jueves, 9 de febrero de 2017

Libertad para Villca - Luis Montilla


Las luchas del movimiento estudiantil, son luchas de principios, por reivindicaciones estudiantiles y sociales, por la justicia y en contra de cualquier atropello, que cualquier gobierno, pasado, presente o futuro, pretenda contra el pueblo. Es una lucha noble, siempre en desventaja, para el colectivo, no salen a luchar por intereses particulares, ni haciendo ningún cálculo político para sacar ventajas personales, para que los nombren en algún cargo, para que les den nada a cambio; luchan, logran los objetivos y regresan a las aulas de clases, a sus actividades de formación académica, a dar la lucha por cubrir sus necesidades cotidianas, el pago de la residencia, alimentación, libros, transporte, reproducir los materiales para preparar las evaluaciones –hoy muy costosos-, ponerse al día con las clases pendientes y seguir la ruta para poder graduarse y obtener un título universitario.

Desde luego, que el mayor peso y responsabilidad de todo ese esfuerzo y sacrificio, recae en los hombros de los que asumen el rol de dirigentes estudiantiles. Es una lucha que se debate, entre miedos demasiados profundos y esperanzas demasiado grandes. En ese ambiente y circunstancias, conocí a Villca Fernández, recuerdo la primera vez que lo vi en una de mis clases en la Escuela de Ciencias Políticas, creo que era a la primera clase que asistía en lo que sería su vida universitaria; un joven callado, tímido, quizás un poco solitario, pero que a los pocos meses y al lado de dirigentes más experimentados como Nixon Moreno y el Movimiento 13, comenzaba a despuntar como una figura del movimiento estudiantil de la Facultad y luego de la ULA. (Años después fundaría LIBERACIÓN23).
Su osadía y valentía, muy pronto lo convirtieron en un líder universitario de reconocimiento nacional. Y por supuesto, en objetivo político del gobierno militarista y hampón de Maduro. Y quienes lo acompañamos en su campaña como candidato a diputado la AN, fuimos testigos, como sectores de la misma oposición trataron de destruir su imagen por razones mezquinas, llamándolo entre otras cosas, “auto perseguido”, de desconocer su trayectoria de luchador incansable por la democracia y la libertad. El 31 de enero de este año, Villca cumplió un año como preso de conciencia, como preso político, simplemente por tener la valentía de levantar su voz de protesta contra las injusticias, por pensar distinto, pues no hay ninguna acusación o delito alguno para mantenerlo preso.
Un año injustamente tras los barrotes de “la tumba”, secuestrado por el SEBIN, en condiciones de reclusión inhumanas; y así como hay presos emblemáticos para el país, como Leopoldo López, Daniel Ceballos, Antonio Ledezma, John Goicochea, Baduel, entre otros; para Mérida y para la Universidad de Los Andes, Villca Fernández, es nuestro preso político emblemático.
Que Dios te bendiga
#LibertadParaVillca.
Posted by Jorge Villet Salas
Fecha: febrero 07, 2017

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