiera resurgir de sus cenizas como el ave fénix y sumarse en puesto preferencial para sustituir al que muchos chavistas consideran el peor de los gobernadores.

Hace unas dos semanas estuve por este sector. Me sorprende el trabajo de Desarrollo social, a través de jornadas que hace el General Wladimir Lugo, especialmente en Puerto Concha, Congo Mirador y Ologa. La comunidad se lo reconoce. Como en política nada es gratis, también me pregunto ¿Qué busca este General Lugo Armas del Comando de la Zona 11?

Tal Cual Digital

https://talcualdigital.com/leopoldo-no-lo-dira-pero-lo-hara-por-angel-monagas/

1 de Noviembre del 2020

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