Agradezco la invitación a participar en este conversatorio
que han denominado Venezuela: Entre derivas y salidas a la crisis política actual,
organizado por la Segunda cohorte del Doctorado
de Estudios Políticos de la Facultad de Ciencias Jurídicas y
Políticas de la muy ilustre Universidad de Los Andes. Con la presente ponencia quiero hacer un justo reconocimiento a una muy destacada figura política e intelectual del S. XX y XXI, tanto de Venezuela como de América
Latina y el mundo; me refiero a Teodoro
Petkoff Malek, venezolano nacido
en El Batey, estado Zulia, un día 3 de enero de 1932. De este crítico e
irreverente personaje se sabe que fue economista y
guerrillero, que fue diputado al Congreso
Nacional de Venezuela en diversas ocasiones,
Ministro de la Oficina Central de Coordinación y Planificación durante la segunda presidencia de Rafael Caldera, candidato presidencial en dos oportunidades (1983 y 1988) , fundador y director
del diario Tal Cual, además de gran pensador y escritor que con sus obras nos legó
valiosas reflexiones.
Debo
decir, además, que tengo en cuenta el hecho de haberse celebrado este 2019 el
cuadragésimo octavo aniversario de la fundación del Movimiento al Socialismo
(MAS), organización nacida formalmente el 19 de enero de 1971 en la Primera
Convención Nacional realizada en Caracas, pero, el día de La Divina Pastora,
ese mismo año, el 14 de enero, fecha importante para los católicos venezolanos,
se realizó el primer congreso del MAS y se hizo el milagro político en el campo de la
izquierda, pues figuras como Teodoro Petkoff, Pompeyo
Márquez, Eloy Torres, Carlos Arturo Pardo, Tirso Pinto, Freddy Muñoz y Argelia Laya, entre otros, deciden producir el
importante sisma en el Partido Comunista de Venezuela para conformar un movimiento
que se define como un partido político socialista, no marxista-leninista, que nace como resultado de muy
serias y bien fundadas críticas contra el socialismo soviético y otros conocidos modelos de socialismos
nada democráticos, respecto
de los cuales
este movimiento
orientó las
críticas en la dirección de señalar la burocratización del poder,
su ineficiencia en el ejercicio de la función
pública, su marcado autoritarismo y la total ausencia de democracia, su demostrado imperialismo, la despiadada represión
ejercida, la férrea censura de opinión y el control total y absoluto de
los medios de
comunicación, entre otras características del llamado socialismo real.
Podría asegurarse que en la mente de los
fundadores del MAS, Petkoff incluido, rondaba la idea coincidente con los postulados que hoy, magistralmente, nos
da a conocer el jurista italiano Luigi Ferrajoli, considerado uno de los
exponentes del Garantismo Jurídico, tesis según
la cual la “dimensión sustancial” e
“implicación profunda” de la democracia es la consagración consistente y
normativa de los derechos fundamentales así como las garantías de los derechos humanos, los
derechos inherentes a la persona humana. De acuerdo con Perfecto Andrés Ibáñez, prologuista de la obra intitulada Poderes
Salvajes. La Crisis de la Democracia
Constitucional, cuyo autor es Luigi Ferrajoli, el Garantismo Jurídico es lo
que
se denomina como el “auténtico momento de
la verdad de la democracia”.
En mi opinión, esa es una visión de la
política, del derecho y de la democracia que no puede disociarse, desagregarse, dado que quizás
sea la
visión estratégica moderna y verdaderamente humanista de lo que debe entenderse por democracia. Esa, pienso, era la idea fundacional del Movimiento al
Socialismo, y esa, pienso, debe ser hoy la estrategia de los movimientos genuinamente democráticos,
porque, contestes con el discurso de Ferrajoli, interpretado y compartido por Ibáñez,
podemos decir con éste que la demanda que resulta más sentida, que ha sido
más desatendida y que es la más genuina de las que han recorrido la historia, es la demanda de la “humanización de las relaciones sociales
mediante la dignificación y la refundación de la política…” (2011; 10).
Este llamado
tiene hoy una extraordinaria importancia, toda vez que, sin darnos cuenta, estamos
entrando en una era de acelerados cambios según sugiere Paul Mason, columnista del famoso periódico
británico 'The Guardian'. Los cambios que estamos viviendo y que vendrán en lo
social, político y económico, en la cultura en general, serán acelerados en virtud de la tecnología
de la información y la comunicación, de las nuevas formas de trabajo y en razón
de “la economía de
compartir o economía colaborativa”,
también conocida como “sharing
economy”. Las viejas formas
económicas no desaparecerán pronto, pero los cambios ya han empezado. "Es
hora de ser utópico", opina Mason.
Por su parte, Miguel Martínez Miguélez (2009), en Ciencia y Arte en la Metodología
Cualitativa, nos refiere que el tiempo histórico que nos toca vivir es
un tiempo de “incertidumbre, incertidumbre
en las cosas fundamentales que afectan al ser humano” (Pág. 18), pues estamos
frente a una crisis de los fundamentos científicos, filosóficos y del
pensamiento en general. El referido autor menciona a quien, por cierto, ha sido presidente de la República Checa, el
escritor Vaclav Havel, el cual nos habla del “doloroso parto de una nueva era”.
Así mismo, Prigogine, escritor de ¿El Fin de la Ciencia?, igualmente aludido
por Martínez Miguélez, afirma que hemos arribado al final de la ciencia
tradicional, convencional, “determinista, lineal y homogénea”, para presenciar
el surgimiento de una conciencia de lo discontinuo, de lo no lineal, de aquello
que es diferente “y de la necesidad del diálogo” (ibid.). Como podemos apreciar, vuelven los dogmas a ser
cuestionados.
Hoy presenciamos un
avance vertiginoso en el campo de la biomedicina, del estudio del ADN,
de la mecanotrónica y la robótica, acompañada
esta última de una serie de principios y valores éticos relacionados con la
inteligencia artificial; son tiempos del desarrollo sostenible como paradigma
alternativo al criterio tradicional de desarrollo; son los tiempos de irrupción de los Derechos Humanos
Emergentes,
por consiguiente, es menester procurar lo que nos propone el destacado filósofo
argentino, Osvaldo Guariglia, que no es otra cosa que la ética del Siglo XXI,
la ética de los Derechos Humanos.
Al observar
los hechos y analizar la
historia, me atrevo a decir que la rebelión de Teodoro y el nacimiento del MAS se inscriben en esta idea central de
la obra Ut supra citada, idea que gira esencialmente en torno a la lucha contra los “poderes
salvajes”, cuyo componente, visto con anterioridad por Aristóteles
( siglo IV a. C.) en su obra La
Política, no es otro que la animalidad presente en las tiranías y en las formas
de gobierno que se autoexoneran de los límites que establece la ley.
