El economista Ricardo Hausmann compara números y
afirma: el derrumbe actual de Venezuela es peor que cualquiera vivido en las
Américas, desde la Gran Depresión de Estados Unidos hasta las crisis de la
deuda en México o Argentina.
"El gobierno decidió matar al país de hambre para
seguir sirviendo su deuda externa", afirma Hausmann, un venezolano que
dirige el Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard,
en Estados Unidos.
Quien fuera ministro de Planificación en Venezuela
durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez está lejos de ser un crítico de
última hora del actual presidente Nicolás Maduro.
El propio Maduro calificó a Hausmann en noviembre como
"el principal operador del bloqueo y la persecución financiera contra
Venezuela" y sostuvo: "Hay que requerirlo con código rojo, hay que
hacerle un juicio".
Pero Hausmann niega que exista una "guerra
económica" contra Venezuela y señala que él mismo ha asesorado a gobiernos
socialistas en otros países.
Qué son los acreedores 'holdout' y por qué los
economistas los señalan como un serio peligro para Venezuela
Lo que sigue es una síntesis del diálogo telefónico con
Hausmann, que también fue economista jefe del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID).
Usted afirma en un artículo que publicó en
"Project Syndicate" que el colapso de Venezuela no tiene precedentes.
¿Es la peor crisis económica que se haya conocido en las Américas?
Definitivamente. La actual crisis económica en
Venezuela es la peor crisis económica que se haya conocido en el hemisferio. Es
mucho peor que la de 2002 en Argentina, que la de 1983 en Chile, la del 82 en
México… Es mucho más grande que todas las previas. La única que le llega cerca
es el período especial de Cuba del 89 al 93, pero, de acuerdo a las cifras
oficiales, esta es un poco más grande.
La otra cara de la crisis: así la vive la clase alta en Venezuela
Pero, por ejemplo, tenemos el caso de Haití, que es el
país más pobre del hemisferio y ha sido sacudido por un terremoto y luego un
huracán que lo dejaron literalmente en ruinas…
En las cifras oficiales eso no refleja una caída del
PIB tan grande. Obviamente que un desastre natural que mató a 200.000 personas
es una tragedia enorme.
Hay casos de guerra en otros contextos donde obviamente
se paraliza la actividad económica: Liberia, Ruanda, Sudán del Sur, Irak,
Libia…
Pero América Latina no tiene experiencias de crisis
propiamente económica de este tipo. Y no es que todo se explica por la caída
del precio del petróleo, porque hay muchos países exportadores de petróleo. Y
en todos los países de la OPEP entre 2012 y 2016 el PIB creció. El único país
que tiene en 2016 un PIB sustancialmente menor al del 2012 es Venezuela. De
manera que esta es una crisis que se explica fundamentalmente por decisiones
tomadas en Venezuela. Es una crisis hecha por el hombre.
¿Es
mayor también a la Gran Depresión de Estados Unidos (1929-1933)?
En la Gran Depresión (en Estados Unidos) el ingreso per
cápita cayó 28%. En Venezuela ha caído más del 50%. O sea, que esta es una
crisis sustancialmente más grande que la Gran Depresión.
El impactante contraste entre la escasez y la abundancia en los
supermercados de Venezuela
Pero
usted ha dicho que la magnitud de esta crisis venezolana no se debe medir solo por
la caída del PIB. ¿Por qué?
Porque la oferta interna de bienes en una economía no
es solamente lo que se produjo en esa economía, que lo calcula el PIB, sino
también lo que se importó. Y las importaciones han caído 75% al 2016 (respecto
al 2012). De hecho, siguen cayendo en 2017. Es la caída más grande que yo puedo
encontrar en los datos publicados por el Banco Mundial para todo el mundo.
Además de una caída del PIB per cápita de 40% (respecto a 2013), la parte de
importaciones es lo que está detrás del declive superior del ingreso nacional.
El salario mínimo, que en Venezuela cubre a muchísima
gente, pasó de comprar 53.000 calorías al día a comprar 7.000 calorías al día.
Entonces básicamente no hay forma de alimentarse con los salarios que se están
pagando, no porque no hayan aumentado los salarios nominales sino porque la
inflación en alimentos ha sido fenomenal.
¿Esto
es lo que impacta en el día a día de la gente?
Sí, una encuesta que se hizo en noviembre de 2016
encontró que el 74% de los venezolanos habían perdido involuntariamente 8,6
kilos de peso. Quiere decir que esta situación es insostenible.
Eso se refleja no solamente por el colapso de
importaciones de alimentos y medicinas. La política del gobierno llevó del 2007
al 2015 a una caída de la producción agrícola venezolana del 33%. En 2016 y
2017 esa caída siguió. Después de la expropiación de 3,4 millones de hectáreas
y de empresas que prestaban servicios al sector agrícola, no hay semillas,
fertilizantes, agroquímicos, tractores…
Toda esta mezcla de políticas erradas ha llevado a
quitarle a la sociedad la capacidad de organizarse a sí misma para suplir las
necesidades. El Estado ha intervenido en todos los espacios de libertad
económica, para quitar los incentivos para que la gente produzca. Es la
mecánica que está detrás del colapso de la producción y del nivel de vida.
Estos son los países de América Latina que más y menos crecerán en
2017
El presidente Maduro rechaza que esta situación sea
atribuible al gobierno. Señala que hubo una caída de los precios del petróleo y
una "guerra económica" contra Venezuela. Y por ejemplo en marzo dijo
que el país tenía la sexta economía latinoamericana, que el consumo privado se
duplicó en los últimos 15 años y la inversión aumentó 72%. ¿Cómo recibe usted
esto?
