Corría
el año 1947, a las siete de la mañana con el sol caliente coriano, el señor
Ignacio Bravo, un influyente personaje de Cabudare, salía de la casa del doctor
Pedro Curiel Ramírez, a quien había ido a visitar, al pasar frente al Liceo de
Coro, se confió, no se percató del acecho y la persecución que le tenían sus
enemigos, “le tendieron una emboscada: desde una patrulla policial salió
un grupo de hombres armados y lo abaleó, con el apoyo de gente del partido
Acción democrática“, “En una emboscada los adecos mataron a mi Padre”, ha dicho
Douglas.
El joven con apenas 14 años, se apersonó al sitio donde estaba tirado
en el suelo su padre, bañado en un charco de sangre. Viviendo en carne propia
la consecuencia de las viejas rencillas que por razones políticas o personales
sucedían y aun hoy, suceden entre familias falconianas, siendo la Sierra de
Coro, la más teñida de sangre. En el sitio del suceso se encontraba el doctor
Arístides Beaujon, quien en aquellos momentos de indignación y dolor, lo agarró
del brazo y le dijo: “Douglas, vente conmigo a mi casa”.
Ante el
asesinato de su padre, Douglas juró venganza y su amigo Cheyo Hidalgo, lo llevó
a hablar con el viejo Hidalgo (un cacique guerrero de la Sierra), quien le
entregó 40 fusiles que estaban enterrados. Douglas comenta que tenía dudas, de
si ese era el mejor plan para la venganza. Se reúne con su camarada Chirinos,
quien le dijo: “Ese no es el camino, nada resuelves abordando la muerte de
tu Papá, desde un punto de vista personal. Se trata de un problema social y
político“. Sin embargo Douglas obstinado como siempre, continuó en su plan con
otro primo militar que lo acompañaba en la operación. La noche escogida para la
venganza, el Viejo Hidalgo, ordena recoger los fusiles. Diciéndole: “Una acción
aislada en Coro no es lo más prudente, es necesario organizar un levantamiento
nacional contra AD“. Douglas suspendió el plan de ataque. Me comenta Omar
Gutiérrez, su amigo y compañero de guerra, que: “Douglas con el correr de los
años buscó a ‘Los Hernández’ y los perdonó, diciéndoles esta guerra entre
familias no puede continuar, yo pudiera hacer uso de mi fuerza, pero no
resuelvo nada”.
Ese
gesto hablad de la nobleza de un hombre como Douglas Bravo, a quien conocí con
Diego Salazar, Agustín Calzadilla y Gutiérrez, siempre ameno y de buen trato.
Un
coriano indómito
El 11 de
marzo de 1933, entre cardones y tunas de la árida tierra del pueblo de Cabudare
en el Estado Falcón, Venezuela, sintió los primeros rayos del sol una criatura,
a quien bautizaron Douglas Ignacio Bravo Mora. En ese entonces Cabudare era un
caserío rural lleno de leyendas y de historias de las luchas revolucionarias
que se libraron en esas comarcas. Douglas nació en el seno de una familia del
campo pero sin problemas económicos. Su madre doña Leonor Mora de Bravo, su
padre Ignacio Bravo (fue medinista luego urredista), ambos de la Sierra de
Coro, ella de Cabudare y él de la Cruz de Taratara. Con su abuela materna
Petronila tuvo una gran relación de primera, vivió un tiempo en su casa y
sus cercanos dicen que cuando habla de ella, los ojos se le hacen agua.
Tiene dos hermanos por parte de padre. Sus padrinos fueron el Obispo de Coro y
el Secretario de Gobierno del Estado Falcón, León Jurado, Presidente de
Coro. Hijo único. Estudió Derecho en la UCV. Divorciado de la doctora
Argelia Melet de Bravo, un día le escuche decir “Argelia, sigue siendo la mujer
de mi vida”, tuvieron dos hijos.
En su
casa la política lo atrapó desde niño
Su padre
y su casa eran una referencia obligada, él porque era un hombre versado e
informado de los acontecimientos que sucedían en el país y en el mundo. El
único aparato de radio y la única planta eléctrica que había en el pueblito y
los alrededores estaba en su casa, todos concurrían a ella, a conversar de
política, a enterarse de cómo iban los acontecimientos ligados a la Segunda
Guerra Mundial. Sus abuelos estuvieron vinculados a las luchas y montoneras
corianas. Los jóvenes que habían salido a estudiar a Coro o Caracas regresaban
en vacaciones, era la década de 1940, casi todos eran izquierdistas y asiduos
visitantes de la casa de don Ignacio, porque era allí donde se nutrían, era el
centro de la información. El niño Douglas ya a los nueve años, era un
asistente y observador de esas reuniones que improvisadamente se hacían en su
casa. Uno de los que más influyó en su vida para la política fue Ibrahim López,
al respecto ha dicho: “…Ibrahim nos llevaba de excursiones, nos leía poemas y
novelas de contenido social y deslizaba agudos comentarios políticos, siempre
con marcada tendencia de izquierda…A las reuniones asistían el Cura del pueblo, los estudiantes Víctor Manuel López García, Ibrahim
López García, Chicha García Mora”.