Se trata, pues, de que, como lo sugiere Edgar
Morín (2000), nos orientemos en el
propósito de edificar una
“antropo-ética” en la que aprendamos que el ser humano es individuo,
ser social y especie al mismo tiempo. Por lo tanto, debe propenderse
a la humanización de las organizaciones,
hay que valorizar la cultura para dar al traste con un pragmatismo positivista,
encasillador, aplicado a la conducción de los emprendimientos, el cual termina
convertido en mero eficientismo, seguramente falso eficientismo.
No hay dudas de que vivimos
tiempos de apostasía, razón suficiente para la ineludible construcción de un
nuevo humanismo que, como dice Habermas (2008), se funde en la profundización
de los valores de la modernidad
(libertad, igualdad y fraternidad). Estos valores no están postergados ni
agotados, estos valores están siendo enfrentados por el consumismo hedonista de
una cierta postmodernidad. Las utopías no han muerto, la historia no ha llegado
a su fin, el fin es de la concepción lineal de la misma; ahora, sencillamente, nos explica Morín
(1999), hay que introducir elementos
nuevos como la incertidumbre, el caos, el azar, el evento, en suma, la
complejidad.
Respecto
del hombre fundador del MAS, Teodoro, creo
no equivocarme si digo que el ambiente familiar en el que se formó ejerció en él una influencia importante en lo
que sería su manifiesta inquietud política y social, esa que, de algún modo, está contenida en el adagio latino al que
suelo referirme como signo de auténtico humanismo: “Homo sum, et humani nihil a me
alienum puto, adagio este que significa: Soy
un hombre, y nada humano me es ajeno", frase escrita por el dramaturgo romano de la época republicana, Publio
Terencio Africano, en su comedia Heautontimorumenos (El enemigo de sí mismo, o El verdugo de sí
mismo), del año 165 a.C.
La periodista Milagros Socorro, en una muy
buena semblanza que hace de Teodoro, al referirse a sus padres nos dice que: “La pareja Petkoff Maleç llegó a Venezuela a mediados de los años
20. Petko era un comunista búlgaro, exiliado en Checoslovaquia, e Ida era judía polaca,
proveniente de una familia jasid*”.
En
un ambiente
familiar de gran cultura, de vida sencilla llena de solidaridad, de afectos, de
principios y valores nace, crece y se forma Teodoro junto a sus dos hermanos, los gemelos Luben Petkoff y Mirko Petkoff, por cierto el primero también se hizo
comandante guerrillero. Llega a la lucha social y política por convicción, por
formación, por sentido de alteridad y otredad y no por resentimiento.
__________________________
* Un jasid
es una persona “que hace más que lo que tiene que hacer, alguien que va un
metro más allá, un metro extra”, es
“uno que hace más que lo que la letra de la ley
exige”. Un
verdadero jasid le tiende la mano y ayuda a un hermano afectado por algún problema
realmente grande. Eso es lo que haría un verdadero jasid. Esta palabra
aparece en Pirkei Avot o
“Ética de los Padres”, libro, más
bien opúsculo, pues contiene declaraciones
breves y sentenciosas, al tiempo que sabias y profundas, escrito por los Rabinos de la era talmúdica.
El mismo tiene apenas 25 páginas y 6 capítulos de no más de 4 páginas cada uno,
y en cada capítulo hay cerca de una
docena de tales declaraciones llenas de inteligencia y denso saber que invitan
a reflexionar; por ejemplo, el
quinto dicho del segundo capítulo de Pirkei
Avot incluye la declaración: “un
patán no puede temer al pecado, y un ignorante no puede ser un jasid.
Teodoro nace en
una época en la que un conjunto de hechos significativos formaron parte de la mise in scene que
marcaron buena parte del siglo XX, a saber: el crack o
la gran depresión del 29 al 33 que afectó a los Estados Unidos de Norteamérica y
a muchas economías y países del mundo;
las consecuencias de la
Primera Guerra Mundial, con sus efectos de cara a lo que sería la
segunda gran conflagración (algunos estudiosos consideran a ambas guerras como
una misma guerra que duró treinta años, que se inició en 1914 y culminó en 1945).
Fue una época de fascismo y nazismo, de
guerra civil y falangismo en España, época de la revolución rusa y su
subsiguiente estalinismo, época de genocidios y etnocidios, de despotismos y
crueles regímenes totalitarios que causaron grandes tragedias en casi todo el
mundo. Fue un tiempo en el cual se delineaba un siglo que, como lo definió
Walter Isaacson, gerente director de la revista Time, “Ha sido uno de los
siglos más sorprendentes: inspirador, espantoso a veces, fascinante siempre”.
El siglo XX, en una especie de
praxis prospectivista, fue caracterizado de modo duro por Enrique Santos
Discépolo, quien a fines
de 1934 compuso un tango que se
estrenó en el Teatro Maipo y que, a
pedido del propio Discépolo, lo cantó por primera vez Sofía La “Negra”
Bozán. Dicho tango se llama Cambalache y parte de su letra dice lo siguiente:
El mundo fue y será una porquería
ya lo sé
En el quinientos seis
y en el dos mil también
Que siempre ha habido chorros
maquiavelos y estafáos
contentos y amargáos
valores y dublé
Pero que el
siglo veinte
es un despliegue
de maldad insolente
ya no hay quien lo niegue
de maldad insolente
ya no hay quien lo niegue
Vivimos
revolcáos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseados
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseados
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho
que traidor
Ignorante, sabio o chorro
generoso o estafador
Ignorante, sabio o chorro
generoso o estafador
Todo es igual nada es mejor lo mismo un burro que un gran profesor
Bueno, hay aspectos de ese tango que también
los vemos en el siglo XXl, pero no por ello debemos ocultar los buenos momentos
de la humanidad: las expresiones de rebeldía de los jóvenes, el mayo francés por ejemplo, las
conquistas sociales y los derrocamientos de muchas dictaduras, los avances de las ciencias, las luchas descolonizadoras y los movimientos por
los derechos humanos, las conquistas de Ghandi, Martin Luther King y Nelson
Mandela y la no discriminación social,
política, religiosa, de género, cultural y racial.
