domingo, 28 de julio de 2019

La prestación de los servicios de salud en la Universidad de Los Andes. Una sinopsis. - Dr. Roberto Rondón Morales.

ANTECEDENTES

La primera obligación legal  para prestar servicios sociales, entre  ellos de la salud a miembros de la comunidad universitaria, se planteó en 1944 con la creación, por decreto presidencial,  de la Organización de Bienestar Estudiantil – OBE- en las dos universidades existentes y no autónomas: UCV y ULA. Estas, basadas en el  Estatuto de las Universidades Nacionales decretado en 1946, que les otorgó la autonomía,  asumieron esta responsabilidad ampliada ahora a la recién  creada LUZ. En la Ley de Universidades Nacionales de 1953 se eliminó esta prerrogativa ya que se consideró a los profesores y trabajadores como empleados públicos y los estudiantes debían comprar todos sus servicios. En la Ley de Universidades promulgada en 1958, estas instituciones reasumieron esta responsabilidad de los servicios médicos de OBE, ahora también en la recién creada UC.
El artículo 114  de la Ley de Universidades de 1958   señala: …”abogará porque los miembros del personal docente y de investigación, así como sus familiares se beneficien de todos aquellos servicios médicos o sociales que se presten a través de los institutos y dependencias”. 

Entre tanto, Las Universidades crearon Fondos de Contingencias para ayudar financieramente en algunas situaciones de salud, principalmente accidentes, enfermedades de atención especializada y muy costosa  y emergencias.

En el caso de la Universidad de Los Andes, antes de que la institución ofreciera servicios médicos a sus integrantes, los profesores y empleados acudían a servicios públicos y privados según su capacidad económica. Los profesores de la ULA  y sus familiares  se proveían  servicios médicos por medio de consultas externas en consultorios médicos privados, o eventualmente en el Hospital Los Andes – HLA. Los servicios de hospitalización, cirugía y maternidad se ofrecían en el Hospital Los Andes,  en la Maternidad Mérida y en el Hospital de Niños para todos los ciudadanos;   pero en ocasiones,  los profesores y profesoras y sus hijos,  de acuerdo a las condiciones económicas,  utilizaban servicios privados que se ofrecían  en el propio HLA, la Maternidad Mérida y el Hospital de Niños, ya que en Venezuela,   por no existir suficientes clínicas, centros u hospitales privados y particularmente inexistentes en ciudades como Mérida, el MSAS había autorizado servicios privados  en los hospitales públicos  hasta principios de los 1970, cuando una resolución del ministro de Sanidad y Asistencia Social, Dr.  Mayz Lyon los cesó.

Esto coincidió en cierto sentido con la inauguración del Hospital Universitario de la Andes -  HULA en 1972, a donde se trasladaron todos los servicios del Hospital Los Andes, Maternidad Mérida, Hospital de Niños y Sanatorio Antituberculoso, quedando estos sólo como una red de ambulatorios dependientes del HULA. Este  no ofreció servicios privados.

LA FORMULACION DE LA PRESTACION DE SERVICIOS DE SALUD POR LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

Al quedar los universitarios y los ciudadanos en general sin estos servicios privados,  se replanteó la iniciativa  de una Clínica Universitaria,  propósito que había sido hecho ya en los mil novecientos sesenta, que a la vez que atendiera a toda  la comunidad universitaria, lo hiciera también para los demás merideños, argumentado la posibilidad incluso de generar una corriente de turismo de salud hacia la ciudad de Mérida.

No fue fácil conciliar los intereses de médicos que eran profesores universitarios y  que pensaban en una clínica privada,  por  los inconvenientes de una alianza con la Universidad por  sus problemas de decisiones complicadas por el parlamentarismo y los gremios, además de insuficiencias financieras, conflictos permanentes, períodos vacacionales y otros.

