De acuerdo al Fondo Monetario Internacional, la economía
de América Latina y el Caribe se reducirá un 5,2 % este año por el impacto de
la actual crisis sanitaria, un descenso más profundo que el de la economía
mundial, que caerá un 3 %. Lo que indica que la región tiene ante sí la amenaza
de otra una década perdida.
Mientras la pandemia continúa propagándose por la región,
los países enfrentan la peor recesión económica desde que se comenzaron a
producir estadísticas. El complejo entorno externo y las urgentes medidas de
contención de la pandemia, han provocado un desplome de la actividad económica
en toda América Latina. Las economías de México y Ecuador serán este año las
más afectadas por la crisis de la pandemia del coronavirus, que perturbará a la
región. Además de México y Ecuador, también van a ver fuertemente contraída su
economía Brasil (5,3 %), Argentina (5,7 %), Chile (4,5 %) y Venezuela (15 %).
Los países que menos notarán la reducción drástica de la actividad económica en
2020 serán Paraguay, con una retracción del 1 %; Colombia, con un 2,4 %; y
Bolivia, que registrará una caída del 2,9 %.
El virus del socialismo del siglo XXI es mucho peor que
el coronavirus, las recesiones que vivirán las economías latinoamericanas
palidecerán ante los descalabros gestados por Maduro y su banda. En el sexenio
2.014-2.019, la revolución ha dejado en el camino el 65 % de nuestra riqueza.
Solo el año 2.019, el peor de la serie histórica, sufrimos una merma del 35%
del PIB, una cifra sin precedentes para una nación no involucrada en un
conflicto armado. Las perspectivas, se agravan por la presencia de la pandemia.
Es muy difícil pensar que un país pueda seguir cayendo a tasas anuales
del 35%”, sin embargo, el maduravid-13 no ofrece garantía para que, por lo
menos logremos una ligera estabilización de la economía.
Todos nuestros males tienden a agravarse,
independientemente del confinamiento impuesto por el régimen. La realidad no
podrá ocultarse manteniendo a la población en sus casas, las carencias saltaran
forzando a los ciudadanos a salir a buscar su sustento. La aparente bonanza
comercial producto de el relajamiento de algunos controles, se esfumo por la
presencia del coronavirus. La hiperinflación tomo nuevo impulso y los precios
en la ultima semana escalaron por una nueva expansión monetaria en cuarentena,
el alza de dólar y la falta de combustible. El famoso Petro cayo en las
profundidades del engaño revolucionario. Y los servicios públicos en colpaso
total.
El cruel encaje legal de 100 %, más el grosero encaje
marginal de 60 %, tiene a la banca completamente amarrada. Estas medidas
restrictivas han destruido por completo su capacidad para ofrecer créditos. El
multiplicador bancario se sitúa entre 1,04 y 1,05; con lo cual, por
cada bolívar emitido por el BCV, la banca (privada y pública) apenas otorgó
cuatro centavos en crédito. Sin préstamos no puede haber apalancamiento
financiero posible, para ninguna actividad económica y no puede haber créditos
al consumo. Por ello es imposible recuperar a la economía en estas
circunstancias. Aprobaron la apertura de cuentas en divisas, sin embargo,
colocaron encaje de 97 %, lo que acabo con el estreno.
La pandemia global desmoronó lo que quedaba de la
economía, el colapso de los precios mundiales del petróleo aniquiló el
principal salvavidas económico que le quedaba a Maduro. El régimen se encuentra
en modo de sobrevivencia, situación a la cual arrastra a toda la Nación.
Están
en riesgo las vidas y el sustento de millones de personas de la nación más
pobre de Sudamérica, quienes enfrentan su séptimo año consecutivo de desastre
económico, una nueva racha de hiperinflación y la amenaza mortal del
coronavirus.
La extracción petrolera cerró esta semana por debajo de
700.000 barriles diarios, y el precio llego a 13,03 dólares/barril, muy por
debajo del costo de producirlo de 18 dólares/barril. La pasmosa crisis
petrolera, agudizada por las sanciones, se debe a factores concretos como:
corrupción extrema, subsidios extremos, bajos salarios, éxodo laboral y fuerte
desinversión.
Este panorama no es consecuencia de las sanciones, ni
tampoco de la pandemia, tristemente la Nación fue sometida a una destrucción
programada de una elite incapaz, negligente y profundamente corrupta. Dejaron
al país sin ahorros, sin posibilidades de sortear la crisis derivada de la
pandemia.
Somos el indigente del continente, que espera por las
sobras y migajas de todas las
naciones vecinas para poder atender a sus
ciudadanos. La crisis sanitaria mostró las perforaciones del acorazado
revolucionario, no existen suficientes parches para evitar su hundimiento. Los
50 años de atraso producido por el maduravid-13, nos colocan en una situación
de extrema vulnerabilidad para esquivar al coronavirus. Quédate en tu casa,
universidad en casa y educación on line, con una estructura de soporte
primitiva: sin fluido eléctrico, sin agua, sin internet, teléfono domiciliario,
gas doméstico, sin combustible y sin comida suena como una utopía. La realidad
es que hasta el momento los ciudadanos hemos acatado las sugerencias, producto
del poder destructivo de la pandemia, sin embargo, la desesperación cunde y
esperamos la salida urgente de estos destructores para evitar una miseria
mayor.
@germanrodri
@germanoveja
06 de Mayo del 2020
Comunicacion Continua
https://comunicacioncontinua.com/covid-19-10-anos-perdidos-y-maduravid-13-50-anos-de-atraso/
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