Volviendo al contexto en el que nace Teodoro y en el que
transcurre parte de su juventud, es necesario decir que en lo que a Venezuela concierne se asistía a
los últimos años de la tiranía gomecista, era el preludio del gomecismo sin
Gómez en un país predominantemente rural, de grandes dificultades para la
conformación de movimientos políticos y sociales, tiempos de expresión atrevida
y desafiante por parte de los jóvenes estudiantes, protestas sociales, huelga
de trabajadores, tiempos en que la actividad
económica transitaba del precapitalismo en el agro al capitalismo en la
moderna industria petrolera, industria esta última que “va
a tener consecuencias profundas no sólo en la vertiente económica y social, sino incluso
en
la actividad cultural y antropológica del hombre venezolano”, tal y como he señalado en otras ocasiones al citar una
magnifica publicación editada por el
Centro Gumilla en el año 1977, intitulada: Venezuela y el Petróleo.
La juventud y la adultez de Teodoro se
desarrollan en un ambiente de incomprensiones y alta conflictividad políticas: Guerra Fría, insurgencias armadas, lucha guerrillera en
Venezuela y en otros países de Hispanoamérica, las revoluciones de izquierda
como la de China y
la de Cuba, la Guerra de Vietnam, el Mayo
Francés, la Primavera de Praga, la Masacre de Tlatelolco en México, la caída
del Muro de Berlín, crisis en el pensamiento
y cautivantes enfoques filosóficos con figuras como:
FERDINAND DE SAUSSURE y la estructuración de un completo sistema de signos;
EDMUND HUSSERL con su
fenomenología; MARTIN HEIDEGGER y
su
reflexión filosófica esencial en torno a ¿Qué es ser?; BERTRAND RUSSELL con su libro Práctica
y teoría del bolchevismo mediante el cual mostraba su crítica y su
desacuerdo con la forma de llevar a cabo
el socialismo en la Unión Soviética; LUDWING WITTGENSTEIN y la filosofía como el análisis
conceptual y lingüístico; THEODOR ADORNO y su
“razón instrumental”; HERBERT MARCUSE y su obra El hombre unidimensional,
filósofo vinculado
a la Escuela
de Frankfurt de Teoría
Crítica, considerado el padre de la
"nueva izquierda"; JEAN PAUL SARTRE y el existencialismo, crítico acérrimo de las
intervenciones militares soviéticas en Hungría (1956) y en Checoslovaquia
(1968); LOUIS ALTHUSSER con el
marxismo–estructuralismo que estudia la ideología, los aparatos ideológicos de
Estado; MICHEL FOUCAULT y su Microfísica del poder con la que desafía las convicciones e ideas
existentes en la mente de la gente en torno a la cárcel, la policía, la
seguridad, el cuidado de los enfermos mentales, la biopolítica, el biopoder, los derechos de
los homosexuales y el bienestar; KARL POPPER y su criterio de
comprobación científica denominado de la
falsabilidad, pues, según Popper, ninguna teoría científica puede ser establecida de
manera concluyente; BERTOLT BRECHT, extraordinario dramaturgo y poeta alemán del siglo
XX, marxista, connotado antifascista, siempre sostuvo que para luchar contra la
mentira y la ignorancia hay que escribir la verdad, aunque otros la
desdibujen, la desfiguren; JüRGEN HABERMAS y su Teoría
de la acción comunicativa; SIMONE DE
BEAUVOIR y su filosofía del
existencialismo;
HENRI LEFEBVRE, filósofo marxista,
antiestalinista, propulsor de un nuevo humanismo; HANNA ARENDT y sus obras Orígenes del totalitarismo, La
condición humana, Entre el pasado y el futuro, Sobre la revolución y la polémica Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la
banalidad del mal, obras estas que influyeron notablemente en los integrantes del movimiento la Carta
77, movimiento creado a favor de
los derechos humanos en la Checoslovaquia posterior a la era estalinista.
Teodoro nunca adormeció su espíritu ni se
refugió en la comodidad del dogma, por el contrario, fue una suerte de huracán
desafiante, dispuesto a derribar los muros de la intolerancia, de la
hipocresía, se mostró retador, creativo y visionario; me atrevo a decir que el Glasnost
y la Perestroika fueron iniciados por este venezolano búlgaro polaco del Batey
unos cuantos años antes que Mijaíl Gorbachov.
Podría asegurarse que, al parecer, Teodoro
hizo suya la arenga del gran pensador larense,
caroreño, Don Chío
Zubillaga Perera, quien afirmaba:
¡Adelante amigos! ¡Siempre adelante!
aunque sea con la fuerza magnífica del pensamiento.
Célebre
la frase de Teodoro: “Sólo los estúpidos no cambian de opinión”, (frase
expresada en entrevista hecha por el periodista Alonso Moleiro, en
el año 2006).
SUS INICIOS EN LA POLÍTICA
Teodoro,
“El Catire Teodoro” como algunos solían llamarle, luego de comenzar estudios de
medicina, siguiendo los pasos de su madre
médico, ingresa en la escuela de economía, culmina su carrera y se
gradúa con honores (Cum Laude) en la Universidad Central de
Venezuela (UCV). En dicha Casa de Estudios se destacó como dirigente
estudiantil y en el año 1960 presidió el Centro de Estudiantes.
Al año siguiente del derrocamiento del
gobierno del Maestro Rómulo Gallegos, ingresó
en el Partido Comunista de Venezuela (PCV), concretamente en el año 1949. En
dicha
organización conoce a
Pompeyo Márquez, figura igualmente prestigiosa e histórica de nuestros aconteceres políticos, con quien
entabla una extraordinaria amistad,
vitalicia digámoslo, de destino común en la lucha
social y política de Venezuela. Estando en el Partido Comunista de Venezuela
logró alcanzar importantes posiciones de
dirección en el Buró Político. Teodoro actuó
en la resistencia estudiantil contra la dictadura del general Marcos Pérez
Jiménez en unión de sus hermanos y de su primera esposa Aurora
Martínez, lucha que significaba riesgos que
implicaron su detención, hecho
que se produjo, en lo sucesivo, en no menos de tres ocasiones; ese era el corolario
de su espíritu rebelde y de los combates que encaró en lo sucesivo como
político insurgente.
Podríamos afirmar que la vida de Teodoro
estuvo marcada por esa propensión a correr riesgos. Los corría con convicción, su rebeldía inteligente lo llevaba
a esa suerte de conciencia determinada que lo lanzaba a
desafiar los abusos del poder. Tenía un ethos, un talante, que era conforme con
el postulado aristotélico, pues
implicaba acometer actividades cuyo objetivo, finalidad o propósito,
estaban orientados al bien, a la
felicidad de todos, a la eudaimonia como
gran meta, con todas sus letras y significados: eu, el bien, lo que es
correcto, y el daimon, el espíritu, el genio, a lo que le agregamos el sufijo ia, que no es otra cosa que la cualidad. En él habitaba un espíritu
cualitativamente superior que
infatigable y genialmente procuraba el bien.