Debido a esto, se optaron por vías diferentes. Unos fundaron la Clínica Mérida a mediados de 1960 y la Universidad en 1974,  el Centro Ambulatorio Médico Odontológico de la Universidad de Los Andes, CAMOULA, a requerimiento de los empleados y obreros y obligación  en las contrataciones colectivas.

Antes de la creación de este Centro, los estudiantes eran atendidos en  consultorios médicos de OBE ubicados  en las antiguas residencias estudiantiles de la avenida Tulio Febres. Debido a la inexistencia de servicios médicos para los empleados y obreros, algunas emergencias de estos eran atendidas en los servicios médicos de OBE. Ante esto, los gremios de empleados y  obreros, basados en las contrataciones colectivas, exigieron sus propios servicios médicos, que la Universidad satisfizo en un primer momento con la instalación de consultas generales  ubicadas en la anterior Dirección de Deportes en la avenida Tulio Febres,  en Ingeniería y Mantenimiento  en Campo de Oro y en la propia sede de AEULA, con la denominación de Servicios Médicos de la ULA.

EL CAMOULA - CAMIULA

En 1974,  se creó el Centro Ambulatorio Médico Odontológico de la Universidad de Los Andes, CAMOULA, que funcionaría en la antigua sede de la Maternidad Mérida, permutada por la Universidad a la Gobernación del Estado Mérida, su propietaria, por terrenos para  la construcción de la prolongación del viaducto y de  la calle 25 hasta la avenida de Las Ferias.

Esta instalación del CAMOULA no se pudo hacer en el año 1974 porque el Decanato de la Facultad y la Dirección de la Escuela de Medicina se trasladaron a los locales  de la antigua Maternidad  Mérida  debido a la alta conflictividad y prolongados secuestros de las autoridades en su sede de  la Avenida Tulio Febres Cordero. Otros salones fueron ocupados por la Escuela de Enfermería con agudos problemas para funcionar.

A principios de los 1980, el Decanato de la Facultad y la Dirección de la Escuela de Medicina se trasladaron al edificio Palomari, y la Escuela de Enfermería a la antigua Unidad Sanitaria de Barinitas, permutada por la Universidad al MSAS por terrenos adyacentes al HULA que el Ministerio tomó sin permiso de la ULA para ciertas construcciones.

El CAMOULA  se creó como una dependencia adscrita al Rectorado,  para la prestación de servicios médico odontológicos a todos  los derechohabientes de la comunidad universitaria, entendidos como tales  el personal docente y de investigación, el personal administrativo profesional, técnico y obrero. Se integraron también los estudiantes.  OBE como se sabe,  se transformó posteriormente en la Dirección de Asuntos Estudiantiles – DAES.

Uno de los señalamientos, indicativos de futuras desavenencias, fue que el Consejo Universitario no consultó a los diferentes gremios para esta creación del CAMOULA.

Este Centro  atendió principalmente  a los empleados y obreros que lo requirieron para que la Universidad diera respuesta a compromisos adquiridos en las Convenciones Colectivas de Trabajo. Al mismo tiempo, se incorporaron los estudiantes, para la atención médica y odontológica.  La incorporación de los profesores no fue masiva.

El financiamiento fue un tema de preocupación por lo que se creó OFISEULA como un seguro de salud con fondos provistos por el gobierno nacional y contribuciones de los universitarios. Particularmente, la AEULA promotora  principal del CAMOULA,  designó una comisión integrada por miembros suyos  para analizar la posibilidad de establecer un seguro  con contribuciones de empleados   y obreros.

PROYECTO DE REFORMA DEL CAMOULA PARA TODA LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA

En 1978,  debido  a estas situaciones imprecisas de prestación de servicios para toda la comunidad y por la necesidad de ampliar los servicios para hospitalización, cirugía y maternidad, y siempre considerándolo para toda la comunidad universitaria, el Consejo Universitario comisionó al Dr. Abigail Romero Medina para hacer un estudio, evaluación y reorganización del CAMOULA.

