miércoles, 6 de mayo de 2020

EL TERROR - Por Eduardo Casanova Sucre


Asociación Exalumnos Colegio Santiago de León de Caracas


Mutatis mutandi, como dicen los abogados, la situación de los venezolanos hoy en día se podría comparar, aunque muy de lejos, con lo que se vivió en Venezuela, especialmente en Caracas, entre junio y diciembre de 1814, cuando el terror se apoderó de los partidarios de la Independencia y parecía que todo se había perdido. Boves había derrotado a los patriotas, y se esperaba que en cualquier momento entrara a Caracas.


 Sus antecedentes eran brutales, se sabía que sus huestes, formadas no solo por llaneros, sino también por negros y zambos que hasta poco antes eran esclavos, anunciaban que matarían a los blancos que se les atravesaran, independientemente de su tendencia política. En Valencia habían dado una clara muestra de su maldad, en el célebre baile en el que ejecutaron a una cantidad indeterminada de blancos, especialmente patriotas, no sin antes hacerlos bailar al son de una orquesta (según Pancho Pepe Herrera la música que tocaban era un “piquirico”). Hasta a los músicos los masacraron después del baile. 

Boves era un aventurero, audaz y valiente, además de desalmado y resentido. También era un auténtico usurpador. El Capitán General era Cajigal, sucesor de Miyares, pero Boves se autodesignó jefe supremo del país que debería haber recuperado para el Rey de España y como tal hizo una verdadera revolución, dándoles el poder y el mando a los canarios y los esclavos liberados. Por eso varios autores, entre los que destacan Laureano Vallenilla Lanz y Juan Uslar Pietri, hablan de Boves como el primer caudillo democrático de Venezuela. Yo preferiría considerarlo el primer caudillo socialista de Venezuela, y por eso he sostenido que el tal Chávez, a quien realmente se parece, es a Boves. En verdad, Boves lo que hizo fue aprovechar el resentimiento de los preteridos, en especial de los esclavos negros y mestizos, para construir una auténtica revolución que llevara la igualdad al pueblo de Venezuela, luego de asesinar a un alto porcentaje de los venezolanos. Los mantuanos, incluido Bolívar, habían sido egoístas y mezquinos. No querían la independencia como tal, sino el monopolio de los negocios, y por eso querían apartar a los españoles. Esa fue la realidad de 1810 y 1811. 


Y los revolucionarios del momento, incluidos Bolívar y Rivas, fueron muy irresponsables. Querían una revolución como la francesa, y por eso quitaron del medio a Miranda, que venía de regreso y sabía que la revolución había llevado a Francia al reino del terror. Pero volvamos a los hechos de 1814. Bolívar, claramente derrotado por Boves, se refugió en Caracas, ofreció su renuncia, y con urgencia trató de convencer a los ingleses de que defendieran a los asediados caraqueños, porque no se trataba de los realistas contra los independentistas, sino de los negros y mestizos contra los blancos, lo que sería un pésimo ejemplo para las colonias inglesas del Caribe. Terminó organizando la Emigración a Oriente, en la que un altísimo porcentaje de los habitantes de Caracas, más de veinte mil entre hombres, mujeres y niños, tomaron el camino de Guarenas, Guatire y Barlovento y tras indescriptibles penalidades lograron llegar a Cumaná, diezmados y famélicos. 

Después de eso los pleitos internos de los patriotas, no muy distintos a los de los demócratas actuales, causaron el exilio de Bolívar, mientras en Caracas las hordas de Boves asesinaban a diestra y siniestra a los blancos, en especial a los mantuanos, pero también a los realistas. Boves, alzado contra todo y contra todos, hizo una auténtica revolución y puso a mandar a los canarios y los esclavos, que de alguna manera se cobraban siglos de afrentas y de abusos cometidos por los españoles y los mantuanos. El país estuvo a punto de sufrir lo mismo que había pasado en Haití, en donde los antiguos esclavos masacraron a sus antiguos amos y sus familias y eliminaron a todos los que no provinieran de África. 

En aquel momento Venezuela se salvó gracias a que, en diciembre de ese mismo año de 1814, el valiente Pedro Zaraza mató de un lanzazo a Boves en Urica, y no hubo quien lo sucediera en el mando. Después, España cometió un grave error al mandar a Venezuela un ejército realmente español (que inicialmente iba a ser enviado al Río de la Plata), con lo que la guerra dejó de ser guerra civil o guerra de clases (de colores, como se decía entonces) y se convirtió en una verdadera guerra entre naciones, entre españoles y venezolanos. Bolívar, que tal como Rómulo Betancourt en 1958, había aprendido la lección, dejó de ser “revolucionario” y se convirtió en el verdadero jefe de los venezolanos. Afortunadamente para su causa, los llaneros, ya sin Boves, dejaron poco a poco de ser realistas y siguieron a un nuevo “taíta”, José Antonio Páez, que estuvo siempre en el bando patriota. Luego de muchos ires y venires, pocos años después del momento del terror, Bolívar y Páez derrotaron del todo a los españoles en el campo de Carabobo y terminó de nacer Venezuela. 

Ahora bien, ¿por qué digo que en estos momentos hay una situación que, mutatis mutandi, podría compararse, aunque de lejos, a la de 1814? Simplemente porque en medio de la incertidumbre por el Coronavirus, el hambre amenaza, no hay gasolina, no hay gas, no hay comida ni medicamentos, los apagones desordenan la vida de la mayoría de los venezolanos, las hordas chavistas amenazan con hacer de las suyas, y nadie sabe lo que va a pasar. La incertidumbre es enervante, y el desorden del régimen también. Desde luego, no es del todo justo comparar a Boves con Chávez y Maduro. 


Boves fue cruel y demagogo, Chávez y Maduro también. Boves usó las hordas de resentidos como instrumento de lucha, Chávez y Maduro también. Pero Boves no fue corrompido como Chávez y Maduro, y cuando tomó Caracas en 1814, dio muestras de ser un gobernante hasta competente. Organizó el gobierno y la audiencia, supo mandar y hasta frenó la anarquía. Por muy poco tiempo, pero lo hizo. Chávez y Maduro han sido los peores gobernantes de la historia de Venezuela. Y no solamente eso, sino que además han entregado la patria a los cubanos. Por lo tanto, es injusto con Boves compararlo con esos dos felones. Ojalá que la gente no se deje vencer por el miedo. Ojalá el terror no se apodere del país. Las medidas de USA y sus aliados están surtiendo efecto, y los chavistas, con sus bravuconadas, no hacen más que atrasar por poco tiempo su salida. Pero de que salen, salen. Como Boves.

06 de Mayo del 2020


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