De
allí su ser irreverente, utópico mas no dogmático. A una persona como Teodoro,
no iconólatra, más bien iconoclasta, al reclamar postulado de coherencia a los predicadores de un mundo mejor,
le costó que éstos, en una suerte de “consejo
de los principales sacerdotes, con los ancianos, con los escribas y con todo el concilio, los celosos guardianes del dogma y de la fe”, como en
una especie de analogía con los relatos de las sagradas escrituras, lo juzgasen
y tratasen como un infiel,
como un hereje. Lo cierto es que nunca incurrió en lo que, en 1925,
Mahatma Gandhi, “la gran alma
Gandhi”, que es lo que significa en
lengua gujarati, señaló al referirse a los “Siete Pecados Sociales”, uno
de los cuales es,
precisamente, La Política
sin Principios. Petkoff era un político con principios, era un Zoon Politikon (ζῷον, animal y πολῑτῐκόν, político, de la polis) que nunca se excusó de la obligación de obrar conforme a
principios y valores.
El
cientista político Alfredo Ramos Jiménez, académico de nuestra ilustre
Universidad de Los Andes, respecto de lo
que debe ser la actividad del político
profesional, indica que ésta, aunada a
la responsabilidad que el político
tiene, exige poseer “buen juicio, sensatez, y estoicismo”,
así como “energía y resistencia”, pero que esos aspectos del sujeto no
deben separarse de la “política como
ciencia”. En tal sentido, Ramos Jiménez, coincidiendo con Max
Weber, nos dice que “la ética de la responsabilidad (del político que advierte y asume las
consecuencias de su acción) no necesariamente está separada de la ética de la
convicción (del científico, que se propone alcanzar la verdad)” (2009; 21).
Teodoro cumplió perfectamente con estos fundamentos
“Roberto”, “Teódulo Perdomo” o “Quintín”,
seudónimos usados por Petkoff en la lucha clandestina, fue
guerrillero de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), a las que ingresó en abril de 1962 y con las que combatió
en las montañas de Falcón, Portuguesa y Trujillo, al lado de su hermano
Luben y del mismo Douglas Bravo, en cuyo
comando fungió como
Comisario Político. Luego, fue detenido por la DIGEPOL y no pudo asumir la
tarea de dirigir, siempre como Comisario Político, el Frente Guerrillero Simón
Bolívar en el Estado Lara. La izquierda venezolana
seguía
la tesis del
“Partido
de la Montaña” planteada por Regis Debray, tesis errada, derrotada militar y
políticamente, de la que Teodoro se deslindó en cuanto advirtió que esa era una propuesta
inapropiada. Respecto de la
misma, en cartas enviadas a su esposa Beatriz Rivera, comentaba con honestidad que: ”la guerrilla no era tan
excitante como muchos pensaban; todo lo contrario: se trataba de una aventura
realmente extenuante y fastidiosa”.
Teodoro fue detenido en tres ocasiones, como
he dicho antes, la primera vez el 19 de marzo de 1963, y el 29 de agosto se
fuga descolgándose desde el piso séptimo del Hospital Militar, adonde había
sido trasladado después de fingir enfermedad, ingiriendo, para la treta, medio
litro de sangre humana. Luego, del 15 de junio de 1964 al 7 de febrero de 1967,
fecha esta última en la que, con Pompeyo
Márquez y Guillermo García Ponce, logra fugarse del Cuartel San Carlos a través de
un túnel que fue construido desde las afueras de la edificación hacia lo interno de la misma, y la tercera y
última fuga fue en marzo de 1969. Posteriormente es liberado conforme a la
política de pacificación que se llevó adelante en el primer gobierno de Rafael
Caldera.
El prestigioso
escritor venezolano Ibsen Martínez sostiene que:La vida de Petkoff, en los
años que van de 1958, cuando fue derrocada la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, hasta fines de la década de
los sesenta, puede narrarse tomando como hitos sus frecuentes subidas a la
montaña, sus carcelazos y sus espectaculares fugas. Pero fue la invasión
soviética a Checoslovaquia lo que lo llevó a cuestionar el corpus de nociones
que, hasta entonces, explicaban el mundo, según la izquierda.
Teodoro dejó el PCV junto con varios
disidentes para fundar, en el año 1971, el Movimiento al
Socialismo (MAS) de tendencia socialista democrática, siendo uno de los miembros más
influyentes del mismo. Candidato presidencial en las elecciones de 1983 por su partido el MAS y apoyado por el Movimiento
de Izquierda Revolucionaria (MIR)
queda en tercer lugar. Lo intenta
de nuevo, con el apoyo de los
mismos partidos, en el proceso electoral de 1988: en esta ocasión volvió a quedar en
tercer lugar. En 1992 se postuló como
candidato a la alcaldía de Caracas, pero
el resultado no le fue favorable. En las elecciones presidenciales de 1993 no
se postuló como candidato, en cambio, apoyó al expresidente demócrata
cristiano Rafael Caldera que había abandonado las filas del
partido COPEI, del cual había sido su fundador. Rafael Caldera, con el apoyo del MAS, del
partido CONVERGENCIA y de muchos
partidos de izquierda, resultó vencedor y, en 1996, integró a Petkoff en su gabinete.
TEODORO MINISTRO EN EL GOBIERNO DE CALDERA (1996-1999)
Petkoff asumió la responsabilidad de dirigir CORDIPLAN (Oficina Central de Coordinación
y Planificación) y estando al frente de esta institución gubernamental dirigió la Agenda Venezuela, la
cual contenía un conjunto
de medidas que buscaban eliminar
los controles de cambio y de precios, reiniciar el proceso de privatización y cambiar algunas normas del Sistema
d e Seguridad Social
mientras fortalecía el Sistema de Prestaciones Sociales. La labor de Teodoro al
frente de esta elevada responsabilidad permitió superar serias dificultades en la economía venezolana.
Al respecto,
la periodista Milagros Socorro
hace una precisa y acertada reflexión: Teodoro
se remangó para darle un frenazo a nuestro eterno populismo rentista. Dialogó, no necesitó tutela militar, razonó sin
atavismo, como es propio de él. Y salvó al
país de un descalabro en aquel momento. De eso no hay ninguna
duda. No pudo
salvarlo del siguiente descalabro, que fue la llegada de Hugo Chávez al poder.
Milagros Socorro cita opiniones de periodistas y de expertos analistas
políticos, como es el caso de: Fernando Luis Egaña, abogado, profesor
universitario, columnista de opinión, Ministro de Información y Comunicación en el
gobierno de Rafael Caldera, quien señala que: El debut de Teodoro como ministro de Cordiplan fue un verdadero
acontecimiento. Su lenguaje franco y directo, y su gran capacidad de trabajo,
fueron elementos muy positivos para enfrentar la crisis y abrir oportunidades
para la reforma económica y social.