1.- Planteó una reforma de la Atención Ambulatoria, definiendo sus principios doctrinarios, el recálculo de la base de población a servir, y basándola  en médicos generales con el apoyo de pediatras y gineco obstetras, odontólogos generales y especialistas,  que en conjunto  y  según la experiencia internacional,  tendría la capacidad para resolver hasta el 70% y 80% de los problemas de salud.

2.- La reforma de la atención hospitalaria debería basarse primero  en un cálculo de las camas hospitalarias necesarias y un proyecto de convenio con el MSAS para Mérida, Táchira y Trujillo.

Según el volumen y tipo de camas hospitalarias, se crearía un Departamento con  servicios de Oftalmología, ORL, Cardiología, Traumatología y otras especialidades. Este Departamento tendría personal propio de médicos, enfermeras y otros técnicos  pagados por la ULA, y actuaría en el organigrama como un adjunto a la dirección del  HULA. La ULA pagaría al HULA el costo de la cama hotelera: lencería, cubiertos,  camareras, aseo, laboratorio, anatomía patológica, radiología y radiodiagnóstico.

3.- Planteó una reforma de la organización y la estructura, basada en que la parte ambulatoria y hospitalaria  estaría bajo una sola dirección, y ubicada en el organigrama del HULA. Debería tener registros, tabulación, análisis y aplicación de estadísticas de natalidad, morbilidad, mortalidad para ajustar los programas de atención médica. Determinar los gastos por servicios para medir costos monetarios y financieros. Utilizar los servicios para la enseñanza de pregrado y postgrado, y con la participación de los gremios.

Se recomendó que los miembros de la comunidad universitaria contribuyeran con un 4% de sus salarios, lo que fue obviamente  rechazado, lográndose posteriormente un acuerdo para un aporte voluntario   de menor cuantía.

Se calcularon 50 camas para la hospitalización: 10 de pediatría, 16 de ginecoobstetricia, 16 de cirugía y 8 de medicina interna.

4.- El Consejo Universitario designó  una Comisión conformada por el rector Pedro Rincón Gutiérrez, el decano de Medicina Roberto Rondón  Morales y el Dr. Abigail Romero Medina, quien propuso  para la dirección del CAMOULA al Dr. Marcelo Doria Medina,  para la implementación de esta propuesta, que se inició con un plan de formación de médicos especialistas en el HULA, la reorganizaron de las especialidades odontológicas y los preparativos para la instalación de la radiología y otros.

Al fin, este proyecto de reforma no se pudo aplicar por salida de la escena universitaria de sus proponentes y por desavenencias de todo tipo entre  los gremios por esta  propuesta de  reforma  del  CAMOULA, y los requerimientos de servicios propios por los gremios, en especial AEULA y SOULA.

EL CAMIULA DE AHORA

En 1996,   se aprobaron nuevos  estatutos y se cambió la   denominación por  Centro Ambulatorio Médico Integral de la Universidad de Los Andes – CAMIULA, que empezó a funcionar  como una Ambulatorio IV con unidades satélites en los núcleos de Táchira y Trujillo.

Ofrece servicios ambulatorios y Medicina Familiar y las especialidades médicas de Medicina Interna, Traumatología, ORL,  Ginecología y Obstetricia, Pediatría, Cardiología, Urología, Psiquiatría, Gastroenterología, Nutrición y Dietética, Cirugía General,  Cirugía de Tórax, Cirugía Maxilofacial, Cirugía Plástica y Reconstructiva, Cirugía Pediátrica, Fisiatría, Medicina Laboral , Enfermería, Cirugía Ambulatoria,   odontología general y nueve especialidades, así como servicios diagnósticos de imagenología, laboratorio, Trabajo Social y Farmacia

Ya desde el 14 de mayo de 1988, se había iniciado allí  la cirugía con dos colecistectomías.

A partir de  1996,  se agregaron regularmente  actividades de Hospital I con tres quirófanos y una Sala de Partos. Además,  posteriormente servicios de emergencia.

