"¿Acaso no es esa idea una violación flagrante
de los derechos humanos de todo el pueblo a expresarse a través del voto?"
"Es impensable elegir constituyentistas si
todo el pueblo no aprobó antes cuáles serán los términos y condiciones de esa
elección. Y luego, esos señores deberán volver a someter a la aprobación
popular el producto de su labor", así se expresó la ex Defensora del
Pueblo, Gabriela Ramírez, quien fue diputada a la Asamblea Nacional entre los
años 2005 – 2010 y defensora del pueblo durante el periodo 2007-2014, hasta que
asumió el cargo Tarek William Saab, en claro rechazo a la convocatoria de la
Asamblea Nacional Constituyente convocada por el Ejecutivo, pues a su juicio no
puede considerarse constitucional si sus bases comiciales no se someten antes a
la votación universal y directa.
En el texto, Ramírez lamentó la muerte de más
de 50 ciudadanos en el marco de las protestas contra el Gobierno del Presidente
Maduro. También expresó que hoy mira con tristeza la Defensoría del Pueblo.
"Las lealtades son con nuestra madre, Venezuela, con todo su pueblo, a
quien teníamos la obligación de mantener enamorado y con sus símbolos
patrios" finalizó
Acá el texto completo compartido por Gabriela
Ramirez en su cuenta personal de Facebook:
LA VOZ DEL PUEBLO ES LA VOZ DE DIOS
Mi mamá siempre me decía que el único marido de
una mujer es su trabajo porque es el que te va a mantener toda la vida. Un
mensaje sencillo que transmitía que debes serle fiel, atenderlo con compromiso
hasta el final y no sacar los ojos de la meta que sería tu jubilación;
aspiración de cualquier persona común que viva de su profesión. Mirándolo así,
realmente me enamoré de mi "marido" y dedicarme a él no era ningún
sacrificio, sino mi plenitud de vida y la esencia para lo cual me formé en la
Universidad como Trabajadora Social: servirle al pueblo. Aún así las mejores
relaciones atraviesan diferencias irreconciliables y nos obligan a tomar
decisiones, basadas en nuestros principios y valores.
Mi primera separación ocurrió cuando ya tenía
unos 10 años de antigüedad en la administración pública. Mi jefa, una mujer
proveniente de las bases en un movimiento popular catiense migró de la CausaR a
un partido de derecha. Rompió con todos sus compañeros y se unió a Primero
Justicia. La amistad no llegó a resentirse pero si nuestra relación laboral
cuando mi corazón se transformó en una antorcha por el llamado de Chávez a una
Asamblea Nacional Constituyente. En las noches un dilema me torturaba: si no es
ahora, ¿cuando escucharemos y concretaremos los anhelos del pueblo?
Era el tiempo de ser coherente con mi
conciencia y confundirme con el pueblo que bajaba y se mezclaba como aleación
metálica en torno a un proyecto debatido y consensuado de país. ¡Éramos una
espada capaz de cortar amarras! ¡Éramos una idea vertida en un pequeño libro
azul! ¡Éramos imbatibles! Era el tiempo que un trozo de patilla compartido en
medio de la multitud sustentaba a miles, amalgamados en una Carta de Derechos
que nos visibilizaba a todas y todos.
Desde un curul en la Asamblea Nacional, me dejé
arrastrar por el reclamo de las mujeres del pueblo para redactar una Ley sobre
su derecho a vivir libres de violencia, por las expectativas de los protectores
de la niñez a elevar la LOPNNA hasta su máxima cota asentando el buen trato
como derecho humano, protegiendo la niñez en las Salas de Internet o
promoviendo la lactancia materna. No era un curul personal. Eran las
agrupaciones de derechos humanos redactando sus ideas en ese lugar que el
pueblo me había prestado. Como Defensora del Pueblo, obtuve el apoyo de un
equipo maravilloso para fundar la Escuela de Derechos Humanos de la Defensoría
y formar y sensibilizar a más sesenta mil personas en todo el territorio
nacional.
El último año fue muy diferente. El 2014
despuntó con un febrero convulso. Detenciones masivas en focos violentos que
dificultaban que todo el personal defensorial pudiera entrevistar
simultáneamente a tantas personas aprehendidas. Con esfuerzo logramos registrar
casi todos los eventos de manera cronológica, recogimos los testimonios de todas
las personas aprehendidas y nos convertimos en testigos de buena fe de las
detenciones que considerábamos excesivas para interponer revisiones frente a
los diferentes jueces de la República. Todo ello quedó en nuestro Informe
Defensorial "Un Golpe a la Paz" que entregamos en la Oficina del Alto
Comisionado de ONU y que estuvo a disposición de todos los periodistas aunque
ya no pueda encontrarse para su estudio en la página web de la institución.