Por su parte, el
periodista Pedro García ha expresado que: Teodoro estableció una nueva manera de
comunicarse con el país de la que aprendería mucho Hugo Chávez. Por primera
vez, un ministro hablaba en términos llanos
con la población y recorría el país explicando la Agenda Venezuela a los públicos más
diversos. Por supuesto, y a diferencia de Chávez, el discurso de Teodoro era
completamente responsable”… “En vender la Agenda Venezuela y la reforma de las prestaciones sociales, Teodoro comprometió su
legendaria honestidad personal. A todos lados del país se desplazaba en su
carro, una decrépita Caribe que lo dejaba botado en todas partes. Un equipo de
El Universal tuvo que rescatarlo una vez que iba a hablar de la Agenda Venezuela
en Maracay. También encontró, por cierto, una manera diferente de pelearse con
algunos, como cuando su honestidad se vio objetada —sin pruebas-, porque
Teodoro jamás manejó recursos. Por ejemplo, cuando un diario publicó que
Teodoro andaba en un BMW que le habían incautado al pelotero Luis Sojo, se puso tan furioso que
en lo sucesivo le dio en llamar al propietario
el bobolongo.
No quedan dudas de que Teodoro se convirtió
en protagonista fundamental de la principal reforma que en el
campo económico se llevó a cabo en el segundo gobierno de Rafael Caldera.
PETKOFF REBELDE,
COMBATIVO, GUERRILLERO,
PERIODISTA Y ESCRITOR
DE SIEMPRE.
En 1998 se desvincula del Movimiento al
Socialismo al no estar de acuerdo con la
decisión tomada por la
organización de apoyar la candidatura de Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de 1998; no obstante, Teodoro no abandona
la política ni la creatividad que se forja con el pensamiento y la palabra. De
hecho, volviendo a una actividad de sus años juveniles y de irrupción en el mundo
político cuando conoce a Pompeyo Márquez y trabaja escribiendo en Tribuna
Popular, Teodoro se aparta de la militancia partidista e incursiona en la faena
periodística: Fue director del diario
El Mundo y posteriormente funda Tal
Cual, medio asediado por la intolerancia y la antidemocracia dado que su política
editorial ha sido de seria, firme y fundada crítica a los presidentes Chávez y
Maduro.
Ya Hugo Chávez en el poder, Teodoro lanza su precandidatura presidencial
para las elecciones de 2006, visto
que no contaba con los apoyos
necesarios, retira su nombre
de la contienda
para apoyar a Manuel Rosales e integrar su comité de campaña. Chávez
consiguió la reelección el 3 de diciembre de 2006, Petkoff prosiguió en su
actividad de periodista y editor en el
periódico Tal Cual. Consecuente con sus principios, valores y postulados políticos,
Teodoro fue, con sólidos
fundamentos, un crítico
de la gestión
de Hugo Chávez al frente de la primera magistratura
nacional, y fue famosa su reiterativa
expresión: “porque soy de izquierda me opongo a este gobierno”, en clara alusión a la gestión del
Presidente en ejercicio.
Teodoro,
quien fue un verdadero ejemplo de “El hombre y su circunstancia”, en 2015 fue galardonado al recibir el premio
Ortega y Gasset “en la categoría de Trayectoria Profesional”. El jurado expresó
que reconocían unánimemente “la
extraordinaria evolución personal que le ha llevado
desde sus inicios como
guerrillero a convertirse en un símbolo de la resistencia democrática a través
del diario que dirige”.
A
propósito del premio Ortega y Gasett, el exjefe
de gobierno de España, el gran líder Felipe González, acudió a recibirlo en nombre de Teodoro dado que para ese 7 de
mayo de 2015 tenía prohibido salir del país por decisión de un tribunal a
petición de Diosdado Cabello. En el acto de entrega, Felipe González pronunció
un formidable discurso en el cual describe el ser y la esencia de Teodoro, y,
entre otras cosas, dijo: Verán: Teodoro es, ha
sido toda su vida, como un río, un hombre de acción y de pensamiento. Teodoro Petkoff es un
combatiente por sus ideas que llega a la conclusión en su larga vida de que las
ideas sólo llegarán a buen fin si la libertad se respeta como condición
necesaria para alcanzar la justicia social que le ha dado sentido a su vida.
Creo que todos
coincidiremos con Felipe González en señalar
que la voz de Teodoro es “crítica”, “aguda” y “certera”.
LAS PUBLICACIONES DE TEODORO
Cuando Johannes Gutenberg, orfebre alemán nacido en 1398, en
Maguncia, en el Sacro Imperio Romano Germánico, inventó la prensa de imprenta cerca del año
1440, y por el año 1450 comenzó el
proceso para lograr publicar la Biblia de 42 líneas (líneas impresas
en cada página), también llamada Biblia de Mazarino, el primer libro completo editado en occidente con
tipografía móvil, así llamada debido a
que unos estudiosos bibliógrafos por
allá por 1760 encontraron una copia de
la misma en la biblioteca del cardenal Mazarino, hecho este que los cautivó grandemente,
no se imaginó el salto cualitativo que había permitido para la humanidad y el impacto que, en adelante, tendría tal invención en la vida
de los seres humanos, tanto en lo económico, como en lo social y en lo político. Pues el libro, su
lectura, permitió empoderar a la gente, poner en manos de las personas el poder
del conocimiento, conocimiento que anteriormente era un privilegio de pocos. El
saber multiplicado y difundido a través de la imprenta comenzaba a ser un modo
de democratización. Como ha dicho Arturo Uslar Pietri al referirse a la
invención de la imprenta que, con anterioridad a tal acontecimiento, durante la Edad Media,
pacientes copistas, las más de las veces monjes, se dedicaban a la
tarea fatigosa y lenta de copiar durante meses y años lo que sería un nuevo
ejemplar de un libro. Asegura Uslar Pietri que un proceso con tales
características convertía al libro en un
objeto de “gran lujo, que solamente se podían proporcionar los príncipes, los
grandes señores y los monasterios. La gente común no podía aspirar a tener un libro, como no
podía aspirar a tener un caballo, de modo que la posibilidad de difusión de la
cultura estaba limitada por el costo y limitación del sistema de reproducción
de los escritos” (Tomo I: 178,
179; 1972).
Teodoro, consciente de la importancia que tienen los libros,
la lectura y la difusión
democrática del conocimiento, se abocó a
escribir, a difundir el saber, a
compartir sus inquietudes como pensador y líder político, por tanto, se dedicó también a luchar
desde la trinchera de las ideas, desafiando el índex de las
prohibiciones dogmáticas, creando pensamiento y reflexionando para que el
lector, sin manipulaciones, arribase a sus propias conclusiones. Entendió que
desmonopolizar el saber, el conocimiento, compartirlo y entregarlo a todos es un gesto democrático
que significa un desafío, un acto de rebeldía frente a los “poderes
salvajes” de los cuales habla Luigi Ferrajoli.