En 1999, se planteó la posibilidad de ofrecer servicios  de segundo y tercer nivel de atención con una visión de una institución de prestigio nacional e internacional.

Estaría dirigido por un Director General y un Director Asistencial, una Coordinación Docente Asistencial, representantes  del Consejo Universitario, uno por cada Facultad de Ciencias de la Salud y cinco representantes, uno por cada gremio, lo que no ha ocurrido.

LA  DISPERSION  DE LA PRESTACION DE SERVICIOS DE SALUD EN LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES.

Además de los servicios del CAMIULA, hay los siguientes:

LA DIRECCION DE ASUNTOS ESTUDIANTILES.

La Dirección de Asuntos   Estudiantiles -  DAES creada en 1995, ratificó por decisión del Consejo Universitario que la atención médico odontológica de los estudiantes se haría en CAMOULA.  DAES se responsabilizaría  de la atención clínica especializada: Terapia breve de apoyo para el stress, para facilitar la comunicación  y la adaptación. Psicoterapia individual y grupal para los trastornos y disfunciones  emocionales. Reorientación Vocacional.

La hospitalización, cirugía y maternidad para los estudiantes se financiaría a través de una fundación creada por el gobierno nacional con  tal  finalidad, Fundación para la Atención Médico Estudiantil – FAMES.

PRISMA

Es el acrónimo de Programa Integral de Salud  Maturitas Academiae. El Programa inició sus actividades a principios 2000, financiado por la Seccional de Profesores Jubilados.  Atiende a 2000 profesores y profesoras, dos tercios de hombres y un tercio de mujeres, y con   edad entre 45 y 87 años.

El Programa  contiene:
Atención  Primaria: Niveles de atención médica, prevención,  promoción y educación 

Atención Secundaria y Terciaria: Niveles de atención especializada, hospitalización, apoyo diagnóstico y rehabilitación.
Investigación y evaluación epidemiológica

Registros de salud: Investigación genética y gerontológica. Vigilancia epidemiológica.

Desarrollo habitacional (ciudadela).
Además ofrece ejercicios para la salud, seminarios internos y programas de vacunación.

Las causas más frecuentes de consulta son: Hipertensión arterial,  dolores osteo musculares, síndrome metabólico, diabetes.

SERVICIOS DE CONSULTAS EXTERNAS DEL VICE RECTORADO ADMINISTRATIVO  

El Vice Rectorado Administrativo ha instalado un  servicio de consultas externas para toda la comunidad universitaria.

LA DISPERSION DE LOS MECANISMOS DE FINANCIAMIENTO DE LA HOSPITALIZACION
INPRESIPRULA

Tiene un programa de ayuda de HCM  entre  Bs 500.000 y 2.000.000, bajo responsabilidad de una Comisión de Salud del Instituto,   que analiza  la identificación del individuo, la constancia de haber agotado SISMEU, el informe médico, el  presupuesto, la factura original y la autorización  de las transferencias hechas para el pago de la hospitalización, cirugía  y maternidad.

INPRESOULA.- Tiene un mecanismo de financiamiento   similar al de INPRESIPRULA

INPREPROFEULA.   Hay descuentos de la nómina mensual y de los bonos.

Actualmente su financiamiento se h reforzado con aportes del Fondo de Jubilaciones  de los Profesores.

OFICINA DE SEGUROS DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES -  OFISEULA

Tiene un programa de cobertura especial de Bs 1.5000.000 para el titular y el grupo básico, que incluye profesores, empleados, técnicos y obreros.
Se pagan mediante descuentos  mensuales  de Bs 2.780 y de 16.678 en los bonos de vacaciones y fin de año. Se debe agotar previamente el pago de SISMEU y cualquier otro seguro.

SISTEMA INTEGRADO DE SALUD DEL MINISTERIO DE EDUCACION UNIVERSITARIA. SISMEU

El  gobierno nacional,   por medio  de la OPSU decidió centralizar todos los aportes para salud a los miembros de las comunidades universitarias, y creó este sistema. La situación real es que ningún centro privado de atención médica recibe las órdenes del SISMEU, y las reclamaciones por desembolso no tienen respuesta.

