miércoles, 3 de agosto de 2016

El maestro Alirio Díaz: “El Faraón de la Guitarra” - Mario Valdez

  
Italia lo despidió como a un hijo

El 10 de julio del presente, en la Basílica de Santa María en Montesanto, en la ciudad de Roma, le hicieron la despedida en cuerpo presente a Alirio Martin Díaz Leal, el mejor guitarrista y músico venezolano de todos los tiempos.


En 1951, llegó a Italia, siguiendo los pasos del famoso guitarrita español Andrés Segovia, ingresa a la Academia Musical Chigiana de Siena, región de Toscana, Italia. Esos tres años de estudio fueron fundamentales en la formación y la vida de ese ilustre venezolano, bajo la tutela de su mentor, su guía, su maestro Andrés Segovia. Se convirtió en el mejor, fue alumno, luego alterno la cátedra con el maestro y juntos impartieron conciertos y talleres en muchas capitales del mundo. El maestro dijo, “Italia es mi segunda patria, pero el día que muera, si llego a morir algún día, pido me lleven a Carora”.

Un candelarense conquistó el mundo

El 12 de noviembre de 1923, en una casa ubicada en el caserío La Candelaria en Carora Estado Lara, vino al mundo Alirio Martin Díaz Leal, el octavo hijo de una familia de campesinos, su padre Pompilio Díaz y su madre Josefa Leal; tuvo once hermanos. Se casó con la señora Consolina Rissi, formaron una familia de cuatro hijos (Senio, María Isabel, Tibisay y Josefa). Entre los familiares y amigos, su padre era conocido como “don Pompa” y el niño Alirio como “Yiyo”.
El 5 de julio de 2016, falleció a los 92 años en Roma, Italia, el eminente músico Alirio Díaz, uno de los mejores guitarristas del mundo. El miércoles 13, le rindieron todos los honores en Caracas y hoy, jueves en momentos que estoy escribiéndole esta nota, sus restos están siendo trasladados a su Carora de siempre, como él lo pidió, para recibir cristiana sepultura.

Las cuerdas del cuatro eran de tripas de chivo

La familia Díaz Leal, conocida en La Candelaria, además de las labores propias del campo, eran músicos, lo llevaban en la sangre los abuelos y su padre, tocaban la guitarra, el cuatro, el violín; su madre Josefa tocaba la guitarra; Rafael (el mayor de los hermanos), tocaba el cuatro y acompañaba el canto, y era el organizador de todas las fiestas patronales de los pueblos cercanos; los otros hermanos varones en sus momentos tocaban inclusive el saxofón; hasta las hembras cantaban, cuando lavaban la ropa en el jagüey o cuando estaban pilando el maíz.

A la edad de siete años, el niño Alirio acompañaba a su abuelo y su padre en una fiesta del pueblo, donde los expertos tocaban la guitarra, el cuatro y el violín. Los aldeanos presenciaron esa noche, cuando Alirio “con el cuatro de su padre, tocó le valse El ausente, sin que nadie se lo hubiese enseñado”.

Las cuerdas del cuatro que tocaba el joven Alirio, las elaboraba su madre, que además de músico, era una artista preparando “las cuerdas con tripas de chivo”.

El camino a la Gloria

El adolescente Alirio Martin tenía 16 años, cuando una madrugada decidió tomar el largo camino hacia Carora, no había mulas, ni vehículos, emprendió su travesía de 30 kilómetros que separaban su casa de ese pueblo, iba en la búsqueda de la cultura, la música, tenía sus inquietudes artísticas. Sus hermanos ya habían abandonado la casa, se fueron al Zulia, buscando mejoras “por aquello del petróleo”. En La Candelaria dejó los recuerdos, los chivos, los pajaros, la familia, lo dejó todo. Pero iba atravesando ese desierto larense cargado de optimismo y fe en lograr la gloria; su equipaje era una cajita donde ”llevaba muchos sueños, mapas, y dos libros que conservo: La Divina Comedia de Dante y el Método de Guitarra de Fernando Carulli..”.

Los grandes maestros “don Chío” Zubillaga y Laudelino Mejías

En Carora, conoció a Cecilio Zubillaga Perera “don Chío”, fue su gran maestro y admirador. Trabajó como portero en el cine Salamanca, don Chío, le recordaba que era un artista, que debía ir a estudiar a Trujillo con el maestro Laudelino Mejías. Pasó tres años en Carora, estudió hasta sexto grado en la Escuela Federal Graduada Egidio Montesinos. Esos fueron sus primeros pasos y estudios académicos de la música.
En 1942, llega a Trujillo, recomendado por Cecilio Zubillaga, al maestro Laudelino Mejías. Con su nuevo maestro Laudelino Mejías, aprendió teoría, solfeó, clarinete y armonía.

El Faraón de la Guitarra llega a Caracas

En septiembre de 1945, Alirio Díaz llega a Caracas, ingresa a la Escuela Superior de Música “José Ángel Lamas”, aquí conoce y recibe clases de los maestros Vicente Emilio Sojo, Raúl Borges, Pedro Ramos, entre otros. Forma parte de la Banda Marcial de Caracas bajo la dirección del maestro Pedro Elías Gutiérrez.

El 12 de febrero de 1950, debuta con su primer concierto en la Sala de la Biblioteca Nacional.

Los grandes escenarios de Europa, conocieron sus manos

El maestro Alirio Díaz, no desperdiciaba el tiempo como estudiante de postgrado, bajo la dirección de su maestro Regino Sainz de la Maza, tuvo presentaciones en lo más granado de la cultura española: EL Ateneo de Madrid, Teatro Español, el Palau de la Música en (Borne) Barcelona, Teatro Principal de Valencia, La Alhambra de Granada. En España, adquiere una experiencia y unas relaciones de músicos, intelectuales que le fueron de gran provecho el resto de su vida, tales como: Moreno Torroba, Narciso Yepez, Gerardo Piego, Joaquín Rodrigo, Federico Monpou, otros.

Italia lo despidió como a un hijo

El 10 de julio del presente, en la Basílica de Santa María en Montesanto, en la ciudad de Roma, le hicieron la despedida en cuerpo presente a Alirio Martin Díaz Leal, el mejor guitarrista y músico venezolano de todos los tiempos.

En 1951, llegó a Italia, siguiendo los pasos del famoso guitarrita español Andrés Segovia, ingresa a la Academia Musical Chigiana de Siena, región de Toscana, Italia. Esos tres años de estudio fueron fundamentales en la formación y la vida de ese ilustre venezolano, bajo la tutela de su mentor, su guía, su maestro Andrés Segovia. Se convirtió en el mejor, fue alumno, luego alterno la cátedra con el maestro y juntos impartieron conciertos y talleres en muchas capitales del mundo. El maestro dijo, “Italia es mi segunda patria, pero el día que muera, si llego a morir algún día, pido me lleven a Carora”.
15 Julio, 2016 

@marioevaldez


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