No
tenemos dudas, ese niño que tuvo una infancia igual a la de todos
los muchachos del pueblo, que bailaba trompos y zarandas, que gustaba bañarse
en el rio, salir de cacería, que ordeñaba y arreaba los chivos, que aprendió
las cosas del campo. Que le gustaba escuchar las historias de los indios que en
la Sierra de Coro lucharon contra los españoles en la guerra de la
independencia; de la rebelión de José Leonardo Chirinos. Por todos estos hechos
estamos convencidos que en su casa la política lo atrapó desde niño.
De niño
buscaba los mayores para aprender de ellos
A los 13
años ya había tenido buen trato con revolucionarios amigos de su papá como Raúl
Henríquez, Ernesto Silva Telleria, quien fue el primer dirigente comunista que
visitó Cabudare y pasó muchos años prisionero en la Rotunda
gomecista, fue de los estudiantes de la generación del 28, junto a
Jovito Villalba, Rómulo Betancourt, Pio Tamayo, otros.
Termina
la primaria y se va a continuar los estudios en Coro, se incorpora a la
Confederación de Jóvenes de Venezuela, bajo la influencia comunista. Desde
joven gustaba codearse (relacionarse) con los personas mayores que él para
aprender de sus experiencias, era un asiduo visitante de las familias
influyentes, los Jurado, los Hidalgo, los Arcaya. Era un muchacho avispao y
también visitaba a los Capriles a Virgilio Medina que eran comunistas; a los
Beaujón que eran copeyanos. En 1946, junto a un grupo de mozos fundan la
juventud comunista en Cabudare.
Preso
y torturado en el ring
En 1952,
después de las elecciones presidenciales, Douglas se encontraba en Maracaibo
organizando unas acciones contra el fraude que le había ordenado Héctor
Rodríguez Bauza (recientemente fallecido) secretario juvenil de Juventud
Comunista, estaba enconchando junto a Luis Cedeño López, abogado, evadiendo la
persecución que le tenía la policía política. A los días fueron descubiertos y
los detienen, se los llevan personalmente a Miguel Silvio
Sanz “El Negro”, Jefe de la Seguridad Nacional (SN) en el
Zulia, considerado uno de los más feroces y duros torturadores de la dictadura.
Lo recibió a patadas y “golpes en plena estomago y perdí el conocimiento.
También a Cedeño lo torturaron brutalmente, fracturándole un brazo“. En las
noches lo sacaban del calabozo y se lo llevaban a la orilla del lago y le
metían la cabeza al agua, casi hasta asfixiarlo a punto de ahogarse. El
objetivo era obligarlo a delatar. Pasó siete días sin comida a pan y agua. Un
custodio que lo conocía le informó que se encontraban presos Simón Sáez Mérida
y Arístides Beaujon. Las torturas continuaron en el ring (consistía en
montarlos en el filo del ring del caucho de un vehículo hasta que las plantas
del pie le sangraban) esa dosis iba acompañada con planazos y azotes. Pasó
siete meses desnudo y esposado. Un primo de Douglas que era oficial de las
Fuerzas armadas hace las gestiones para su libertad condicional directamente
con Pérez Jiménez, para que fuera confinado a Cabudare, Douglas no acepta, pero
el primo le aclara: “Voy a firmar diciendo que salgo de fiador tuyo y t[u haces
lo que quieras”. Es así como sale en libertad, llega a Cabudare,
huye a la Sierra de San Luis y después sale a Caracas, aquí lo nombran
responsable político de la parroquia San Juan.
Dirigente
sindical del cemento
El 23 de
enero de 1958, cuando cae Pérez Jiménez, Douglas era un dirigente sindical y
tenían montado un Comité de Huelga Obrero, conformado por un dirigente de
Copei, otro de AD, un tercero de URD y él por el PCV. La Junta Patriótica
estaba integrada por Fabricio Ojeda (URD), Guillermo García Ponce (PCV),
Enrique Aristigueta granko (Copei) y Silvestre Ortiz Bucaram
(AD).