Igual que como recibo los ocho millones de votos que
supuestamente sacaron el domingo pasado. Esto es la postverdad, son cifras
ficticias. Lo que sí sabemos es que cuando nacionalizaron la empresa de acero y
la pusieron a producir 4,5 millones de toneladas, las cifras oficiales dicen
que el año pasado produjo 175.000 toneladas.
Lo que sabemos es que el sector cementero colapsó. Lo
que sabemos por declaraciones públicas es que la cadena de supermercados que
rebautizaron como Supermercados Bicentenario colapsó. Entonces no se entiende
qué tiene que ver la guerra económica con el colapso de las actividades
administradas directamente por el Estado. El colapso se explica con las
políticas que tomó el gobierno. De esa guerra económica, no hay ninguna
evidencia: es un eslogan.
¿Pero
es cierto que los mercados en determinado momento decidieron cortarle el
crédito a Venezuela?
Sí, eso es cierto. Pero los mercados son millones de
personas, miles de fondos, bancos. Básicamente se empezaron a preocupar porque
Venezuela no tiene cómo servir esa deuda. Porque Venezuela usó el período de
altos precios del petróleo para sextuplicar su deuda pública externa, que pasó
de US$25.000 millones en el año 2005 a más de US$150.000 millones hoy.
Es la deuda externa pública más grande del mundo medida
como porcentaje del PIB o medida como porcentaje de las exportaciones. Esta
deuda representa más de seis años de exportaciones de petróleo. Es el país más
endeudado del mundo y la forma como ha estado sirviendo esa deuda es recortar brutalmente
las importaciones. Básicamente el gobierno decidió matar al país de hambre para
seguir sirviendo su deuda externa, igual a como hizo (Nicolás) Ceausescu en
Rumania al final de la década de 1980.
¿Cumplir
con los compromisos asumidos por el país no puede ser visto como un acto de
responsabilidad frente a los mercados y frente al mundo?
Creo que esto refleja que muchos de los oligarcas
chavistas tienen muchos de estos bonos. Porque el país le hizo default a los
suplidores de petróleo, a los socios petroleros, a las líneas aéreas, a las
llamadas internacionales, a las empresas farmacéuticas, automotrices y que
exportaban alimentos al país, a los trabajadores y a los pensionados…
Le ha hecho default a todo lo que se mueve, salvo a los
bonos de Wall Street. Es lo único que ha seguido pagando. Entonces en el
contexto de todos los demás defaults que ha hecho el país, el seguir pagando
esa deuda refleja unas prioridades perversas. El mercado está transando
pensando que viene una reestructuración, que esos bonos no se van a poder pagar
en la forma en que fueron contratados, porque sería inhumano pagarlos.
Rusia le adelantó a Venezuela más de US$1.000 millones a través de
la petrolera estatal Rosneft
Pero Venezuela tiene una de las mayores reservas de
petróleo del mundo. ¿Esto no indica también para los mercados que su potencial
de recuperación es enorme?
Venezuela ha tenido conocimiento de que tiene las
reservas petroleras más grandes del mundo desde hace 15 años. Y en ese periodo
la producción petrolera no ha hecho sino caer: ha caído 18% desde 2012.
Perdimos 400.000 barriles de producción.
De modo que en esas reservas hace falta invertir, tener
un marco adecuado para poder sacarlas. Pero el gobierno decidió expropiar a las
empresas que prestaban servicios, no le paga a los socios con los que había
invertido, tiene demandas en el centro internacional para el arreglo de
disputas de inversión (CIADI) del Banco Mundial por US$16.000 millones de
expropiaciones que hizo el gobierno. En ese marco no hay ningún apetito para
seguir invirtiendo en Venezuela.
¿Y
por dónde ve que hay una ventana de salida para esta crisis en Venezuela?
Sencillamente, hay que restablecer la Constitución y la
democracia. En el país hay una mayoría política que lograría conformar un
gobierno fuerte, con mucho apoyo popular, si al pueblo se le permite elegir.
Ese gobierno lo que tendría que hacer es restablecer
las libertades económicas, los mecanismos de mercado unificando el tipo de
cambio y liberalizando los precios, reestructurar la deuda externa y pedir
apoyo financiero internacional. Con esas medidas la economía empezaría con una
fuerte recuperación.
Otra medida que hay que adoptar es la sustitución de
los subsidios indirectos que hay en el país a cosas como la gasolina o la
electricidad, por subsidios directos a la población, para que el programa
arranque con una recuperación de los niveles de vida.
¿Subsidios
por parte del Estado? Suena paradójico viniendo de un liberal como usted…
A mí me llamarán liberal en Venezuela, pero yo soy
asesor del gobierno del partido socialista de Albania, del gobierno de la
República Socialista de Sri Lanka, he trabajado en Vietnam y fui asesor durante
seis años del gobierno de Thabo Mbeki en Sudáfrica. En Venezuela, me quieren
pintar como un tipo de derecha, pero el mundo no me ha visto con ese tinte en
particular.
Y me parece que los subsidios directos van a permitir
una recuperación de los niveles de vida de los más pobres y una disminución
sustancial de la desigualdad.
Gerardo Lissardy
BBC Mundo, Nueva York
7 agosto 2017
Derechos de autor de la imagen GETTY IMAGESI mage caption La escasez de alimentos es una de los efectos más evidentes de la crisis económica que padece Venezuela.
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