José Villarroel, herido por una puñalada, esperó
durante horas en un quirófano en la sala de emergencias en el Hospital Luis
Razetti, en Barcelona, Venezuela. Credit Meridith Kohut para The New York Times
BARCELONA,
Venezuela — Esa mañana tres recién nacidos ya habían muerto.
El día había
comenzado con los riesgos habituales: la escasez de antibióticos, soluciones
intravenosas y alimentos. Luego, un apagón eléctrico se extendió por la ciudad
y los respiradores de la sala de maternidad dejaron de funcionar.
Durante
horas los médicos mantuvieron vivos a los recién nacidos enfermos bombeando
manualmente aire en sus pulmones. Al caer la noche, cuatro más habían
fallecido.
“La muerte
de un bebé es nuestro pan de cada día”, dijo Osleidy Camejo, una médico
cirujano que trabaja en Caracas, sobre el colapso de los hospitales en
Venezuela.
La crisis económica de este país ha
desembocado en una emergencia de salud pública que causa la muerte de un número
incalculable de venezolanos. Es solo una parte de una crisis mayor que se ha
vuelto tan generalizada que el Presidente Nicolás Maduro decretó un estado de
emergencia que ha aumentado los temores de que el gobierno colapse.
Las salas de
los hospitales se han convertido en crisoles donde convergen las fuerzas que
desangran a Venezuela. Los guantes y el jabón han desaparecido de algunos
hospitales. A menudo, los medicamentos para el cáncer solo se encuentran en el
mercado negro. Hay tan poca electricidad que el gobierno solo trabaja dos días
a la semana para ahorrar la energía que queda.
En el
Hospital de la Universidad de los Andes, en las montañas de la ciudad de
Mérida, no había suficiente agua para lavar la sangre de las mesas de
operaciones. Los médicos se preparaban para las cirugías y tenían que limpiarse
las manos con botellas de agua mineral.
“Es algo del
siglo XIX”, dijo Christian Pino, un cirujano del hospital.
Las cifras
son devastadoras. La tasa de mortalidad entre los bebés de menos de un mes de
edad aumentó más de cien veces en los hospitales públicos dependientes del
Ministerio de Salud: superó el 2 por ciento en 2015 mientras que en 2012 se
ubicaba en 0,02, según un informe gubernamental divulgado por legisladores.
En los
hospitales la tasa de mortalidad entre las nuevas madres aumentó casi cinco
veces en el mismo periodo, según el informe.
En la ciudad
portuaria de Barcelona, dos bebés prematuros murieron recientemente mientras
eran trasladados al principal hospital público porque la ambulancia no tenía
tanques de oxígeno. El hospital no funciona a toda su capacidad porque las
máquinas de rayos X o de diálisis renal se dañaron hace mucho tiempo. Y no hay
camas suficientes, por lo que algunos pacientes yacen en el suelo en charcos de
su propia sangre.
Son
hospitales de campaña en un país donde no hay guerra.
“Algunos
llegan sanos y salen muertos”, dijo Leandro Pérez, en la sala de emergencias
del Hospital Luis Razetti, uno de los centros de salud de Barcelona.
Esta nación
tiene las mayores reservas de petróleo del mundo, sin embargo, el gobierno no
ahorró dinero para los tiempos difíciles cuando los precios del petróleo eran
altos.
Ahora que
cayeron las cotizaciones del crudo, se proyecta unasombra destructiva por todo el país. Hacer filas para poder comprar comida es, desde hace mucho tiempo, una
característica de la vida en Venezuela, pero hoy en día estallan en saqueos. El
bolívar, la moneda venezolana, ya casi no tiene valor.
La crisis
está centrada en una disputa política entre los socialistas que controlan la
presidencia, y sus rivales en la Asamblea Nacional. En enero los legisladores
opositores declararon una crisis humanitaria, y este mes aprobaron una ley que
permitiría que Venezuela aceptara ayuda internacional para rescatar el sistema
de salud.
“Este es un
acto criminal que no podemos aceptar en un país con tanto petróleo, y la gente se
está muriendo por falta de antibióticos”, dice Oneida Guaipe, legisladora y
exdirigente sindical en hospitales.
Pero Maduro
rechazó esta propuesta en una alocución televisiva y la calificó como un
intento de privatizar el sistema hospitalario y un ataque dirigido a su
gobierno.
“Dudo que en
otro lado del mundo, más allá de Cuba, exista un mejor sistema de salud que
este”, dijo Maduro.
El
año pasado explotaron las viejas bombas que suministraban agua al Hospital
de la Universidad de los Andes y no fueron reparadas durante meses.
Así que sin
agua, guantes, jabón ni antibióticos, un grupo de cirujanos se preparaba para
remover un apéndice que estaba a punto de estallar, pese a que la sala de
operaciones todavía estaba llena de la sangre de otros pacientes.
Incluso en
la capital, solo dos de los nueve quirófanos del Hospital de Niños J. M. de los
Ríos están funcionando.
“Hay
personas que mueren por falta de medicinas, niños que mueren por desnutrición y
otros mueren porque no hay personal médico”, dijo Yamila Battaglini, una
cirujana del hospital.
publicado el 16/05/16 por Ana Forero en Desde el exterior Etiquetas:crisis salud, Escasez, Hospitales en Venezuela, The New York TImes
Publicado en The New York Time
Por: Nicholas Casey
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