domingo, 5 de julio de 2020

Las perspectivas empeoran- Por: Germán Rodríguez Bustamante…

             Fuente Viva: Una ilusion Llamada Petro- Por Germán Rodríguez ...


La crisis del coronavirus es una crisis sin igual, que en las economías de mercados emergentes y en desarrollo (EMED), ha desencadenado una respuesta de política económica especial, tanto en su alcance como en su magnitud. Pese a su diversidad y, en algunos casos, a sus recursos limitados, este amplio grupo de países formado por mercados emergentes y países de bajo ingreso. En algunos de ellos se ha reforzado la provisión de servicios sanitarios y en paralelo han suministrado un apoyo sin precedentes a hogares, empresas y mercados financieros. Aunque el limitado margen de maniobra de la política económica, la magnitud de la respuesta se ha mantenido en un nivel inferior al de las economías avanzadas.


La actividad económica se ha desacelerado a un ritmo no visto en los últimos 50 años, a medida que el impacto de la pandemia de COVID-19 devasta la economía mundial. Varios países están experimentando un brusco descenso de los flujos comerciales y de capitales, así como el impacto de un descenso sin precedentes de los precios del petróleo y otras materias primas. Cuando comenzó la crisis, algunas economías estaban ya en una situación vulnerable, con un crecimiento débil, altos niveles de deuda y un espacio fiscal limitado para apoyar al sector sanitario y a la economía menguada.

Lastimosamente Latinoamérica es en este momento el centro del desarrollo de la pandemia, hasta el 25 de junio de 2020, un total de 2.219.475 casos de COVID-19 han sido registrados en América Latina y el Caribe. Brasil es el país más afectado por esta pandemia en la región, con más de un millón de casos confirmados. Perú se ubica en segundo lugar, con más de 264 mil infectados. Chile, por su parte, ha registrado un total de 254,42 mil casos. Dentro de los países más afectados por el nuevo tipo de coronavirus en América Latina también se encuentran Ecuador, México, Panamá, República Dominicana y Colombia.

Las estimaciones realizadas por la CEPAL hace unos meses se quedaron cortas, el FMI acaba de actualizar sus proyecciones para el 2.020, estimando una caída de la actividad económica en la región, del 9,40 % muy por arriba del 5,30 % proyectado por la CEPAL. Venezuela tristemente sigue siendo el país más vulnerable a la crisis sanitaria y a su vez es la Nación más afectada en la actividad económica, se prevé una caída del 20 % este año, cifra que posiblemente sea reservada ante la incapacidad, negligencia y corrupción de las medidas adoptadas por el régimen de Maduro.

La crisis sanitaria hace necesario un enorme gasto en atención de la salud, aunque este incremento se ve oscurecido frente al volumen de recursos necesarios para apoyar a toda la economía. Los países han ofrecido préstamos, garantías y exoneraciones fiscales a sociedades y pymes y han ampliado el apoyo a los hogares vulnerables mediante el aumento de las prestaciones por desempleo y subsidios sobre las tarifas de los servicios públicos. En Venezuela por el contrario las medidas van en contravía, no existen incentivos fiscales para las pymes, los auxilios otorgados a través del sistema patria, son un mecanismo de control social y no una medida para que las familias puedan sortear, la situación económica derivada de la pandemia.

Pareciera que el estudio realizado por las Academias de Ciencias de Venezuela en el mes de mayo, estaba en lo cierto, los casos más allá de la manipulación de las cifras por parte del régimen, los contagios diarios tienden a crecer. Pudiendo llegar al pico proyectado entre 1.000 y 4.000 casos diarios, en los meses de junio y septiembre. Lo cierto es que el desarrollo de la epidemia ha experimentado un retardo como consecuencia del confinamiento de la población en las fases iniciales del contagio. Sin embargo, los nuevos reportes confirman su crecimiento sostenido. De nada sirvió las amenazas judiciales realizadas por jerarcas de la Tiranía en contra de los integrantes de las Academias de Ciencias. Pretender detener un problema sanitario con medidas políticas de corte militarista y no con acciones técnico-científicas, es la confirmación de su ignorancia total y el ultraje por las desventuras del pueblo.

Existe una total y absoluta improvisación de las medidas tomadas por el régimen, el retorno a la cuarentena radical y el confinamiento parcial en regiones y localidades es la visión militar y rústica del problema. Mientras no existan pruebas rápidas masivas y la descentralización de las pruebas PCR, los diagnósticos siempre irán detrás de los contagios y fallecidos. El confinamiento parcial y la cuarentena radical tiene su temporalidad, para una población sin provisión de alimento y servicios básicos. Una medida básica y fundamental como lavarse las manos con agua y jabón es negada en las zonas de confinamiento, en consecuencia, es inevitable el contagio comunitario. El personal de salud en algunas regiones trabaja con mucho temor, por no contar con las medidas de bioseguridad mínimas, la situación en Maracaibo es dantesca.

La ruta electoral camina en una Nación devastada y arruinada social y económicamente, el barniz político de una supuesta elección amañada, será la solución para la crisis sanitaria y económica proyectada. Con tanto desprecio por las condiciones de miseria que vive la población en general, la banda gobernante está dispuesta gobernar sobre la sangre, sudor, lágrimas y huesos del soberano. Es imposible valorar tanta maldad de una clase en el poder.


@germanrodri                  

@germanoveja

Comunicacion Continua



05 de Julio del 2020

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