Hoy miro con tristeza aquella institución que
fue vigorosa y orgánica durante, la Defensoría del Pueblo, a la que la mayoría
de sus servidores prefirieron abandonar y quedarse sin empleo antes que ser
usados como el público de un titular que parece estar más interesado en
defenderse a sí mismo que al pueblo, explayando su historia personal en cada
intervención.
Bajo presiones indecibles en el año 2014 una de
mis declaraciones fue manipulada para acusarme de justificar la tortura contra
estudiantes aunque la verdad fue exactamente lo opuesto. El equipo defensorial
de entonces, conocedor de la labor de defensa y vigilancia de derechos humanos
extremó todos sus esfuerzos para que, prioritariamente, los jóvenes que en
efecto sufrieron tratos crueles o torturas recuperaran su libertad. Sus causas
siguen pendientes de impulso por ante el MP por el actual titular de la
Defensoría. ¿Lo hubiéramos logrado arrodillándonos ante el hambre de
información sesgada? No lo creo. Cada uno de ellos lo agradeció privadamente,
sabiendo que tanto ellos como la Defensoría éramos el botín de las noticias.
Todavía conservo el aceite de la Rosa Mística que recibí de las manos del
estudiante Marco Coello. En toda confrontación la verdad es esa doncella que
los contrincantes se disputan con vehemencia. Ninguno debe quedarse en el medio
porque esa es la línea donde chocan los bandos y quien se pare allí sería
arrasado.
Desde entonces me mantuve en algunas labores
educativas en una institución del Estado, al margen de decisiones importantes
pero sufriendo en mi ánimo cada esfuerzo "necesario" para
salvaguardar… ¿el legado de Chávez? ¿Pero, que nos trajo hasta acá? ¿No fue
acaso el deseo insobornable de hacer valer la voz del pueblo? ¿No era esa la
consigna? ¿Con Chávez manda el pueblo no era la síntesis de nuestro proyecto
político? ¿Qué discurso leguleyo, que punto o que coma puede dar al traste con
una consulta ampliada a lo que la mayoría de los venezolanos desean para su
patria en esta hora violenta y oscura? ¿Qué articulo en solitario puede violar
la esencia de todo un texto que grita en cada párrafo que somos una democracia
participativa y protagónica?
Ninguna Asamblea puede catalogarse como
Constituyente si primero no bebe de la soberanía popular. Sus bases comiciales
deben pasar por la aprobación universal y directa de todo el país. Es impensable
elegir constituyentistas si todo el pueblo no aprobó antes cuales serán los
términos y condiciones de esa elección. Y luego, esos señores deberán volver a
someter a la aprobación popular el producto de su labor.
Si tanto la consulta de elaborar una nueva
Constitución como su texto íntegro fue sometido a Referendo Popular en el año
1999, fustigando el pasado absurdo en el que una cúpula se encerraba a pensar
como creían ellos que nosotros queríamos ser gobernados ¿no es acaso una
regresión en materia de derechos humanos retornar a esa práctica? ¿Acaso no es
esa idea una violación flagrante de los derechos humanos de todo el pueblo a
expresarse a través del voto? ¿Y que consecuencias terribles puede traernos a
todos la tozudez de querer imponerla a trocha y mocha?
Desde hace dos meses hay vidas que se escurren
como agua derramada por un desagüe que ninguno parece capaz de contener. Y si
entendemos que se violan derechos humanos por actuación u omisión, impedir esas
muertes es una enorme responsabilidad del Estado y la Sociedad porque si no
somos capaces de sentir compasión por la muerte de un compatriota –y ya son más
de cincuenta- no merecemos ser definidos como humanos.
Me divorcié de mi primer trabajo o marido como
lo llamaría mi mamá con entusiasmo y seguridad porque tenía otro pretendiente:
un texto maravilloso pintado con un crisol de pueblos. Ahora, quizá por causa
de mi edad, no veo quien vendrá. Pero es mi deber de mujer patriota decir que
si apartan al pueblo, también he sido apartada. La voz de Dios es la voz del
Pueblo, solía repetir un hombre con mirada de indio, pelo recio y voz acerada.
Y muchos le seguimos porque nos sentíamos hablados por su lengua.
Quizá "mi ex" me llame traidora o
desleal. Yo demandaré como causal de separación que este no es el hombre con el
que me casé. Y no me cansaré de repetir que las lealtades son con nuestra
madre, Venezuela, con todo su pueblo, a quien teníamos la obligación de
mantener enamorado y con sus símbolos patrios.
Tenía que decirlo. Es todo.
Por: Aporrea.org | Domingo, 28/05/2017 05:17 PM
LA EX DEFENSORA DEL PUEBLO, GABRIELA RAMÍREZ
Caracas, 28 de mayo de 2017.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario