Fui actor de excepción de cómo comenzó el desarrollo de
las relaciones entre el chavecismo gobernante y las universidades venezolanas.
Presencié las contradicciones iniciales dentro del gobierno, entre quienes
instrumentamos una relación de crecimiento y desarrollo de las más altas
instituciones del conocimiento en el país, y quienes sucumbían ante la
tentación autoritaria, todo ello en un escenario donde se debió enfrentar sin
ambages los vicios e insuficiencias de las instituciones y aquellos intereses
gremiales y sindicales que no estaban en sintonía con el bienestar académico.
Fue una lucha interna fuerte, que debió enfrentar la ignorancia y
desconocimiento del sector universitario, los prejuicios de la mayoría del
gobierno; la ambigüedad mal intencionada presidencial, las ambiciones de
funcionarios con buen currículo académico y las de muchos trepadores de la
política.
La toma del Consejo Universitario de la UCV, en 2001,
fue el suceso que expuso todas las contradicciones de aquel momento en la
materia, las cuales siguieron presentes con los gobiernos de Chávez y han
continuado con Maduro. Mientras la Vicepresidente Adina Bastidas incitaba las
agresiones del M-28 y otras minorías, el ministro Héctor Navarro y la Dirección
de la OPSU se colocaron al lado de los universitarios y la universidad. A pesar
de la violencia, los usurpadores, quienes por lo menos eran estudiantes de la
UCV, terminaron siendo expulsados del campus por una acción masiva de
estudiantes y profesores. El caso acaba de repetirse en la Universidad de
Carabobo durante las elecciones estudiantiles, coordinado y financiado por el
grotesco gobernador Lacava, con el uso de mercenarios armados y bajo la
dirección de Diosdado Cabello. El fracaso fue de nuevo el resultado.
El problema central ha sido que el gobierno, pese a
todo el poder y los recursos que llegó a tener, no ha podido tomar el control
político de las universidades. Sabe que no gana ninguna elección que se realice
en estos centros, entre otras cosas porque no tiene al interior de los mismos
ningún liderazgo estudiantil ni profesoral. Modificó la Ley Orgánica de Educación
violentando la Constitución, pero no ha podido instrumentar los cambios que
para siquiera pensar en participar electoralmente con alguna posibilidad de
éxito. En consecuencia, ha suspendido a través del TSJ la realización de las
elecciones de cogobierno desde hace una década, en espera de condiciones para
la toma del control institucional. Hay por ahí uno que otro espécimen que, sin
ningunas credenciales, aspiran a ser rectores, pero requerirían de la
intervención de las instituciones y de ser designados.
Al chavecismo en general, y también al gobierno de
Maduro, no le gustan las universidades, rechazan la academia, no la entienden y
la sienten muy lejana. Han fracasado en ellas o no han podido ingresar a sus
aulas, pero no por exclusión social como estereotipadamente dicen, sino por no
tener motivación al estudio ni gustarles la superación que depende del esfuerzo
permanente. Son gente iletrada, profundamente ignorante y con grandes
prejuicios y limitaciones. Se sienten bien en la mediocridad, rechazan la excelencia,
les gusta el facilismo, no quieren empleo formal complejo y bien remunerado,
prefieren la chamba juvenil. Piensan en una venta de empanadas cuando les
hablas de industrialización y les encanta cultivar en azoteas y criar pollos y
conejos en apartamentos. Disfrutan con los saberes populares y ancestrales, los
espíritus de la sabana, los paleros, y rechazan el conocimiento científico y
tecnológico.
Quizás Diosdado, desde la ANC, quiera promulgar la Ley
de Universidades que Chávez echó para atrás, cuando lo convencieron los pocos
académicos que le quedaban. Lo de la Universidad de Carabobo puede ser un globo
de ensayo, para estudiar la reacción de la gente y decidir si asumen la
intervención definitiva, por la calle del medio, de las instituciones académicas.
Puede también ser una carta en el juego político interno del gobierno, en su
enfrentamiento con Maduro. Hay que estar atentos.
Por: Luis Fuenmayor Toro | Sábado, 17/11/2018
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