Ensayos:
·
1969, Checoslovaquia:
el socialismo como problema
·
1970, ¿Socialismo
para Venezuela?
·
1973, Razón
y pasión del socialismo: el tema socialista en Venezuela.
·
1976, Proceso
a la izquierda: o de la falsa conducta revolucionaria.
·
1987, Del
optimismo de la voluntad: escritos políticos.
·
1997, Por
qué hago lo que hago.
·
2000, Hugo
Chávez, tal cual.
·
2005, Dos
izquierdas.
·
2007, El
socialismo irreal.
·
2010, El
chavismo como problema.
·
2011, El
chavismo al banquillo: pasado, presente y futuro de un proyecto político.
Como coautor escribió:
·
1983, Teodoro Petkoff: Viaje
al fondo de sí mismo, con Ramón Hernández.
·
1998, Venezuela en la
encrucijada, Universidad de los Andes, con Raúl Huizzi.
·
2000, Una segunda opinión:
La Venezuela de Chávez, Hojas nuevas: con Ibsen
Martínez y Elías Pino Iturrieta.
·
2008, Trincheras de papel:
el periodismo venezolano del siglo XX en la voz de doce protagonistas,
UCAB/El Nacional, con Carlos Delgado
Flores, coord.
TEODORO
Y LA NECESIDAD DE CAPTAR LA REALIDAD
Adrián
Triglia publica un extraordinario ensayo cuyo título es El mito de la caverna de Platón.
Una metáfora que nos intenta explicar la doble realidad que percibimos,
título que podríamos usar, parafraseando, para Teodoro el líder
iconoclasta, político y pensador de
grandes cualidades. Con sus actuaciones, con su existencia, con su esencia
polémica, Teodoro nos mostró que los
dogmas nos llevan a vivir, y sigo
parafraseando a Triglia, Luces y sombras: la idea de vivir en una realidad
ficcionada. En dicho ensayo, con toda precisión, su autor nos indica que para Platón, en la caverna, “por estrambótica que pueda
resultar la escena, esos
hombres encadenados que describe se parecen a nosotros, los
seres humanos, ya que ni ellos ni nosotros vemos más que esas sombras falaces,
que simulan una realidad engañosa y superficial. Esta ficción proyectada por la
luz de la hoguera los distrae de la realidad: la caverna en la que permanecen
encadenados”. Es el mundo de las apariencias o de la pseudoconcreción a la que se
refiere el filósofo Karel Kosik*, checo por cierto, marxista en un momento determinado,
posteriormente divorciado del dogma, pues
creo que con su Dialéctica
de lo Concreto, descubrió el
mundo de realidad ficcionada en el que vivía.
Teodoro produjo un cisma en la escolástica
del socialismo real. A decir verdad, el fracaso de la insurrección armada como estrategia
para el cambio
________________________________
*Karel Kosík tuvo participación en la primavera
de Praga, motivo por el cual
perdió su cargo como docente universitario y no tuvo más vida pública
sino hasta hasta 1989, sin embargo, no dejó de escribir. En el año 1975 la
policía allanó su casa e incautó buena
parte de sus manuscritos filosóficos
inéditos entre los cuales estaban las obras De la práctica y De
la verdad. En el año 1990
regresó a la universidad.
social,
más el desencanto, la inmensa decepción que generaba la represión
de la sacudida y reclamo húngaro de 1956, así como esa falta
para con el postulado de coherencia, expresado en el hecho de que por un lado
se había luchado contra la dictadura y por la democracia,
pero se ofrecía como opción, sin más, el
modelo societario soviético, ontológicamente lo más antidemocrático, la ruptura epistémica
no se hizo esperar.
Ante semejante verdad, a Teodoro se le atribuye la
siguiente reflexión y confesión: Difícilmente podíamos
ser entendidos por nuestros compatriotas. Por añadidura, en 1965, el PCV había
condenado enérgicamente, y desde luego, con toda razón, la intervención
imperialista de Johnson el 28 de abril en
Santo Domingo, segunda ocupación estadounidense de la República Dominicana
(1965-1966), conocida como la Operación Power Pack. No obstante, en agosto
de 1968 se nos pedía que aplaudiéramos y que nos solidarizásemos con la
intervención imperial de Brezhnev en Checoslovaquia. El PCV por supuesto, lo
hizo, en un acto de esquizofrenia política que no podía sino alejarnos aún más
del entendimiento común de los venezolanos.
Tales hechos
provocan como respuesta, desde las ideas y las convicciones principistas,
el libro Checoslovaquia: el socialismo como problema, esa obra
sitúa a Teodoro en la línea de los desafíos y en el centro del debate mundial en torno a la
realidad soviética. Este leal seguidor del equipo de beisbol los Tiburones de
La Guaira –yo, incondicional de Los Cardenales de Lara y de La Divina Pastora,
como el gran historiador barquisimetano Manuel Caballero- con su irreverente
posición provocó que Leonidas
Brezhnev, en su informe al XXIV
Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, en 1970, lo acusara de ser una “amenaza” para el comunismo mundial.
La
misma condena recayó sobre el francés Roger Garaudy y el austríaco Ernest
Fischer, eminentes filósofos marxistas,
quienes, al igual que Teodoro, integrantes
de los comités centrales de los partidos comunistas en sus respectivos países y,
el mismo año de la invasión, publicaron
obras en la que condenaban el hecho, al tiempo que calificaron y denunciaron al
comunismo soviético como un sistema antidemocrático
y antihumanista. Imposible olvidar aquel triste episodio de enero de 1969, que fue el epílogo de la Primavera de Praga:
el joven Jan Palach quien, en un gesto de protesta y condena a la invasión
soviética, se inmoló en la plaza San Wenceslao al rociar su cuerpo con gasolina para luego prenderse fuego.
La invasión soviética a Checoslovaquia,
hecho ocurrido en la noche del 20 al 21 de agosto de agosto de 1968, fue
disfrazada de intervención de las tropas
del
Pacto de Varsovia* a requerimiento de las
autoridades checas; para septiembre, recuerda Petkoff, “nos reunimos en mi
‘concha’ (escondite) Germán Lairet, Antonio José Urbina y yo,
quienes junto con Alexis Adam habíamos sido los cuatro solitarios votos en el Comité Central
del Partido Comunista de Venezuela, reunido
poco después de la invasión,
contrarios a la resolución que aprobaba la intervención soviética.
