Las últimas medidas del régimen,
condenaron definitivamente a la universidad venezolana y los universitarios a
la imposibilidad de ejercer sus funciones y compromisos establecidos en la
leyes nacionales.
Las medidas económicas adoptadas por
el régimen son el corolario de una tragedia que se nos fue presentando en actos
y que el gremio fue denunciando y resistiendo con dignidad todos estos años,
colocando a la institución universitaria y sus miembros en la más
absoluta situación de indigencia y minusvalía.
Ya no se trata de hacer reacomodos,
reingeniería o de ser creativos para mostrar una salud universitaria que ya no
tenemos, ya no se le puede pedir más sacrificio a los universitarios.
Los recursos enviados a la
Universidad de Los Andes para sus gastos de funcionamiento son tan
insignificantes que no alcanzan ni para pagar los servicios básicos de
electricidad y agua, mucho menos para los insumos necesarios para las
actividades académicas y administrativas de la universidad.
La voluntad y las fuerzas que quedan,
deben redireccionarse a la lucha por el rescate institucional y del país.
Para la APULA es absolutamente
inviable que los profesores universitarios puedan seguir laborando en estas
circunstancias, esto nos fuerza a una huelga por incumplimiento y/o
conculcamiento, por parte del patrono y el Estado, de principios y derechos
constitucionales, laborales y normativas internacionales.
La APULA realiza los trámites
necesarios a fin de solicitar ante la AN y ante la OEA un derecho de palabra
donde se explique y denuncie la realidad universitaria además de las causas que
imponen la negación de un derecho humano fundamental como lo es la educación y
la vida de quienes la implementan.
*Prof. Virgilio Castillo Blanco*
Presidente de la APULA
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