1. Tras 7 años, los hechos han demostrado a partidarios del “Maduro Vete Ya” que el chavismo gobernante, a pesar de su debilidad, sí es un elefante político, aun conserva un gran poder de coacción. Conclusión: los elefantes se comen despacio, con inteligencia, no con el hígado, y muchísimo menos auto destruyéndose.
*Pero aún insisten con terquedad*:
2. Pompeo (no todo el gobierno de USA), Guaidó y el G4 no quieren negociaciones ni elecciones hasta que Maduro “cese a la usurpación”. Ratifican el mantra. Confían en las sanciones para lograrlo. Juego trancado. Maduro y el chavismo gobernante juegan cuadro cerrado y no quieren renunciar al poder. Europa (y la mayoría del Grupo de Lima, o quizas todo) quieren negociar sólo elecciones. Manejan realidades. En eso andan.
3. Opositor que exija al gobierno de Maduro que se comporte como una democracia noruega, convocando elecciones perfectas, está buscando excusas para no participar. Cree que la salida es insurreccional y militar. No quieren ni negociaciones ni elecciones (pero tampoco toman las armas). Siguen creyendo que Maduro sí se irá gracias a las sanciones. Esa es la historia real. Los cubanos llevan en eso más de medio siglo.
4. La verdad es que los venezolanos estamos pagando muy caro el proceso de aprendizaje y maduración de algunos políticos clave que embarcaron al país en estrategias mal diseñadas, matizadas de impaciencia e inmadurez. Sinceramente, ellos no tienen la culpa sino aquellos partidos que dejaron un vacío que alguien debía llenar. Todos los que ha intentado llenar ese vacío han fracasado.
5. El país está casi a la deriva, sin liderazgo y enfrentando prácticamente solos la peor tragedia de nuestra historia. Hay que reconstruir la esperanza a partir de la mayor unidad nacional posible (no sólo opositora). Esa es la clave. Es urgente. Es tarea para políticos verdaderos.
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