En términos macroeconómicos
Venezuela cierra un año bastante difícil, con una caída estrepitosa en la producción
de bienes y servicios, y una economía que, por cuarto año consecutivo, está en recesión,
aunado a que la producción petrolera del país viene disminuyendo y la
exportaciones petroleras o de otros bienes también viene cayendo, lo cual
cercena la posibilidad de recuperación del flujo de divisas para el país, panorama
todo que impacta negativamente en la calidad de vida del venezolano.
Para Alberto
Hurtado, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IESS)
y profesor de la cátedra de Política Económica de la Facultad de Ciencias Económicas
y Sociales de la Universidad de Los Andes (Faces-ULA), al Gobierno Nacional se
le agrava la situación por el déficit de divisas y de caja que le impiden la toma
de decisiones para paliar los problemas económicos nuestros, creen que la
solución es básica y sencilla inundando la economía nacional con grandes
cantidades de monedas y billetes, esperando con ello una recuperación de la
economía incentivando el consumo de los ciudadanos pero en una economía
deprimida no hay suficientes productos para satisfacer las necesidades de los
consumidores. Estas olas de billetes que circulan en la economía nacional
terminan generando una presión que lleva a una espiral hiperinflacionaria, tal
como lo confirman los últimos resultados del mes de noviembre del Índice Nacional
de Precios al Consumidor (IPC).
“Tenemos una
realidad país que nos describe un año que culmina en crisis y nos deja a las
puertas del nuevo año 2018, en el que la crisis va a continuar. El panorama
tiende a ser aún más preocupante, precisamente porque no es solamente la
depresión de la economía y muchos menos la caída del flujo de divisas al país y
tampoco el déficit fiscal o la indisposición del gobierno de hacer las cosas en
materia de política económica de manera distinta, sino que también se agrega al
panorama de crisis doméstica que estamos viviendo y el hecho de que el próximo
año vamos a iniciar, en un lapso de 365 días, con la primera hiperinflación
venezolana, todos debemos actuar como en un contexto en donde los sistemas de
precios han colapsado y la variación porcentual de los niveles generales de
precios describen saldos superiores al 50 por ciento mensual y muy por encima
del 500 por ciento interanual. En esas circunstancias, a la economía nacional
en crisis se le agrega un actor hiperinflacionario y además la evidencia de un
default del gobierno en sus empresas públicas y la presencia de un colapso en
la estructura económica nuestra que viene descrito por la paralización de hecho
del transporte público, la crisis del efectivo, la crisis de la producción de
hidrocarburos y sus derivados -sea el gas, aceite para vehículos, sea cualquier
tipo de producto derivado de nuestra industria petrolera- no es suficientemente
producido por Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y por ende tampoco logran colocar
suficiente cantidades de mercancías en los estantes para satisfacer las necesidades
de los venezolanos. Bajo ese panorama, la economía nuestra se circunscribe muy
probablemente, según nuestras proyecciones, a un escenario de hiperinflación descritas
por saldos anuales entre 2 mil a 2 mil 400 por ciento el próximo año 2018”,
resaltó el profesor Hurtado.
Es importante
destacar, tal como lo explica el profesor Hurtado, que de continuar la
tendencia de monetizar el déficit público nuestro, a una velocidad del 40 por
ciento cada 3 semanas y tal como lo ha demostrado el gobierno las 3 semanas
finales del mes de noviembre y esta primera del mes de diciembre, es muy probable
que el próximo año el IPC no cierre por debajo del mil por ciento, lo que sería
el segundo año de hiperinflación, ya que este y el año 2016, lo cerramos en un estado
hiperinflacionario, pero también la economía nacional puede terminar por quinto
año consecutivo en depreciación con saldos entre el 8 y 10 por ciento de caída
del producto interno bruto (PIB) real.
“Las proyecciones
que hacemos, considerando otras estimaciones, tal como una recuperación del
precio del barril del petróleo que podría saltar de un precio de 40 dólares promedio de la cesta venezolana a 50 dólares en
el 2018 y en esa expectativa, somos optimistas y tal vez la economía nacional
pueda recuperar esa dinámica de su capacidad instalada, para no caer aún más en
relación como cayó en el 2016. Pero pensamos que el estancamiento y la caída
del producto interno bruto para el próximo año, el panorama con toda seguridad será
para seguir cerrando empresas, aumentará el desempleo, aumentará la migración
del personal calificado en este país, aumentará la incertidumbre de las
expectativas que tienen nuestros trabajadores y de todos los que realizan
actividades económicas en el país y se verá aún más ese fenómeno de incertidumbre
acerca de cuáles son las posibilidades reales de cumplir nuestras perspectivas
personales. En ese panorama, se puede percibir que vamos a tener un año 2018
bastante difícil, sobre todo porque lo que se da en los primeros tres meses del
año y el componente político de las decisiones del gobierno, tal como lo han
hecho en los 18 años, se privilegiará el componente económico y en este panorama
podemos ver que dada la prioridad que tiene el Gobierno Nacional por lograr
resultados positivos en las próximas elecciones presidenciales, es muy probable
que en el primer trimestre del año 2018, insista en inundar la economía
nacional con monedas y billetes y en ese panorama estaría exacerbando, en un
contexto de depresión económica, el problema hiperinflacionario que
enfrentamos”, señaló el profesor Hurtado.
No debe quedar
dudas de que la crisis del país es real, hay que reconocerla y la solución a
este problema pasa por implementar todo un plan de ajustes estructurales que
incluya la modificación del tipo de cambio, realizar un ajuste fiscal, de
manera tal que el Gobierno Nacional se ajuste el cinturón, tal cual como nos lo
está obligando hacer a cada uno de los ciudadanos en el país. “Se debe insistir
es que se debe implementar un plan de ajuste monetario que nos devuelva la confianza
en nuestra moneda de curso legal, incluso ese plan de ajuste monetario puede
concebir la reconversión del bolívar, la dolarización o adoptar cualquier otra
moneda, ya que cualquiera de estas tres alternativas que se usen sería un plan
de ajuste monetario creíble. Igualmente se le debe devolver la independencia al
Banco Central de Venezuela (BCV) y generar confianza en la moneda de curso
legal, de esa manera todos los venezolanos podemos entonces empezar a transitar
la etapa de estabilización de la economía que todos necesitamos, para luego, en
el mediano plazo, pensar en la recuperación del crecimiento económico y
alcanzar una senda de crecimiento tal que nos lleve al nivel de desarrollo que
todos, como venezolanos, queremos”, dijo para concluir el profesor Hurtado.
Golfredo Lobo / Prensa ULA / CNP 14.293
Foto
Alberto Hurtado, miembro del
Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IESS) y profesor de la
cátedra de Política Económica de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
de la Universidad de Los Andes (Faces-ULA) (Foto Golfredo Lobo)
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