INSTITUTO VENEZOLANO DE LOS SEGUROS SOCIALES.

Este instituto para el caso de Mérida ofreció hasta principios de 1970, el llamado Plan Parcial que no incluía salud, por no ofrecer tales servicios en este estado,  sino pensiones de vejez e invalidez. El Consejo Universitario ordenó no continuar los aportes al IVSS por petición de los gremios en especial de AEULA,  con el argumento de que la universidad era autónoma y no sometida a leyes como las  del IVSS. Además la obligación de garantizar pensiones y prestaciones de salud y financieras es de la universidad.

Eso implica que el IVSS no ofrece obligatoriamente servicios de salud a los universitarios.

SEGURO PRIVADOS

Tanto IMPRESIPRULA como la Caja de Ahorros del Profesorados estimularon la adquisición de seguros privados, que no aceptan las clínicas privadas y cuyos reembolsos son realmente mínimos.

OTROS FONDOS DE REEMBOLSO

Es posible que muchos miembros del personal docente y de investigación de la Universidad de Los Andes estén cubiertos parcialmente por  otros fondos de reembolso fuera de la ULA.

CONCLUSIONES GENERALES

Hay que buscar una forma  de intercambiar información entre todos estos prestadores y financiadores. Es obvio entender la dificultad para coordinarlos e integrarlos por las parcelas de poder que se generan.

1.- Ha habido una dificultad permanente para desarrollar  un sistema  de salud integral para toda la comunidad universitaria suficiente y satisfactorio a pesar de que se  ha formulado teóricamente, contentivo de:


* Programas comunitarios para promover la salud y evitar enfermedades y accidentes, en especial aquellos que causan   muertes prematuras e incapacidades permanentes.

* Atención primaria con consultas externas generales familiares, consultas especializadas, cirugía ambulatoria y emergencias con un adecuado mecanismo de referencias entre esos servicios. Los servicios y los niveles de atención  actualmente funcionan desconectados y en competencia.

 Atención hospitalaria general y especializada desconectada de la atención primaria.

* Servicios de apoyo diagnóstico de laboratorio, imagenología, anatomía patológica y de prestación de farmacia con alta ineficiencia  y agotamiento  por crisis financieras frecuentes y por abuso de su utilización.


2.- Hay  una  dispersión de ofertas   de prestación y de financiamiento de los serviciosde atención a la salud, insuficientes cada uno por sí mismos: CAMIULA, PRISMA, DAES, Vice Rectorado Administrativo, Clínicas privadas como prestadores; y OFISEULA, IMPRESIPRULA, IMPRESOULA,  IPP ULA, Fondos de contingencia de los gremios, SISMEU, seguros básicos privados y otros fondos de reembolso como financiadores.

3.- Las formas y cuantía de ofertas de prestaciones de atención médica y de apoyo diagnóstico y de farmacia en CAMIULA y PRISMA se han iniciado con máximos no esenciales que se deterioran por  las crisis financieras frecuentes, y que generan limitaciones que no se han podido recuperar en las crisis. A la crisis financiera,  se ha agregado el abuso en la utilización de los servicios por parte de pacientes y de los propios médicos que se auto complacen, la competencia desleal y la incompetencia y fraude de algunos muy escasos usuarios en connivencia con algunos muy escasos   médicos, todo lo cual  ha conducido a prestaciones mínimas, a veces solo las consultas, y  en ocasiones, subsidiadas  por los usuarios con “potes” para adquisición de papelería, tinta, repuestos menores, bombillos para alumbrado y otros.

Entre 2016 y 2017, CAMIULA recibió donaciones importantes de medicamentos de la organización  Médicos  sin Frontera.