Funda los
primeros Frentes Guerrilleros
El 15 de
marzo de 1962, en la Sierra de Falcón, fundó el Frente Guerrillero José
Leonardo Chirinos, ahí estuvieron Chema Saher, Teodoro Petkoff, Domingo Urbina,
Alí Rodríguez Araque, Baltazar Ojeda Negretti,
En marzo
de 1966, Douglas está al frente del PRV, que nace como partido político a raíz
de su expulsión del PCV, con la finalidad de darle continuidad a la lucha
armada con los Frentes Guerrilleros José Leonardo Chirinos en Falcón y Simón
Bolívar en Lara. El brazo armado del PRV eran las Fuerzas Armadas de Liberación
Nacional (FALN), es allí donde se origina la fusión con el Movimiento de
Izquierda Revolucionaria (MIR), y ambas organizaciones políticas conforman el
Frente de Liberación Nacional, con las siglas FALN-FLN.
Cuando
los comunistas abandonaron la lucha armada, él se mantuvo, fue expulsado del
partido junto a Luben Petkoff y otros, crearon el 23 de abril de 1966, el
Partido de la Revolución Venezolana (PRV), tomaron y dinamizaron los frentes
guerrilleros que habían abandonado el PCV y el MIR, en los años 70, funda el
Movimiento Ruptura y el periódico del mismo nombre que se convirtió en el brazo
legal del movimiento insurgente, participaron en las elecciones universitarias.
Luego
con el profesor Ángel Márquez y Argelia Melet de Bravo y otros, forman el
movimiento político Ruptura que pasa a sr la fachada legal del PRV – FALN –
FLN.
Douglas
Bravo posiblemente ha sido el guerrillero más famoso que ha tenido Venezuela,
ha sido un nacionalista anti imperialista opuesto a las políticas de los
Estados Unidos de América.
Douglas
fue jefe político y militar de Chávez y los revolucionarios
Douglas
Bravo quiéranlo o no fue el jefe político y militar de una larga lista de
dirigentes que fueron militantes del PRV – Ruptura tales como: Hugo Chávez
Frías, Nicolás Maduro, Kleber Ramírez, Alí Rodríguez Araque, Diego Salazar
Luongo, Tarek William Saab, Adán Chávez Frías, Luisa Ortega Díaz,
Germán Ferrer, Saúl Ortega, Rafael Ramírez Carreño, otros.
El hoy
ministro Adán Chávez fue dirigente del PRV, siendo estudiante de la Universidad
de Los Andes (ULA), y a mediados de los años 1970, incorpora al cadete Hugo
Chávez al movimiento revolucionario, los conocedores dicen que Kleber Ramírez
jugó un papel importante, lo demás es historia conocida, como la del resto de
dirigentes mencionados, cada uno de ellos jugando el rol que les ha tocado con
el devenir de los años. La historia todavía no se ha escrito.
“En esta
mesa nadie se mete la mano en el bolsillo ni para sacar un revolver, la cuenta
es mía, esta noche brinda la casa”.
Una
noche de junio del año 2000, me encuentro en el restaurant El Picador, de
Lechería Estado Anzoátegui, cenando con Leonel Cárdenas, se acercan a la mesa
los ex comandantes guerrilleros Douglas Bravo, Diego Salazar, Eder Puerta
Aponte, Gabriel Puerta Aponte, Omar Gutiérrez y dos combatientes más que
escapan a mi memoria. La noche se acomodó con los cuentos y las anécdotas
vividas por estos buenos verbiadores, no faltó la comida y el buen beber, el
dueño del negocio era Conrado Rocchetta, quien entusiasmado por tan selecta
visita se sentó a la mesa con nosotros.
Douglas narrando las anécdotas
guerrilleras, cuando le dieron un tiro en la nalga; cuando una noche lluviosa
en un enfrentamiento con el ejercito en la Sierra de San Luis, el enemigo los
sorprendió, ya que habían capturado a un campesino y en las torturas dijo el
sitio donde estaba Douglas, y les dio el santo y seña. Esa noche montañosa en
esa oscurana, sus seguidores le hacen el santo y seña, Douglas se confía y les
responde, la respuesta fue una ráfaga de ametralladora que le hicieron a tres
metros de distancia, cayó muerto el campesino que iba con él, Douglas se lanzó
al suelo, se hizo el muerto, no lo vieron y en un descuido se les fue por un
voladero. Puerta Aponte, contaba como lograban evadir los cercos policiales,
burlando la cacería que le tenían los enemigos, en fin tantos cuentos, que
narrados por estos legendarios hombres tenían cautivado a los otros comensales
que pasaban por nuestra mesa a saludarlos y conocerlos.
A las
tres de la madrugada pido la cuenta y Conrado el dueño del local, dice: “En
esta mesa nadie se mete la mano en el bolsillo, ni para sacar un revolver, la
cuenta es mía, esta noche brinda la casa”, se escucharon los aplausos, la
cuenta era larga. Omar Gutiérrez le riposte “Como será este negocio, que la
casa paga y se ríe”.
marioevaldez@gmail.com
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