El legendario productor Brian Eno realiza la conferencia de arranque del
festival con un alegato al sentido de comunidad y al pop
Sónar
2016 Conferencia de Brian Eno este jueves. ALBERT GARCIA
Brian Eno podría explicarse como la intersección
de una gran parte de los fenómenos culturales de finales de siglo pasado y
comienzos de este. La mayoría de veces, además, estaba ahí sentado antes de que
estallasen.
Desde la fundación de la experimentación con sintetizadores en el
pop como cerebro de Roxy Music, a la creación de la gran figura del productor
con Talking Heads, David Bowie o U2, a la innovación musical y artística con la
fundación del sonidoambient o sus esculturas
sonoras. En parte por eso, y en su faceta de comunicador estrella, ha sido hoy
el encargado de pronunciar la conferencia inaugural de la 23ª edición de Sónar. Todo
un alegato del trabajo en comunidad y la cultura popular. Del arte como motor
de la evolución humana, en definitiva, y como forma de aprendizaje del mundo.
Una
hora antes de la conferencia decenas de personas hacían cola en la puerta del
auditorio donde se iba a celebrar. Eno es una leyenda viva de la música que ya
no sube a los escenarios más que para hablar del mundo. Alguien que consigue
ser cabeza de cartel de un festival musical sin empuñar un instrumento y que
hoy prefiere hablar de de política e ideología que del sonido. Así que el
discurso comenzó con la crítica al ensalzamiento del individuo y del valor
económico de las cosas propiciado por la sociedad actual. “El valor de todo lo
que nos rodea está cuantificado en una métrica económica. En la educación
sucede algo parecido: En Inglaterra solo se enseña cómo pasar los exámenes, y
eso no es educación. El sistema educación consiste en recopilar notas y
títulos. Es completamente posible graduarse en la universidad y no tener ni
puta idea de nada”, ha lanzado ante la carcajada del público. “Y al final Todo
está basado en la idea de que el individuo es la fuerza que mueve el mundo, y
no las comunidades”.
La
teoría de la comunidad como espacio de rendición del individuo no es nueva. Eno
lleva años reivindicándola como antítesis al
egoísmo individualista de forma teórica,
pero también práctica como parte integrante de un coro de música espiritual.
“La paradoja de este mundo individualizado es que somos más distintos que
nunca.
Todos tenemos partes de nuestra vida que los otros no entenderán:
culturales, idiomáticas, de conocimientos…. Por eso necesitamos algo que nos
mantenga unidos”, ha proclamado. Según él, ese pegamento se compone de dos
elementos: la ciencia y el arte. El último es del que había venido a hablar en
una conferencia que cava algunas pistas en su título Why we play, con más capas semánticas en inglés (por
qué jugamos, por qué interpretamos…).
Productor
de grandes iconos del pop actual como Coldplay o U2, Eno prosiguió con su alegato de este género
definido, dijo, por una amigo suyo como la religión de finales del siglo XX.
“Lo particular de esta música es que está hecha por gente completamente
diferente y al mismo nivel. Y eso es distinto de la música clásica, donde la
información fluye de arriba a abajo y el director tiene el control. Eso cambia con
el pop, donde se trabaja de forma comunal, anárquica. Además, vino de gente
marginal: judíos, irlandeses, negros… No viene de arriba, sino de abajo”,
señaló en referencia a los valores casi democráticos de la música. Dicho así,
sonó muy bien. Si no fuera, claro, porque es famosa su tozudez e imposición de
criterio cuando trabaja con ese tipo de artistas.
Durante
la charla citó a Chomsky, a Darwin, a Dickens, a Thatcher y a la Velvet. Estos
últimos, aseguró, son el grupo que más le ha influenciado en la historia. “Y
fijaos, probablemente ninguno pasaría una audición pos sus cualidades
individuales como músico. Y eso es porque el pop no va solo de tus capacidades,
sino también de tus limitaciones. De este modo, con un público entregado,
volvió al título de la charla mucho después y resumió su concepción del arte de
esta manera: “Es lo mismo que representa el juego para los niños. Se aprende y
se muestra una visión del mundo a través de ello y se da una oportunidad a los
demás de tenerla. Seguid enarbolando esa bandera”, pidió a los presentes en la
sala.
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