Aquella noche de la clandestinidad arribamos a la conclusión
de que era
preciso abandonar el PCV y fundar un nuevo
movimiento político, claramente diferente del comunista. Socialista, por
supuesto, pero democrático. Esto es, no comunista.
Nuestra disidencia no fue, como para
__________________________________
*Firmado en 1955 por Checoslovaquia
Polonia, Hungría, Bulgaria y la República Democrática Alemana, bajo el
liderazgo de la Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
otros, coartada para abandonar la
lucha, sino motivación para continuarla, con el mismo afán de justicia, empero
desde una perspectiva nueva: la libertaria”. Teodoro puso en evidencia la contraposición
existente entre lo falso verosímil y aquello
que es verdadero, entre el mundo
de las verosimilitudes engañosas
(mundo Homérico) y el mundo de la
verdad (mundo de Hesíodo), con lo cual, en el campo de la intelectualidad
política y de la izquierda, no sólo venezolana, sino de otras latitudes, Teodoro
contribuyó a que, a partir de los duros hechos y experiencias conocidas bajo el
hegemón soviético, se diese el paso, el gran salto, en esa suerte de
cosmovisión mitológica dominante en la teoría y en la praxis de los movimientos
políticos que agitaban las banderas del
socialismo. Teodoro era auténtico en el arte de la dialéctica y la dialógica,
entendidas éstas como el método que permite la interacción y la interrelación de fenómenos y procesos
cuyo fundamento es la posibilidad
del cambio permanente
de las cosas, la posibilidad de que un fenómeno transite de un estatus a otro
mediante la asociación compleja , por tanto complementaria, concurrente y
antagonista de elementos e instancias
necesarias para que efectivamente
exista, funcione y se desarrolle
de un determinado fenómeno. De allí su propuesta de un socialismo a la
venezolana, un socialismo con rostro humano
y su ruptura con el socialismo real, cuyas crueldades muchos no
quisieron ver, pero que no por ello estas no existieron.
De lo decidido por Petkoff, el escritor Alberto
Hernández, en un trabajo intitulado Aquel 28 de agosto de 1968. De “La
Primavera de Praga” de El
socialismo como problema a la Persona non grata de Jorge Edwards, publicado en Crónicas del Olvido.
La Metrópolis de las Letras.
Ciudad Letralia. 200 mil soldados y 5 mil tanques del Pacto de
Varsovia invaden el país. La emoción provocada por los
cambios que Alexander Dubček había impulsado desde el
5 de enero de 1968
quedó grabada
en las mentes de los jóvenes que voceaban las consignas contra la represión. En
ese marco nace Checoslovaquia.
El socialismo como problema, del economista, y militante comunista para la época, Teodoro Petkoff, quien abrió una discusión
cuyo punto de origen
estuvo en esa remota ciudad europea, agredida por los partidos comunistas, con
la excepción del de Rumania”.
El
precitado escritor afirma que la procura de la independencia por parte de los checos y eslovacos, dinamitada,
golpeada por el liderazgo de los soviéticos, era el anuncio de un
“socialismo con rostro humano”. Teodoro, con su libro, abría esa discusión pues dividió las opiniones a lo interno de la izquierda venezolana y dinamitó, fracturó, partió los escasos y
pobres argumentos del Partido Comunista de Venezuela; pudiera decirse
que la virtud epistemológica de Teodoro consistía en que , de acuerdo con
la filosofía de Karel Kosisk, captaba el
fenómeno
de una determinada cosa, lo cual significa que
indagaba y describía cómo se manifiesta la cosa en el fenómeno, y ”también cómo se oculta al mismo
tiempo”, pues la “comprensión del
fenómeno marca el acceso a la esencia”.
Nos refiere Alberto Hernández,
Ut Supra citado, que, así las cosas, nace el MAS, nace un modo distinto, una novedosa forma de ver el
mundo, distinta a la que
habitaba en el seno de una “izquierda anquilosada, vieja, anacrónica,
repetitiva, aduladora y convencida
de que en Moscú
estaba el paraíso,
como actualmente otros creen que se halla en Cuba”. Venezuela, refiere Alberto Hernández, se convirtió en un auténtico y “verdadero revuelo de ideas.
Petkoff se llevó parte de la juventud mejor dotada”. Funda una nueva
organización y estimula la discusión, mostrándose partidario de la necesidad de inventar “una
izquierda
democrática, sí, con rostro humano”. En definitiva, de lo que se trataba era de
idear y crear un proyecto socialista que
deviniese en alternativo al modelo “burocrático, policial y totalitario” que se
había gestado en la URSS diseminándose, extendiéndose,
por todo el denominado y conocido “campo socialista”, posteriormente categorizado como “socialismo real” que el
ciudadano común identificó,” simple y llanamente”, como “el comunismo”.
Petkoff: “El Acorazado, El Hombre de Mil
Leguas”.
Cuando el juez Aris La Rosa Álvarez declaró la “muerte civil de Teodoro Petkoff al
catalogarlo, sin proceso legal, incapaz o entredicho, esto es lo que los romanos llamaban “la muerte civil de
sus ciudadanos”, la capitis diminutio,
con lo cual su capacidad jurídica como
ser humano quedó limitada a lo que
aprobase el tutor que provisionalmente le
fue designado, Ludmila Vinogradoff, el 29 de septiembre de 2017, en el
Blog de ABC, escribió:
“El acorazado de Teodoro
Petkoff. Petkoff es un hombre de mil leguas, un acorazado que sabe resistir golpes…. Su
obra como economista e investigador de las ciencias sociales constituye una
referencia incluso más allá de Venezuela”.
Ante
el hecho abusivo cometido contra Teodoro, imponiéndole esta humillante decisión
tribunalicia, Ludmila Vinogradoff recogió en el artículo del que les hablé, importantes opiniones
pronunciadas por figuras del mundo diplomático, político y del campo de la
lucha social, por ejemplo:
Luis Almagro, Secretario General de la
Organización de Estados Americanos (OEA), calificó las acciones de “violación a los derechos humanos” y “método
estalinista”; el relator especial para la Libertad de Expresión de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, Edison Lanza, indicó que “un régimen que
teme a los periodistas independientes y de cabeza abierta hostiga de esta
forma: la banalidad del mal”.
El
político venezolano Carlos
Tablante afirmó
que “mientras los corruptos mandan y gozan de impunidad, la dictadura persigue
ilegal y brutalmente a Teodoro
Petkoff”; y el activista social y ex-secretario ejecutivo de la Mesa
de la Unidad Democrática (MUD), Jesús “Chuo” Torrealba, resaltó que “¡ninguno de sus perseguidores
tiene la estatura moral de Teodoro, ni su trayectoria heroica, ni sus aportes intelectuales,
ni su honestidad!”.
