Caracas, 05 de septiembre de 2018/.- Durante una entrevista para la Red de
Filosofía de Uruguay, el profesor de la Universidad Central de Venezuela e
investigador, Edgardo Lander, aseguró que las izquierdas a nivel global
no han tenido “capacidad de aprender”, que terminan respaldando un “gobierno de
mafias” como el de Nicaragua, y que cuando “colapse el modelo venezolano” es
posible que simplemente “miren para otro lado”.
Para Lander, “el hecho de que Venezuela
ha tenido 100 años de industria petrolera y de estadocentrismo girando en torno
a cómo se reparte la renta, ha conformado no sólo un modelo de Estado y de partido,
sino la noción de que la acción política consiste en organizarse para pedirle
al Estado”.
A su juicio, “la mayoría de los
problemas con los que nos encontramos hoy son problemas que venían acumulándose
con Chávez. Los análisis de parte de la izquierda venezolana que reivindican la
época de Chávez como la época de gloria y de repente aparece Maduro como un
incompetente o un traidor, son explicaciones que no permiten desentrañar cuáles
son las lógicas más estructurales que llevan a la crisis actual”.
“El proceso venezolano, estuvo
sustentado sobre dos pilares fundamentales: por un lado, la capacidad
extraordinaria de Chávez de comunicar y de liderazgo, que generó una fuerza
social; por otro lado, precios del petróleo que llegaron en algunos años a más de
100 dólares el barril. En forma casi simultánea”, describe.
El profesor explica que para
2013, “estos dos pilares colapsaron: murió Chávez y los precios del petróleo se
vinieron abajo. Y el emperador quedó desnudo”.
Destaca que Maduro no tiene esa capacidad
de Chávez, y que además en su gobierno ha habido un incremento de la
militarización, “quizá porque Maduro no viene del mundo militar, entonces para
garantizar el apoyo de las Fuerzas Armadas tiene que incorporar a más
integrantes de las Fuerzas Armadas y darles más privilegios”.
Por otra parte, reflexiona sobre el
hecho de que luego “de una experiencia extraordinariamente rica de organización
social, de organización de base, de movimientos en relación a la salud, a las
telecomunicaciones, a la tenencia de la tierra urbana, a la alfabetización, que
involucró a millones de personas y generó una cultura de confianza, de
solidaridad, de tener la capacidad de incidir sobre el propio futuro, uno
suponía que en momentos de crisis habría capacidad colectiva de responder, y
resulta que no”
Sobre el por qué, el investigador
señala que “el proceso estuvo atravesado desde el principio por una
contradicción muy seria, que es la contradicción entre entender la organización
de base como procesos de autogestión y de autonomía, de construcción de tejido
social de abajo hacia arriba, y el hecho de que la mayor parte de estas
organizaciones fueron producto de políticas públicas, de promoción desde
arriba, desde el Estado”.
“Entonces estas organizaciones ya
empiezan a ser pensadas en términos de instrumentos dirigidos desde arriba, y
empieza a consolidarse una cultura estalinista en relación a la organización
popular. Y eso le ha dado obviamente mucha precariedad” agrega.
En relación a cómo está la democracia
en Venezuela en términos liberales, considera que “el gobierno tenía hegemonía
de todos los poderes públicos hasta que perdió aparatosamente las elecciones
(parlamentarias) en diciembre de 2015. Y a partir de allí empezó a responder en
términos crecientemente autoritarios”.
“Estamos en una situación en la que hay
una concentración total de poder en el Ejecutivo, no hay Asamblea legislativa,
Maduro tiene ya más de un año gobernando por decreto de emergencia
autorrenovado. Estamos muy lejos de algo que pueda llamarse práctica
democrática” sentenció.
Prevé tres escenarios preocupantes
para el país a mediano y largo plazo. “En primer lugar, hay una
destrucción del tejido productivo de la sociedad y va a tomar muchísimo tiempo
recuperarlo”.
“En segundo lugar está el tema de cómo
la profundidad de esta crisis está desintegrando el tejido de la sociedad, y
hoy como sociedad se está peor de lo que se estuvo antes del gobierno de
Chávez. En tercer lugar, cómo se han revertido las condiciones de vida en
términos de salud y de alimentación”, indica.
Para Lander “la noción de socialismo,
de alternativas, está descartada en Venezuela. Se ha instalado la noción de que
lo público es necesariamente ineficiente y corrupto. Es un fracaso”.
¿Cómo ves las reacciones de los
partidos de izquierda a nivel global, y especialmente en América Latina,
respecto de Venezuela?, le preguntan al profesor venezolano y éste responde
que: “Uno de los problemas que ha arrastrado históricamente la izquierda es la
extraordinaria dificultad que hemos tenido como izquierda de aprender de la
experiencia”.
Resalta la historia de lo que fue la
complicidad de los partidos comunistas del mundo con los horrores del
estalinismo. “No fue que se enteraron después de los crímenes de [Iósif]
Stalin, sino que hubo una complicidad que tiene que ver con ese criterio de que
como uno es antiimperialista y es un enfrentamiento contra el imperio, vamos a
hacernos los locos con que se mató tanta gente”.
“Entonces se genera una solidaridad
ciega, no crítica, que no solamente tiene la consecuencia de que yo no fui a
criticar lo otro, sino que tiene la consecuencia de que activamente se está
celebrando muchas de las cosas que terminan siendo extraordinariamente
negativas”, reclama.
Considera que “la izquierda
latinoamericana tiene una responsabilidad histórica en relación, a la situación
de Cuba hoy, porque durante muchos años asumió que mientras estuviese el
bloqueo de Cuba no se podía criticar a Cuba, pero no criticar a Cuba quería
decir no tener la posibilidad de reflexionar críticamente sobre cuál es el
proceso que está viviendo la sociedad cubana y cuáles son las posibilidades de
diálogo con la sociedad cubana en términos de opciones de salida. El gobierno
cubano no permitía expresar eso y la izquierda latinoamericana se desentendió,
no aportó nada, sino simplemente solidaridad incondicional”.
Ejemplifica también con el gobierno de
Nicaragua, al cual califica como un” gobierno de mafias, absolutamente
corrupto, que desde el punto de vista de los derechos de las mujeres es de los
regímenes más opresivos que existen en América Latina, en una alianza total con
sectores corruptos de la burguesía, con el alto mando de la iglesia católica,
que antes era uno de los grandes enemigos de la revolución nicaragüense. ¿Qué
pasa con eso? Que se refuerzan tendencias negativas que hubiera sido posible
visibilizar. Pero además, no aprendemos. Si entendemos la lucha por la
transformación anticapitalista no como una lucha que pasa allá y vamos a ser
solidarios con lo que ellos hacen, sino como una lucha de todos, entonces lo
que tú haces mal allá nos está afectando a nosotros también, y también tengo
responsabilidad de señalarlo y de aprender de esa experiencia para no repetir
lo mismo. Pero no tenemos capacidad de aprender, porque de repente, cuando
termine de colapsar el modelo venezolano, vamos a mirar para otra parte. Y eso,
como solidaridad, como internacionalismo, como responsabilidad
político-intelectual, es desastroso”.
Para finalizar advierte, “¿de qué nos sirve liberarnos
del imperialismo yanqui si establecemos una relación idéntica con China? Hay un
problema político, teórico e ideológico, y quizá generacional, de personas para
las que esta era su última apuesta por lograr una sociedad alternativa, y se
resisten a aceptar que fracasó”.
Sep 5, 2018 10:34 am |
http://puntodecorte.com/entrevista-edgardo-lander-la-nocion-de-socialismo-de-alternativas-esta-descartada-en-venezuela/
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