4.- Los servicios de prestación de atención médica, en especial los de CAMIULA crecieron por agregación inorgánica  de ofertas, algunas clientelares,  y no por demandas reales y cuantificadas de la comunidad. En algunos casos, con  excesos de apreciación y optimismo  tal como el ofrecimiento de servicios de segundo y tercer nivel  a la ciudadanía en general con una proyección nacional e internacional.  La agregación inorgánica se observa en  cirugía de tórax, cirugía máxilo facial, cirugía estética y reconstructiva, entre otras.

5. Los servicios de atención en general no se han planificado sobre la base de encuestas de salud ni estudios similares, y por ello no se conocieron las reales demandas de salud.

6.- La atención primaria, en especial la atención general familiar no se ha sectorizado ni ha adscrito  determinado número de derecho habientes por médico y enfermera, lo que no  ha permitido conocer las necesidades subyacentes de los usuarios, en especial de prevención, no se ha creado una adherencia permanente entre el médico y los pacientes parecida a la del médico privado; y por ello,  tampoco se han podido  evitar  los fraudes.

7.- No se han establecido mecanismos  de referencia y contra referencia  entre los médicos generales familiares, los especialistas básicos y entre estos y los servicios de hospitalización, por lo que la utilización de los servicios médicos y de apoyo diagnóstico y de farmacia queda a discreción casi absoluta de los usuarios.

8.- En la solicitud de servicios de apoyo diagnóstico, laboratorio, imagenología, anatomía patológica? y en  la  provisión de farmacia hay mucha complacencia y dependencia casi absoluta de los médicos de esos resultados para formular o postergar diagnósticos. Esto ha conducido a que cerca de  40% de los resultados no sean recogidos por los pacientes, y cerca de un 30% son absolutamente normales que no aportan resultados para los diagnósticos y tratamientos, lo que de otro lado  resulta muy costoso y causa de las crisis periódicas.

9.- Obviamente, todo esto conduce a una gran insatisfacción de la comunidad universitaria, lo que se agrava con la inasistencia descontrolada de los médicos y  otro personal con razones de toda naturaleza,  que supera los mecanismos propuestos por los directivos para su corrección,  en especial de CAMIULA.

COROLARIO

Dada la experiencia de cincuenta años, es posible afirmar la imposibilidad de planificar y ofrecer servicios de atención médica  por un solo ente universitario  para toda la comunidad universitaria.

Por ello, es obligante por parte de APULA e IPP la reformulación teórica y práctica del Proyecto de Atención a la Salud, implicando  una corresponsabilidad y una coparticipación de cada uno de los miembros del personal docente y de investigación en el mantenimiento y protección de su salud.

Es imprescindible que el Proyecto de Salud APULA IPP sea  un pacto social entre el personal docente y de investigación y los servicios de atención a su salud en momentos de profunda crisis nacional, institucional  y personal, de forma que se pudiera generar  un modelo moderno para las restantes partes de la universidad y de la sociedad.

Esto implicaría también   la obligación de los directivos del Proyecto de garantizar en cualquier situación:

1.-  Una oferta de servicios mínimos esenciales  para los diagnósticos y tratamientos, que no se deterioren con las periódicas crisis financieras, que se deben prever hasta donde sea posible, en especial en tiempos de hiperinflación.

2.-   Una acreditación periódica de los servicios de atención y financiamiento para dar fe pública de la correcta disposición  de los  recursos,  los procesos y los resultados, corregibles en el caso que se identifiquen debilidades, y  

3.-  Una recertificación periódica del ejercicio profesional  y la formación permanente del personal prestador y administrador  de los servicios  no sólo en las competencias técnicas sino en el profesionalismo, entendido como la correcta relación del médico y otro personal con el paciente, con benevolencia, respeto y compasión;  la adecuada  comunicación  con paciente  y sus parientes; la comprensión sobre la gerencia de los servicios y el sistema de salud en el país y el impacto sobre ellos de las fluctuaciones económicas, y la ética.

Roberto Rondón Morales.

MIRADAS MULTIPLES
Mérida, junio de 2019

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