El director de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco,
señaló: “el régimen le hace análisis psiquiátrico a Teodoro Petkoff. Acaso
porque hay que
estar loco para animarse a pensar distinto hoy en
Venezuela”.
Podríamos decir que la sentencia dictada por
el juez constituye una forma de violencia, esa que el sociólogo Randall Collins
en su libro Violence: A Micro-Sociological Theory.
(Violencia: Una teoría micro-sociológica),
categoriza como “violencia
cobarde”. La violencia cobarde es definida como un tipo de violencia
que se ejerce contra
personas que no tienen posibilidad alguna de defenderse, pues, como
ya hemos dicho, Teodoro no tuvo derecho
al debido proceso, no le fue permitido defenderse.
Antes de finalizar, dado que estamos conmemorando una gran figura de la política venezolana, latinoamericana y mundial, quiero referirme, como lo he hecho en otras ocasiones, al líder democrático italiano Aldo Moro, figura prominente y virtuosa de la política europea del siglo pasado, quien un 9 de mayo de 1978 fue asesinado, luego de estar secuestrado por cincuenta y cinco días, víctima, de acuerdo con algunos estudiosos del tema, de las posiciones radicales y extremistas gestadas al calor de La Guerra Fría.
Aldo Moro llegó a decir, con toda razón, que es el bien y no el mal lo que hace posible la vida, dijo también que: “Gobernare significa promuovere una nuova condizione umana”: Gobernar significa promover una nueva condición humana.
Imagino que en la cabeza de Teodoro,
permanentemente, a lo largo de su vida, rondaba la idea de gobernar promoviendo
una nueva condición humana, y seguramente rondaba también la frase cervantina
que, con un gran sentido de la dignidad, pronunciaba El Quijote:
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos
dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la
tierra y el mar: por la libertad, así como por la
honra, se puede y debe aventurar la vida."
(Miguel de Cervantes)
Con
incuestionable acierto Giovanni Sartori, prominente estudioso de la Ciencia
Política, ha dicho que:
“Negar la historia
por principio resulta absurdo y es
dañarse a sí mismo.” De tal manera que no puede negarse la gran historia de Teodoro,
figura que al decir de Manuel Caballerro, citado por Ramón Escovar León,
entendió “la política como una elevada tarea espiritual, y no el asqueante
pragmatismo clientelar que hoy la caracteriza”. Agrego, Teodoro comprendió que
la aplicación e imposición de una barbarie estimula y trae consigo otra
barbarie.
Fue entrañable amigo del Premio Nobel de Literatura
Gabriel García Márquez. Este destacado escritor, el gran “Gabo”,
profesaba aprecio, respeto y admiración por Teodoro,
tanto que, a partir de la
publicación de la obra Checoslovaquia. El socialismo como problema, y de la fundación del Movimiento
al Socialismo, le expresó su solidaridad cuando en el año 1972 recibió el premio Rómulo
Gallegos
El
31 de
octubre de 2018,
al fallecer Teodoro en la ciudad de
Caracas, conversé con mis buenos amigos, el economista Eugenio Graterol, paisano larense, masista de
toda la vida, con el también economista Gilberto
Castro, masista al igual
que el compañero de luchas, abogado y
comunicador social, Pedro Velásquez, y conversé también con otro apreciado
profesional de la economía, mi distinguido amigo Herman Castro y con el respetable colega Dr.
Luis Hugo Velásquez, contertulios todos
del grupo de
dialogantes de El
Cafeto, y al lamentar el hecho coincidimos en señalar que había muerto un
¡gigante de la política, un hombre inteligente,
valiente y digno!
MUCHAS GRACIAS…………
D. Pino Pascucci S.
dante7p@hotmail.com
pino7p@gmail.com
29
REFERENCIAS DOCUMENTALES
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A Micro-Sociological Theory. Princeton
and Oxford: Princeton University
Press.
ESCOVAR, Omar. El
socialismo como problema. PRODAVINCI, 01/11/2018.
FERRAJOLI, Luigi (2011). Poderes
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GONZÁLEZ, Felipe. Teodoro
Petkoff es un río de ideas y acciones.
En Tal Cualhttp://talcualdigital.com/index.php/2018/11/02/felipe-gonzalez-teodoro-petkoff-es-un-rio-de-ideas-y-acciones/
HABERMAS,
Jürgen (2008). Conciencia moral y acción comunicativa. Editorial Trotta. Madrid, España.
HERNÁNDEZ, Alberto. Aquel 28 de agosto de 1968. De “La Primavera de Praga” de El socialismo como problema a
la Persona non grata
de Jorge
Edwards. En Crónicas del Olvido. La Metrópolis
de las
Letras. Ciudad Letralia.
KOSIK,
Karel (1967). Dialéctica
de lo Concreto. (Primera Edición). Editorial Grijalbo.
México.
LIPELES, Matt. Al Fin y al Cabo, ¿Qué es un Jasid?
Disponible en:
https://es.chabad.org/library/article_cdo/aid/548770/jewish/Al-Fin-y-al-Cabo-Qu-es-un-Jasid.htm.
30
MARTÍNEZ, Ibsen. De los
libros a Teodoro Petkoff. Diario Tal Cual. 01/11/2018.
MOLEIRO, Alonso (2006).Sólo los estúpidos no cambian de
opinión.¡ La vida de Teodoro! Conversaciones con Teodoro Petkoff. Libros Marcados. Caracas, Venezuela.
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MORÍN,
Edgar (1999). La cabeza bien puesta: Repensar la
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pensamiento. Ediciones Nueva Visión. Buenos Aires, Argentina.
MORÍN,
Edgar (2000). Los siete saberes necesarios a la educación del futuro. Ediciones FACES/UCV. Caracas, Venezuela.
PASCUCCI,
Pino (2018). Conversatorio en torno a ética y política. Universidad
de Los Andes.Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Doctorado en Estudios
Políticas http://investigacionpostgrado.blogspot.com.
RAMOS, Alfredo (2009). El Experimento
Bolivariano. Venezuela: Ediciones
del Centro
de Investigaciones de Política Comparada de la Universidad de Los Andes,
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SOCORRO, Milagros. Teodoro Petkoff,
el estratega que salió de El Batey. htpp:/elestimulo.com/climax/teodoro-petkoff-nacio-bajo-el-sol-de-el-batey/06/11/2018.
“ “ Teodoro Petkoff, clase magistral de
economías en crisis.
TRIGLIA, Adrián (2016). El mito de la caverna de Platón. Una
metáfora que nos intenta explicar la
doble realidad que percibimos.
USLAR, Arturo (1972). Valores humanos. Tomo I. EDIME,
Caracas-Madrid.
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