Linda Barinas
Alexis Navarro fue derrotado por Morel Rodríguez en la primera confrontación entre ambos en elecciones de gobernadores en el estado Nueva Esparta y en todo el país. Para complacer a Chávez, el CNE (inducido a ello) proclamó a Navarro y más de dos años más tarde el organismo electoral convocó a Morel para “corregir el error” y juramentarlo, a lo que Morel rechinó porque para la época se podía ser gobernador por solo dos mandatos consecutivos de tres años, y esos pocos meses que restaban se le habrían imputado como un período completo. De manera que Navarro se mantuvo en La Asunción y reiteró su postulación hacia la reelección. Navarro era psiquiatra, muy estimado por Chávez, quien siempre sintió inclinación por loqueros, incluido nuestro dilecto y anticipadamente ido amigo Edmundo Chirinos.
Chávez rara vez pernoctó en alguna ciudad del interior. Emprendía presurosas y apretujadas giras y retornaba a Caracas, pero abrigó tal ímpetu por derrotar al candidato de AD o que Navarro le ganara a Morel que pasó tres días seguidos en Margarita febrilizando al melifluo Navarro e “inaugurando” obras antañonas, maquilladas para justificar el evento, aunado al discurso exaltado de Chávez en frustrado intento por comprometer a la gente con su arenga siempre repleta de chistes, promesas y utopías. En especial chistes.
No resultó. Morel derrotó a Alexis Navarro con mayor holgura que en la primera ocasión. Comprensible porque Navarro fue muy ineficaz en el cargo. Confesó haber ayudado a 1.500 familias. ¿Por qué reelegirlo?, se preguntaría el elector. Ni siquiera Chávez pudo revertir la respuesta que ya se había atragantado en algún recoveco cerebral del votante. Y Chávez aceptó el conteo. ¡Ah..!, porque Chávez era más respetuoso de los resultados.
Jorge Rodríguez, también psiquiatra, aprovechaba el buen concepto en que Chávez lo tuvo siempre y pretendió en varias ocasiones manipular las cifras para complacerlo y este no lo aceptó. Ni siquiera en el referéndum del 2007 se arriesgó Chávez a exponerse a las dudas de un triunfo que no había logrado y con el que Jorge Rodríguez pretendió burlarse del país manipulando actas mata-votos. Teodoro Petkoff lo disuadió amenazándolo con difundir en 5 minutos las cifras reales. No me lo han dicho, pero olisqueo que más que Diosdado y Maduro, Jorge Rodríguez mangoneó a Cilia Flores, ésta a Maduro y causó el desastre de Barinas con la derrota de Argenis Chávez y el posterior desconocimiento a Superlano.
Un CNE apoltronado, temeroso de Maduro, huérfano de un mínimo de bochorno y supeditado a lo que ordene Jorge Rodríguez en nombre de Maduro (nunca de Diosdado) ni siquiera replica cuando la Corte Electoral, desprovista de tales facultades, anula una elección y convoca otra con fecha establecida desde Miraflores al TSJ. Y debido a ello el 09 de enero del 2022, en lugar de dedicarse a pensar en el país y ocuparse de elaborar el discurso para prometer por ¡novena vez! que este será el año de la recuperación económica, Maduro ya anda en una de amagar preámbulos y tenemos que estar atentos todos los venezolanos, porque a todos nos han involucrado en un estado al que 90% de quienes nacimos en este país ni siquiera conoce ni ha visitado jamás. Y sin poder culpar a Barinas de tan desagradable asunto, porque gracias a un general adulante el CNE no recibió las tres solitarias actas que faltaron para proclamar al ganador. Ese mismo CNE estaba consciente de que Argenis Chávez ni con las actas faltantes y alguna más de ñapa acumulaba votos para superar el trance. Freddy Superlano lo había derrotado en su propio patio, pero un CNE castrado no podía anunciar al país el triunfo opositor. Cuando digo CNE me refiero también a los dos rectores que uno supone están allí para fungir de hombrecitos.
Hicimos el introito sobre Margarita con el ánimo de ofrecerle a Sergio Garrido la confianza máxima en sí mismo porque Barinas en esta ocasión votará entusiasta, ojalá masificado al máximo y con ello ofrecerá una lección histórica. Si Chávez, siendo quien era, no pudo revertir la decisión neoespartana a favor de uno de sus “loqueros” favoritos, menos podrá hacerlo Maduro con los barineses sobre quienes no tiene el más mínimo ascendiente. Cada vez que abre la boca pierde votantes. Cada vez que hace nuevas promesas despierta suspicacias, sospechas, dudas, incredulidad y rechazo. Solo aquellos demasiado emborrachados por la ceguera absoluta, por lo general gente muy humilde que aún cree que Maduro es “hijo de Chávez”, lo acompaña en esta aventura que amenaza muchas vitrinas repletas de cristal.
PARTE II
Lo anterior prescribe exhortar un mínimo de decencia política pese a que conocemos los prolegómenos de la función. Barinas no es ahora el escenario previo al 21N. Dicho por los actores chavistas, Barinas es el epicentro de la revolución (sin aclarar cuál revolución), la cuna del patriarca y el numen del proceso y por ende, imposible permitir que caiga en manos de un opositor. No es que el Psuv hará el mayor esfuerzo legítimo por revertir la apuesta, sino que no está en la agenda que la oposición gane, ni siquiera con mayoría de votos a su favor. Para eso están Jorge y un sujeto (Quintero) instalado por él en la interioridad del CNE que ha hecho y hará “milagros” para favorecer a Arreaza. No le resultará sencillo en esta ocasión porque todas las miradas están dirigidas hacia Barinas. No hay bastidor donde esconder marramucias. El biombo se hizo transparente. Aunque nada de eso amilana a quienes decidieron hacer “ganar” a Jorge Arreaza contra la opinión de los barineses.
Dos testigos de mesa alertaron sobre intentos de seducción monetarizada para que “ayuden” a sus colegas del Psuv. Bueno, ahora son ex testigos. Fueron excluidos y el mismo CNE convocó a suplentes poco confiables. Además, el general que retuvo las actas ha sido instruido para que los testigos opositores de mesas donde pierda Arreaza, es decir todas, sean despojados de sus respectivas copias. Es probable que nada de esto suceda porque también es lógico pensar que la oposición tomará medidas adecuadas. Turbas no amilanables, sin hacerse extremosas, neutralizan al general y a sus secuaces, aun armados.
Barinas escribirá una página de la historia, ignoramos si plausible, execrable, hilarante o ejemplarizante, pero dejará huella, ojalá que digna de que la narremos a nuestros tataranietos.
¡Y hasta el año próximo, Dios por encima de todo!
Capítulo II para el 2022: pierde Arreaza y el Psuv lo reconoce. Diosdado y Maduro se suben al cuadrilátero. Reserve ring-side.
19 de Diciembre del 2021
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