La visibilización social de este tipo de tumores, los de mayor incidencia entre los hombres, ayudaría a prevenir la enfermedad
"En
el mundo se diagnostican 700.000 casos anuales y, en España, 15.000, lo que se
traduce en unos 40 al día", afirma Patricia Ramírez, integrante de la
Unidad de Urología del Hospital Ruber Internacional. Se refiere al cáncer de próstata,
que, por su incidencia, "sería el equivalente al de mama en las
mujeres". Los datos que maneja el doctor Martín Lázaro, miembro de junta
directiva de SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica) y oncólogo médico del
Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, son incluso más alarmantes. Lázaro
eleva los casos anuales a 1.100.000 en el mundo y a 30.000 en España.
A
pesar de las cifras, el cáncer de próstata tiene menos visibilidad que otros: no hay grandes
campañas (más allá de movember, que promueve la salud en general de los
hombres) ni tampoco personas conocidas que hablen de ello públicamente. Algo
que si ocurre con el cáncer de mama. Un caso ejemplar fue el de
Bimba Bosé que, como explicó a
BuenaVida Ana González, responsable del departamento de Psicooncología de la
Asociación Española contra el Cáncer de Madrid, es una ayuda importante para
que otras personas que sufren esta enfermedad "vean que se trata de algo
que le puede ocurrir a cualquier, que nadie está exento y sobre todo no están
solos".
Una
mayor familiarización con las enfermedades también ayuda a prevenirlas.
"Igual que las mujeres tienen claro que deben ir al ginecólogo una vez al
año, los hombres no acuden al
urólogo si no tienen problemas [el principal síntoma del
cáncer de próstata es un flujo débil de orina u orinar con mucha frecuencta].
Pero el urólogo tiene un papel muy relevante en la prevención", advierte
Ramírez. Los hombres deben acudir a una revisión anual igual que las mujeres,
sobre todo a partir de los 50 años o desde los 45 si existen antecedentes
familiares de primer grado. Solo así, "se puede hacer un diagnósico
precoz, que es la mayor garantía de curación", afirma la experta.
Una
enfermedad con signos más invisibles
¿Por
qué, sin embargo, se habla tan poco del cáncer de próstata, o menos, en
cualquier caso, que de otros como el de mama? Los expertos aluden a una serie
de razones. En primer lugar, el hecho de que, de por sí, es más invisible; esto
es, puede mantenerse en la intimidad si el paciente así lo desea. En otras
palabras, su
tratamiento no deja signos visibles.
"El
cáncer de mama implica en muchos casos una mutilación que lo hace mucho más
manifiesto. En cambio, en el de próstata nadie tiene por qué saberlo. Ni
siquiera si se llega a operar porque no es tan mutilante, y las secuelas —sobre todo si se
hace un diagnóstico temprano— son muy escasas. En el caso del
de mama, la quimioterapia hace que se pierda el pelo; hay muchos tratamientos
para el cáncer de próstata mestastático que no hacen que pierdas el pelo ni
tengas unas secuelas visibles", explica Patricia Ramírez.
También
"juega un papel la diferente manera de afrontar la enfermedad. Los hombres
suelen ser más reservados, además de reacios a ir al urólogo, porque piensan
que la exploración es muy invasiva", continúa la experta. Las pruebas, sin embargo,
"son una analítica y una ecografía, que no duelen",
añade.
Por
otro lado, los pacientes no se organiza tanto y sus acciones no tengan tanto
impacto: "Las asociaciones de pacientes con cáncer de mama llevan muchos
años ya implantadas realizando campañas. Como resultado, cada vez hay más
mujeres conocidas que comunican a la sociedad su diagnóstico para que nos
sensibilicemos sobre esta enfermedad. Sin embargo, hay pocos hombres que lo
comuniquen, cuando se trata de una enfermedad con una gran incidencia",
indica Lázaro. Cuando empiecen a sucederse estos programas, añade el urólogo,
"ayudarán a un conocimiento de la población sobre qué tipo de enfermedad
es a la que nos enfrentamos".
La
edad no es el único factor de riesgo
No
es el de mayor mortalidad, primero están el de pulmón y el colorrectal. El de
próstata es el tercero: según la doctora Ramírez cada año fallecen en España 6.000 personas por
esta enfermedad. Según la Sociedad Americana del Cáncer,
aproximadamente a uno de cada nueve hombres se le diagnostica esta enfermedad,
y uno de cada 41 morirá por cáncer de próstata.
"En
la mayoría de los casos se da a partir de los 65 años, por envejecimiento de la
próstata", explica Patricia Ramírez. "Pero eso no quiere decir que
puede aparecer en edades más jóvenes. Es en esa población en la que hay que
hacer más hincapié, puesto que cuanto más temprana es la edad en la que se
detecta, más agresivo suele ser si no se diagnostica precozmente",
sostiene.
"La
ingesta excesiva de grasa y de carne roja se ha encontrado que podría
incrementar el riesgo de padecer cáncer de próstata, mientras que el consumo de
licopenos y productos del tomate podrían desempeñar un papel protector",
señala Lázaro. También la obesidad incrementa el riesgo de padecer cáncer de
próstata, y diferentes estudios cifran ese aumento entre dos y seis
veces.
Otros
malos hábitos de vida también podrían influir: "Aunque no está claro que
el alcohol incremente el riesgo de padecer la enfermedad, hay un estudio en el
que los resultados muestran que podría llegar a duplicarlo. Y el tabaco podría
incrementar la mortalidad", continúa Lázaro. En cuanto al riesgo
hereditario, "está demostrado que hay una predisposición genética, aunque
solo es de entre un 5% y un 10%", apunta el experto.
27 DIC 2018 - 17:00 CET EL PAIS
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