Todas las
universidades venezolanas han mostrado su preocupación por el alto grado de
deserción estudiantil que presentan y, por supuesto, la Universidad de Los
Andes (ULA) no escapa a ello y de un tiempo para acá orienta sus acciones a
estudiar ese fenómeno para determinar, no solo el grado de deserción existente,
sino más aún sus causas. En este sentido la ULA ha sido pionera en los estudios
sobre deserción y fuga de talentos y ha venido desarrollando, con regularidad,
desde el año 2005 estos estudios.
A principios del
año 2016 se hizo entrega de un trabajo que abarcaba desde el año 2005 hasta el
2015, en el que se demostró que la ULA viene perdiendo, año con año, una gran
cantidad de estudiantes por deserción, en torno a 3 mil 600 estudiantes
aproximadamente. Dijo José María Andérez, secretario de la ULA que en
condiciones normales, sin tanto problema político, manifestaciones y con una
economía estable, con sueldos que permiten a los padres mantener a sus hijos
estudiando, el porcentaje anual de deserción es de un 5 por ciento, ello abarca
aquellos estudiantes que simplemente les va mal en sus estudios y deciden
abandonar e irse a su casa. Pero en las
actuales condiciones, y las de los últimos años, ese número ha ido aumentando
considerablemente porque se unen muchos factores que llevan a que
irremediablemente el estudiante tenga que abandonar sus estudios, factores
tales como el de la alimentación, la vivienda, la crispación política,
disturbios, paralizaciones, etc.
“Hasta el año 2016
esa cifra se ha duplicado, en los últimos años, del 2012 al 2016, hemos visto
un incremento de casi el 100 por ciento de los retiros totales que se han
presentado en la universidad. Qué significa un retiro total, es alguien que va
a la Oficina de Admisión Estudiantil (Ofae), pide una planilla, se retira y
pide que le entreguen sus documentos. Adicionalmente a ese hay otro tipo de
deserción que es difícil de contabilizar y es aquel en el que los estudiantes se
inscriben para un semestre pero nunca van a clases y por lo tanto aparecen
ausentes en todas sus materias, es decir, están afuera de la universidad, esa
deserción vendría a significar entre un 10 a un 12 por ciento del tamaño
matricular”, dijo el profesor Andérez.
Luego del regreso a
las actividades académicas, después de 4 meses de protestas y luchas de calle,
lo cual interfirió en las actividades docentes de pregrado en las universidades,
sobre todo acá en la ciudad de Mérida, el profesor Andérez ha conversado con
algunos profesores y le indicaron, de primera mano, que las aulas están
bastante vacías. “Tenemos que tirar las campanas al vuelo y ser alarmistas? –se
preguntó- Pues no, todavía no, porque este es un tema que hay que manejarlo con
muchas seriedad, sin mucho sensacionalismo, amarillismo ni politiquería, ya que
este es un tema netamente estadístico que tiene que ser evaluado por la Universidad
y el Gobierno para ver la realidad de las aulas de la Universidad Venezolana,
porque además se está invirtiendo una cantidad importante de recursos y al
final los estudiantes se gradúan y se marchan. Todavía no es el momento de dar
números, porque casi todas las facultades reprogramaron sus semestres y empezaron
el 11 de septiembre y hasta finales de octubre no habrán hecho evaluaciones,
con lo cual hay una cantidad importante de estudiantes que aún se encuentran en
sus casas, porque es caro mantenerse en la ciudad”, dijo el profesor Andérez.
Para mediados del
mes de octubre el profesor Andérez solicitará a las oficinas de Registro
Estudiantil que hagan un estudio de sus facultades para que luego a la Oficina
Central de Registros Estudiantiles (Ocre) haga un estudio final, que arroje las
cifras hasta final de mes. Para el profesor Andérez, todo anuncia que los
números van a ser impactantes, ya que es muy probable que el número que se
tenía en el mes de abril o mayo, fecha cuando comenzaron los disturbios con
fuerza hasta la presente fecha, haya una reducción importante que pudiera estar
en torno al 30 o 40 por ciento de estudiantes que no regresaron.
“A pesar de que la
estadística no está lista, podemos anticipar alguna cifra y esto se debe a que Ocre
ha seguido laborando y yo estoy firmando todo lo que son las notas certificadas
globales que son las que utilizan los estudiantes cuando se retiran de la
universidad para acceder a otra institución de educación superior. A mí me llegaba
una carpeta quincenal de Ocre con 10 a 15 solicitudes, ahora me llegan con 20 a
25 solicitudes de manera interdiaria, lo que significa que el número de retiros
se ha multiplicado por 5 o por 6 en los últimos 4 meses”, dijo finalmente el
profesor Andérez. Golfredo Lobo / Prensa ULA / CNP 14.293
Foto
En los últimos
años, desde el 2012 hasta el 2016, hemos visto un incremento de casi 100 por
ciento de los retiros totales que la universidad ha tenido (Foto Ramón Pico)
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